sábado, 4 de febrero de 2017

MATERIALISMO HISTORICO CAPITULO 9


 



EL MATERIALISMO HISTORICO. CAPITULO IX


LA REVOLUCIÓN SOCIAL



Por el capítulo anterior 1 sabemos qué es el Estado, como surgió y qué tipos de Estado conoce la historia de la humanidad. Ahora cabe preguntar: ¿En virtud de qué causas y de qué manera un tipo de Estado da paso a otro, por qué se produce el cambio de regímenes sociales, la sustitución de una clase dominante por otra? Da respuesta a esta cuestión la teoría marxista-leninista de la revolución social.


1 Hace referencia al capítulo VIII de esta recopilación. (ARP)


LA REVOLUCION SOCIAL LEY DEL DESARROLLO
DE LA SOCIEDAD DE CLASES ANTAGONICAS


Esencia, causas e importancia de la revolución social



La revolución social es una profunda trasformación operada en la vida política, económica e ideológica de la sociedad. Precisamente como consecuencia de la revolución sobreviene la sustitución de las clases dominantes y tipos de Estados, se suprimen las viejas relaciones de producción, se afianzan otras nuevas y cambian de manera radical las concepciones e instituciones sociales.

La revolución social no es un fenómeno casual, sino natural, lógico, que proviene del desarrollo de las condiciones materiales de vida de la sociedad en determinadas etapas de su desarrollo y de las contradicciones internas que le son inherentes. Al mencionar las causas de la revolución social, Marx escribió en el Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política, que en una etapa determinada del desarrollo de la sociedad las fuerzas productivas entran en contradicción con las relaciones de producción, dentro de los cuales se desenvolvían hasta entonces. De forma de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones de producción, ahora ya atrasadas, se truecan en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social.

Así, pues, la base económica de la revolución social es el conflicto existente entre las nuevas fuerzas productivas y las viejas relaciones de producción. Como hemos aclarado anteriormente, las relaciones de producción no pueden quedar rezagadas por mucho tiempo del desarrollo de las fuerzas productivas. Tarde o temprano deben ponerse en correspondencia con ellas. Esta correspondencia se establece precisamente como resultado de la revolución social.

Un conflicto en la producción siempre se expresa en un conflicto de intereses de clase. Frente a la clase reaccionaria, detentadora de viejas relaciones de producción, está la clase progresista, portadora de las nuevas relaciones de producción. De ahí la lucha inconciliable de la clase progresista contra la reaccionaria, lucha cuya manifestación suprema y coronamiento es la revolución socia.

La clase vieja, reaccionaria, jamás renuncia voluntariamente a su dominio. Para conservar las viejas relaciones de producción pone en juego todas las fuerzas del poder estatal. Por eso, para suprimir aquéllas y afianzar las nuevas, la clase progresista debe conquistar el poder político. Que las nuevas relaciones de producción venzan dependen, en fin de cuentas, que la clase revolucionaria conquiste el poder estatal. Por eso la cuestión del poder estatal es la fundamental de todas las revoluciones.

Las revoluciones tienen inmensa importancia en la vida de la sociedad: Sólo por medio de trasformaciones radicales, revolucionarias, se puede derrocar el viejo régimen social reaccionario e implantar otro nuevo, progresista. Sólo en las revoluciones sociales se resuelven las contradicciones económicas y de clase que maduran durante largos períodos de desarrollo de la sociedad. Sólo ellas apartan del camino del progreso económico, político y cultural de los obstáculos que suponen las relacione caducas de producción y sus portadores reaccionarios: las viejas clases. En el período de las revoluciones sociales se despierta la energía creadora de la masa del pueblo, y millones de trabajadores se incorporan a la vida social activa, debido a la cual se acelera en gran medida el proceso del desarrollo social. Marx no llamó por casualidad locomotoras de la historia a las revoluciones.



Situación revolucionaria. Papel del
factor subjetivo en la revolución



La revolución no se hace "por encargo" o por la voluntad o deseo de alguien. Para hacer una revolución se requieren determinadas condiciones históricas, premisas objetivas y subjetivas.

El conjunto de condiciones objetivas necesarias se llama situación revolucionaria. Lenin consideraba que los rasgos de una situación revolucionaria son los siguientes:

1. Imposibilidad para las clases gobernantes de vivir y como antes –la denominada crisis de las "capas altas-, por un lado, e indignación de las clases oprimidas, que no quieren seguir viviendo como antes –crisis de las "capas bajas"-, por otro lado. Lenin escribió que…la revolución es imposible sin una crisis nacional general (que afecte a explotadores y explotadores) 2.


2 V.I. Lenin "El ‘izquierdismo’, enfermedad infantil del comunismo, en Obras Completas, t. XXXI, ed. cit., pág. 80 (Ed.)

2. Agravamiento extremo de las necesidades y calamidades de las clases oprimidas.
 
3. Elevación considerable de la actividad de las masas populares. Si ordinariamente las masas se conducen con relativa tranquilidad, en las condiciones de crisis la misma situación las empuja a lanzarse a la revolución.

Ahora bien, no toda situación revolucionaria lleva a la revolución, pero la revolución no se produjo. La situación revolucionaria, la madurez del factor objetivo, sólo crea la posibilidad para que la revolución triunfe, mas para trasformar esta posibilidad en realidad hace falta también que esté en sazón el factor subjetivo, o sea, que la clase revolucionaria esté dispuesta y sea capaz de llevar a cabo acciones revolucionarias lo suficientemente eanérgicas para derrocar (quebrar) el viejo gobierno que, como escribió Lenin, jamás "caerá" si no "o hacen caer". La revolución socialista triunfante es posible únicamente si la clase obrera está organizada y es conciente, si tiene aliados seguros y si la revolución es dirigida por un partido experto en los combates.


Carácter y fuerzas motrices de la revolución



Las revoluciones sociales se distinguen por su carácter y por las fuerzas motrices que actúan en ellas. El carácter de la revolución depende de la clase que suba al poder y de las relaciones de producción que se afiancen como consecuencia. Así, por ejemplo, la revolución que sustituye el dominio de los señores feudales por el la burguesía y afianza otras relaciones de producción, las relaciones capitalistas en lugar de las feudales, es burguesa por su carácter.

Las fuerzas motrices de la revolución son las clases sociales que la llevan a cabo y luchan contra las clases reaccionarias por el triunfo de las nuevas relaciones de producción. Una de las clases que hacen la revolución es su dirigente, que lleva tras sí a todas las otras clases y grupos sociales que participan en ella.

Las fuerzas motrices de la revolución y la clase que la dirige dependen, tanto del carácter de la revolución, como de las condiciones históricas en que ésta sobreviene. Así, en las revoluciones burguesas de Occidente del período del capitalismo del siglo XIX ascendente (desde el siglo XVII hasta la primera mitad del siglo XIX) las fuerzas motrices fueron lo campesinos y los artesanos; y la burguesía su dirigente, que llevó tras sí a todos los demás combatientes contra el feudalismo.

Las revoluciones burguesas de la época del imperialismo adquirieron a veces un carácter democrático muy acentuado (por ejemplo, la revolución 1905-1907 y la revolución de febrero de 1917 en Rusia). En ellas participan las capas más amplias del pueblo, que plantean sus propias reivindicaciones, aplican su política independiente y ejercen inmensa influencia en el curso de la revolución. Por lo que concierne a la burguesía imperialista, actúa en estas revoluciones como clase reaccionaria. Teme la victoria completa de la revolución así como una profunda democratización ya que, cuanto más completa sea la libertad y vasta la democracia, tanto más favorables serán las condiciones para la lucha de la clase obrera contra su dominio. La burguesía monopolista procura terminar la revolución a mitad de camino, concertando un compromiso con los terratenientes y el viejo poder, por lo que, en las nuevas condiciones, no sólo deja de ser el dirigente de la revolución, sino incluso su fuerza motriz, y, en algunos países, apoya abiertamente a la contrarrevolución. La fuerza motriz de las revoluciones burguesas de la época del imperialismo está constituida por el proletariado y los campesinos, bajo la dirección del proletariado.

 

2. LA REVOLUCION SOCIALISTA


Esencia  de la revolución socialista


La revolución socialista se distingue radicalmente de las revoluciones sociales de todos los tipos precedentes.

¿En qué consisten esos rasgos distintivos?

Primero, en que todas las revoluciones anteriores no perseguían el fin de suprimir la explotación, sino modificaban sus formas. La revolución socialista, en cambio, pone fin para siempre a toda explotación e inaugura la época de la creación de la sociedad sin clases.

Segundo, en que las revoluciones anteriores no resolvían la tarea de crear una nueva economía. Sólo ponían el poder político en correspondencia con las nuevas relaciones económicas que habían surgido en el seno de la vieja sociedad. Una de las principales tareas de la revolución socialista estriba en crear una nueva economía, la economía del socialismo, que no surge en el seno del capitalismo.

Tercero, en que en ninguna revolución se caracteriza por una actividad tan intensa de las masas populares como la revolución socialista. El proletariado en la revolución socialista une sólidamente en torno suyo a las amplias masas de trabajadores y fuerzas democráticas para la lucha contra el capitalismo, por el socialismo.

La fuerza decisiva de la revolución socialista es la clase obrera. Como clase más avanzada y revolucionaria, ejerce, encabezada por el partido marxista, la dirección de todos los trabadores que luchan contra la vieja sociedad capitalista. Organiza el asalto al capitalismo en las condiciones de dominio político de éste e instaura su propio poder. Una vez conquistado el poder político, la clase obrera sigue llevando tras sí a todos los trabajadores por la senda del socialismo.

La cuestión fundamental de la revolución socialista es la cuestión de la conquista del poder políticio por el proletariado y del desarrollo y fortalecimiento ulterior de este poder. Como se ha dicho anteriormente, la clase obrera puede cumplir su tarea de derrocar el capitalismo y construir la nueva sociedad únicamente creando su propio Estado proletario. La destrucción de la máquina estatal burguesa y la organización del nuevo Estado proletario se presentan, por tanto, como tarea importantísima de la revolución socialista.



Inevitabilidad de la revolución socialista en la época
del imperialismo


Los reformistas siempre han sido enemigos de la revolución socialista. En nuestros días, cuando la humanidad se desplaza del capitalismo al socialismo y dicho movimiento se ha convertido en el contenido principal del proceso histórico, quieren refutar con particular empeño la teoría marxista-leninista de la revolución socialista. Al procurar evitar a toda costa este proceso lógico, conservar el régimen y apartar a la clase obrera de la lucha revolucionaria, los reformistas aspiran a demostrar de que en las condiciones modernas ha desaparecido la necesidad de la revolución socialista y ha surgido la posibilidad de que el capitalismo se trasforme evolutivamente, 3 por medios de reformas, en socialismo. Desde su punto de vista, el capitalismo contemporáneo ha dejado de ser el capitalismo descrito por Marx en El Capital. Dicen que se ha convertido en "capitalismo popular", en una sociedad sin explotadores ni explotados. Afirman que el Estado burgués también ha cambiado, que ha perdido su carácter de clase y se ha convertido en un Estado de "bienestar universal", capaz de llevar a la práctica el socialismo, 4 introduciendo una reforma tras otra dentro del régimen político existente.


3 Es decir, los reformistas entienden que el capitalismo se transformará por medios de evolución y no por medios de revolución (revolución es evolucionar más radicalmente). Teniendo en cuenta que el capitalismo no es un fenómeno de la naturaleza, sino una esencia propia de esta formación socioeconómica, éste no va evolucionar jamás por medios evolutivos. Eso sí, la evolución también juega un papel muy importante en estas formaciones: evolucionan obteniendo inmensos beneficios, a costa de la miseria ajena, tanto material como espiritual. (ARP)

4 Los reformistas parecen que confunden el socialismo con la socialdemocracia, que de hecho, en las últimas elecciones han entregado sus votos a la derecha española para que siga gobernando el país; todo en aras del "bienestar universal" para su estado de bienestar particular. (ARP)

Los revisionistas modernos han hecho suyas las concepciones de los reformistas, que niegan la necesidad de la revolución socialista. Estos consideran el incremento que el capital monopolista de Estado ha tenido en una serie de países capitalistas, como el argumento fundamental que atestigua la trasformación de capitalismo moderno en socialismo. 5


5 Según los modernos revisionista, consideran el incremento que el capital monopolista de Estado ha tenido en algunos países, como argumentación central que legitima la trasformación capitalista moderna en socialismo. Estos modernos sicofantes ocultan el capital monopolista de Estado, hoy en su fase superior: el imperialismo, que ha monopolizado las ganancias y el capitalismo moderno, en socialismo. De socialismo sólo deja socializadas las pérdidas, y esto también lo ocultan.


Como se ve, los revisionistas no tienen el menor propósito de suprimir la propiedad privad, base de las bases el capitalismo, ni quieren ver que el capitalismo monopolista de Estado no destruye la propiedad, sino que lo concentran en manos del Estado capitalista. Niegan el papel dirigente del proletariado en la revolución y la necesidad del Estado proletario.

Como ya se ha dicho, no hay ni puede haber "capitalismo popular" alguno, capitalismo sin explotadores, ni Estado de "bienestar universal" en las condiciones de capitalismo. El imperialismo se distingue por su carácter extremadamente reaccionario, que se expresa en la identificación de la clase obrera, en la constante ofensiva contra el nivel de vida y los derechos democráticos de los trabajadores y en la carrera armamentista y preparación de la nueva guerra mundial. Todo esto se lleva inevitablemente a acentuar el antagonismo entre la clase obrera y la burguesía. El ahondamiento de este antagonismo se expresa en la exacerbación de la lucha de clases y en la intensificación del movimiento de los trabajadores contra el materialismo, por la elevación de su nivel de vida, la paz y la democracia. Esta lucha lleva lógicamente a la revolución socialista, a la destrucción del capitalismo y a la victoria del socialismo.

En la época del, imperialismo la revolución socialista es inevitable. Sólo la revolución proletaria puede apartar el inmenso obstáculo interpuesto en el camino del desarrollo de las fuerzas productivas modernas, en el camino del progreso de la humanidad, las relaciones de producción capitalista y cumplir con ello la demanda imperiosa del desenvolvimiento histórico.


Teoría leninista de la revolución socialista


Ya sabemos que, al descubrir el antagonismo existente entre la burguesía y el proletariado, Marx y Engels llegaron a la conclusión de que su ahondamiento llevaría a la revolución socialista. Pero Marx y Engels vivieron en la época del capitalismo ascendente, época en que el capitalismo se desarrollaba más o menos uniformemente. Partiendo de eso, consideraron que la revolución proletaria podía vencer simultáneamente en todos los países civilizados o en la mayoría de ellos. Su tesis se fundaba en que las tentativas de instaurar el socialismo en un país por separado en aquellas condiciones, hubieran sido aplastadas por los esfuerzos aunados de los capitalistas de otros países.

A fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando el capitalismo se convirtió en imperialismo, en su última fase, las condiciones para la revolución socialista cambiaron esencialmente. Lenin creó una teoría nueva de la revolución congruente con la época del imperialismo.

El sistema mundial del socialismo constituye un tipo cualitativamente nuevo de relaciones económicas y políticas entre los países. Estas relaciones se basan en la profunda comunidad de sus intereses económicos y políticos y en la ideología marxista-leninista, única para todos.

La base económica del sistema socialista es la propiedad social de los medios de producción. Su base política es el poder del pueblo, encabezado por la clase obrera. Su base ideológica es la teoría del marxismo-leninismo: construir el socialismo y el comunismo.

Los principios fundamentales de las reacciones entre los países socialitas son: plena igualdad de derechos de los Estados grandes y pequeños, no ingerencia en los asuntos internos de otros Estados, respeto a la soberanía y de la integridad territorial, ayuda mutua fraterna y estrecha colaboración en la economía, política y la cultura. Relaciones de este tipo, en las que el internacionalismo proletario ha encontrado su máxima expresión, eran desconocidas en la historia de la humanidad. Estas relaciones son precisamente la garantía de la pujanza y solidez del sistema mundial del socialismo.

Las formas de colaboración y ayuda mutua de los países socialistas son muy variadas. En el aspecto económico se expresan en las condiciones de los planes económicos, en el desenvolvimiento máximo del comercio recíprocamente ventajoso, en la concesión de créditos y en el intercambio de información técnico–científica. En el aspecto político se expresan en la lucha común contra la reacción imperialista, por la paz, el socialismo el progreso social. En el aspecto de la cultura se manifiestan en la colaboración cultural, más amplia y variada cada vez, de los países socialistas, de lo cual resulta el enriquecimiento mutuo y creciente de las culturas nacionales.

Actualmente el sistema mundial del socialismo ha entrado en una nueva etapa de desarrollo 6. La Unión Soviética lleva a cabo la edificación plena del comunismo. Otros países están poniendo los cimientos de la sociedad socialista completa.


6 Sí, el sistema mundial del socialismo había llegado a incorporarse en una nueva etapa de desarrollo, sobre todo en la Unión Soviética. Después de la disolución de la antigua URSS, todo lo que se había conseguido en el campo del socialismo marxista leninista, en más de 70 años de sangre, sudor y lágrimas se disolvió como un azucarillo en un vaso de agua. (ARP)


La victorias decisivas del socialismo a escala de todo el sistema socialista, la cohesión de sus Estados integrantes en un campo combativo único, su unidad, que se fortalece continuamente, y en su poderío, que crece sin cesar, hacen imposible la restauración del capitalismo 7 no sólo en la Unión soviética, sino en otros países socialistas. Ello asegura la victoria completa del socialismo y el comunismo en todo el sistema socialista.


7 Los académicos e ideólogos del marxismo-leninismo, cuando predijeron está máxima, no se esperaban que se instaurara el capitalismo en Unión Soviética; pero después de la desintegración de la URSS, la perspectiva ha sido todo lo contrario e incomprensible el capitalismo se integro de nuevo en Rusia. . (ARP)


Los países del socialismo desarrollan constante y armónicamente su economía y cultura, utilizando las leyes del desarrollo y las ventajas del sistema socialista y apoyándose en los adelantos económicos y culturales mutuos. Reproduce un ajuste de la línea general del desarrollo económico y cultural de estos países y se abrevia el plazo de la edificación del socialismo. En consecuencia, ante estos países se ofrece la perspectiva de pasar a más o menos simultáneamente, dentro de una misma época histórica al comunismo.

Una condición indispensable de los éxitos ulteriores de los países del socialismo es el fortalecimiento de la unidad del sistema socialista mundial, basados en los principios del internacionalismo proletario. Esta unidad es incompatible con las manifestaciones de nacionalismo, que perjudican a los intereses generales de la comunidad socialista y, ante todo, el pueblo del país en que se manifiesten. Si tal país se aparta del campo del socialismo, eso frena su desarrollo y le impide aprovechar las ventajas del sistema socialista mundial.

El reforzamiento de la unidad del campo socialista y la elevación de su poderío y capacidad defensiva, sigue siendo una de las tareas más importantes planteada a los pueblos de todos los países del sistema socialista mundial.



LA COEXSISTENCIA PACIFICA DE LOS ESTADOS
SOCIALISTASY CAPITALISTAS, NECESIDAD OBJETIVA
DEL DESARROLLO DE LA HUMANIDAD


Principio leninista de la coexistencia pacífica



El principio de la coexistencia pacífica de los Estados de distinto régimen social fue propuesto y argumentado en todos los aspectos por Lenin, quien declaró en su discurso, pronunciado en el II Congreso de los Soviets, durante las primeras horas del poder soviético: "Rechazamos todas las cláusulas de bandidaje y de violencia, pero aceptaremos con satisfacción y no podemos rechazar las cláusulas que establezcan relaciones de buena voluntad y acuerdos económicos" 7



8.I. Lenin, Obras Completas, t. XXVI, ed. cit., pág. 241. (Ed.)


Lenin estaba firmemente convencido 9 que   tarde o temprano, el socialismo triunfaría en todo el mundo. Pero consideraba que esta victoria no se podía conquistar simultáneamente, de una vez en todos los países. Unos países llegan al socialismo antes que otros, de acuerdo con su nivel de economía, el grado e agudeza de la lucha de clases, la correlación de fuerzas del proletariado y la burguesía y de otras condiciones. Partiendo de esto, Lenin dedujo que durante cierto período histórico, a lo largo del cual existirían Estados capitalistas junto a los socialistas, la coexistencia pacífica de los países socialistas y capitalistas sería inevitable. Lenin fue partidario fervoroso de la coexistencia pacífica, y el Partido Comunista y el gobierno soviético adoptaron este principio como base de su política exterior. El fin principal de la actividad del partido y del gobierno en política exterior estriba en garantizar condiciones pacíficas para la edificación del comunismo en la URSS y el desarrollo del sistema socialista mundial y, junto con todos los países amantes de la paz, librar la humanidad de una guerra mundial devastadora.



Vladimir Ilich Lenin murió en 1924 muy joven pues sólo tenía 53 años. Su muerte fue una gran tragedia, pues sólo había pasado desde el triunfo de la Revolución proletaria en 1917, siete años. Elevó las teorías marxistas a un nivel superior: el marxismo-leninismo.

Su sucesor Iósif Stalin tuvo que prescindir en gran parte de las teorías del marxismo-leninista, en aras de la salvación de la Unión Soviética. Éste de gran visión política, receló desde la subida del nacionalnazismo de Hilter (1932-1945) en Alemania, que antes o después las hordas fascistas y nazistas trataría de invadir la URRS y destrozar la revolución proletaria.

La muerte prematura de Lenin y el culto a la personalidad de Stalin y los sucesores de éste, fueron poco a poco socavando la revolución del proletariado defendida tan convincentemente por Lenin, y pese a los éxitos de la implantación del socialismo en la URSS, el Estado socialista y el socialismo fuera abolido el 26 de diciembre de 1991. (ARP)


La coexistencia pacífica de los Estado socialista y capitalistas es una necesidad objetiva del desarrollo de la humanidad. En nuestros días cuando existen monstruosas armas de exterminio y medios para transportarlas a cualquier punto del globo, cuando una nueva guerra mundial ocasionaría victimas y destrucciones colosales, la cuestión de la guerra y la paz es fundamental. Hoy lo principal estriba en evitar la guerra termonuclear, en impedir un desencadenamiento. "Ahora –ha dicho Jruschov- no se trata de si debe o no debe haber coexistencia pacífica, la coexistencia existe y existirá si no queremos la locura de la guerra mundial nuclear con su empleo de cohetes. Se trata de coexistir sobre un base razonable".

La coexistencia sobre una base razonable, la coexistencia pacífica, presupone: la renuncia a la guerra como medio de resolver los litigios entre los Estados y su solución mediante negociaciones; igualdad, comprensión y confianza mutua entre los Estados y consideración de los intereses mutuos; ni ingerencia en los asuntos internos y reconocimiento del derecho de cada pueblo a resolver independientemente todas las cuestiones de su país; riguroso respeto de la soberanía la integridad territorial de todos los países; desarrollo de la colaboración económica y cultural en plena igualdad y provecho mutuo. El Partido Comunista de la Unión Soviética y todos los partidos marxistas dedican mucha atención y esfuerzos a la solución de estas tareas.

El secretario del CC del PCUS y el jefe de Gobierno soviético Jruschov, es un luchador infatigable por la causa de la paz. Sus numerosos viajes a distintos pases: EE.UU., Francia, Austria, Finlandia, Birmania, India, Indonesia y otros, así como las entrevistas con los dirigentes y pueblos de estos países, contribuyen a reforzar la causa de la paz y aliviar la tirantez internacional.

Es particularmente significativa en este sentido la propuesta de Jruschov, hecha en nombre de la Unión Soviética a la XIV Sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, sobre el desarme genera y completo (1959), así como la Tesis Fundamental del Tratadote Desarme General y Completo, presentadas al examen de la XV Sesión (1960) de dicha Asamblea. Estos documentos han sido la mejor demostración de la sinceridad y espíritu consecuente de la política pacifista de la URS. Es sintomático que la Unión Soviética no sólo proclamó la necesidad del desarme, sino que emprendió pasos prácticos para llevarlo a cabo. Así, en el período de 1955 a 1958, la Unión Soviética redujo unilateralmente sus fuerzas armadas en 2.140.000 hombres.

Al aplicar consecuentemente el principio de la coexistencia pacífica, forman y crecen poderosas fuerzas capaces de mantener y consolidar la paz. Surgió, se desarrolla y fortalece constantemente el sistema socialista mundial, que es el centro natural de atracción de las fuerzas pacíficas del mundo.

Al lado de los países socialistas, entran en la vasta zona de paz un cuantioso grupo de países pacíficos no socialistas, muchos de los cuales son Estados que se han liberado del yugo colonial. Cada vez es mayor el número de países que aspiran a evitar el peligro que entraña la participación en los bloques militares y adoptan la política de la neutralidad.

Un factor importantísimo en la lucha por la paz es el movimiento antibelicista de las masas populares, las cuales toman más y más activamente en sus manos la solución del problema de la guerra y la paz. Al frente de la lucha de los pueblos marcha la clase obrera internacional, el combatiente más intransigente y consecuente contra la guerra imperialista.

La existencia de las poderosas fuerzas pacíficas mencionadas, han permitido al Partido Comunista de la Unión Soviética y a los partidos marxistas de otros países llegar a la conclusión histórica de que las guerras en nuestra época no son inevitables, y de que hoy la humanidad ya está en condiciones de impedir la guerra como medio de resolver los litigios internacionales. En el programa del PCUS se expresa: "La guerra mundial puede conjurarla los esfuerzo unidos del poderoso campo socialista, de los Estados pacíficos no socialistas, de la clase obrera internacional y de todas las fuerzas que defienden la paz". Con ello se ofrece la perspectiva de garantizar la coexistencia pacífica durante todo el período en que se hayan de afrontar los problemas sociales y políticos que hoy dividen al mundo.

El que las fuerzas pacíficas puedan evitar una nueva guerra mundial no excluye toda posibilidad para el desencadenamiento de guerras. Esta posibilidad existirá mientras exista el capitalismo. Sólo la sociedad comunista consolidará una paz duradera en la tierra. En las condiciones actuales, la lucha consecuente que la Unión Soviética, los otros países del sistema socialista y todos los hombres honestos libran por la paz y la seguridad de los pueblos, tropieza con la resistencia de las fuerzas agresivas, encabezadas por el militarismo norteamericano. Estas fuerzas hacen cuanto pueden por empeorar la situación internacional, amenazan abiertamente a la URSS y a los otros países socialistas, fomentan la carrera armamentista y estimulan la histeria belicista. Ante el peligro de una nueva guerra mundial, la Unión Soviética se ve obligada a adoptar las medidas necesarias para reforzar su defensa y proteger al pueblo soviético y a los pueblos de todo el campo socialista.

La reacción imperialista no ha renunciado a sus planes inhumanos, lo que significa que la coexistencia pacífica entre los Estados de distintitos regimen sociales se puede mantener y garantizar únicamente con la lucha abnegada de todos los pueblos contra los propósitos agresivos de los imperialistas.

En la vanguardia de la lucha por de paz forman los partidos comunistas y obreros, que desenmascaran infatigablemente todas las maquinaciones y planes agresivos de los imperialistas, elevan la vigilancia de los pueblos y aplican firme y consecuentemente la política leninista de la coexistencia pacífica entre los Estado de distinto régimen social.


La coexistencia pacífica como forma de la lucha de clases


Los revisionistas y dogmáticos modernos 10  tergiversan  la esencia del principio de la coexistencia como la conciliación de las contradicciones entre los sistemas socialista y capitalista, como el cese de la lucha de una y otra ideología.



10 dogmatismo es una corriente filosófica opuesta al escepticismo * y al idealismo **, que haciendo derivar el pensamiento del ser, presupone la supremacía del objeto respecto al sujeto, de la realidad de las ideas, de la naturaleza del espíritu.

* Doctrina filosófica que considera que no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse ninguna opinión segura.

** Conjunto de corrientes filosóficas que niegan realidad al objeto del conocimiento, es decir, que niegan la existencia de cosas independientes de la conciencia. (ARP)


En realidad, no implica, ni mucho menos semejante coalición. La coexistencia pacífica peculiar de la lucha de clases entre los dos sistemas mundiales opuestos. "La coexistencia pacífica hay que entenderla bien – ha dicho Jruschov- . Coexistencia significa continuación de la lucha entre los dos sistemas sociales, pero con medios pacíficos, sin guerra, sin la ingerencia de un Estado en los asuntos internos de otro Estado… Opinamos que esta lucha es económica, política e ideológica, pero no militar".

La coexistencia pacífica sirve de base a la emulación económica entre el socialismo y el capitalismo a escala internacional. Es una lucha singular entre ambos por alcanzar los mayores ritmos y envergadura del desarrollo de la producción y la cultura y satisfacer mejor las demandas materiales y culturales de los miembros de la sociedad. A lo largo de esta lucha los pueblos descubren con experiencia propia qué sistema es capaz de satisface sus demandas de manera más completa.

La marcha y los resultados de la emulación y la lucha de los dos sistemas opuestos determinan todo el proceso del desarrollo mundial en nuestra época. Importa, además, hacer notar que el principio de la coexistencia pacífica no significa renunciar a la lucha política, a la lucha revolucionaria de clase del proletariado contra la burguesía, renunciar a la lucha de los trabajadores por la emancipación de la explotación capitalista.

Al contrario, la coexistencia pacífica contribuye a desplegar la lucha de clases en los países del capitalismo. Testimonio de ello es su agudización actual en varios países capitalistas Japón, Italia, Francia, et.) y el incremento del movimiento comunista internacional. Basta decir que después de la Conferencia de Moscú de los Partidos Comunistas y Obreros (1957) han aparecido otros doce partidos marxistas. En este período el número de comunistas ha aumentado en siete millones en todo el mundo y alcanzó en 1960 la enorme cifra de unos cuarenta millones 11


11  Sí, todo parecía indicar que en las siguientes décadas el número de comunistas irían aumentado paulatinamente, pero la gran traición proyectada interiormente por los dirigentes del PCUS que apartándose de las premisas marxistas-leninistas, supuso la caída de la Unión Soviética. Como ya se ha dicho, este acontecimiento histórico ha supuesto un tremendo atraso para la causa de la edificación del socialismo y el comunismo en el mundo entero. (ARP)


La coexistencia pacifica crea posibilidades particularmente favorables para el desenvolvimiento de liberación nacional. Lo atestigua el hecho de que durante quince años de posguerra se ha liberado de la opresión colonial unos mil quinientos millones de personas, o sea la mitad de la población mundial.

La coexistencia pacífica de los dos sistemas opuestos implica también una lucha inconciliable entre las ideologías socialista y burguesa. Una expresa los intereses de la clase obrera, de todos los trabajadores, y fundamenta la necesidad histórica de la lucha del proletariado contra la burguesía, por el socialismo y el comunismo; la otra expresa los intereses de las fuerzas reaccionarias imperialistas, trata de justificar la existencia del imperialismo y les sirve para luchar contra la paz. La democracia y el socialismo. Con este fin utilizan todos los medios de influencia ideológica. El principal es anticomunismo, cuyo contenido fundamental son calumnias contra el socialismo y falsificaciones de la política y fines de los partidos comunistas y de la teoría marxista-leninista. La lucha consecuente e inconciliable contra la burguesía constituye una condición indispensable para la victoria del socialismo en la emulación pacífica con el capitalismo.



EL PASO DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO,
CONTENIDO FUNDAMENTAL DE NUESTR ÉPOCA

Trasformación del sistema socialista mundial en el
en el factor decisivo del desarrollo mundial.


La historia es testigo de muchas colisiones entre diversos regímenes sociales, cuyo fin ha sido siempre la victoria del más progresista. No puede caber la menor duda de que la lucha empeñada en nuestros días entre los dos sistemas opuestos –el socialismo y el capitalismo- acabará con la victoria completa del régimen socialista El mundo del socialismo se amplia, al paso que el del capitalismo se reduce. El socialismo sucederá inevitablemente en todas partes al capitalismo, 11 "La época actual, cuyo contenido principal lo constituye el tránsito del capitalismo al socialismo – se dice en el Programa del PCUS- , es la época de lucha de dos sistemas sociales opuestos, la época de las revoluciones socialistas y de liberación nacional, la época del hundimiento del imperialismo y la liquidación del sistema colonial, la época del paso de más y más pueblos al camino del socialismo y del triunfo del socialismo y el comunismo, en escala mundial. El centro de la época actual lo constituyen la clase obrera internacional y su principal obra: el sistema socialista mundial.

Por ahora esta condición de que el socialismo sucederá inevitablemente en todas partes al capitalismo no ha sido así, ha quedado en "stand by". De momento sí que es cierto, que como dijo el Gran Lenin, todo sigue siendo una auténtica lucha de clase entre la gran mayoría de los trabajadores, es decir, los explotados, y una pequeña minoría de burgueses, es decir, los explotadores. (ARP).

Han pasado para siempre 12 los tiempos que el capitalismo dominaba por completo. Hoy el contenido, las tendencias y las particularidades principales del desarrollo de la humanidad están determinados por el sistema socialista mundial y por las fuerzas que luchan contra el imperialismo, por el socialismo y el progreso social. Son inútiles los esfuerzos de los imperialistas para detener el avance de la historia. Actualmente existen condiciones seguras para que el socialismo siga obteniendo victorias decisivas.


12 El capitalismo está moribundo, pero no muerto. Todavía pasarán varias generaciones hasta que esta inhumana formación socioeconómica desaparezca de la faz de la tierra, como en su momento, desparecieron las formaciones socioeconómicas que le precedieron: la esclavista y la feudalista. (ARP)


El sistema socialista ejerce su principal influencia en la marcha del desarrollo mundial mediante su edificación económica, cuyo rápido ritmo le asegura una parte cada vez mayor en la producción industrial y agropecuaria mundial. Dentro de algunos años la producción del sistema socialista mundial rebasará el volumen total de la que tenga los países capitalistas. Con ello el capitalismo quedará vencido en la esfera decisiva de la actividad humana: la de producción material.

A medida que se van obteniendo éxitos en la edificación económica y aumenta el poderío económico y político del sistema socialista, se eleva también su papel en la solución de los problemas internacionales más importantes, sobre todo, en los de la guerra y la paz. Las fuerzas del socialismo y la paz permiten en nuestro tiempo no sólo desenmascarar, sino desbastará las maquinaciones reaccionarias de los imperialistas.

La enorme importancia que el sistema socialista mundial tiene para el desarrollo de la historia contemporánea se manifiesta también en que influye cada vez más, y en todos los aspectos, en la lucha de los pueblos de los Estados no socialistas. Con la fuerza de su empleo, revoluciona la mente de los trabajadores de los países capitalistas y los inspira para la lucha contra el capitalismo, por la paz y el progreso nacional, por el triunfo de la democracia y la victoria del socialismo. Los pueblos que hora se alzan a la revolución tienen la posibilidad de poyarse en él para luchar contra la exportación de la contrarrevolución por parte de la reacción mundial. También pueden recibir y reciben toda clase de ayuda de los países socialistas para edificar la nueva sociedad.

Los países del socialismo son los enemigos más intransigentes del colonialismo y partidarios de la igualdad nacional y la independencia política de los pueblos. Fue la Unión Soviética quien presentó en setiembre de 1960 a la Organización de las Naciones Unidas una Declaración, en la que se proclamó la reivindicación histórica de poner fin para siempre al colonialismo, el fenómeno más ignominioso de la historia de la humanidad. Al pronunciarse contra la dominación colonial y ayudar por todos los medios a la lucha de los pueblos por la independencia, el sistema socialista mundial constituye un poderoso factor que impulsa el movimiento nacional-liberador y la disgregación del sistema colonial del imperialismo.

Así, pues, la existencia y desarrollo del sistema socialista crean cada vez condiciones internacionales favorables para que se despliegue el movimiento revolucionario mundial.

También son más favorables en nuestros días las condiciones internas para que pasen al socialismo más y más países, lo cual está ligado con el ahondamiento de la crisis 13 general del capitalismo y la exacerbación de todas sus contradicciones.


13 el ahondamiento de las aberrantes crisis del capitalismo que suelen ser cíclicas, el capitalismo imperialista salen de dichas crisis generales, resolviéndolas cargándolas a la cuenta de los impuestos de los trabajadores, funcionarios, pensionista, y reducciones del gasto en sanidad, educación, cultura y otros servicios básicos. ARP)



Profundización de la crisis general del capitalismo


Mientras el nuevo mundo del socialismo se desarrolla y fortalece, el sistema capitalista está sumido en un profundo proceso de decadencia y descomposión. Ha entrado en una nueva etapa, la tercera 14, de su crisis general, que comprenden todos los aspectos de la vida de la sociedad burguesa, la economía, la política interior y exterior y la ideología.


14  La última gran crisis se produjo en 2008 que se desencadenó la caída del gigante americano Lehman Brotters y otras entidades financieras, que hoy todavía en 2017, esta padeciendo el ciudadano de infantería.


En la primera etapa de la crisis en general, que empezó con la Gran Revolución Socialista de Octubre, surgió la URSS, primer país del socialismo y el capitalismo dejó de tener el dominio absoluto en el mundo.

En la segunda etapa, como consecuencia de la victoria de las revoluciones socialistas en varios países de Europa y Asia, el socialismo rebasó los límites de un solo país y se trasformó en sistema mundial. A este respecto tuvo particular importancia la victoria en China. 15


15 Paradojas de la historia. Mientras la Unión Soviética se disolvió como un azucarillo, la Republica Popular China avanza a marchas forzadas en el avance social del socialismo. Esto se supone que supieron desarrollar mejor y más la filosofía marxista, y los principios del marxismo-leninismo, que el desarrollo ortodoxo seguido después de la muerte de Lenin, conllevando consigo después de más de 70 años de edificación socialista, la extinción de la URSS. (ARP)


Una particularidad importantísima de la tercera etapa de la crisis general del capitalismo, consiste en que ha cambiado radicalmente la correlación internacional de fuerzas a favor del sistema mundial del socialismo. Del capitalismo se van desgajando cada vez más países, en todo el mundo se está produciendo un poderoso crecimiento de las fuerzas que luchan por el socialismo y el progreso social 16. Se debilitan incesantemente las posiciones del imperialismo en la emulación económica pacífica. El inusitado ascenso del movimiento de liberación nacional ha llevado a la descomposición del sistema colonial del imperialismo. Importa señalar que esta nueva etapa de la crisis general del capitalismo no surgido debido a una guerra mundial, sino en condiciones de paz y de coexistencia pacífica de los sistema sociales opuesto.


16 Hay que tener en cuenta que esto lo decía el académico soviético Víctor Afanasiev, en su Manual de Filosofía publicado en 1973.


El rasgo característico de la nueva etapa de la crisis general del capitalismo es la acentuación de la inestabilidad y putrefacción internas de la economía capitalista. El lento ritmo del desarrollo de la producción, el aprovechamiento cada vez menor de la capacidad de producción y las crisis económicas, que azotan periódicamente al mundo capitalista, son testimonio palmario de una creciente incapacidad para aprovechar plenamente las fuerzas productivas de que dispone.

Con el desarrollo del capitalismo monopolista de Estado y el aumento del militarismo se agudizan todas las contradicciones del imperialismo. Se intensifica la lucha entre el trabajo y el capital, los intereses de la nación entran en profundo conflicto con las pretensiones egoístas de un puñado de monopolistas que tienen supeditado el aparato del Estado. Debido al desarrollo económico y político desigual de los países capitalistas cambia rápidamente la correlación de fuerzas dentro del sistema del capitalismo, se agudizan las contradicciones entre cada Estado y los bloques que forman y se acentúa la competencia en el mercado capitalista.

Otro rasgo es el ahondamiento de la crisis de la política interior y exterior del imperialismo, que expresa en intensificación de la reacción política, en la renuncia a las libertades burguesas, en el establecimiento de regímenes fascistas y tiranía en varios países y en la pérdida de su hegemonía en los asuntos internacionales.

La ideología burguesa pasa también por una profundísima crisis. El pesimismo y el miedo al provenir, el misticismo y la falta de fe en la ciencia, en las fuerzas y posibilidades creadoras del hombre, la negación del progreso y la calumnia al comunismo, la defensa del sistema de esclavitud asalariada y opresión odiado por los pueblos, son sus particularidades características. Hace ya tiempo que la ideología burguesa no está en condiciones de proponer ideas capaces 17 de entusiasmar a las masas populares; es la ideología de la clase que se retira de la escena de la historia. Por eso es inevitable su bancarrota completa.


17  Esto se evidencia todavía mucho más en nuestros días. La burguesía capitalista y algunas democracias occidentales se han instalado en la cultura de la mentira, y, ésta conlleva consigo la corrupción que estamos padeciendo un día sí y otro también.


En nuestro tiempo el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción de la sociedad capitalista. Con la conquista de la energía atómica, la exploración de los espacios cósmicos, la automatización de la producción y otros notables adelantos, la humanidad ha entrado en una etapa de revolución técnico-científica sin precedentes. Pero las relaciones de producción capitalistas son demasiado estrechas para esa revolución. El capitalismo no sólo entorpece el desarrollo de las fuerzas e impide la aplicación de las conquistas de la mente humana en interés del progreso social, sino que las dirige contra la propia humanidad, convirtiéndolas en monstruos medios de guerra devastadora. Este conflicto radical del modo de producción capitalista plantea a la humanidad la tarea de romper las estrechas cadenas de relaciones capitalistas, libertar las poderosas fuerzas productivas creadas por el hombre y aprovecharlas en interés de la sociedad. El único camino que conduce a ello es la revolución socialista, llamada sustituir las relaciones de producción capitalista por otras nuevas. "El sistema capitalista mundial en su conjunto está maduro para la revolución social de proletariado" Eso, dice el Programa del PCUS 18.


 18 Aquí se nota la tergiversación que hizo Víctor Afanasiev de varios postulados del materialismo histórico para hacerlos compatibles con las tesis del XX congreso del PCUS, celebrado entre el 14-20 febrero de 1956. (ARP)



La lucha por la democracia, parte integrante de la
lucha por el socialismo



La ampliación y desarrollo del mundo del socialismo proseguirá también en lo sucesivo mediante el desgajamiento de más y más países del sistema capitalista.

En el curso de la revolución, las trasformaciones socialistas se entretejen con las democráticas y antiimperialistas. Lenin, a desarrollar y concretar su teoría del paso de la revolución democrática-burguesa a la socialista, 19 consideraba que en la época del imperialismo no puede haber revoluciones "puras", que no están ligadas con los movimientos democráticos y antiimperialistas de las capas sociales más diversas. En estas condiciones, el proletariado, que es la clase que expresa de la manera más consecuente las aspiraciones antiimperialistas de las masas populares, está obligado a encabezar los movimientos democráticos, agrupar a las diversas clases que participan en ellos y dirigirlas al derrocamiento de la burguesía y a la victoria del socialismo.

Lenin llegó a desarrollar y concretar su teoría del paso de la revolución democrática-burguesa a la socialista, pero el oscurantismo, táctica y estrategia, sus seguidores no llegaron a profundizar más su contenido, ni mucho menos a concretarla mejor, e hicieron no caso omiso de dicha teoría. (ARP)

No está excluida la posibilidad de que en algunos países la revolución puede pasar por dos etapas relativamente independientes: la democrática general y la socialista. Así ocurrió en la URSS, China y algunos países de democracia popular. En la URSS la Gran Revolución Socialista de Octubre fue precedida por la Revolución Democrática-burguesa de febrero. En varios países de democracia popular la revolución atravesó un período antiimperialista, democrático, antes de entrar en la socialista. Es posible que el desarrollo de la revolución siga también un camino parecido en ciertos Estados en los que aún domina el capitalismo.

En la posguerra se han producido movimientos democráticos tan vigorosos como el de liberación nacional y la lucha por el mantenimiento de la soberanía nacional, el movimiento por la paz y la seguridad de los pueblos y la lucha por la democracia en una serie de países capitalistas. Los movimientos democráticos contemporáneos se distinguen por su carácter extraordinariamente masivo y organizado y por su orientación antiimperialista, contra la reaccionaria política interior y exterior de los monopolios. Los monopolios explotan implacablemente a los obreros, los campesinos y los artesanos y arruina a la burguesía pequeña y media, no dejan que se manifiesten las posibilidades creadoras de la intelectualidad, aplastan a las fuerzas progresistas, suprimen los restos de las libertades democráticas y se empeñan en preparar una nueva guerra mundial. Por eso todas esas clases y capas de la sociedad burguesa están íntimamente interesadas en acabar con el dominio de los monopolios, creándose, en consecuencia, condiciones favorables para cohesionarlas con el fin de desplegar una lucha en común por la paz, la independencia nacional y la democracia, el aprovechamiento pacífico de la economía, la nacionalización de sus ramas más importantes, y la realización de reformas agrarias radícales, el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y la defensa de los derechos de las capas más amplias del pueblo.

Es claro que la lucha contra los monopolios, por la paz y las trasformaciones democráticas no presentan carácter socialista ni persigue el fin de abolir la propiedad privada y la explotación del hombre por el hombre. No obstante, socava el dominio de los monopolios y contribuye a conquistar la independencia nacional y la democracia, lo que crea las condiciones necesarias para pasar a resolver las tareas de la revolución socialista.

En la lucha contra los monopolios capitalistas por la democracia y la paz, se forja la alianza de la clase obrera con todos los trabajadores y sobre todo con los campesinos, su principal aliado. Agrupándose en torno a la clase obrera y su partido marxista, las masas trabajadoras —los campesinos, amplias capas de empleados y gran parte de la intelectualidad— adquieren experiencia de lucha contra la reacción. En el curso de esta lucha se convencen cada vez más de que el régimen burgués no podrán librarse del yugo de los monopolios y llegan a paulatinamente a la conclusión de que la única salida es el derrocamiento del capitalismo. Así se disipan las ilusiones reformistas de los socialistas de derechas 19 y se crea el ejército político de la revolución socialista.



19 Socialistas de derechas son aquellos políticos que se autodenominan progresistas, que sacando la conversación teórica de la izquierda, en la práctica firman pactos de derechas. Para muestra un botón. El PSOE Partido Socialista Obrero Español), partido socialdemócrata que tanto presumen de progresistas, entregó sin contar con el respaldo de las bases el gobierno a un partido de derechas. Por encima nos toman de subnormales. Señores politicastros socialistas de derechas, no es lo mismo abstenerse que apoyar. (ARP)


Por todo lo expuesto queda claro que los pilares capitalistas se destruyen en nuestros días no sólo en el proceso de la revolución social directa del proletariado. Las revoluciones socialistas, antiimperialistas de liberación nacional, las democráticas populares, los amplios movimientos campesinos, la lucha de las masas populares por el derrocamiento de las dictaduras fascistas y otros regímenes de tiranía y los movimientos democráticos contra la opresión nacional se unen en un proceso revolucionario mundial único que socava y destruye el capitalismo.


Las formas del tránsito al socialismo de distintos países.


En esta época, en que el movimiento de la humanidad hacia el socialismo se manifiesta de modo ineludible, el problema de las formas concretas del tránsito de distintos países al nuevo régimen adquiere enorme importancia. ¿Cuáles son esas formas y de qué dependen? ¿Está obligatoriamente ligado este tránsito con la sublevación armada, como ocurrió, por ejemplo en Rusia?

El marxismo creador se basa en que la forma de tránsito del capitalismo al socialismo depende, ante todo, de la correlación de las fuerzas de clase en cada país. Si las fuerzas de clase obrera y sus aliados tienen un predominio decisivo sobre las de la burguesía y está, convencida de la inutilidad de la reistencia, prefiere, como dijo Lenin, conservar su cabeza y ceder el poder al proletariado, es posible el paso pacífico del capitalismo al socialismo. Si la burguesía no hace esta "concesión" y opone resistencia armada, la clase obrera no tiene otra alternativa que vencerla por medio del as armas.

La clase obrera jamás toma las armas sin motivo, pero siempre debe estar preparada par repeler el ataque armado de la burguesía y defender sus derechos con las armas en la mano.


En 1917 después de la Revolución de Febrero en Rusia, los bolcheviques 20 plantearon la cuestión del desarrollo pacífico de la revolución, cosa que, sin embargo no ocurrió, y no por la culpa del proletariado. En esa época, la burguesía dominaba por completo en todo el mundo, sentía su fuerza, y por eso la posibilidad del tránsito pacífico al socialismo era muy limitada.

20 Los bolcheviques eran un grupo político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), dirigido por Vladimir Ilich Lenin, partido contrapuesto a los mencheviques, * dirigido por Yuli Marto **.

* Los mencheviques eran la fracción moderada del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que emergió de su segundo congreso en el verano de 1903 tras la disputa entre Lenin y Yuli Martov

** Yuli Mártov, Julius Mártov o L. Mártov, nació el 24 denoviembre de 1873 en Constantinopla (Turquía) y fallecido el 4 de abril en Schömber (Alemania) (ARP)


Hoy ha cambiado la situación. La nueva correlación internacional de fuerzas entre el capitalismo y el socialismo después de la segunda guerra mundial ha ampliado considerablemente las posibilidades del tránsito pacífico. En los propios países capitalistas estas posibilidades se amplían en gran medida merced al crecimiento de las fuerzas de la democracia y el socialismo y la influencia de la clase obrera y sus partidos marxistas en las capas más vastas del pueblo.

En estas condiciones la clase obrera de algunos países se poya en el amplio movimiento del pueblo contra el imperialismo y tiene más posibilidades para tomar el poder sin guerra civil.

Una de las vías del desarrollo pacífico de la revolución socialista puede ser parlamentaria. Apoyándose en la mayoría del pueble y luchando resueltamente contra los oportunistas, la clase obrera de algunos países capitalistas puede conquistar una sólida en el parlamento y convertirlo en un instrumento que sirva al pueblo trabajador y, tras romper la resistencia de las fuerzas reaccionarias, crear las condiciones necesarias para llevar cabo pacíficamente la revolución socialista.

La posibilidad del desarrollo pacífico de la revolución socialista no implica que el proletariado renuncie a las formas no pacíficas de paso al socialismo. La burguesía aún impera en la mayor parte del mundo, y tiene armas que pueden emplear y emplean contra la clase obrera, contra los trabajadores. Por eso la clase obrera debe estar vigilante, siempre dispuesta a poner en juego las formas más distantes de lucha: pacíficas y no pacíficas, parlamentarias y no parlamentarias. El dominio de todas las formas de lucha y la aplicación hábil de las que mejor correspondan a la situación concreta, la sustitución rápida e inesperada de una forma por otra, son condiciones indispensables para que triunfe la revolución socialista en todos los países.


3 de febrero de 2017



 

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