miércoles, 28 de septiembre de 2016

MATERIALISMO HISTORICO CAPITULO 6


MATERIALISMO HISTORICO. CAPITULO VI
 

LAS CLASES Y LA LUCHA DE CLASES
 

En el capitulo anterior 1 hemos visto que el pueblo, las masas trabajadoras, son la fuerza principal y decisiva del desarrollo de la sociedad. Pero ésta no es homogénea, consta de clases, grupos y capas sociales determinados.

1 Ver  capítulo V (ARP)

¿Qué son, pues las clases y qué papel desempeñan en el desarrollo social? La teoría marxista-leninista de las clases y de la lucha de clase responde a esta cuestión.
 

1.      ESENCIA Y ORIGEN DE LAS CLASES

 
Aún antes de que apareciera el marxismo, algunos pensadores advirtieron ya la división de los hombres en clases y la lucha de clases en la sociedad. Pero, como eran idealistas en la interpretación de la vida social, no pudieron hallar la base objetiva de la división  de la sociedad en clases. No vieron que la base de esta división se debe buscar en la esfera de la producción material, que es la principal entre las relaciones humanas. 

Lenin dio una definición completa de las clases en su trabajo Una gran iniciativa. “las clases –escribió-  son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lagar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que las leyes refrendan y formulan en gran parte), por el papel que desempeña en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que se perciben la parte de la riqueza social de que dispones. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo del otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social” 2.

2 V.I. Lenin, Obras completas, t. XXIX, ed. cit., pág. 413 (Ed.)

El más importante de los rasgos enumerados es el de las relaciones con respecto a los medios de producción. De estas relaciones se deriva el lugar y el papel de las clases en la producción social, así como los métodos de obtención de sus ingresos y la magnitud de los mismos.

Las clases no existen eternamente. En la sociedad primitiva, como ya se ha dicho antes, no existían. La producción estaba entonces a un nivel tan bajo, proporcionaba únicamente la cantidad mínima bienes materiales, que apenas bastaban a los hombres primitivos para no morirse de hambre. Por eso estaba excluida toda posibilidad de acumular valores materiales y de que apareciesen la propiedad privada, las clases y la explotación.

Sin embargo, posteriormente, debido al desarrollo de las fuerzas productivas y a la elevación del rendimiento del trabajo, los hombres empezaron a producir más de lo que consumían. Surgió la posibilidad de acumular riquezas materiales y apropiarse de los medios de producción de la comunidad. Apareció la propiedad privada, a lo cual contribuyó la creciente división del trabajo y el aumento del comercio.

Luego, a medida que sea iban desarrollando la propiedad privada y desplazándose la de la comunidad, fue creciendo la desiguldad económica de los hombres. Unos, principalmente lo pertenecientes a la nobleza gentilicia, se enriquecieron, apoderándose de los medios de producción de la comunidad. Otros, desprovistos de esos medios, se vieron obligados a trabajar para sus dueños. Así trascurrió el proceso de descomposición de la comunidad primitiva, su disociación en clases. Este proceso culminó con el surgimiento de clases opuestas y la explotación.

Así, pues, las clases surgieron en el período de la descomposición del régimen de la comunidad primitiva y la formación del régimen esclavista. La situación contrapuesta de la clase en la sociedad originaba una cruenta lucha entre ellas. La lucha de las clases ha sido durante muchos siglos el rasgo más importante del desarrollo de la humanidad.

  

1. LA LUCHA DE CLASES, FUENTE DE DEL DESARROLLO
                                      DE LAS SOCIEDADES DE CLASES ANTAGONICAS
 

La historia de las sociedades antagónicas es la historia de la lucha de clases. “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos, se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras abierta, que terminó siempre con la trasformación revolucionaria de toda sociedad o hundimiento de las clases beligerantes 3.
 
3 C. Marx y F. Engels, “Manifiesto Comunista” en Obras escogidas, ed. cit., pág. 14 (Ed.)

La lucha de clases antagónicas es inconciliable. Dimana de la contraposición cardinal del lugar económico y político que ocupan en la sociedad. Durante muchos siglos, los trabajadores, ya fueran esclavos, campesinos u obreros, han sufrido una explotación salvaje por parte de las clases dominantes. Su lucha contra la opresión y su aspiración a una vida libre y feliz son plenamente naturales y lógicas.

En la sociedad de clases existen algunas que son fundamentales y otras que no lo son. Son clases fundamentales las que están ligadas con el modo de producción dominante (artesanos libres en la sociedad esclavista, campesinos en la capitalista, y etc.) así como diversas capas sociales (intelectualidad, clero, etc.). La lucha de clases en la sociedad antagónica es ante todo la de las clases sociales fundamentales. La clases no fundamentales y las capas sociales no siguen por lo común, una línea propia en esta lucha, sino que se adhieren a una de las clases antagónicas fundamentales y defienden sus intereses.

La lucha de clases es la fuerza motriz, la fuente del desarrollo de la sociedad de clases antagónicas. Ella determina el desarrollo de la sociedad antagónica tanto en períodos relativamente “pacíficos” como sobre todos, en los de conmociones y tempestades revolucionarias.

En el capitalismo la lucha de clases es un factor importante del desarrollo de las fuerzas productivas. Si no fuera por la lucha de los obreros, los capitalistas se preocuparían mucho menos del desarrollo de la técnica. Les resulta mucho más fácil y barato obtener ganancias por medios tan probados como la prolongación de la jornada de trabajo y la reducción de los salarios 4. No obstante, la tenaz lucha de los obreros, a la par que la competencia entre los capitalistas, obliga a éstos a emplear nueva maquinaria y tecnología de la producción. Marx escribió que”… casi todas las nuevas invenciones fueron el resultado de colisiones entre obreros y patrones….Después de cada nueva huelga de alguna importancia surgía una nueva máquina” 5.

 
4 Esta premisa la está aplicando en la actualidad la patronal española, con toda virulencia; es decir, para la consecución de mayores beneficios se aplica a las masas obreras, tanto la ampliación de la jornada de trabajo, como la reducción de sus salarios. Este despropósito se debe, sobe todo, a las salvajes reformas laborales aplicadas por el partido neoliberal conservador Partido Popular, y al silencio de los sindicatos que no oponen resistencia alguna en defensa de la masa obrera. (ARP)

5 C. Marx, Miseria de la Filosofía, ed. en español, Moscú, pág. 137.

La lucha de clases tiene aun más importancia en la vida política de la sociedad antagónica. Actualmente la lucha de la clase obrera es un serio obstáculo para que los imperialistas puedan llevar a cabo sus siniestros designios de desencadenar una nueva guerra mundial, aplastar el movimiento de liberación nacional, suprimir los restos de las libertades democráticas y detener el desenvolvimiento progresista de la sociedad.

Sin lucha de clases no habría progreso social, bien entendido que el movimiento progresivo de la sociedad se realiza, por lo general, con tanta más celeridad cuanto mayor es el empeño y mejor organizada  está la lucha de los oprimidos contra los opresores.

Es de particular importancia para el progreso social el papel que desempeña la revolución social, forma  superior de la lucha de clases cuyo resultado es la demolición del viejo régimen y la instauración de otro más progresista.

En la sociedad esclavista se mantuvo una lucha enconada entre esclavos y esclavistas. Esta lucha adquirió las formas más diversas, desde el deterioro de los instrumentos de producción hasta  sublevaciones en masa, como la que encabezó Espartaco 6 (s.I. a. n. e.), en la que tomaron parte más de cien mil esclavos.

6  Espartaco fue un esclavo tracio que, según fuentes romanas, dirigió la rebelión más importante contra la República romana en suelo itálico, hecho ocurrido entre los años 73 a. C. y 71 a. C. Nació el año 111 a, n. e., en Tracia, y falleció en el 74 a.n.e., en Strongoli (Italia) (ARP)

La lucha de clases adquirió formas más agudas aun en la época del feudalismo. Las clases beligerantes eran entonces los señores feudales y los campesinos, a quienes se adherían a menudo los trabajadores de la ciudad, particularmente los artesanos. Las sublevaciones adquirían el carácter de verdaderas guerras campesinas, en las que participaban centenares de miles de campesinos. Estas guerras abarcaban a veces inmensos territorios y duraban muchos años. Tales fueron las sublevaciones de Wat Tyler 7 en Inglaterra (s. XIV), la Jacquerie 8 en Francia (s. XIV-XV), la Guerra Campesina en Alemania 9 (s. XVI), las sublevaciones dirigidas por Bolótnikov  10, Razin11 (s. XVII), y Pugáchov 12  (s. XVIII) en Rusia, las sublevación de Tai ping 13, en China (s.XIX), etc.

 
7 Walter Tyler, llamado normalmente Wat Tyler fue el líder de la revuelta de los campesinos de Inglaterra de 1381. Wat Tyler era hijo de un tejedor del pueblo de Broxley, Kent, llamado Walter Hilliard. Nació el 4 de enero de 1341, en Kent (Reino Unido), y falleció el 15 de  JUNIO DE 1381, en Londres (Reino Unido) (ARP)

8 La Grande Jacquerie fue un levantamiento popular ocurrido en 1358 en las zonas rurales de la Isla de Francia, Picardía, Champaña, Artois y Normandía. Tuvo lugar durante la Guerra de los Cien Años en un contexto de crisis política, militar y social. Sus causas son múltiples, pero tuvo un papel relevante la impopularidad de la nobleza francesa después de la derrota de Poitiers en 1356, y la miseria reinante en el campo devastado por los ejércitos y las compañías libres. La Grande Jacquerie se inscribe en un conjunto de revueltas simultáneas, como la insurrección liderada por Étienne Marcel, las revueltas surgidas alrededor de París en mayo-junio de 1358 y los movimientos de agitación que sacudían entonces las ciudades de Flandes. (ARP)

9 La guerra de los campesinos alemanes (en alemán: Deutscher Bauernkrieg), también llamada la revolución del hombre común (en alemán: Erhebung des gemeinen Mannes) fue una revuelta popular en el Sacro Imperio Romano Germánico entre 1524 y 1525. Consistió, como el movimiento precedente Bundschuh y las guerras husitas, en una serie de revueltas tanto económicas como religiosas por parte de campesinos, ciudadanos y nobles. El movimiento no tenía un programa común.
 
El conflicto, que fue más profundo en el sur, oeste y centro de Alemania, pero que también afectó a áreas de Austria y Suiza, contó durante el verano y la primavera de 1525 con un total estimado de 300 000 campesinos insurgentes y dejó un saldo de 130 000 víctimas entre los sublevados (100 000 según otras estimaciones). La revuelta popular fue la más masiva y generalizada en Europa hasta la Revolución francesa, en 1789. (ARP)

10 Iván Isáyevich Bolótnikov fue el líder de una revuelta popular en Rusia en 1606-7 conocida como la Rebelión de Bolótnikov. La revuelta pertenece al tiempo del Período Tumultuoso del Zarato ruso. Nació en 1565, en Tula (Rusia), y falleció en 1608, en Kárgopol (Rusia)

11 Stepán Timoféyevich Razin, líder de los cosacos del Don y héroe popular que condujo una gran sublevación contra la nobleza y la burocracia del zar en el sur de Rusia. Nació en 1630, Zarato ruso (Rusia), y falleció el 16 de junio de 1671, en Moscú (Rusia). (ARP)

12 Yemelián Ivánovich Pugachov fue un pretendiente al trono de Rusia que lideró una insurrección de los cosacos en la época de Catalina la Grande. Nació en 1742, en Óblast de Volvogrado (Rusia), y falleció el 21 de enero de 1775, en Moscú (Rusia).

13 Las raíces de este conflicto que desgarró China, y que estuvo a punto de acabar con la Dinastía Ching (también llamada Dinastía Manchú), hay que buscarlas en un masivo incremento de la población  (que entre 1736 y 1852 se había triplicado, no así las tierras disponibles para una sociedad eminentemente campesina), A ello había que sumar la humillación sufrida frente a Gran Bretaña en la Guerra del Opio de 1839-1842 que, en sustancia, había servido para introducir la droga en China como moneda de cambio convirtiendo, de paso, en adicta a la misma a buena parte de la población. Además, los tratados impuestos por Gran Bretaña convertían a China en un gigantesco mercado donde, muy pronto, las demás potencias occidentales penetrarían apoyadas en ventajosos acuerdos que incluían derechos de extraterritorialidad, puertos estratégicos (Hong Kong y Shanghai, entre otros) y, no menos importante, la independencia jurisdiccional, es decir, que los occidentales no estarían sometidos en ningún caso a las leyes chinas por más que cometiesen algún delito en ese país.

En esta tesitura, pues, no era extraño que proliferasen sociedades de todo tipo, religiosas, nacionalistas, antimanchúes, antioccidentales o todo ello a un tiempo, que abogasen por una resurrección nacional y clamasen contra el régimen que había transigido ante la humillación. Una de esas sociedades, la llamada Sociedad de los Adoradores de Dios, fue el germen del que surgiría una auténtica revolución que puso en jaque al Imperio Chino y que durante quince años convirtió a China en un auténtico infierno. (ARP)


Sin embargo, las sublevaciones de  los oprimidos en las sociedades esclavistas y feudales no podían acabar con la explotación pues las condiciones aún no habían madurado para ello. El nivel de la producción no permitía pasar a un régimen libre de explotación y presión. Estas sublevaciones presentaban un carácter desordenado. Los sublevados no tenían noción clara ni de los fines de la lucha ni de medios para alcanzarlos. Carecían de una teoría de vanguardia que los guiara y también de partido. Como veremos más adelante, estas condiciones se crean únicamente bajo el capitalismo.

A pesar de ello, las sublevaciones de los esclavos y de los campesinos siervos desempeñaron un gran papel progresista en la historia. Los esclavos conmovieron los pilares de la sociedad esclavista; los campesinos, por su parte, fueron una de las fuerzas principales que arrollaron al feudalismo y motivaron el paso al régimen capitalista, más progresista.

 
1.      LA LUCHA DE CLASES EN LA SOCIDAD CAPITALISTA


La lucha de la burguesía y el proletariado
ley del desarrollo del capitalismo

 

Las clases fundamentales de la sociedad capitalista son, como se sabe, la burguesía y el proletariado. En su afán de ganancias, la burguesía explota al proletariado; a medida que se desenvuelve el capitalismo, la explotación es cada vez más cruel. El trabajo se intensifica, el obrero que convierte cada vez más en un simple apéndice de la máquina. Los numerosos estragos y sufrimientos provocados por crisis económica, el paro 14 y las guerras de rapiña que siempre acompañan al capitalismo, recaen particularmente sobre el proletariado.

14 Esta máxima es muy evidente en el caso del mercado de trabajo en España, que la crisis tanto gobernando el Partido Socialista Obrero Español, como el partido neoliberal conservador del Partido Popular, ha provocado el paro de cerca de cinco millones de parados que acompañan al capitalismo,  estén recayendo cruelmente sobre masa de los trabajadores en general. (ARP)

Se comprende perfectamente que éste no pueda resignarse. La misma naturaleza interna del capitalismo, en lo que el obrero se ve privado de los frutos de su trabajo, y la situación del proletariado en la sociedad, lo impulsan a luchar contra la burguesía. No es casual por eso que la historia de la sociedad capitalista sea la historia de esa lucha. Ella es natural, constituye una fuente importantísima del desarrollo del capitalismo, y se acentúa sobre todo en la época del imperialismo, cuando las contradicciones económicas y políticas del capitalismo alcanzan un grado inaudito de ensañamiento.

Al proletariado le corresponde la misión histórica de derrocar al capitalismo y crear la sociedad comunista sin clases, pues ninguna de las otras clases sociales es consecuentemente revolucionaria.

La burguesía lo fue sólo cuando luchaba contra el feudalismo por quitarle la hegemonía, pero en cuanto ascendió al poder comenzó a volverse reaccionaria. Su único fin es conservar eternamente la explotación.

Las capas media, que incluye ante todo a los campesinos y a los artesanos, muy numerosos en el  capitalismo, tampoco son decididamente revolucionarios. No ocupan una posición independiente en la sociedad y se van disociando a medida que el capitalismo se desarrolla. La mayor parte de los campesinos y artesanos 15 se arruina  y engrosa las filas del proletariado, y sólo una parte insignificante se abre camino en las filas burguesas. En la tenaz lucha de clases los campesinos ocupan una posición vacilante, y por eso el proletariado tiene la misión de atraerlos a su lado y convertirlos en seguros aliados 16.

 
 15 Los artesanos siempre han sido una clase numerosa de trabajadores bajo la formación socioeconómica esclavista, como en la formación  socioeconómica que la precedió: la feudalista. Realmente donde más desarrollo y auge adquirió fue en la formación socioeconómica capitalista. Pero también los artesanos como clase trabajadora, es la que más se arruina bajo el capitalismo pasan a engrosar el  proletariado.

Esta nómina de los artesanos, la desarrollan hoy en día los autónomos. Las empresas despiden a la mayoría de esta clase obrera, indemnizándoles o pasándolos al paro. La inmensa mayoría de estos obreros por cuanta ajena, con las indemnizaciones o las retribuciones percibidas por la totalidad del paro que les  correspondan, algunos de  ellos  montan sus propios negocios como autónomos, y en cortísimo plazo se arruinan, debido sobre todo a la feroz competencia que se hacen entre sí.  (ARP)

16 La clase obrera del campo, es decir, los campesinos, es la clase más vacilante del panorama social. Dentro del campesinado hay distinguir dos grupos:

Los campesinos que existen en las zonas minifundistas, ejemplo, Galicia, y los que radican en las zonas latifundistas, ejemplo: Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía. Los primeros, es decir, los que están ubicados en zonas minifundistas son campesinos muy vacilantes, puesto que todos tienen alguna propiedad y son muy reacios y vacilan a la hora de dejarse convencer. A esto, hay que añadir que minifundista está rodeado de caciques por todos los lados. Los segundos, es decir, los que están ubicados en zonas latifundistas son campesinos menos vacilantes y más propensos al convencimiento y atraerlos como aliados. De hecho, este grupo específico de campesinos entran de lleno el proletariado, por no tener terreno alguno que defender  ni perder nada en sus reivindicaciones sociales (ARP)

Tampoco puede ser consecuentemente revolucionaria la capa de la sociedad capitalista constituida por los intelectuales (ingenieros, técnicos, médicos, maestros, colaboradores científicos, etc.). La mayor parte de lo intelectuales se ven obligados a servir a las clases explotadoras.

La única clase consecuentemente revolucionaria de la sociedad capitalista es el proletariado. Ligado con la industria mecánica, la forma más progresista y creciente de la producción, aumenta y se desarrolla continuamente. El propio carácter de la producción capitalista contribuye a que el proletariado se agrupe, organice e instruya. No tiene propiedad ni nada que perder en la lucha. Al pelear por su emancipación, es capaz de organizar y llevar tras sí a todos los trabajadores, que odian igualmente el régimen capitalista. Al conquistar su libertad, emancipa a todos los trabajadores, destruyendo para siempre la explotación del hombre por hombre. Una vez que ha vencido, devuelve a los trabajadores cuanto ha producido, suprimiendo con ello la injusticia social más grande: el régimen social en el que un puñado de opresores se apropia de los frutos de millones de seres humanos.


Forma de la lucha de la clase del proletariado


Conforme se va desenvolviendo el capitalismo, se desarrolla también el proletariado, volviéndose más variadas y agudas las formas de la lucha contra la burguesía. Existen tres formas fundamentales de la lucha de clases del proletariado: la económica, la política y la ideológica.

La forma más simple y asequible para las grandes masas de obreros es la lucha económica la cual el proletariado trata de mejorar su situación material y las condiciones de trabajo.  Los obreros exigen a los patronos que les suban los salarios, les reduzcan la jornada de trabajo, etc., y, si no les satisfacen estas reivindicaciones, redeclaran en huelga y no acuden al trabajo.
 
Esta primera forma de lucha del proletariado en la historia desempeña un gran papel en el despliegue del movimiento revolucionario. Contribuye a que se reincorporen amplias masas proletarias a la lucha de clases  y les sirve de buena escuela de organización: los sindicatos, las cooperativas y las cajas de ayuda mutua.

Sin embargo, la lucha de clases tiene carácter limitado. No es aún la lucha de toda la clase del proletariado contra la clase de la burguesía, sino una colisión entre un grupo se obreros y otro de capitalistas en algunas fábricas o zonas, Además, y esto es lo principal, no afecta a la base de las bases del capitalismo, la propiedad privada, ni se propone derrocar del poder a la burguesía. El fin de esta lucha no es suprimir la explotación, sino limitarla, suavizarla nada más.

Con el crecimiento y desarrollo del proletariado, la lucha económica de los obreros de fábricas y zonas aisladas converge en la lucha común de la clase obrera contra la clase de los capitalistas en su conjunto. Entonces la lucha de clases adopta su forma superior, la lucha política.

La lucha política es la que tiende  destruir la propia base del régimen capitalista, es la lucha por el poder, por la dictadura del proletariado.

Mediante la lucha económica el proletariado puede algo su situación material y arrancar a la burguesía ciertas concesiones materiales.  Pero únicamente destruyendo el dominio político de la burguesía e instaurando su propio poder. La dictadura del proletariado, satisface sus intereses económicos y políticos cardinales y librarse para siempre de la explotación.

Para alcanzar ese fin mantiene el proletariado su lucha política, utilizando los medios más diversos: huelgas y manifestaciones políticas, debates pacíficos en el parlamento y la lucha armada.  Ahora bien, todos los medios se someten en última instancia a la causa de la preparación y realización de la revolución socialista. Esta es la fase más alta de la lucha de clase del proletariado, el medio único y decisivo para destruir el capitalismo y para que el proletariado conquiste el poder político.

Gran importancia en la lucha revolucionaria del proletariado tiene la lucha ideológica, o sea, la lucha contra la ideología burguesa, que domina en la sociedad capitalista, la lucha por la victoria de la ideología socialista, proletaria.

El desarrollo capitalista lleva necesariamente a la cohesión y organización del proletariado, pero éste para derrocar al régimen capitalista, no sólo debe constituirse como clase, de su gran misión histórica. Para eso necesita una teoría revolucionaria. Por falta de tiempo, medios e instrucción suficiente, el proletariado no está en condiciones de crearla por sí mismo. La idearon representantes de la intelectualidad que se pasaron al lado del proletariado. Como sabemos, los creadores de esta nueva teoría revolucionaria fueron: Marx, Engels y Lenin.

No obstante, la tarea no consiste sólo en elaborar una teoría revolucionaria de vanguardia. Una vez creada, es necesario que los obreros adquieran conciencia de ella. La lucha ideológica, por consiguiente, es también una lucha contra la espontaneidad en el movimiento obrero., para que las amplias masas proletarias dominen la ideología marxista-leninista de vanguardia.

Esta es objeto de continuos ataques por parte de lo ideólogos de la burguesía, así como de reformistas y revisionistas. Por eso, en la esfera de la lucha ideológica se incluye también la necesidad de mantener la pureza de la teoría marxista-leninista, contra todos los enemigo y,  ante todo, contra la ideología de la reacción imperialista.

Igual que la lucha económica, la ideología no constituye el objetivo de si misma: está sometida a las tareas políticas, la exigencia de liquidar el dominio de la burguesía e instaurar el del proletariado.

 

El partido marxista,  organizador y dirigente de la
lucha de clases del proletariado

 

 
Sólo el partido político del proletariado puede asegurar la dirección acertada de la lucha de clase de los trabajadores y una combinación adecuada de todas sus formas. Su papel es particularmente grande en la época del imperialismo, cuando debido a la exacerbación extrema de las contradicciones del capitalismo, la revolución socialista se presenta como tarea práctica de aplicación inmediata.

Los partidos conciliadores y reformistas de la II Internacional  no pudieron  asegurar  la dirección del movimiento proletario en las nuevas condiciones históricas. Era necesario un partido revolucionario de nuevo tipo, un partido marxista, y Lenin lo creó.

El partido marxista es el destacamento revolucionario de vanguardia del proletariado. Forma superior de organización del proletariado, cohesiona a todas las demás organizaciones (sindicatos, cooperativas, etc.), las dirige políticamente y las endereza a la conquista del fin común: el derrocamiento del capitalismo y la creación de la sociedad socialista. “Educando al partido obrero –dijo Lenin-, el marxismo educa a la vanguardia del proletariado, vanguardia capaz de tomar el poder y de conducir a todo el pueblo al socialismo, de dirigir y organizar el nuevo régimen, de ser el maestro, el dirigente y el jefe de todos los trabajadores explotados en la obra de organizar su propia vida social sin la burguesía y contra la burguesía” 17.

17 V.I. Lenin, Obras Completas, t. XXV, ed. cit., pág. 398 (Ed.)

El partido puede desempeñar su papel de destacamento  de vanguardia de la clase obrera y dirigente del pueblo porque está pertrechado con la teoría científica marxista, con el conocimiento de las leyes que rigen el desarrollo social, y porque domina el arte de aprovechar estas leyes en la práctica para trasformar revolucionariamente la sociedad.
 
Por estas características, el partido lleva constantemente a las amplias masas de obreros la conciencia socialista y protege a la clase obrera contra la influencia de la ponzoñosa ideología burguesa. Mantiene una lucha inconciliable contra todos los intentos de falsificar y revisar el marxismo y lo desarrolla en base a los últimos adelantos de la ciencia y de la práctica histórico-social.

Además, el partido marxista es también el destacamento organizado de la clase obrera, agrupado por la aspiración común de llevar a efecto las ideas revolucionarias del marxismo-leninismo. Es intransigente con los oportunistas de distinto género que intentan romper la unidad de sus filas, descomponerlo desde adentro y quitarle así la capacidad para dirigir la lucha de clase del proletariado.

El partido marxista es un partido verdaderamente Popular. Agrupa a los mejores representantes del pueblo y está vinculado con las amplias masas de los trabajadores. Goza de la confianza y el apoyo ilimitado de las masas populares porque expresa los deseos más íntimos del pueblo y defiende abnegadamente sus intereses vitales. La fuerza invencible del partido marxista radica en su estrecha ligazón con el pueblo.

Partidos de este tipo, verdaderamente revolucionarios y populares son el Partido Comunista de la Unión Soviética y los partidos comunistas y obreros de otros países, organizadores de la lucha por el socialismo y el comunismo, así como los partidos marxistas de los países capitalistas, inspiradores de la lucha de los pueblos contra el imperialismo y colonialismo, por la paz, la democracia y el socialismo.

 
Inconsistencia de las teorías burguesas y revisionistas
de las clases y la lucha de clases.

 

Los ideólogos de la burguesía oponen a la teoría marxista de las luchas de clases, la prédica de la paz entre las clases bajo el capitalismo. Niegan con singular empeño la existencia de clases y la lucha entre ellas en la sociedad burguesa contemporánea.

Algunos sociólogos burgueses declaran si ambages que en la sociedad capitalista contemporánea no hay explotación, ni clases opuestas, que existen únicamente capas sociales (“estratos”) que agrupan a los hombres según su instrucción, ingresos, edad, creencias religiosas, opiniones políticas y otros rasgos. Dicen que los hombres pertenecientes a estas capas no están ligados por ninguna relación de propiedad, que entre ellos existe la armonía más completa, que esas capas son móviles, y el hombre, si lo desea, puede desplazarse fácilmente de una a otra.

Otros, aunque reconocen la existencia de las clases, afirman que en la sociedad burguesa contemporánea se está operando un proceso de extinción de las diferencia de clase y trasformación gradual de todas en una inmensa clase “media” 18. Además, dicen que, por ejemplo, en los Estados Unidos de América el proceso de formación de esta clase “media” está próximo a su culminación. Así, el conocido sociólogo norteamericano Strauss-Hupe 19 declara en su libro La zona de indeferencia (1952) que en la Norteamérica es difícil encontrar una diferencia entre explotados y explotadores. La pobreza dice, desaparece, 20 y la clase superior se convierte en un anacronismo.

 
18 Esta máxima tan cacareada por los sociólogos burgueses,  se refuta con el hecho muy reciente habido entre los años 2012-2016. En ese tiempo en España, según las estadísticas, 3.000.000 de trabajadores de clase media, que tanto defienden los sociólogos burgueses, han pasado al ejército de parados engrosando las filas del proletariado. (ARP)

19 Robert Strausz-Hupé, sociologo  y politólogo. Nacido el 25 de marzo de 1903 en Viena (Austria), y fallecido el 24 de febrero de 2002, en el municipio de Newtown Pensilvania (EE.UU.)  (ARP)

 20 Desde luego este sociólogo burgués no poseía la gracia de la videncia. En la actualidad existen más 50 millones de estadounidenses viven bajo el umbral de pobreza.  Si en la forma se refiere  la desaparición de  la  pobreza en EE.UU., en el  fondo se parece más a un recochineo que se les hace a los humanos. (ARP)


Desde el punto de vista de los ideólogos de la burguesía, los obreros estadounidenses han dejado de ser proletarios pues han alcanzado un alto nivel de vida, poseen ahorros, adquieren acciones y, por eso, lo mismo que los dueños de las empresas, tienen su participación en los ingresos. Por otro lado, según  ellos, el Estado limita cada vez más en mayor grado de los patronos 21, de modo que éstos desempeñan cada vez menor papel en la producción.

 
21 Los ideólogos burgueses insisten un y otra vez en esta falacia. Intentan convencer que  lo negro se vuelva blanco,  y aun agregando matices de otros pigmentos, lo negro, negro será. (ARP)


Las invenciones de los apologistas del capitalismo sobre la inexistencia de clases y lucha de clases en la sociedad burguesa contemporánea han sido recogidas por los políticos reformistas y revisionistas. Sí, el reformista Ph. Murray, uno de los líderes del Congreso de Organizaciones Industriales de EE.UU., ha escrito que en Norteamérica no hay clases, que allí “todos son obreros” y que, en última instancia coinciden los intereses de granjeros, obreros industriales, hombres de negocios, empleados e intelectuales.

Los revisionistas le hacen coro. Declaran que la definición leninista de las clases “ha envejecido” y consideran que en su lugar se debe introducir el concepto de “grupos”, etc. Afirman que los hombres se unen en grupos, ateniéndose a rasgos secundarios y no al de la relación que guardan con respecto a los medios de producción. Al negar la existencia de las clases, los revisionistas renuncian también a la lucha de clases. Así el italiano Giolitti 22 considera que la tarea de los obreros no consiste actualmente en luchar contra la burguesía, sino en contribuir al progreso técnico. Este conducirá, según él, a que el paso del poder a manos del pueblo se produzca automáticamente, sin luchas de clases ni revolución 23.

22 Giovanni Giolitii, político italiano, nacido el 27 de octubre de 1842, en Mondovi (Italia), y fallecido el 17 de julio de 1928, en Cavour (Italia) (ARP)

23 La lucha de clases al igual que ayer, soterradamente es más virulenta  si cabe. Si, es cierto que actualmente no existe revolución de ningún tipo, ésta se ha trocado en una galopante involución. Esta involución la segregan todos los revisionistas, reformistas, ideólogos, sociólogos, arribistas,  oportunistas, etc., firmes defensores  de la burguesía capitalista. (ARP)


Con semejantes divagaciones sobre la inexistencia de las clases y de la  lucha de clases en la sociedad burguesa contemporánea y sobre una ficticia era de “concordia del trabajo y el capital”, los apologistas de la burguesía y sus servidores  revisionistas procuran confundir a la clase obrera, inculcarle la idea de que la lucha de clase contra la burguesía no tiene objeto y encauzar el movimiento obrero por la vía reformista.
 
¿Qué ocurre en realidad?

Es sabido que el nivel de vida de cierta parte de los obreros norteamericanos, y particularmente su cúspide, es bastante alto, sobre todo con la clase obrera de otros países capitalistas. No se debe olvidar, sin embargo, que no todos los obreros estadounidenses tienen ese alto  nivel. Millones de parados 24, negros mejicanos y otros obreros no disponen siquiera del salario vital mínimo. Al mismo tiempo, el 1% de la población norteamericana –los representantes de la burguesía capitalista- tienen en sus manos el 60% de toda la riqueza nacional, con la particularidad de que, aproximadamente, unos 150 magnates del gran capital poseen ingresos individuales superiores a un millón de dólares anuales.

24 Los sociólogos e ideólogos burgueses suele enfocar el paro con cantidades relativas, pues estas son menos alarmantes que las absolutas. Según datos estadísticos actualmente en Norteamérica el paro relativo ronda el 7%; pero este paro relativo suponen 25.000.000 millones de paro absoluto. Este paro unido a los casi 50.000.000 millones de ciudadanos en umbral de la miseria y pobreza dura y pura, son parte de los que otorgan al 1% de la población estadounidense, el 60% de la riqueza nacional. (ARP)

 
Algunos obreros estadounidenses tiene ahorros, pero ¿cuál es su parte del volumen total de los ahorros? Solamente el 1% corresponde a la mitad de la población, mientras la otra mitad posee el 99%.

Los obreros norteamericanos también poseen acciones. Pero el valor mercantil de todas ellas, las de todos obreros norteamericanos en su conjunto, es diez veces menor que el las acciones perteneciente a la familia Du Pont 25 es decir, constituye sólo el 0,2% aproximadamente del valor de todas la acciones existentes en EE.UU.


25 Du Pont (NYSE:DD) (abreviatura usual de E.I. du Pont de Nemours and Co.) es una empresa multinacional de origen estadounidense, dedicada fundamentalmente a varias ramas industriales de la química, perteneciente  a la familia Du Pont.

 
¿De qué desaparición de las clases, de qué “gran clase media norteamericana” se puede hablar? EE.UU., es un país de enormes contrastes, de profundísimas contradicciones sociales 26. En otros países capitalistas, la situación de los trabajadores es mucho peor que la gran mayoría de los norteamericanos, y las contradicciones entre la burguesía y el proletariado, más profundas y agudas.


26 La gran clase  media Norteamérica, o sueño americano, tan enaltecido por sociólogos e ideólogos afines a la burguesía capitalista, ha generado 50 millones de pobres  y 25 millones de parados en el país de jauja. ¿A esto le llaman los sociólogos e ideólogos burgueses  la desaparición de la clase, la gran clase media americana? Este sueño americano se inicio en la mente calenturienta de estos sicofantes, y se reduce finalmente  en la mente de fría de 75.000.000 millones de ciudadanos. (ARP)
 

No cabe ninguna duda de que en la sociedad burguesa contemporánea domina la propiedad capitalista. Por eso hay también clases antagónicas: la burguesía y el proletariado, y por eso existe entre ambas una cruenta 27 e ininterrumpida lucha de clases.

27 La lucha de clases siempre ha existido ininterrumpidamente, la mayoría de las veces de forma cruenta. Actualmente no se ha interrumpido la lucha de clase, esta lucha ha dejado de ser cruenta por parte de la clase obrera, pero muy reprimente por parte de la burguesía capitalista. ¿Hasta cuándo? (ARP)

 

La lucha de clases en la sociedad capitalista contemporánea
 

La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía se libra actualmente en los países capitalistas en las condiciones de la nueva etapa de la crisis general de capitalismo y de la trasformación del sistema socialista en el factor decisivo del desarrollo mundial. Hoy es más favorable la situación par el movimiento obrero 28. Los éxitos de la Unión Soviética y de todo el sistema socialista, al ahondamiento de la crisis del capitalismo 29, la influencia cada vez mayor de los partidos comunistas en las masas y el fracaso ideológico del reformismo, han modificado esencialmente las condiciones de la lucha de clases a favor de la clase trabajadora. Las posibilidades del movimiento obrero se amplía aun más gracias al descontento de las masas trabajadoras hacia las políticas reaccionarias del imperialismo y, sobre todo hacia la política que exacerba la psicosis de guerra y la carrera armamentista, cuyo peso fundamental recae sobre los hombros de los trabajadores que, en número creciente, empiezan a convencerse de que la salida natural de su perentoria situación es el socialismo, lo cual crea condiciones propicias para incorporarlos a la lucha activa  contra la burguesía. Las conquistas del sistema socialista, sus ventajas frente al sistema capitalista multiplican la pujanza del movimiento proletario y su lucha en los países capitalistas.


28 Al día de hoy, 6 de setiembre de 2016, y una vez desaparecida la Unión Soviética, en la situación del movimiento obrero ha habido un retroceso muy importante que ha dejado en entredicho la trasformación del sistema socialista como factor decisivo del desarrollo mundial. Este desarrollo que se vislumbraba en el horizonte ha sido cercenado por la burguesía capitalista, dejando al obrero a su suerte y en manos de los explotadores. (ARP)

29 El ahondamiento de la crisis del capitalismo (una más de las muchas que ha tenido en la historia del capital burgués),  que surgió a partir del 2008 hasta sabe cuando, la van a solucionar a cuenta de la clase trabajadora, el ejército de parados, los pobres, los desahuciados, los pensionistas, la sanidad, la educación, la cultura, la investigación, los copagos farmacéuticos, etc., que solucionarán la crisis que provocó la burguesía capitalista, depauperando a la mayoría de la ciudadanía. (ARP)

 
La particularidad más importante del movimiento obrero contemporáneo es la conjugación de su lucha por el socialismo con el movimiento de todo el pueblo por la paz, la independencia nacional y la democracia. Aprovechando condiciones favorables, la clase obrera de muchos países, aún antes de derrocar al capitalismo, puede obligar  los medios gobernantes a cesar los preparativos de una nueva guerra mundial y renunciar a la provocación de guerras locales, a orientar la economía hacia fines pacíficos, puede rechazar la ofensiva de la reacción fascista, lograr que se lleven a la práctica programas nacionales de paz, que se defienda la independencia nacional  y los derechos democráticos y logar una cierta mejora de las condiciones de vida del pueblo.

Por sí solas estas medidas no persiguen fines socialistas, pero, como se indica en el Programa del PCUS, rebasan los límites de reformas ordinarias y tienen una importancia vital, tanto para la clase obrera y su lucha por el socialismo, como para la mayoría de la nación. Estas medidas contribuyen objetivamente a facilitar el camino hacia el socialismo por cuanto socavan el dominio de los monopolios capitalistas, enemigo principal de la clase obrera y del pueblo.

El agrupamiento de las fuerzas socialistas y democráticas se produce sobre la base común de la lucha contra el imperialismo. Socialismo y democracia son inseparables. Sólo el socialismo es la realización de la democracia sin limitaciones de ningún género. Por eso el proletariado que lucha por el socialismo es, al mismo tiempo, un fervoroso luchador por la democracia. La clase obrera y sus partidos marxistas están en la vanguardia del movimiento democrático contemporáneo. La clase obrera junto con otras partes del pueblo contra las aspiraciones de la oligarquía financiera de suprimir las libertades democráticas, limitar el poder del parlamento y modificar la constitución, para establecer el poder personal de los testaferros de los monopolios 30 y pasar del parlamento a distintas variedades de dictadura fascista 31.


30 En la legislatura 2012-2016 gobernada por el partido neoliberal conservador del Partido Popular este hecho y muchos otros, vinieron a corroborar la supresión de las libertades democráticas.  (ARP)

31 Una variedad de la dictadura fascista no deja de ser la Dictadura capitalista, en la que estamos inmersos actualmente. (ARP)


El proletariado emplea las formas más diversas en la  batalla por sus derechos, por la democracia y el socialismo: huelgas, manifestaciones, etc., sin descontar la lucha parlamentaria.

La forma de la lucha más extendida en las condiciones contemporáneas es la huelga. Desmintiendo las afirmaciones de los articulistas burgueses y reformista sobre la armonía entre la burguesía y el proletariado, el movimiento huelguístico crece y se amplia en los países capitalistas: si en 1958 se declararon en huelga todo el mundo capitalista, según datos incompletos, 22.4000.000 personas, en 1959 participaron en las huelgas 47.700.00 personas, y en 1960 fueron 53.200.000 los huelguistas. Es sintomático que aquéllas presentan actualmente un carácter más organizado y masivo que en el período de anteguerra. Por ejemplo, en cada una de las tres huelgas generales que se declararon en Japón (junio de 1960)  participaron de 5.000.000 a 6.200.000 personas; en cada una de las huelgas generales de Francia (febrero de 1960 y abril de 1961) participaron 12.000.000 de trabajadores.

Importa señalar que las reivindicaciones obreras rebasan cada vez más los límites económicos y adquieren carácter político. Si en 1958, por ejemplo, participaron en las huelgas políticas en todo el mundo capitalista unos diez millones de personas –aproximadamente el 43% de todos los huelguistas, en 1960 aquéllas abarcaron a más de cuarenta y un millón de personas, o sea, el 73% aproximadamente del total de los huelguistas. En todas las acciones se plantea la lucha por la paz, el cese de la carrera armamentista y la prohibición del arma atómica. La clase obrera y su vanguardia revolucionaria, el partido marxista, dirigen su golpe principal contra el monopolio capitalista, baluarte de la reacción y la agresión, culpables fundamentales de la carrera armamentista y de la difícil situación en que se encuentran los trabajadores.

La clase obrero no está sola en la lucha contra las fuerzas imperialistas: las masas campesinas son su aliado seguro y las capas de vanguardia de la intelectualidad y otras fuerzas progresistas de la sociedad les brindan su adhesión.

La particularidad característica del movimiento del partido obrero contemporáneo es la  amplitud y elevación considerable de su actividad política en la lucha contra la reacción imperialista, por la paz, la democracia y el socialismo.

El crecimiento de los partidos comunistas y obreros testimonia  el profundo avance operado en la conciencia de las masas trabajadoras. Si en vísperas de la segunda guerra mundial militaban en los partidos comunistas de los países capitalistas de 650.000 a 700.000 personas, en la actualidad 32 agrupan a más de 5.200.000 miembros en sus filas.

32 “En la actualidad”  posiblemente se refiera antes del año 1973, fecha de la 3ª edición del Manual de Filosofía de Víctor Afanasiev. (ARP)

 
Los medios reaccionarios aplican las medidas más draconianas contra el movimiento comunista y democrático. Recurren cada vez más a los métodos de la dictadura abierta de la burguesía monopolista, eliminan los restos de democracia y utilizan el viejo recurso de implantar un gobierno de “mano dura”. En algunos países capitalistas como en Alemania occidental 33, aparecen tenebrosos síntomas fascistas.

 
33 Cuando  se lanzó  la 3ª edición en 1973 del Manual de filosofía de Víctor Afanasiev, Alemania estaba fraccionada en dos partes: República Federal Alemana en la parte occidental, y la  República Democrática en la parte oriental  Si ya en aquellos años aparecían síntomas de grupúsculos fascistas, en la actualidad (2016),  estos síntomas tenebrosos fascistas están sorprendiendo un serio y peligroso auge, que pondrá en grave compromiso a la clase trabajadora y a  todas las fuerzas progresistas amantes de la paz.  (ARP)


En tales condiciones, en la lucha por la paz, por la democracia y el socialismo, adquiere inmensa importancia la unidad de la clase obrera y de todas las fuerzas progresistas y amantes de la paz. Para resolver las grandes tareas históricas, se dice en la Declaración de la Conferencia de Representantes de los Partidos Comunistas y Obreros de todos los países socialistas (1957) “son necesarias la unión no sólo de los propios partidos comunistas y obreros, sino de toda la clase obrera y los campesinos, la cohesión de todos los trabajadores y de toda la humanidad progresista, de las fuerzas amantes de la libertad y de la paz del mundo entero”.
 
Los auxiliares de la reacción imperialista dentro del movimiento, como los líderes de la socialdemocracia de sentimientos anticomunistas (Guy Mollet 34, Spaak 35 y otros) y los oportunistas de toda laya, impiden que se llegue a la unidad de la clase obrera, aplican una política escisionista, tergiversan la esencia de la teoría marxista-leninista e intentan desacreditar el movimiento comunista. En la etapa actual adquieren suma importancia la lucha contra las tendencias oportunistas y la necesidad de derrotar el revisionismo y el dogmatismo.


34  Guy Mollet fue un político socialista francés, que ejerció como Primer Ministro entre 1956 y 1957, durante la época de la IV República. Lideró la sección francesa de la Internacional Obrera entre 1946 y 1969. Nació el 31 de diciembre de 1905, en Flers (Francia), y falleció el 3 de octubre de 1975, en París (Francia). (ARP)

35 Paul-Henri Spaak fue un político belga, uno de los iniciadores de la unión aduanera de Bélgica con los Países Bajos y Luxemburgo, que daría lugar al Benelux. Nació el 25 de enero de 1899, en Schaerbeek (Bélgica), y falleció el 31 de julio de 1972, en Braine-l’Alleud (Bélgica). (ARP)


Los partidos comunistas han derrotado el revisionismo en sus filas, lo han conducido a su robustecimiento ideológico y orgánico y al movimiento comunista en su conjunto. Sin embargo, los intereses de este último, exigen que ahora se siga luchando contra el revisionismo 36, el dogmatismo 37  y el sectarismo 38.

36 Tendencia a someter a revisión metódica doctrinas, interpretaciones o prácticas establecidas con la intención de actualizarlas. (ARP)

37 1. Actitud de la persona que no admite que se discutan sus afirmaciones, opiniones o ideas. 2.  Doctrina filosófica, opuesta al escepticismo, que afirma que la mente humana tiene capacidad para conocer la verdad. (ARP)

38 Cualidad o actitud propia de la persona que defiende y sigue con fanatismo e intransigencia una idea o una doctrina, sin admitir ninguna crítica sobre la misma. (ARP)

El revisionismo, u oportunismo derechista 39, al tergiversar el marxismo y despojarlo del alma revolucionaria, es un reflejo de la influencia burguesa en la clase obrera. Paraliza la voluntad revolucionaria de los obreros y los desarma en su lucha.
 
39 El oportunismo de derechas habla del desarrollo del capitalismo para tratar de demostrar que en el sistema vigente la economía de la nación prospera, aunque casi siempre no de más cifras que las de las jugosas ganancias del imperialismo y sus intermediarios. Su interés político se encamina a mantener el orden establecido e impedir la revolución; sin embargo, el oportunismo de izquierdas habla del desarrollo capitalista para tratar de demostrar que la revolución no es de nueva democracia sino socialista, aunque sus disquisiciones se restrinjan a especular en abstracto sobre un capitalismo en general, mientras vela el pleno dominio del imperialismo en todas y cada una de las actividades económicas de la nación. (ARP)

 
El dogmatismo y el sectarismo están en contradicción inconciliable con el desarrollo creador del marxismo-leninismo, al suplir el estudio de la situación concretas con citas y repeticiones literales de los escrito marxistas y conducen a los comunitas se aíslen de las amplias masas de los trabajadores.

Defender resueltamente la unidad del movimiento comunista internacional y abstenerse de actos que puedan menoscabar esta unida, son condiciones obligatorias para obtener la victoria en la lucha por la independencia nacional, la democracia y la paz y por la solución adecuada de las tareas de la revolución socialista y de la edificación del socialismo y el comunismo.

 
4. LAS CLASES Y LA LUCHA DE CLASES EN EL PERIODO
      DE TRANSITO DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO

 

Ya hemos visto que, desde el momento en que apareció la propiedad privada de los medios de producción y las clases antagónicas, se mantiene una lucha inconciliable  entre los explotados y los explotadores. Esta lleva a la revolución socialista, que tiene por resultado la supresión del dominio de loa burguesía y la implantación del poder de los trabajadores: la dictadura del proletariado. La instauración de dicha dictadura implica el comienzo del período de tránsito del capitalismo al socialismo.

 
La lucha de clases en el período de tránsito
del capitalismo al socialismo


La lucha de clases durante el pasaje del capitalismo al socialismo es inevitable. La burguesía derrocada no se resigna a que en el poder estén esos mismos trabajadores que ella explotara durante decenios, a que ellos atenten contra su santuario: la propiedad privada 40. La burguesía no admite en absoluto que e haya puesto a su vida ociosa y sosegada, que se hay puesto  a fin a su riqueza, privilegios y dominio ilimitad. Por eso ofrece resistencia, con exacerbamiento y fanática tenacidad, al nuevo poder proletario, recurriendo a los métodos más diversos a la lucha contra él. Al utilizar sus posiciones económicas y relaciones anteriores con la cúspide de la intelectualidad, de los funcionarios y especialistas militares, procuran desorganizar la vida económica, el trabajo de las instituciones estatales y la defensa del país. Trata asimismo de influir en la conciencia de las masas populares. Y, finalmente, recurre a la lucha armada contra los trabajadores, cifrando sus mayores esperanzas en la ayuda del capital internacional. La experiencia de la historia (la campaña de los 14 Estados imperialitas 41 contra la joven República Soviética, la intervención de los imperialistas en China y Corea, los acontecimiento de Hungría en octubre de 1956), enseña que el proletariado se ve obligado a mantener una lucha exasperada, no sólo contra la de su país, sino contra la burguesía reaccionaria internacional.
 

40 Es decir, se refiere a la propiedad privada de los medios de producción: maquinaria, transporte, naves, edificios industriales, etc., no a la propiedad privada de cada cual, como enseres, viviendas automóviles y otras cuestiones de índole personal. (A.R.P.)

41 La intervención aliada en la Guerra Civil Rusa fue una expedición militar multinacional que fue lanzada en 1918 durante la Primera Guerra Mundial, que continuó en la Guerra Civil Rusa. Las operaciones fueron llevadas a cabo por 14 naciones y cubrieron un enorme territorio. Los objetivos iniciales de la operación eran rescatar a la Legión Checoslovaca, asegurar los suministros y armamentos en los puertos rusos y restablecer el Frente Oriental contra la Alemania imperial. Al final de la Primera Guerra Mundial, temerosos del bolchevismo, catorce países aliados intervinieron en la Guerra Civil Rusa al lado de las fuerzas del Movimiento Blanco antibolchevique que antes habían perdido la Revolución de Octubre en 1917. (ARP)

 
Resulta que la dictadura del proletariado no suprime la lucha de clases, que ésta prosigue en el período del tránsito. Pero ella trascurre ya en unas condiciones en las que el proletariado domina políticamente y concentra en sus manos las posiciones claves de la economía. De acuerdo con el cambio de las condiciones, cambian también las formas de lucha. “La dictadura del proletariado no es el fin de la lucha de clases –indicó Lenin-, sino su continuación en nuevas formas. La dictadura del proletariado es la lucha de clases del proletariado, que ha vencido y tomado el poder político en sus manos, contra la burguesía, vencida, mas no aniquilada, que ni ha desaparecido ni cesado de oponer resistencia, contra la burguesía, que ha reforzado su resistencia” 42.

42 V.I. Lenin. Obras Completas, t. XXIX, ed. cit., pág. 373. (Ed.)

El quebrantamiento de la resistencia de los explotadores 43, sin excluir el empleo de métodos armados, la lucha por librar a los campesinos de la influencia de la burguesía y atraerlos a la edificación socialista, la incorporación de los especialistas burgueses al trabajo en la economía nacional y la educación de la disciplina socialista son las nuevas formas de la lucha de clases en la época de tránsito del capitalismo al socialismo 44.

 
43 La resistencia de los explotadores contra la explotación del proletariado, a punto estuvo de ser definitiva, pero a raíz de la desaparición de la Unión Soviética, los explotadores volvieron a  surgir, si cabe, con más fuerza que antes de la Revolución Bolchevique. (ARP).

44 Sobre esta cuestión  se tratará  más extensamente en el capítulo VII (ARP)

 

Actitud del proletariado frente a la violencia
 

La lucha inconciliable de loa clase obrera y los campesinos contra la burguesía agonizante, pero aún resistente, constituye un factor importantísimo del desarrollo de la sociedad durante el paso del capitalismo al socialismo. Conduce en última instancia a la liquidación total de la burguesía como clase y a la consolidación de la sociedad en la que no existe la explotación del hombre por el hombre.

¿Con qué medios, pues, vence la clase obrera la resistencia de la burguesía, cuál su actitud frente a la violencia?

Los ideólogos burgueses 45 tratan de presentar la dictadura del proletariado como un instrumento del terrorismo ilimitado y destructivo, declarando  que el proletariado emplea la violencia, la lucha armada, como único medio de combatir a la burguesía. En realidad tanto en la teoría como en la práctica, el marxismo-leninismo parte de la reducción de la resistencia de la burguesía se puede manifestar tanto en forma violenta como pacífica.
 

 45 Estos simplistas ideólogos burgueses antagónicos a las masas obreras, sólo ven la paja en el ojo de los proletarios, pero, sin embargo, no ven la estaca en el ojo de los burgueses. Aquéllos representan el mal y el pavor, y los últimos,  el bien y la bondad por antonomasia. (ARP)
 

El proletariado es la clase más humana de nuestro tiempo. Aspira a conservar y multiplicar las conquistas de la cultura, elevar el nivel de la producción y conservar la principal fuerza productiva: los hombres y los trabajadores. Por eso está sumamente interesado el paso pacífico del capitalismo al socialismo. La vía pacífica conserva enormes valores materiales y masas de gente, razón por la cual, como dijo Lenin, es la más benigna de todas, la más fácil y ventajosa para el pueblo.

Pero el derrotero que siga la revolución, pacífico o no pacífico, no depende tanto de la clase obrera como del grado de resistencia de la burguesía, de su disposición a hacer concesiones. “Si la clase derrocada no ofrece resistencia a lo nuevo, a lo que ha surgido en el curso del desarrollo histórico de la sociedad como consecuencia de la revolución, la clase obrera no tiene necesidad de recurrir a la revolución violenta. Por contrario, cuando los explotadores tratan de hacer girar hacia atrás la rueda de la historia, de impedir que el pueblo tome el poder en sus manos, de estrangular la revolución, entonces la clase obrera, todos los trabajadores, tienen el deber en nombre de sus intereses vitales, de poner en juego los medios de represión para salvaguardar sus conquistas sociales y defender los intereses vitales de los trabajadores, los intereses de todo el pueblo” (Jruchov) 46.

46 Nikita Serguéievich Jruschov, también conocido como Nikita Jrushchov, Nikita Kruschov, Nikita Kruschev o Nikita Khrushchev, fue el dirigente de la Unión Soviética. Nació el 15 de abril de 1894 en Kalinovka (Rusia), y falleció el 11 de setiembre de 1971 en Moscú (Unión Soviética). (ARP)

En la URSS, primer país que realizó la revolución socialista, la burguesía intentó recuperar por la fuerza de las armas el poder, la propiedad y los privilegios perdidos y recabó la ayuda armada del capital internacional. Por eso la clase obrera no tuvo otra salida. La guerra civil fue, por lo tanto, una de las formas específicas de la lucha de clases en la URSS en el período de tránsito. También se aplicaron enérgicas medidas de sometimiento por la violencia en la lucha de clases contra los Kulaks 47.

 
47 Los kuláks o kulakí (del ruso кулак: /kulak/, puño) eran los agricultores y campesinos propios de la URSS que poseían propiedades y contrataban a trabajadores. Posteriormente el término fue utilizado para todos los deportados, condenados y opositores a las colectivizaciones. (ARP)

Sin embargo, como enseña la experiencia de la lucha de clases en los países europeos de democracia popular, el aplastamiento armado de la burguesía no es siempre una forma necesaria de la lucha de clases en el período de tránsito.  Allí  no hubo guerra civil porque la fuerza real estaba del lado del proletariado. Las posiciones fundamentales de la reacción habían sido expugnadas ya durante la lucha liberado contra el fascismo alemán y lo que restaba no contaba con suficiente fuerzas y no se atrevió a ofrecer resistencia armada al poder del pueblo. Al mismo tiempo, la presencia de las unidades del Ejército Soviético, ejército liberado, no permitió que la reacción imperialista internacional organizara un intervención militar 48.

48 Sin embargo, según algunos historiadores y analistas militares, sí  que la reacción imperialista de la burguesía capitalista armó al ejército nazi de Hitler con todos los medios a su alcance, para que éste, lanzara sus ejércitos contra la Unión Soviética. Cegados por el odio hacia la URSS, los imperialista burgueses capitalistas contaban que el primer golpe del militarismo nazi fuese contra la Unión Soviética, pues es sabido por todos, que el primer golpe lo sufrió los imperialistas burgueses, pues la política militar de Hitler optó por lanzar en primer lugar el ataque  a occidente, hacerse con recursos naturales de los países occidentales burgueses, al tiempo que  salvaguardaba la retaguardia alemana y más tarde atacar cobardemente la URSS. Al final, y ante tal desastre, los imperialistas burgueses, aun a regañadientes, no tuvieron más remedio que pactar con las clases hostiles y odiadas de la Unión soviética, con objeto de derrotar a la bestia parda de nazismo alemán.

El grado de agudeza de la lucha de clases en el período de tránsito no sólo difiere según los países, sino en un mismo país en distintos períodos de su desarrollo. La experiencia histórica de la Unión soviética y de los países de democracia popular ha demostrado que, conforme se fortalece la dictadura del proletariado y alcanzan éxitos en la construcción del socialismo, la correlación de fuerzas de clase cambia indeclinablemente a favor del socialismo, por eso se debilita la resistencia de las clases hostiles. Tal es la tendencia general del desarrollo de la lucha de clases dentro de un país en el desarrollo de tránsito del capitalismo al socialismo.

De allí el profundo error de la tesis emitida por Stalin  en 1937, acerca de que la lucha de clases se acentúa a medida que crecen las fuerzas del socialismo. Esta tesis, formulada cuando ya se habían liquidado las clases explotadoras y construido el socialismo en la URSS, justificaba las infracciones más burdas de las normas leninistas de la vida del Partido y el Estado, de la democracia y las leyes socialistas.

Basados en que la luchas de clases puede presentar distintas formas en el período de tránsito, el proletariado y su partido marxista tratan de dominar todas ellas y aplicar las que mejor correspondan a la situación concreta y a la correlación objetiva de las fuerzas de clase.


5. ESTRUCTURA DE CLASE DE LA SOCIEDAD SOCIALISTA

 
Con la construcción del socialismo en la URSS la estructura de clase de la sociedad socialista ha sufrido cambios radicales. Se ha destruido para siempre la sociedad la propiedad privada de los medios de producción 49. Las clases explotadoras han sido liquidadas tanto en la ciudad como en el campo. Han quedado dos clases amigas: la clase obrera y los campesinos kojosianos, así como la intelectualidad trabajadora, que han cambiado radicalmente en los años del Poder Soviético.

49 Para siempre no existe nunca nada. Por lo sucedido en la Unión Soviética no se llegó destruir en su totalidad la propiedad privada de los medios de producción. Esta si cabe, ha rebrotado de nuevo,  si no que se le pregunte al actual presidente y dueño  del Chelsea Football Club, Román Arkádievich Abramóvich multimillonario ruso, cuyos dividendos provienen principalmente del petróleo. Es visto como uno de los más grandes oligarcas  rusos. Si no existiera la propiedad privada en Rusia, este paradigmático personaje no se podría gastar los cientos y cientos de millones de euros en la compra del mencionado club de fútbol, ni pagar desde que está como presidente, más de 1000 mil millones de euro en fichajes y  compras de jugadores. Esto es lo que ha sucedido cuando los explotadores se han hecho de nuevo con la propiedad privada de los medios de producción.

A éste habrá que añadir según la versión rusa de la revista Forbes publicó el 19 de abril en su página una lista con los 200 hombres más ricos de Rusia. Para entrar en esta lista hay que poseer una fortuna de aproximadamente 450 millones de dólares.

Previamente, en marzo de 2012, la Forbes americana había publicado el ranking de multimillonarios en el mundo, donde entra casi un centenar de rusos. Forbes no había calculado sus fortunas para el ranking de abril, por eso entre los rusos más ricos no hay modificaciones: el primer puesto, tal y como antes, lo ocupa Alisher Usmanov (18 ,1 mil millones de dólares) y el segundo Vladimir Lisin (15,9 mil millones de dólares).

El hombre más rico de Rusia, cuya fortuna de todas formas no alcanza los mil millones de dólares, es Arkadi Volozh de Yandex. Sus activos están valorados en 950 mil millones de dólares.

La revista también centra su atención en que en el ranking de los 200 rusos más ricos han entrado ocho senadores, diez diputados de la Duma Estatal, dos gobernadores regionales y el consejero del presidente de Rusia, Mijail Abyzov. Igual que en 2011, en la lista hay una sola mujer: Elena Baturina.

Cabe señalar que los resultados del ranking de Forbes difieren ligeramente de los datos del ranking de Bloomberg sobre las 40 personas más ricas del mundo, que se renueva una vez al día. De acuerdo con este índice, la fortuna de Alisher Usmanov está valorada en 19 mil millones de dólares; la de Lisin, en 17,9 mil millones de dólares. Además, Bloomberg valora el precio de los activos de otro multimillonario ruso, Guennady Timchenko.

Con lo expuesto podemos deducir, que a partir de hacerse de nuevo con la propiedad privada de los medios de producción en Rusia, la oligarquía rusa han crecido sus fortunas en progresión aritmética; mientras que el proletariado, una vez que perdieron la propiedad privada de los medios de producción, la pobreza ha crecido en progresión geométrica creciente.

Los ideólogos y sociólogos subjetivos burgueses, que tanto criticaron cuando los medios privados de producción pasaron a manos del pueblo, el proletariado, denigrándolos y tachándolos de terrorista; nada argumentan ahora, sobre el paso de la propiedad privada de los medios de producción al poder de la oligarquía rusa. Al contrario, ahora estos ideólogos y sociólogos de corte burgués los aplauden y alaban objetivamente, pero que no dejan de ser los nuevos explotadores burgueses. (ARP)

La clase obrera ya no es el proletario de antes explotada y sin derechos. Posee con todo el pueblo los medios de producción es la dueña verdadera del país. Como clase más organizada y conciente y siendo por naturaleza la portadora de la relaciones de colaboración amistosa y ayuda mutua, la clase obrera desempeña en el socialismo y en el período de construcción del comunismo el papel dirigente en la sociedad.

La colectivización de la agricultura y la revolución cultural han trasfigurado a los campesinos soviéticos. Lo que antes era una masa dispersa, embrutecida y explotada por terratenientes y Kulaks, se ha trasformado en una clase auténticamente libre, que trabaja en grandes haciendas mecanizadas.

El trabajo común en bien de la patria le ha quitado al campesino su retraimiento, lo ayudó a superar su psicología de propietario y educó en él sentimientos de colectivismo, amistad y compañerismo. La cultura de los campesinos soviéticos se eleva constantemente. El vasto empleo de la maquinaria moderna ha originado en el campo la aparición de personal calificado de conductores de máquinas, cuyo trabajo se distingue poco de los obreros.

La intelectualidad también ha experimentado grandes cambios. Hoy es verdaderamente popular. La mayoría parte de sus representantes han salido de la clase obrera y de los campesinos; por eso sirven fiel y abnegadamente al pueblo.

En lo que lleva de existencia el Poder Soviético, las filas de los intelectuales han aumentado considerablemente. El número de especialistas con estudios superiores terminados e incompletos y con instrucción  media especializada ha pasado de 290.000 en 1913 a 13.400.000 en 1959. Hoy trabajan en bien del pueblo soviético dos millones de maestros, centenares de miles de colaboradores científicos, médicos, ingenieros, peritos,  juristas 50,  especialistas de hacienda y otras ramas.

50 Para los ideólogos, sociólogos, etc., aburguesados, quiero recordarles que:  “el jurista es aquella persona que con su profesión está relacionada con el derecho y La ley, tiene una tipología de personas rectas, honesta, sinceras y responsables ya que para sus obligaciones legales son requeridas y exigidas antes la ley, debe ser personas humanistas que van de la mano actuando como coadyuvantes de la justicia luchando en la defensa del cumplimiento de la ley, gozando de libertad y carácter como firmeza en defender las causas justas, con vocación de ética profesional moral y estudios extensos de las leyes para defenderlas y hacerlas valer justamente”.

Lamentablemente, cuando estamos inmersos en la cultura de la mentira, la corrupción, el nepotismo y el mirar para otro lado como sólo existieran unos, y otros no, la maestría que define al jurista se suele pasar por alto, importándoles un bledo la humanística de éstos. (ARP)

En la URSS están suprimiendo para siempre la dominación y sometimiento entre clases. No hay clases ni grupo de hombres privilegiados. Todos los miembros de la sociedad tienen las misma relación frente a los medios de producción, lo que es excluye la    posibilidad de la explotación y apropiación del trabajo ajeno. La sociedad socialista es una sociedad de trabajadores. “En nuestro país –dice Jruschov- no hay capitalista. Nuestras fábricas y empresas son propiedad de todo el pueblo. La tierra y sus riquezas pertenecen al pueblo. Los campesinos trabajan en esa tierra en haciendas colectivas. Los ingresos que percibe cada uno dependen de su trabajo y no del capital invertido”.

Puesto que en la sociedad socialista no hay explotadores  ni explotados, sino clases y grupos sociales trabajadores, en ella tampoco hay lucha de clases.

En la sociedad socialista se ha logrado la unidad político-social e ideológica del pueblo soviético. Esta unidad estriba en la comunidad de los objetivos económicos y políticos fundamentales de la clase obrera, los campesinos y la intelectualidad, en su afán unánime por construir la sociedad comunista, que les traerá los mayores bienes materiales y culturales. Esto permite que el pueblo soviético actúe unido, venza las dificultades más arduas y resuelva tareas de inmenso alcance histórico. La vigorosa fuerza de millones de hombres vinculados por una comunidad de intereses, fundidos por la unidad de acción e inspirados por las magnas ideas del comunismo, representan una fuerza invencible.

 

6. MEDIOS PARA SUPERAR LAS DIFERENCIA DE CLASES

 

La existencia en la sociedad socialista de dos clases amistosas: la clase obrera y campesina, se debe a que en el socialismo se conserva aún dos formas de propiedad socialista: la de todo el pueblo y la cooperativa-koljosiana; subsisten, por consiguiente, las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo. Además, en el socialismo existe también una capa social como los intelectuales, consecuencia de que aún media una diferencia esencial entre el trabajo intelectual y el manual.

Por eso el proceso de superación de las diferencias de clases, así como el de la extinción de las fronteras entre la intelectualidad, por un lado, y los obreros y campesinos, por otro, se reduce en esencia a la eliminación de las diferencia entre la ciudad y el campo y entre el trabajo intelectual y el manual. Lenin consideraba que para suprimir por completo las clases no basta con derrocar a los explotadores, sino que “es necesario suprimir la diferencia existente entre la ciudad y el campo, así como entre los trabajadores manuales y los intelectuales” 51.

51 V.L. Lenin, Obras completas, t- XXIX, ed. cit.., pág. 413 (Ed.)

El proceso de extinción de las fronteras sociales en la sociedad socialista se opera paulatinamente, en base a desarrollo indeclinable de las fuerzas productivas y de las relaciones socialistas de producción, mediante su trasformación en relaciones comunistas.

 

Vías de superar la diferencia esenciales entre la ciudad y el Campo

 

En el capitalismo la ciudad explota despiadadamente al campo. De ahí la contraposición inconciliable de sus intereses. El socialismo suprime estas tendencias contrapuestas; sin embargo, aún quedan entre ellos diferencias esenciales de carácter económico-social, cultural y de género de vida. Estas diferencias consisten ante todo en que, en la ciudad,  o sea, en la industria, existe la propiedad del Estado, de todo el pueblo, mientras que en el campo, en la producción koljosiana existe la propiedad cooperativa-koljosiana, de grupo. Además, el campo va algo rezagado de la ciudad, con respecto al nivel de cultura y se diferencia de ella en el género de vida. 

Durante la construcción del comunismo, en la base leal reforzamiento y desarrollo sucesivo de la propiedad koljosiana, se produce un proceso gradual de aproximación de ésta a la propiedad de todo el pueblo. Este proceso depende del aumento de la base técnica de la producción koljosiana y de la  trasformación paulatina del trabajo agrícola en una variedad de trabajo industrial. El paso más importante de esta trasformación ha sido la organización de las EMT y la venta de las máquinas agrícolas a los koljoses; de este modo se creó en los koljoses una base propia de maquinaría agrícola moderna.

Con el incremento de la mecanización se eleva el rendimiento del trabajo en la agricultura y aumentan los ingresos de los koljoses y los koljosianos. Las proporciones y formas de renumeración del trabajo se aproximarán cada vez más a las que se aplican en las empresas industriales de las ciudades. 

El cambio del carácter de la producción agrícola cambia también la fisonomía de la aldea, la vida de los campesinos, y eleva su cultura. Actualmente se construyen en gran escala locales para conservación y reparación de máquinas, para el ganado, para almacenamiento y otros fines de producción, empresas para elaboración de materias primas agrícolas y fabricación de materiales de construcción.

La construcción de comedores, guarderías  infantiles y casas cuna, panaderías, tiendas y otros establecimientos comerciales y de servicio ha aumentado considerablemente. Se están construyendo numerosas viviendas, con la particularidad de que cada vez son más las casas de tipo urbano: con calefacción central, agua corriente, canalización y otras comodidades. Las aldeas koljosianas se van trasformado paulatinamente en poblados urbanizados.

Los koljoses invierten cuantiosas suma en la construcción de casas de cultura, clubes, bibliotecas, escuelas y campos deportivos. El libro, la radio, el teléfono,  y la televisión son parte de la vida koljosiana. Las universidades rurales de cultura popular, los teatros del pueblo y las escuelas de música se extienden cada vez más.

La aproximación entre la ciudad y el campo se manifiesta también en la composición profesional de la población. Muchos ingenieros, peritos, conductores de máquinas, agrónomos y zootécnicos tienen su domicilio permanente en las aldeas. En ellas cada vez es mayor el número de maestros, médicos y otros especialistas.

A medida que la sociedad soviética se aproxime al comunismo se operarán también importantes cambios en las condiciones de vida de las sociedades. Terminará la aglomeración de la población urbana. Los trabajadores de la ciudad tendrán más aire, luz y vegetación; y en este aspecto las condiciones de trabajo y de vida se aproximarán a las del campo.

Tales son las vías para superar las diferencias esenciales existentes entre la ciudad y el campo. Con la superación de estas diferencias desaparecerá para siempre la división de la sociedad en clase obrera y campesina.

 

Vías para suprimir la diferencia sustancial existente entre
los trabajadores manuales e intelectuales.

 

En su inmensa mayoría, los intelectuales sirvieron durante siglos a las clases dominantes y las ayudaron a explotar a los trabajadores, a la gente dedicada al trabajo manual. Los intelectuales soviéticos trabajan por el bien de la patria socialista junto a las personas dedicadas al trabajo manual, los obreros y los campesinos. Sin embargo, aun quedan diferencias esenciales entre unos y otros; el nivel cultural y técnico de los obreros y campesinos aun rezagados, en su totalidad, del que tienen la intelectualidad. Para suprimir esa diferencia se debe elevar el de los obreros y campesinos, tareas indispensables en el período de la construcción del comunismo.

El modo principal para resolverla es el progreso técnico y la modificación del carácter del trabajo. El progreso de la técnica, el empleo de máquinas nuevas, complicadas y de alto rendimiento, la automatización y la electrificación completa de las operaciones de las de producción, la utilización de la energía atómica, así como la vasta aplicación de los adelantos de la química y otras ciencias en la economía nacional exigen que los trabajadores posean no sólo la más diversa especialización, sino una buena preparación cultural y nociones sobre ciencias. La lucha por este progreso está inseparablemente ligada al ascenso general del nivel técnico y cultural de los obreros y campesinos. Precisamente en el trabajo, esfera fundamental de la actividad humana, es donde se produce ante todo el proceso de formación del hombre del comunismo, hombre de personalidad desarrollada en todos los aspectos.

El movimiento de las brigadas y obreros de choque del trabajo comunista contribuye en gran medida a superar la diferencia esencial existente entre el trabajo intelectual y el manual. Los participantes de este movimiento ligan el objeto principal de elevar el rendimiento de trabajo en base al progreso de la técnica, con el estudio constante y con la elevación de su preparación profesional y general.

También contribuyo a ello la reorganización del sistema de enseñanza que se está llevando a cabo en la actualidad. Su fin es unir más estrechamente la enseñanza con el trabajador productivo, para mejorar la educación de la nueva generación y la calidad de los especialistas de todas las ramas de la economía nacional. En la Unión Soviética se amplía constantemente la red de establecimientos de enseñanza superior y media especializada que funcionan en horarios nocturnos y tienen el sistema de exámenes libres; de escuelas de enseñanza general, escuelas de distinto género innovadores cursillos agronómicos, zootécnicos y escuelas de motocultivo, a fin de que cada vez más obreros y campesinos obtengan la posibilidad elevar su nivel profesional y cultural.

El partido Comunista y el Gobierno se han preocupado de proporcionar a los soviéticos el tiempo libre que necesitan para elevar sus conocimientos y cultura. En la Unión Soviética se aplican importantes medidas para reducir la jornada de trabajo. Dentro de algunos años la mayoría de obreros y empleados tendrán dos días de descanso a la semana y jornadas de 6 a 7 horas. La jornada de trabajo en la Unión Soviética será la más corta del mundo y, al mismo tiempo, la mejor retribuida.

Con la construcción del comunismo 52 culminará el proceso de extinción de las diferencias esenciales entre el trabajo intelectual y el manual. En la sociedad desaparecerá tanto el trabajo intelectual de especialización estrecha como el puramente manual. Surgirá otro tipo de trabajo, cualitativamente nuevo, en el que se combinarán armónicamente  los esfuerzos físicos y mentales de individuos desarrollados en todos sus aspectos.

52 La construcción del comunismo aún está por hacer. Aunque la construcción del mismo en la actualidad está estancada, las geniales ideas marxistas-leninistas siguen en pleno vigor, máxime ahora, con la idea de pretender globalizar la economía mundial

Todavía existen en el mundo regimenes comunistas, pocos pero existe. Entre los Estados comunistas del mundo está la gigante República Popular, China, cuyo partido comunista ha optado inteligentemente aplicar la economía marxista y la capitalista; es decir, aprovecha lo bueno que puede tener la economía capitalista que ayude al desarrollo de la producción de bienes materiales y espirituales, con objeto de satisfacer las demandas de los ciudadanos.

 

Vigo, 25 de setiembre de 2016

 

 

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