sábado, 14 de enero de 2023

¿CÓMO DEBE ORGANIZARSE LA EMULACIÓN?

 

¿CÓMO DEBE ORGANIZARSE LA EMULACIÓN? * 

 

 


Advertencia (1)


Los escritos cómo debe organizarse la emulación y los cuatro pertenecientes a las Clases (Sociales), no deberían estar incluidos en el Bloc `` Miseria de memoria histórica de los miserables``, pues si es cierto que es historia, no tienen nada de miseria ni de miserable, los mencionados escritos.

Pero sí que es válido para recodar `` a los miserables, su miseria histórica ´´; en este caso, se incluye los artículos en el mencionado Bloc. 

Difícilmente va ha germinar en un campo yermo cultivado por los miserables de la miseria, pero por  menos, que se enteren que la emulación no es una espada de dos filos.

(1) A.R.P.

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Las Clases sociales ***


Las clases sociales están ubicadas en el núcleo del pensamiento social marxista, por eso, a 200 años del nacimiento de Marx se vuelve tan imperioso revistar algunos de los principales debates que tuvieron lugar en los últimos años en relación a este concepto, con el propósito de recuperar su legado y argumentar su vigencia para comprender las contradicciones del presente.

Mucho se ha debatido en los últimos años sobre las tesis del fin del trabajo y de la clase obrera (16) (y en ese caso también del marxismo como sistema explicativo del orden social) o, en sus versiones más optimistas, sobre la pérdida de centralidad de los trabajadores como sujetos políticos de trasformación social y su consiguiente reemplazo por configuraciones diversas y heterogéneas como los “nuevos movimientos sociales” o los “trabajadores subalternos” (17). Sin negar las profundas reconfiguraciones que ha sufrido el “mundo del trabajo” en el marco del capitalismo contemporáneo -entre las que el sociólogo brasilero Ricardo Antunes (18) destaca las tendencias a: la reducción del proletariado manual, fabril y estable; el aumento de los trabajadores en condiciones de precariedad laboral; la feminización del trabajo; el crecimiento de los trabajadores en el denominado “sector servicios”; y la exclusión del mercado laboral de los más jóvenes y viejos (18) no hay dudas de que, tal como lo definieron Marx y Engels en El Manifiesto Comunista, se trata de “la inmensa mayoría” de la sociedad que necesita vender su fuerza de trabajo para subsistir.


(16) Como referentes de las tesis del fin del trabajo ver, Gorz, André, Adiós al proletariado. Más allá del socialismo, El Viejo Topo, Barcelona, 1981; y Rifkin, Jeremy, El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo; el nacimiento de una nueva era, Paidós, Barcelona, 1996.


(17) Como referentes de las tesis que sostienen la pérdida de centralidad de la clase obrera ver, Bialakowsky, Alberto y Antunes, Ricardo, “La distocia en los laberintos discursivos del capital y la nueva morfología del trabajo”, en Trabajo y capitalismo entre siglos en Latinoamérica. El trabajo entre la perennidad y la superfluidad, A. L. Bialakowsky, R. Partida, R. Antunes, María I. Costa et al (comp.), Universidad de Guadalajara – ALAS, Guadalajara, Jalisco, México, 2009.

(18) Ricardo Luiz Coltro Antunes ( São Paulo , 1953 ) es profesor titular de Sociología en el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas (IFCH) de la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), Brasil.


El triunfo del neoliberalismo y la consiguiente pérdida de derechos y de la capacidad organizativa de los trabajadores impactó en el auge que alcanzaron estas perspectivas teóricas y en su influencia en los debates académicos sobre los trabajadores y sus organizaciones. Sin embargo, en el estado actual del capitalismo, en el marco de una crisis económica que no logra superarse y en un contexto de cuestionamiento a la hegemonía neoliberal, el regreso a Marx ha estado en la agenda de los debates académicos y políticos. Lejos del fin del proletariado tan citado en los años noventa, estamos ante una extensión inédita de las condiciones que le dieron existencia como clase. En este marco, abordamos su teoría sobre las clases sociales, los debates en el campo del marxismo y la actualización de la discusión en base a los desafíos del presente. 


    La  clase como proceso y relación en el marxismo de Marx

Abordar el concepto de clase social en el pensamiento de Marx requiere una primera aclaración: no es posible encontrar una definición cerrada, clasificatoria y normativa de las clases sociales en sus escritos. El apenas empezado capítulo LII del libro tercero de El Capital, que llevaría justamente ese título, dejó abierto un sinnúmero de caminos interpretativos posibles si se plantea una lectura fragmentada de su obra. Esta situación refuerza la necesidad de evitar simplificaciones y reduccionismos, centrados en ciertos aspectos parciales (un libro, un capítulo, un pasaje perdido), en detrimento de una lectura que busque contemplar las múltiples determinaciones que atraviesan su concepción teórica.

Más allá de no plantear una definición conceptual sistemática, de esas que esperamos encontrar en los textos académicos como resultado de una investigación desarrollada en un campo disciplinar específico, el análisis basado en las clases sociales y sus antagonismos atraviesan toda la obra de Marx y Engels. Ya desde la temprana investigación de Engels sobre la situación de la clase obrera en Inglaterra, la identificación de clases sociales antagónicas, definidas en base a intereses opuestos, se encontraba en el centro de las preocupaciones. Allí decía:

Un trabajo así es una condena; quita al obrero todo el tiempo disponible, quedándole solo el necesario para comer y dormir, nada para ejercicio del cuerpo al aire libre, para gozar de la naturaleza. Y no hablemos de la actividad intelectual; ¡no debe degradarse a los hombres, con semejante condena, a la condición de bestias! El obrero tiene la alternativa de someterse al destino, de volverse un “buen obrero”, de vigilar fielmente el interés del burgués –y entonces se embrutece, o resistir, a fin de luchar por su humanidad mientras le sea posible, y esto solo puede hacerlo luchando contra la burguesía (19).


(19) Engels, Federico, La situación de la clase obrera en Inglaterra, Buenos Aires, Ed. Diáspora, 1974, p. 127-128.

De este antagonismo inicial podemos derivar un primer elemento de la conceptualización marxista sobre la clase social, y es que se encuentra directamente articulada con la noción de lucha de clases. Así, lejos de representar una categoría clasificatoria o descriptiva en términos de jerarquías sociales fijas, pretende dar cuenta de una relación dinámica, conflictiva y contradictoria en el seno de la sociedad capitalista (20).

(20) En este mismo sentido, Marx y Engels afirmaban en El manifiesto comunista: “Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado”. Más adelante también agregaban: “El proletariado pasa por diferentes etapas de desarrollo. Su lucha contra la burguesía comienza con su surgimiento”. Marx, Karl, Textos selectos, Madrid, Gredos, 2010, p. 582. 

 

La articulación entre clase y lucha de clases fue destacada por intelectuales marxistas contemporáneos como Daniel Bensaïd (21) y Ellen Meiksins Wood, (22) quienes acentuaron, a partir de ello, la definición de las clases sociales en términos de relaciones sociales dinámicas (y conflictivas) y procesos activos.


(21) Daniel Bensaïd ​ fue uno de los dirigentes estudiantiles de mayo del 68, militante en las filas de las Jeunesses Communistes Révolutionnaires, al lado de Alain Krivine.​

(22) Ellen Meiksins Wood FRSC fue una teórica e historiadora política marxista estadounidense-canadiense.


La politóloga norteamericana Meiksins Wood resaltó el concepto de clase del historiador inglés Edward. P. Thompson (23), de quien fuera discípula, por su insistencia en el proceso histórico de formación de las clases sociales. En oposición al estructuralismo de Louis Althusser (24), considera que la clase, lejos de ser una categoría estática o una estructura inerte, es una relación histórica que incluye tanto la experiencia como la conciencia (25) Según Thompson, puede hablarse de clase: cuando algunos hombres, de resueltas de sus experiencias comunes (heredadas o compartidas), sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros hombres cuyos intereses son distintos (y habitualmente opuestos) a los suyos.


(23) Meiksins Wood, Ellen, “La clase como proceso y como relación”, en Meiksins Wood, E. Democracia contra capitalismo. La renovación del materialismo histórico, Siglo XXI, México, 2000.

(24) Thompson, Edward P., La formación de la clase obrera en Inglaterra, Editorial Crítica, Barcelona, p. XIV, 1989.

(25) La autora polemiza particularmente con la interpretación que Perry Anderson plantea en Teoría, política e historia. Un debate con E. P. Thompson.

Partiendo de esta definición, Meiksins Wood se propone “extraer” del trabajo del autor una teoría de la clase social más sistemática de la que él planteara, atendiendo a las críticas de los teóricos marxistas que cuestionaron su escaso tratamiento de las determinaciones objetivas en detrimento de las subjetivas.

En oposición a ello, enfatiza el valor de las determinaciones históricas y sostiene que la clase puede comprenderse en la medida en que se la estudia como una formación social y cultural, que se autoproduce a partir de un proceso (histórico y conflictivo) en el cual los intereses comunes y la conciencia de esos intereses resultan inmediatamente de la experimentación de situaciones objetivas de clase.

En oposición a las lecturas que pretenden reducir las clases sociales a clasificaciones y esquemas de estratificación independientes de la lucha de clases, Daniel Bensaïd también destaca que se trata de un sistema de relaciones atravesado por antagonismos, en el marco de una configuración multideterminada (26). En primer lugar, sostiene que es en El Capital donde es preciso buscar una teoría de las clases sociales, aunque no sea formal ni sistemática. Recomienda atender al movimiento que va de lo abstracto a lo concreto, del modo de producción a la formación social, y en ese movimiento, cada uno de los libros de El Capital aporta un nivel de determinación específico en el marco de la teoría de las clases sociales (27).


(26) En este sentido es interesante la distinción que plantea el autor entre las “definiciones”, que funcionan a partir de la enumeración de criterios particulares, y las “determinaciones”, que implican relaciones entre la parte y el todo, el objeto y el sujeto, el ser y la esencia, y contienen el movimiento que va de lo abstracto a lo concreto. De este modo, en el enfoque de la determinación de conceptos adquiere un rol central la dialéctica como método. Las determinaciones parciales son unilaterales, adquieren sentido al articularse (jerárquicamente) en el seno de la totalidad. Ver: Bensaïd, Daniel, Marx intempestivo. Grandezas y miserias de una aventura crítica. Ediciones Herramienta, Buenos Aires, 2013.

(27) Si bien en esta nota vamos a concentrarnos en las relaciones de clase en el modo de producción capitalista, es importante aclarar que la teoría de Marx no se circunscribe a esta forma histórica, sino que permite explicar las disputas por la extracción y apropiación del excedente y su impacto sobre la división de clases en los distintos modos de producción. Un ejemplo donde Marx caracteriza las relaciones de clase en las sociedades precapitalistas es en Formaciones económicas precapitalistas.


Yendo de lo abstracto a lo concreto, la posesión o no de los medios de producción, o bien, la relación de explotación entre trabajo asalariado y capital, se encuentran, según Bensaïd, en el primer nivel de abstracción, definido por la esfera de la producción. Hay dos elementos que quedan claramente definidos ya en este primer plano: la especificidad de las clases sociales modernas se funda en la doble libertad de la fuerza de trabajo (el trabajador es libre de los medios de producción y libre de vender su fuerza de trabajo); y la relación entre el obrero como productor y el capitalista como poseedor de los medios de producción presupone el conflicto por la división del tiempo entre trabajo necesario y plustrabajo. En este primer nivel de determinación, el antagonismo se sitúa en el lugar de la producción y se expresa en la lucha por el tiempo y las condiciones de trabajo. Aunque siguiendo este método de análisis no puede reducirse la conceptualización de clase a la relación cara a cara entre patrón y obrero, lo cierto es que sin esta determinación tampoco es posible dar cuenta de ella. De modo que, así entendida, esta primera determinación permite abordar el lugar de trabajo como un espacio de antagonismo de clase, una clave de análisis que había sido abandonada por los estudios sociales y del trabajo en los años noventa.

El segundo nivel de determinación corresponde a la esfera de la circulación. En este punto la tensión central se presenta entre el asalariado como vendedor de su fuerza de trabajo y el capitalista como poseedor de capital. Aquí nuevamente aparece el antagonismo, pero ya no por la división del tiempo de trabajo, sino por la negociación de la fuerza de trabajo como mercancía. El conflicto se da a nivel del mercado de trabajo y se expresa concretamente en la lucha por la definición del salario. Esta determinación se ve atravesada por la distinción entre trabajo productivo e improductivo, ampliamente discutida en el campo del marxismo y más allá de él también (28). Bensaïd aclara que esta tensión se resuelve en el tercer nivel de determinación, que aparece tematizado en el tercer libro y corresponde a la reproducción ampliada del capital. Allí, las primeras dos determinaciones (parciales) de las clases se integran al movimiento de conjunto de la competencia por la tasa de ganancia, la especialización funcional de los capitales y la distribución del ingreso, donde interviene el Estado.

Así, el tercer nivel de determinación se corresponde con el de las representaciones políticas: “…en el campo específico de lo político, las relaciones de las clases adquieren un grado de complejidad irreducible al antagonismo bipolar que sin embargo las determina” (30) de manera que la estructura de las clases sociales no define de un modo lineal ni mecánico las representaciones y conflictos políticos. En este sentido, “lo político” asume un lugar central en el marco de las determinaciones de la teoría de las clases sociales, sin el cual no es posible abordarla en la complejidad de sus múltiples determinaciones. De ese modo, la dimensión política deja de ser un elemento complementario de la teoría de las clases, tal como se presenta en los escritos histórico-políticos como El dieciocho brumario o Las luchas de clases en Francia, sino que forma parte sustancial de su discusión teórica.


(28) En relación a este punto es preciso retomar también la definición de Ernest Mandel 29, quien interviene en la discusión argumentando el carácter reduccionista de las posiciones que restringen el proletariado al trabajo manual: “La característica estructural que define al proletariado en el análisis marxiano del capitalismo es la obligación socioeconómica de vender su propia fuerza de trabajo. Así, pues, dentro del proletariado se incluyen no solo los trabajadores industriales manuales, sino todos los asalariados improductivos que están sujetos a las mismas restricciones fundamentales: no propiedad de los medios de producción; falta de acceso directo a los medios de subsistencia (…); dinero insuficiente para comprar los medios de subsistencia sin la venta más o menos continua de la fuerza de trabajo”. Ver Mandel, Ernest, El Capital, cien años de controversias en torno a la obra de Karl Marx, Siglo XXI editores, México, 1985, p. 128. Bajo esta conceptualización, entre 2005 y 2007 se llevó adelante el Programa de Investigación “Los trabajadores en la Argentina actual (Encuesta Obrera)”, que funcionó en el marco del Instituto de Pensamiento Socialista (IPS) “Karl Marx”. Inspirado en la metodología de la Encuesta Obrera propuesta por Marx a los sindicatos franceses en 1871, se realizaron alrededor de 1000 encuestas en distintas estructuras laborales industriales y de servicios: Subterráneo de Buenos Aires, Astillero Río Santiago, IOMA, Siderca-Campana, entre otras. Diez años después, en el marco del Seminario de Investigación de la Carrera de Sociología de la UBA “Los trabajadores en la Argentina posdevaluación. Recomposición social y conflictividad sindical de 2003 en adelante” que dirige Paula Varela, hemos reeditado la encuesta en el Subte.

(29) Ernest Ezra Mandel fue un economista, historiador y político belga. Fue uno de los líderes del trotskismo después de la muerte de León Trotski


(30) Bensaïd, Daniel, 2013, ob. cit., p. 176. 


Algunos puntos de agenda de debate


Como decíamos al inicio, la inexistencia de una definición sistemática sobre las clases sociales en la obra de Marx ha dejado abierto distintos caminos interpretativos. Aunque, las limitaciones de espacio y el alcance del artículo impidan hacer una reposición exhaustiva, nos parece importante dejar planteadas, al menos, algunas discusiones que el propio desarrollo de las teorías académicas y su relación con el movimiento real de la clase obrera introducen en la agenda de debates.


Uno de los ejes gira en torno a la relación entre clase y conciencia de clase. Allí puede destacarse la discusión que plantea Bensaïd con el “marxismo ortodoxo” de Georg Lukács (31) y la identificación del proletariado como sujeto antológicamente revolucionario que, según sostiene, condujo a una idealización que luego, en su falta de correspondencia con la realidad, derivó en un completo escepticismo (32) Estas lecturas, en las cueles la potencialidad revolucionaria de la clase obrera deriva en una necesidad, subestimando los efectos sobre la conciencia de las relaciones de producción y las luchas políticas, ha teñido buena parte de las discusiones sobre la burocracia sindical y la relación entre las cúpulas y las bases en el campo de los estudios sindicales (33).


(31) Georg Lukács fue un filósofo marxista y crítico literario húngaro de origen judío.

(32) Bensaïd, Daniel, Teoremas de la resistencia a los tiempos que corren (Les Irreductibles).

(33) Para profundizar sobre esta discusión ver, Varela, Paula, El gigante fragmentado. Sindicatos, trabajadores y política durante el kirchnerismo.


Aunque en otro registro, podría afirmarse también que las posiciones que se enfocan en las metamorfosis del trabajo y explican a partir de ella su pérdida de centralidad como fuente de identidad social y pertenencia de clase, parten de una ilusión forjada en “los años dorados” del capitalismo. En este sentido discurre la crítica de Bensaïd respecto de los planteos del fin del trabajo de André Gorz; así como también lo observamos en las elaboraciones de los sociólogos franceses Stéphane Beaud (34) y Michel Pialoux (35), quienes construyen la definición de clase obrera y su desvalorización en base a la excepcionalidad de su condición durante los años ’50 y ’60 (36).


(34) Stéphane Beaud nació el 29 de noviembre de 1958 en Annecy , es un sociólogo francés . Su obra se centra principalmente en las transformaciones de los círculos populares en la Francia contemporánea., fue investigador del Centro de Sociología Europea del CNRS e investigador asociado del Laboratorio de Ciencias Sociales de la École Normale Supérieure.


(35) Michel Pialoux nació el 10 de abril de 1939, Profesor y profesor de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales

(36) Ver Cambiasso, Mariela (2016), Repensar la condición obrera, IdZ 34 (octubre, 2016). (37).

(37) Doctora en Ciencias Sociales. Titulo de la tesis: “Tradición de Organización y Estrategias Sindicales. Un estudio sobre la organización sindical en la fábrica alimenticia Kraft-Mondelez (ex Terrabusi) en la post convertibilidad” Director: Dr. Juan Montes Cató | Co-Directora: Dra. Paula Varela.


Otro eje de discusión se plantea en torno a las lecturas que definen las clases sociales como una ubicación estructural más que como una relación social. En este punto aparecen los debates con las “teorías de la estratificación” y el “marxismo de elección racional” o “marxismo analítico”, en los cuales la clase se postula como una forma de estratificación, diferenciada según criterios económicos, como la distribución del ingreso o el tipo de ocupación (38). Aquí el enfoque de clase se desplaza desde las relaciones de producción al ámbito exclusivo de la circulación, buscando responder a los requerimientos de la investigación empírica que presiona hacia la cuantificación y la ubicación de las clases en sistemas de clasificación que pretenden reflejar el modo (desigual) en que se expresa la relación capital-trabajo en la vida de las personas. De este modo, la lucha de clases adopta un papel subsidiario, mientras que la clase asume el carácter de categoría fija e invariable (tipo ideal) al quedar reducida a datos (dimensiones) empíricamente observables. (38).


(38) En esta línea de estudios pueden mencionarse los estudios clásicos de John Roemer 39), Gerard Cohen (40) y Eric Olin Wright. (41).

(39) John E. Roemer es un economista y politólogo estadounidense. Es el profesor Elizabeth S. y A. Varick Stout de Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de Yale

(40) Gerald Allan Cohen, Jerry Cohen, filósofo político y profesor de teoría social y política en el All Souls College de la Universidad de Oxford y uno de los máximos representantes del marxismo analítico

(41) Erik Olin Wright ​ fue un sociólogo estadounidense, miembro destacado del marxismo analítico.​ Sus mayores contribuciones se centraron en su revisión de la teoría marxista de las clases sociales, así como con su esfuerzo por llevar esta revisión teórica al terreno de la investigación empírica.



Podríamos mencionar también otros puntos de agenda, pero en el fondo, más allá de los debates particulares, lo que muestran estas discusiones es que la “condición obrera” se configura como una problemática de actualidad, que la teoría de las clases de Marx y Engels sigue siendo una referencia ineludible en los estudios sociales y que, finalmente, lo que está en juego son distintos proyectos de recreación del marxismo. Así, en un contexto de crisis de las teorías del fin del trabajo, que supieron nutrir de argumentos al neoliberalismo pero se mostraron incapaces de explicar el nuevo protagonismo de los trabajadores, la revitalización de las organizaciones sindicales y los movimientos de oposición al neoliberalismo, sostenemos la potencia explicativa de una conceptualización de clase entendida como proceso y como relación, centrada en los antagonismos y las luchas derivadas de las relaciones de producción y en el análisis histórico como vía de aproximación a sus cambios, entre los cuales se destaca en la actualidad su creciente fragmentación (42). ***


(42) Sobre este punto ver: Varela, Paula, 2016, Ob. Cit. (43).


(43). Buenos Aires, 1972). Politóloga, Doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Es investigadora del CONICET en el área de sociología y relaciones del trabajo en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales CEIL. Es titular del Seminario de Investigación «Los trabajadores en la Argentina posdevaluación» en la Carrera de Sociología de la UBA, y dicta clases en la Carrera de Ciencia Política, de la misma universidad. Ha escrito numerosos artículos sobre estudios de sindicalismo en la actualidad y debates teóricos sobre la clase obrera y las formas de protesta. Forma parte del comité editorial de las revistas Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda e Ideas de Izquierda. Revista de Política y Cultura. Es miembro del Instituto de Pensamiento Socialista «Karl Marx» de Argentina.


*** Esta recopilación ha sido bajada vía Internet.


Clases (Sociales)

“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social, históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en gran parte quedan establecidas y formalizadas en las leyes), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo de otro, por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social” (Lenín). La aparición de las clases está históricamente vinculada al nacimiento y desarrollo de la división social del trabajo y a la aparición de la propiedad privada sobre los medios de producción. Esclavistas y esclavos son las clases fundamentales de la sociedad esclavista. Terratenientes que se adueñan de la tierra, y campesinos siervos sometidos y explotados por ellos, son las clases fundamentales de la sociedad feudal. Capitalistas, propietarios de las fábricas y de las usinas, y proletarios que trabajan en ellas, son las clases fundamentales de la sociedad capitalista. Las clases explotadas crean con su trabajo todas las riquezas sociales, de las que los explotadores se quedan con la parte del león. Los trabajadores sólo reciben una parte insignificante de la riqueza que ellos mismos crean con su trabajo. Las contradicciones entre las clases conducen inevitablemente a la lucha de clases entre explotados y explotadores. Un lugar especial en la historia de la sociedad de clases y de la lucha de clases corresponde al proletariado. La lucha de los esclavos contra los esclavistas y la de los siervos contra el régimen feudal-terrateniente sólo condujo al reemplazo de una forma de explotación por otra. La revolución proletaria, en cambio, al destruir el régimen capitalista y crear el régimen socialista, liquida la propiedad privada sobre los medios de producción, conduce a la supresión de las clases y sepulta para siempre la explotación del hombre por el hombre. (1)


(1) Diccionario filosófico marxista · 1946:45 


Clases (sociales)

“Llámense clases grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social, históricamente determinado; por su relación (en gran parte limitada y formalizada por las leyes) con los medios de producción; por su papel en la organización social del trabajo y, de consiguiente, por los modos de obtener el volumen de aquella porción de riqueza social, de que ellos disponen. Clases son los grupos de hombres en los cuales uno puede apropiarse del trabajo del otro, merced a las diferencias de su posición en un determinado orden de la economía social” (Lenin). La aparición de las clases está relacionada, históricamente, con la aparición y el desarrollo de la división social del trabajo y el surgimiento de la propiedad privada sobre los medios de producción. Amos y esclavos, tales son las clases fundamentales de la sociedad esclavista. Terratenientes, que se apropiaron de la tierra, y siervos, sometidos a ellos y por ellos explotados, tales son las clases fundamentales de la sociedad feudal. Capitalistas, dueños de fábricas y empresas, y proletarios, que trabajan en las fábricas y empresas capitalistas, tales son las clases fundamentales de la sociedad capitalista.

Las clases explotadas crean, con su trabajo, toda la riqueza social, de cuya parte leonina se apropian los explotadores. El trabajador, en cambio, recibe una porción insignificante de la riqueza creada por su trabajo. Las contradicciones entre las clases conducen inevitablemente a una lucha de clases entre explotados y explotadores. En la historia de la sociedad de clases y de la lucha de clases, pertenece al proletariado un lugar especial. La lucha de los esclavos contra los amos, y de los siervos contra el régimen de los señores feudales, sólo condujo al cambio de una forma de explotación por otra. La revolución proletaria, destruyendo el régimen capitalista y fundando el socialismo, liquida la propiedad privada sobre los métodos de producción, conduce a la supresión de clases y entierra, por siempre, la explotación del hombre por el hombre. (2)

(2) Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:16-17 

 

“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social, históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en gran parte quedan establecidas y formalizadas en las leyes), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro, por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social” (3)

(3) Lenín, Obras escogidas, t. II, pp. 612 y 613, Ed. esp., Moscú, 1948)
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Clases (Sociales) (5)M


El marxismo ha mostrado que las clases sólo existen en períodos históricos determinados del desarrollo de la sociedad. El nacimiento de las clases se debe a la aparición y al desarrollo de la división social del trabajo, a la aparición de la propiedad privada de los medios de producción. Esclavistas y esclavos constituyen las clases principales de la sociedad esclavista. Señores feudales que se adueñaron de la tierra y campesinos siervos explotados por ellos, constituyen las clases principales de la sociedad feudal. Capitalistas propietarios de talleres y fábricas, y proletarios privados de medios de producción, constituyen las clases principales de la sociedad capitalista. En cada sociedad dividida en clases, junto a las clases principales existen clases secundarias. Éstas son, o bien clases nuevas que acaban de nacer, o clases antiguas que se descomponen y mueren. Estas clases secundarias están representadas en la sociedad feudal, por la burguesía naciente y los primeros proletarios, y en la sociedad burguesa, por el campesinado que se disgrega en un proceso de diferenciación yendo a engrosar principalmente las filas del proletariado.


Las clases explotadas crean toda la riqueza social, y los explotadores se apropian de la parte del león. Los trabajadores por su parte, no reciben más que una porción ínfima de la riqueza creada por su trabajo. Las contradicciones entre las clases conducen inevitablemente a una lucha de clase de explotados contra explotadores. En la historia de la sociedad de clases y de la lucha de clases, corresponde un lugar aparte al proletariado. La lucha de los esclavos contra sus amos, y de los siervos contra el régimen feudal, sólo logró sustituir una forma de explotación por otra. A diferencia de las revoluciones anteriores, la revolución proletaria que realiza el proletariado bajo la dirección del partido comunista, al destruir el régimen capitalista e instaurar el régimen socialista, abroga la propiedad privada de los medios de producción, suprime las clases explotadoras y elimina toda explotación del hombre por el hombre. Con el pasaje a la etapa superior del comunismo, desaparecen completamente las diferencias de clase que, bajo el socialismo, existen todavía entre las dos clases amigas de la sociedad socialista, los obreros y los campesinos, y entre éstos y los intelectuales (4)


(4) Diccionario filosófico abreviado · 1959:70-71


Clases (sociales) (5)

“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social, históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran respecto a los medios de producción (relaciones que en gran parte quedan establecidas y formalizadas en las leyes), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, consiguienternente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro, por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”

La existencia de las clases se halla vinculada tan sólo a determinados períodos en el desarrollo de la producción social. El origen de las clases está condicionado por el desarrollo de la división social del trabajo (división del trabajo) y el surgimiento de la propiedad privada sobre los medios de producción. En cada sociedad de clases, junto a las fundamentales –amos y esclavos en la sociedad esclavista, señores y siervos bajo el feudalismo, capitalistas y proletariado en la sociedad burguesa existen también otras, secundarias; estas últimas, están ligadas o bien a la conservación de los restos del viejo modo de producción (en la sociedad burguesa, el campesinado) o bien al nacimiento del modo de producción nuevo (la clase burguesa que se forma en las entrañas del feudalismo. Únicamente se hace posible acabar con la división de la sociedad en clases mediante la revolución socialista liquidando el dominio de las clases explotadoras, su propiedad privada sobre los medios de producción, sustituyendo este tipo de propiedad por la propiedad social. La victoria del socialismo cambia de manera radical el carácter de las clases trabajadoras, aproxima entre sí a obreros y campesinos. La clase obrera, bajo el socialismo, ya no puede ser denominada proletariado: se halla libre de explotación, posee junto con todo el pueblo los medios de producción y no vende su fuerza de trabajo. El campesinado, bajo el socialismo, ha terminado para siempre con la agricultura basada en la propiedad privada, con la fragmentación heredada del capitalismo y con los procedimientos y medios de trabajo primitivos, atrasados. Estructura su economía sobre la base de la propiedad colectiva socialista. Ha cambiado asimismo de modo radical la intelectualidad. Al pasar al comunismo, se borran los límites entre los obreros, los campesinos y los intelectuales. Este proceso tiene su base en la gradual superación de las diferencias esenciales que existen entre la ciudad y el campo, el trabajo intelectual y el trabajo físico. Además, la unidad político-social e ideológica del pueblo alcanzada en la sociedad socialista, se consolida cada vez más y se intensifica la homogeneidad social. El fortalecimiento ulterior de la alianza indestructible entre la clase obrera y el campesinado koljosiano, manteniendo la clase obrera su función rectora, tiene una significación política y económicosocial decisiva para la edificación del comunismo en la U.R.S.S. La división de la sociedad en clases y capas sociales desaparecerá definitivamente con la victoria del comunismo. (6)


(5) Diccionario filosófico · 1965:67-68

(6) No ha sido posible la edificación del comunismo en la URSS, porque el último secretario general de PCUS, Mijail Gorbachov cometió la gran traición de finiquitar el glorioso Estado Soviético, y entregárselo a los lacayos contrarrevolucionarios capitalistas. (ARP).
 

Clases (sociales)


“Grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y formalizan), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse de trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social” (7)


(7) V. I. Lenin, t. 39, p. 15.

La existencia de las clases está asociada tan sólo a determinados modos históricos de producción. El surgimiento de las clases se debió al desarrollo de la división social del trabajo y a la aparición de la propiedad privada de los medios de producción. En cada sociedad dividida en clases, además de las clases fundamentales (esclavistas y esclavos en la sociedad esclavista, terratenientes y campesinos siervos bajo el feudalismo, capitalistas y proletarios en la sociedad burguesa), existen también las no fundamentales; su existencia obedece bien al mantenimiento de los restos del viejo modo de producción (en la sociedad burguesa, el campesinado), o bien al nacimiento del nuevo (la clase de la burguesía que nace en el seno del feudalismo). La liquidación de las clases explotadoras y la superación de los antagonismos de clase se hacen posibles gracias a la revolución socialista que suprime la propiedad privada sobre los medios de producción y la sustituye por la propiedad social. (8). El triunfo del socialismo cambia de raíz la fisonomía de las clases trabajadoras y acerca entre sí a los obreros y los campesinos. En las condiciones del socialismo, la clase obrera no puede llamarse ya proletariado, pues está libre de la explotación y posee, conjuntamente con todo el pueblo, los medios de producción, por lo cual su fuerza de trabajo no es una mercancía. El campesinado de la sociedad socialista ha acabado para siempre con la gestión de la economía sobre la base de la propiedad privada, con la dispersión heredada del capitalismo y con la técnica primitiva y atrasada. Administra su economía sobre la base de la propiedad colectiva socialista. Cambió de raíz también la intelectualidad. En el proceso de transformación del socialismo en comunismo se suprimen las diferencias entre los obreros, los campesinos y la intelectualidad. La base de este proceso es la superación gradual de las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo y entre el trabajo intelectual y manual. La unidad sociopolítica e ideológica de la sociedad, alcanzada en el contexto del socialismo, se fortalece cada vez más; aumenta la homogeneidad social. La alianza indestructible de los obreros, los campesinos y la intelectualidad constituye la base social de la URSS. El fortalecimiento continuo de esta alianza, bajo la dirección de la clase obrera, tiene una importancia política y socio-económica decisiva para la edificación del comunismo. La estructura sin clases de la sociedad cristalizará fundamentalmente en el marco histórico del socialismo maduro. (9)


(8) Lamentablemente la propiedad privada de los medios de producción extirpada al socialismo real  en la URSS, ha sido entregada y pasada de nuevo a la burguesía capitalista. De momento los contrarrevolucionarios se han hecho dueños de los medios de producción en Rusia. (ARP)


(9) Diccionario de filosofía · 1984:68-69




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