MATERIALISMO HISTORICO. CAPITULO VII
LAS NACIONES Y EL MOVIMIENTO
DE LIBERACION NACIONAL
Como hemos visto, la lucha de
clases es un factor importantísimo del desarrollo de la sociedad de clases
antagónicas. En la época actual también tiene enorme importancia el movimiento
de liberación nacional. Pasamos, pues, a examinar la teoría marxista-leninista
de las naciones y cómo se formaron.
1. QUÉ SON LAS NACIONES
Además de las comunidades de
clase, en la sociedad contemporánea existen comunidades nacionales. Las
naciones han aparecido mucho más tarde que las clases. Si éstas se formaron en
el período de establecimiento de la sociedad esclavista, las naciones son
producto del desarrollo capitalista.
Su aparición fue precedida por
ciertas formas históricas de comunidad humana, como la gens, la tribu y la
nacionalidad.
La gens fue una comunidad de personas con vínculos de consanguinidad
y nexos económicos. Se basó en la posición y aprovechamiento colectivos de los
medios de producción. Varias gens se unían para formar una tribu. Ambas existieron en el régimen de la comunidad primitiva.
A las sociedades esclavista y
feudal correspondió otro tipo de comunidad, la nacional que, a diferencia de la gens, no se basaba en vínculos de consaguinidad,
son en una comunidad de territorio, lenguaje y cultura. Estos agrupamientos no
eran muy estables porque aún no podía formarse una comunidad económica que
abarcara a países enteros, sin la cual no puede haber un vínculo estrecho entre
los hombres. Cierto es que el intercambio de mercancías y los mercados existían
también en la sociedad esclavista y en la feudal, pero su alcance era entonces
limitado, local y no estaban en condiciones de superar el fraccionamiento
económico y político.
Con el desarrollo del capitalismo
se fue suprimiendo poco a poco el fraccionamiento económico y se formó un
mercado único, que tuvo por resultado la trasformación de las nacionalidades en
naciones. Lenin escribió que “las naciones son el producto inevitable de la
época burguesa de desarrollo de la sociedad” 1.
1 V.I. Lenin, Obras Completas, t. XXI, ed., gág. 68
(Ed.)
Lo mismo que la nacionalidad, la
noción posee comunidad de territorio, lengua y cultura. Sin embargo la nación
es una comunidad cuya estabilidad se debe, según Lenin, a “factores económicos
más profundos” 2. Así las tribus eslavas de la Rus de Kiev 2,
aunque constituía una misma nacionalidad, con su lenguaje único y territorio
común, aún no estaba constituida en nación. Los vínculos de carácter nacional
surgieron únicamente en el nuevo período de la historia rusa (a partir del
siglo XVII, aproximadamente), cuando se superó el fraccionamiento económico del
país, se desarrolló la circulación mercantil, y los pequeños mercados locales
se unieron para formar un mercado único de toda Rusia. La comunidad de vida económica es, por tanto es el rasgo más
importante de la nación. Son los vínculos económicos lo que agrupan en un todo
único a los hombres que pueblan un mismo territorio y hablan la misma lengua.
En el proceso del desarrollo económico y político se forma también la comunidad
psicológica de esos hombres y en las particularidades de su cultura y género de
vida.
2 La Rus de Kiev o el estado eslavo antiguo fue
una federación de tribus eslavas orientales desde finales del siglo IX hasta
mediados del siglo XIII, bajo el reinado de la dinastía Rúrika.
No se debe confundir nación con
raza. Las diferencias de raza son externas con respecto a ciertos caracteres
biológicos: color de la piel, rasgado de los ojos, etc. Según estos caracteres,
se distinguen tres razas: blanca, amarilla y negra.
Los ideólogos de la burguesía
reaccionaría procuran explicar el nivel económico, político y cultural de los
diversos pueblos, la posición que cada individuo ocupa en la sociedad, por
caracteres raciales. Hablan así de las ventajas de la raza blanca, la cual
según ellos, está predestinada por la propia naturaleza sobre las de color 3
Sin embargo, la experiencia de la
historia y los datos científicos demuestran que los seres de todas las razas
tienen la misma capacidad. En lo que concierne al atraso de algunos pueblos no
pertenecientes a la raza blanca, no es debido al color de su piel ni de sus
cabellos, sino a las consecuencias de la opresión colonial que han sufrido
durante siglos por la voluntad de los explotadores blancos. En la actualidad,
los pueblos de los países, antes coloniales y dependientes, que se han liberado
del yugo del imperialismo desarrollan con éxito su economía y cultura. China,
Corea del Norte y Vietnam del Norte 4, por ejemplo países que están
en proceso de de desarrollo socialista, progresan con singular rapidez.
3 Estos ideólogos reaccionarios habidos en
la historia, fueron los que dieron pie a la teoría de la raza aria de Hitler
y alas a sus siniestros personajes nazis. Esta teoría debería ser
protegida, pues representaba una raza pura aunque para ello se tuviese que
hacer un holocausto. Holocausto se realizó, pero afortunadamente, con la
derrota de Hitler y la destrucción del nazismo en Alemania, no pudo llevarlo a la
solución final. (ARP)
4 Con la derrota del ejército imperialista de los
Estados Unidos, Vietnam del Norte se liberó del yugo imperialista-colonialista
y se consolidó con el nombre de República Socialista de Vietnam. (A.R.P.)
2. EL
MARXISMO-LENINISMO Y LA
CUESTION
NACIONAL COLONIAL
Las naciones
que se constituyen en el capitalismo son naciones
burguesas. Aunque la inmensa mayoría de ellas está compuesta por la clase
obrera y otras capas de trabajadores, el papel predominante la desempeña la
burguesía, a la cual pertenecen todos los medios de producción, el poder
estatal y los instrumentos de influencia ideológica. Por eso la economía, la
política y la ideología burguesas determinan en lo fundamental la fisonomía de
la nación. La presión y el dominio de las naciones económica y militarmente más
fuertes sobre las más débiles son ley del desarrollo de las naciones burguesas.
Por eso el desenvolvimiento de las naciones en el capitalismo está
indisolublemente ligado con la agudización de la lucha de los pueblos oprimidos
por su liberación. La cuestión nacional,
o sea, el problema de las formas y medios de liberación de las naciones
oprimidas, de la liquidación del yugo nacional y de establecimiento de
relaciones de igualdad entre los pueblos, presentan en el capitalismo una
agudeza particular y es una de las cuestiones importantes del desarrollo
social.
El
marxismo-leninismo atribuye mucha importancia a la cuestión nacional, por eso
exige que se lo enfoque de manera histórico-concreta. Esto quiere decir que
para resolverla acertadamente es preciso tomar en cuenta el desarrollo de la
sociedad en diversas épocas, las particularidades de cada país, la correlación
de la fuerzas de clase tanto en el ámbito internacional como dentro del propio
Estado, el grado de actividad de las masas trabajadoras de las distinta
naciones, el nivel de su conciencia, organización, etc.
El contenido
de la cuestión nacional no permanece inmutable en las diversas etapas del
desarrollo del capitalismo. En la época de la formación de la sociedad capitalista
esta cuestión, por regla general, no rebasaba los límites de Estados aislados.
Los Estados multinacionales como Rusia, Austria-Hungría y algunos otros, en los
que había naciones opresoras y oprimidas, era fundamentalmente el campo de la
opresión nacional y de la lucha de liberación nacional. El problema nacional se
reducía en ellos, en esencia, a la cuestión de la minorías nacionales y su
lucha por liberase, por obtener el derecho a desarrollar su propia economía y
cultura.
Al entrar en
la época el imperialismo, las relaciones nacionales cambiaron. El mundo se
dividió en un puñado de naciones dominantes –los imperialistas más
desarrollados- y una mayoría de naciones y países coloniales y dependientes.
Lenin consideraba que esta división era “lo más esencial e inevitable bajo el
imperialismo”. Se formó el sistema colonial del imperialismo. El capitalismo,
que en los albores de su historia contribuyó a liberar a los pueblos del yugo
feudal y de la dominación de la iglesia se convirtió en el mayor explotador de
las naciones, estrangulador implacable de la libertad de los pueblos. El
contenido de la cuestión nacional cambio, por lo tanto, y sus fronteras se
ensancharon considerablemente. De problema interno de Estado, se transformó en
cuestión internacional ligada al
destino de muchísimos millones de seres del mundo entero.
La cuestión
nacional en el imperialismo ya no es un problema de minorías nacionales dentro
de un Estado, sino una cuestión nacional
y colonial. Implica, ante todo, la lucha de los pueblos contra el yugo
colonial, de su liberación y de su ulterior desarrollo progresista.
Al señalar la
importancia de la cuestión nacional, Marx, Engels y Lenin no consideraban, sin
embargo, que fuera un problema fundamental del movimiento revolucionario.
Siempre lo supeditaron a la teoría de la dictadura del proletariado, que es lo
principal del marxismo, y lo examinaron desde el punto de vista de los
intereses del movimiento proletario internacional, de la lucha por la paz, el
socialismo y el progreso social. Además, se basaban en que, dentro de la
sociedad capitalista, el cuestión nacional, en
principió, es insoluble integralmente. Se la puede resolver sólo en la
sociedad socialista.
Lenin
descubrió dos tendencias contradictorias en el desarrollo de las relaciones
nacionales bajo el capitalismo. Una de ellas se manifiesta en el despertar de
la vida nacional y los movimientos
nacionales. La otra tendencia se expresa en el desenvolvimiento de las
relaciones mutuas de diversas naciones, en la supresión de las barreras
nacionales y en la formación de una economía
única, del mercado mundial 5
La primera tendencia predomina en la época del capitalismo ascendente. La
segunda, en la del imperialismo, cuando el socialismo viene a sustituir
inevitablemente al capitalismo.
5 De este genial y teórico proyecto de crear una “economía única del mercado mundial”, la
burguesía capitalista se ha apropiado de la misma, llevándolo a la
práctica con la creación del Mercado Común, el TTIP
(Tratado de libre comercio entre la unión Europea y Estados Unidos), que de
momento no se sabe qué es, pero se intuye y la globalización de la economía entre países.
Ahora bien, el pensamiento del genial
proyecto que Lenin, no era que sirviera de base para la obtención acumulativa del capital, sino que la economía
única del mercado mundial fuera en beneficios del ciudadano y, no que estos,
tengan que soportar las crisis socializándoles las pérdidas para poder rescatar
al gran capital financiero (han, son, y serán los provocadores de las grandes crisis) a costa de sumir en la miseria a los
ciudadanos. (ARP)
Ambas
tendencias dimanan de las demandas del desarrollo de la sociedad y son
progresivas por su sentido histórico interno. Sin embargo en las condiciones
del capitalismo adquieren formas tan monstruosas, que son incompatibles con su
contenido objetivamente progresista. El imperialismo crea bancos y consorcios
internacionales gigantescos, una economía mundial que lo abarca todo, agrupando
e internacionalizando cada vez más la vida económica, política y cultural de la
sociedad. Sin embargo, semejante agrupación y “aproximación” de las naciones
bajo el dominio de los monopolios capitalistas sólo se puede llevar a cabo por
la violencia, mediante el robo colonial y la opresión de unos pueblos por otros
más desarrollados y fuertes. Pueblos enteros, grandes y pequeños, continentes
inmensos, se han convertido en victimas de la expansión colonial de un puñado de imperialistas rapaces, que
reprimen con la mayor crueldad toda tentativa de liberación. Así, pues, la
tendencia de las naciones a agruparse y aproximarse bajo el capitalismo entra
en contradicción inconciliable con la tenencia a la independencia nacional, a
la formación de Estados nacionales.
Las
mencionadas tendencias del desarrollo de las relaciones nacionales encuentran
su reflejo en la ideología y política burguesa y se manifiestan en forma de
nacionalismo. Inconciliable con cualquier manifestación de nacionalismo
burgués, el marxismo-leninismo requiere al mismo tiempo que se distinga el de
las naciones dominantes (chovinismo de gran potencia y racismo) del
nacionalismo de las oprimidas. La ideología chovinista 6 de nación
dominante y del las ruinas de los imperios coloniales, se han elevado como
creadoras de la nueva vida y activos participantes en la política mundial, como
fuerza revolucionaria demoledora del imperialismo. La disgregación del sistema
colonial implica el comienzo de un nuevo período histórico en el desarrollo de
la humanidad.
6 Preferencia
excesiva por todo lo nacional con desprecio de lo extranjero. (ARP)
Estos pueblos están llamados a desempeñar un gran papel
en la solución de un importantísimo problema actual: evitar la nueva guerra
mundial, conservar y consolidar la paz. Constituyen, con los pueblos de los
países socialistas, las dos terceras partes de la humanidad, y eso es una
ingente fuerza capaz de hace retroceder a los agresores imperialistas.
Esencia social y
tareas del movimiento de liberación nacional
Los enemigos más acérrimos del colonialismo, fervientes
partidarios de la igualdad nacional y la independencia de los pueblos son la
clase obrera y sus partidos marxistas, pues están empeñados en llevar hasta el
fin las tareas de la revolución nacional, antiimperialista y democrática, contra
las tendencias de las fuerzas reaccionarias a frenar el progreso social. Sin
embargo, el movimiento nacional-liberador no es proletario, socialista, por su
carácter: no se plantea la misión de derrocar al capitalismo e instaurar una
sociedad nueva. Al mismo tiempo es capaz de resolver y resuelve importantes
tareas sociales, como la supresión de las costumbres y reminiscencias feudales,
la destrucción de los restos del colonialismo y la extirpación de las raíces de
la dominación imperialista, la limitación y desplazamiento de los monopolios
extranjeros y la creación de la industria nacional propia, la realización de
reformas agrarias radicales, el reforzamiento de la independencia política y la
aplicación de una política exterior independiente y pacífica, así como la
democratización de la vida social.
La solución de estas tareas generales democráticas y
nacionales tropieza con la resistencia enconada de las fuerzas imperialistas,
que tratan de retener las antiguas colonias y semicolonias dentro del sistema
de economía capitalista y llevarlas a la órbita 7de su reaccionaria
política agresiva. Por eso la lucha
consecuente contra el imperialismo y,
ante todo, contra el imperialismo de EE.UU., baluarte principal del
colonialismo, es la condición fundamental del éxito de la revolución
nacional-liberadora
7 Hoy más que nunca las antiguas colonias
y semicolonias siguen bajo la órbita del sistema capitalista, pero su custodia,
ya no se debe a la ocupación directa de las colonias por la fuerza, sino que
están sometidas y subyugadas por capitalismo
financiero. (ARP)
La solución de las tareas democráticas nacionales de
interés general en los países coloniales permite agrupar de vanguardia de la
nación. Además de la clase obrera, a la cual pertenece el papel más activo en
la lucha contra el colonialismo. Participan en ella grandes masas de campesinos
y otras capas medias, así como la parte de la burguesía nacional objetivamente
interesada en llevar a cabo las tareas fundamentales de la revolución
antiimperialista y antifeudal,
particularmente en la creación de la economía y del mercado local y en
la defensa de éstos contra los atentados de los imperialistas extranjeros. El
bloque de todas estas fuerzas progresistas y patrióticas puede servir de base
política para un Estado de democracia nacional. Los pueblos poco
desarrollados en el aspecto económico tienen ante sí amplias perspectivas para
formar Estados de este tipo.
La participación de la
burguesía nacional en el movimiento de liberación nacional contemporáneo no
modifica su carecer progresivo. No obstante, la clase obrera de un nación
oprimida tiene en cuenta la inconsecuencia de la burguesía, su inestabilidad y
su propensión a las transacciones con el imperialismo y el feudalismo.
La fuerza más
importante del movimiento de liberación nacional está constituida por la
alianza de la clase obrera y los campesinos.
Fuera de esta alianza son imposibles la conquista y defensa de la independencia
nacional, la realización de profundas trasformaciones democráticas y la garantía
del progreso social.
La lucha por la libertad y la independencia de los
pueblos coloniales no implica que la clase obrera y sus partidos marxistas
consideren que el objetivo final sea la conquista de la independencia nacional.
La experiencia de la historia atestigua que la conquista de la independencia
política trae aparejada toda una serie
de graves problemas. El más importante es el que se refiere a la elección del
camino que debe seguir el proceso liberador: la vía del desarrollo capitalista o del no capitalista.
Diversas clases y partidos proponen distintas soluciones
de ese problema. La burguesía pretende encauzar el desarrollo de la nación por
la vía capitalista y conservar la propiedad privada y la explotación. Procura
velar con todas sus fuerzas las contradicciones de clases existentes dentro de
la nación, que no sólo se resuelven con la obtención de la independencia
nacional, sino que agudizan cada vez más. A medida que se exacerban estas
contradicciones, la burguesía se inclina al compromiso con la reacción interior
y las fuerzas imperialistas exteriores.
Otra cosa son las amplias capas del pueblo, los
trabajadores. Se convence por experiencia propia de que la vía capitalista no
les promete nada bueno. Las masas populares a tomar conciencia de que la única ruta que lleva a la libertad y felicidad de los pueblos es el socialismo.
Sólo el socialismo es capaz de terminar con el atraso secular de los pueblos
coloniales y dependientes que se hayan sacudido el yugo del imperialismo y
asegurar el ascenso rápido de su economía y cultura, satisfacer las demandas
materiales y espirituales de los pueblos y desembarazarlos para siempre de la
explotación, la miseria, el hambre y la amenaza de una nueva guerra mundial.
La elección del camino del desarrollo es un asunto
interno de los pueblo. Con la moderna correlación internacional de fuerzas se
tiene la posibilidad real de que el sistema socialista mundial preste poderoso
apoyo a los pueblos de los países liberados del colonialismo, de modo que éstos
puedan resolver el problema en interés propio, es decir, elegir la vía no
capitalista de desarrollo, que está garantizado por la lucha activa de la clase
obrera, de las masas populares y de las fuerzas antiimperialistas de la nación
y responde a los intereses de su inmensa mayoría. Así, en el curso del
movimiento nacional–liberador se crean
las premisas para llevar acabo las trasformaciones socialistas de la vida
social.
4. EL SOCIALISMO Y LAS NACIONES
Solución de la cuestión nacional
de la URRS
La sociedad
capitalista, basada en la propiedad privada y la explotación, que estimula las discordias y la enemistad
entre los pueblos, no está en condiciones de resolver la cuestión nacional.
Únicamente el socialismo, luego de haber
terminado con la explotación y el antagonismo de las clases, pone fin a las
discordias nacionales y asegura un verdadero florecimiento, confianza mutua y
aproximación de los pueblos. Marx y Engels en el Manifiesto del Partido
Comunista: “En la misma medida en que sea
abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de
una nación por otra. Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el
interior de la naciones, desparecerá á la hostilidad de las naciones entre sí”
Lenin
elaboró un programa concreto para
resolver la cuestión nacional. Sus principios fundamentales son:
democratización completa de la vida social en base al socialismo, instauración
de una verdadera igual entre todas las razas y naciones, concesión a estas
últimas del derecho a la autodeterminación, inclusos hasta la separación y
formación de estados independientes y cohesión internacional de la clase obrera
de todas las nacionalidades del país. Penetrado de respecto a los pueblos
grandes y pequeños, de profunda solicitud por sus necesidades y esperanzas más
íntimas, el programa nacional de Lenin contribuyó a unir a los obreros y campesinos de la
numerosas nacionalidades de Rusia en una sólida alianza encabezada por la clase
obrera, alianza que fue uno de los factores más importantes de la Gran Revolución
Socialista de Octubre.
La revolución
socialista rompió en Rusia las cadenas de la opresión nacional, quebrantó la vieja hostilidad que existía
entre los pueblos y abrió el camino para que colaborasen en todos los aspectos
y se aproximasen. Brindó a los pueblos el derecho a determinar su destino y a
desarrollar el Estado nacional, la economía y la cultura.
Desde el
principio de la existencia del de los Soviets, el problema nacional fue objeto
de particular atención del Partido Comunista y Estado socialista. El 15 de
noviembre de 1917 el Gobierno soviético adoptó la Declaración de los Derechos de los Pueblos de Rusia, que proclamaba solemnemente la igualdad y
soberanía de todos pueblos que habitaban el país, el derecho ilimitado que
tenían a la autodeterminación incluida la separación y formación de Estados
independientes, la abolición en todos los privilegios y limitaciones nacionales
y del desarrollo libre de todas la minorías nacionales y grupos étnicos.
La adopción de
la Declaración
de los Derechos de los Pueblos de Rusia, implicó la supresión en la República soviética de
la opresión nacional y la institución de la igualdad política y jurídica de las
numerosas naciones y nacionalidades. Al mismo tiempo se colocó un sólido
cimiento para la unión voluntaria de todas las naciones y nacionalidades en un
Estado único. Esta unión culminó en la formación de la Unión de Repúblicas
Socialistas soviéticas (30 de diciembre de 1922), que fue el primer fundado
sobre la nacional y la libre voluntad de sus integrantes. La formación de la URSS reforzó el poderlo
económico y militar de las repúblicas soviéticas, afianzó su posición política
y creo las premisas necesarias para que los pueblos siguieran aproximándose y
lucharan unidos por el socialismo.
Por supuesto, la causa de la liberación nacional de
las naciones no podía limitarse a la supresión del yugo nacional ni a igualar a
las naciones en sus derechos políticos y jurídicos. Lo más importante era el
secular atraso económico y cultural heredado por la nueva sociedad de la Rusia autocrática. El Estado
socialista soviético resolvió con éxito esta difícil tarea. No sólo brindo a
las naciones antes oprimidas el derecho a su libre desarrollo, sino que les
ayudó a superar el atraso y alcanzar notables resultados en el desarrollo de la
economía nacional y la cultura.
Al restablecer
la economía destruida por la guerra, el Partido Comunista y el gobierno
soviético encararon de inmediato la industrialización de las repúblicas
nacionales. Merced a la atención continua del Partido y el Estado, a la ayuda
desinteresada de otras naciones y, ante todo, del pueblo ruso, en las
repúblicas anteriormente atrasadas surgieron nuevas ramas industriales y se
aseguró un ritmo de incomparable rapidez a su desarrollo. Es sintomático que
este ritmo fue mucho más rápido que el del desarrollo de la industria en toda la URSS. En las repúblicas
nacionales se crearon nuevas ramas industriales: metalúrgicas del automóvil, de
la electricidad y otras. En Georgia, por ejemplo, se construyeron unas mil
empresas industriales en los años de poder soviético. En Armenia, en el mismo
período, se construyeron unas quinientas fábricas, minas, centrales eléctricas,
etc.
Ha cambiado
también la agricultura de las repúblicas nacionales. Se ha hecho colectiva,
latamente mecanizadas.
El desarrollo
de las fuerzas de productivas en las repúblicas soviéticas ha dado lugar al
surgimiento de cuadros nacionales cualificados y a una intelectualidad
numerosa. Se ha superado también el atraso cultural. Los pueblos de la Unión Soviética no sólo han
hecho una revolución en la vida económica, sino en la cultural.
Todas las
repúblicas de la Unión Soviética
son naciones sin analfabetos y dispone de una tupida red de escuelas,
institutos de investigaciones científicas y establecimientos culturales. En
ellos se ha creado una nueva cultura, socialista por su contenido y nacional
por su forma. Con relación al nivel de cultura, las repúblicas soviéticas han
dejado atrás no sólo los países
capitalistas de Oriente, sino también a los países desarrollados de Occidente.
Así, pues,
como resultado de la victoria del socialismo en la URSS , de apéndices agrarios y
abastecedores de materias primas, atrasados en lo económico y cultural, de la Rusia zarista, las antiguas
regiones nacionales periféricas se han convertido en de vanguardia, poseedores
de una industria altamente desarrollada y una agricultura productiva, con su
propia clase obrera y numerosa intelectualidad.
Las antiguas
naciones burguesas se han trasformado en naciones
socialistas, cualitativamente nuevas. Sobre la nueva base económico-social,
múltiples nacionalidades se han consolidado también como naciones socialistas,
habiendo evitado la vía del desenvolvimiento capitalista y, mediante la ayuda
de otros pueblos más desarrollados, se han elevado al nivel de los de
vanguardia.
El desarrollo
de las naciones no se produce en la
URSS por el reforzamiento de las barreras nacionales, de la
limitación y del egoísmo nacionalista, como ocurre en el capitalismo; sino de
la aproximación, ayuda mutua y amistad entre ellas. El desenvolvimiento
impetuoso y multilateral de cada nación,
por un lado, y la aproximación, cada vez mayor, de las naciones socialistas en
base al internacionalismo proletario, por otro, son dos tendencias progresistas interdependientes que se manifiestan en la
cuestión nacional y actúan en las condiciones del socialismo. En consecuencia,
como dijo Jruschov en el XXII Congreso del PCUS, en la URSS , “se ha formado una
nueva comunidad histórica de hombres de diferentes nacionalidades que tienen
rasos distintivos comunes: el pueblo soviético. Poseen una patria socialista
común: La Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas, una base económica común: la economía
socialista; una ideología común: el marxismo leninismo; un objetivo común:
edificar el comunismo; muchos rasgos comunes de espíritu y psicología”.
Así, pues, el
programa marxista de la cuestión nacional compuesto por Lenin se ha realizado
en la URSS. Mediante
el dominio completo de las relaciones de producción socialista, se han
establecido nuevas relaciones entre los pueblos: relaciones de colaboración fraternal y ayuda mutua. La amistad de
los pueblos de la URSS ,
consolidado 8 como consecuencia de la victoria del socialismo, se
han trasformado en la fuerza motriz de la sociedad socialista, se ha convertido
en una de las fuentes importantes de su fortaleza y vigor. La solución completa
y consecuente de las cuestiones más complejas y delicadas del desarrollo de la
humanidad, sirve de palmaria manifestación del triunfo de las ideas del
marxismo-leninismo, de las ideas del internacionalismo proletario.
8 Se había consolidado debido al sacrificio y la
solidaridad de millones de seres humanos que se habían liberado de la
explotación del hombre por el hombre. Pero la consolidación se vino abajo, debido
sobre todo a los contrarrevolucionarios
burgueses, que durante todo el tiempo que existió y consolido el socialismo en la URSS estuvieron larvados
volcando la consolidación del socialismo en la Unión Soviética.
(ARP)
La experiencia
de la construcción nacional en el país soviético, ha mostrado que sólo la
revolución socialista crea condiciones par la liquidación completa de la
opresión, para la unión voluntaria de los pueblos, libres e iguales, en un
Estado unido, para el florecimiento auténtico y la aproximación de las
naciones. Esta experiencia es aprovechada actualmente por los Estados del
sistema socialista mundial para resolver los problemas nacionales, tanto dentro
de cada país como en toda comunidad de los países socialistas. Esta valiosa
experiencia tiene también gran importancia par los pueblos de los jóvenes
Estados nacionales soberanos, que se han liberado del yugo colonial y para los
que luchan por su liberación del colonialismo. Los éxitos de la URSS son para ellos fuente de
inspiración y fuerza en su ardua lucha contra el imperialismo y el
colonialismo. Ven su porvenir en el presente de las naciones socialistas.
Aproximación progresista de la naciones
durante la
edificación del comunismo
La edificación del comunismo implica una nueva etapa
en el desarrollo de las relaciones nacionales en la URSS , etapa que se distingue
por la aproximación progresista de unas naciones a otras y su completa unión.
La construcción de la base material y técnica del comunismo lleva a una unión
más estrecha aun de los pueblos soviéticos.
La creación de
la base material y técnica del comunismo contribuye al desarrollo multilateral
de la economía de las repúblicas federadas, al perfeccionamiento constante de
la división del trabajo entre ellas, al desenvolvimiento de los vínculos
económicos existentes y al establecimiento de otros nuevos. La economía
comunista requiere la interrelación más estrecha de las repúblicas soviéticas.
Por eso, a medida que se avanza hacia el comunismo, se acrecienta la aportación
de cada una de ellas a la causa común del desarrollo de las fuerzas productivas
del país y su acercamiento económico es cada vez mayor. Contribuye a ello la
creciente construcción de centros industriales, el descubrimiento y la
explotación de riquezas naturales, la roturación de tierras vírgenes, la
incorporación de zonas lejanas a la producción y el desarrollo de todos los
tipos de transporte. Como resultado se amplían las comunicaciones mutuas y el
intercambio de experiencia de producción y conquistas culturales.
La
aproximación de las naciones durante la edificación del comunismo expresa en
que la frontera entre repúblicas federadas, dentro de la URSS , pierden su importancia
pasada. Es compresible; todas ellas tienen derechos iguales, su vida se levanta
sobre una base socialista única, y se satisfacen en igual medida las demandas
materiales y espirituales de cada pueblo. Todas ellas están unidas en una
familia por intereses vitales comunes y van, hombro con hombro, aun fin único.
Por la
composición de su población, cada república soviética se va haciendo más y más
multinacional, cosa que también atestigua la incesante aproximación mutua de
los pueblos soviéticos. En cualquier república viven y trabajan como hermanos
los ciudadanos de las nacionalidades más diversas. Las empresas socialistas
también son multinacionales por la composición de su personal.
En base a los
éxitos de la edificación comunista, la supresión de la fronteras de clase y del
desarrollo de las relaciones sociales comunistas, se refuerza la uniformidad
social de las naciones y se desarrollan los rasgos comunitas de su cultura,
moral y género de vida, lo que asegura el fortalecimiento de la confianza mutua
y la amistad entre ellas, haciéndose más firme su unidad espiritual. Florece en
todos los aspectos la cultura socialista de los puebles de la URSS , y las culturas
nacionales se enriquecen y aproximan mutuamente. Se desarrolla la cultura
internacional, común para todas las naciones, que recoge los mejores adelantos
de toda la humanidad. El tesoro de la cultura de cada nación se enriquece con
las obras que adquieren carácter internacional, lo que implica formación de la
futura cultura, única para toda la humanidad, de la sociedad comunista.
La aproximación de las naciones en el curso de la
edificación comunista es un proceso objetivo. Pero esto no significa, ni mucho
menos, que dicho proceso trascurra sin obstáculos. El desarrollo de la economía
y la cultura de las naciones socialistas y su aproximación paulatina presuponen
un lucha inconciliable contra las manifestaciones y las reminiscencias del
nacionalismo y chovinismo, contra las tendencias a la limitación y al
exclusivismo nacional, contra la idealización del pasado y el encubrimiento de
las contradicciones sociales en la historia de los pueblos, contra las
costumbres y hábitos caducos.
La
aproximación entre las naciones aun será mayor cuando venza el comunismo en la URSS. Se acrecentará su
comunidad económica e ideológica. Alcanzará un nivel incesante su cultura, y se
desenvolverán por completo los rasgos comunistas de su fin fisonomía espiritual.
El proceso de
aproximación de las naciones culminará en última instancia en la fusión de las
mismas. Ahora bien, la fusión de las naciones, la supresión de las diferencias
existentes entre ellas, constituye un proceso mucha más prolongado que la
supresión de las diferencias entre las clases. Con la victoria del comunismo
desaparecerán las diferencias de clases, pero las nacionales, sobre todo las de
lenguaje, se mantendrán aún mucho tiempo. En nuestra
época, cuando se ha formado y desarrolla el sistema mundial del socialismo, el
proceso de aproximación de las naciones ha rebasado ya los límites de un Estado
adquiriendo importancia interestatal. Las relaciones de unidad y colaboración
fraternales se han consolidado también entre los Estados del sistema
socialista: La experiencia del desarrollo
de dicho sistema demuestra que estas relaciones responden a lo supremos
intereses nacionales de cada Estado. La colaboración de los Estados socialistas
permite a cada uno de ellos hacer frente a la reacción imperialista, aprovechar
sus propios recursos de la manera más racional y completa, desarrollar la
economía y enriquecer la cultura nacional. En la medida que se vayan teniendo
éxitos en la edificación del socialismo y el comunismo, el intercambio de
riquezas materiales y culturales entre los Estados de la comunidad socialista
irá siendo más y más intenso. Aumenta el poderío de estas naciones y se refuerza
su unidad económica, política e ideológica. El
surgimiento del sistema mundial es el paso más importante que se ha dado por la
senda de la aproximación multilateral de los pueblos después de la formación de
la URSS.
18 de noviembre de
2016
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