domingo, 19 de junio de 2016

MATERIALISMO HISTORICO CAPITULO 2


CAPITULO II

 
EL MODO DE PRODUCCION, BASE MATERIAL
DE LA VIDA DE LA SOCIEDAD

Lo principal del materialismo histórico es su tesis sobre el papel determinante que el modo de producción desempeña en el desarrollo de la sociedad. Pero el proceso de la producción puede trascurrir únicamente en presencia de condiciones determinadas: medio geográfico y población. Examinemos, pues, estas condiciones y aclaremos la importancia que tiene en la vida social.
 

1. PAPEL DEL MEDIOS GEOGRAFICO Y DE LA
  POBLACION EN EL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
 
El medio geográfico y la sociedad

 
Llamase medio geográfico a la naturaleza que rodea a la sociedad, es decir, el clima y el suelo, los ríos y los mares, la flora y la fauna, el relieve del terreno, las riquezas del subsuelo, etc.

El medio geográfico es una condición necesaria para la actividad productora del hombre. Sin la interacción con la naturaleza, luchando contra la cual el hombre obtiene los medios de subsistencia, es inconcebible la actividad laboral, ni la actividad productora alguna.

El medio geográfico puede ejercer una acción doble en el desarrollo de la sociedad. Las condiciones naturales favorables (existencia de riquezas minerales, bosques, ríos, clima sano, etc.) contribuyen al desarrollo de la sociedad. En cambio, las desfavorables influyen negativamente. Por ejemplo, la ausencia de minerales útiles frena el desarrollo industrial, un clima extremadamente seco dificulta el desarrollo de la agricultura, etc.

Basados en la importancia del medio geográfico para el desarrollo de la sociedad, los representantes de la tendencia geográfica 1  en sociología subestiman  y creen que el desarrollo social se determina, bien por ese medio en su conjunto, bien por algunos elementos como el clima, los ríos, etc.

1 Escuela geográfica propia de la Alemania de finales del XIX y comienzos del siglo XX que se inscribe en la tendencia determinista de las ciencias sociales, dentro de un ambiente cultural e intelectual en el que estaban presentes el darwinismo social, el organicismo y el vitalismo. También incluye la pretensión de la geopolítica clásica de atribuir las características físicas y demográficas de cada país a su posición en el espacio geográfico, predeterminando así sus posibilidades de desarrollo y expansión. (ARP)

La llamada geopolítica, teoría pseudocientífica que justifica la política agresiva de los países imperialistas, es uno de los aspectos que esta tendencia geográfica ha adquirido en algunos Estados capitalistas. En la Alemania hitleriana, los representantes de la geopolítica plantearon la exigencia de “espacio vital” para los alemanes, “fundamentación teórica” de las pretensiones del fascismo alemán el dominio mundial, destinada a justificar su política bandidesca de guerras y saqueo de otros pueblos.

Es evidente que, en el aspecto científico, la tendencia geográfica es inconsistente. No resuelve ni puede resolver el problema de las causas que originan el desarrollo de la sociedad y por qué dos países contiguos como Chescolovaquía y Austria por ejemplo, que desenvuelven en condiciones geográficas aproximadamente iguales, se encuentran en distintas fases de organización social: en Checoslovaquia ya está construido el socialismo, en tanto que Austria sigue siendo un Estado burgués. La tendencia geográfica no tiene en cuenta que el medio geográfico se desarrolla mucho más lentamente que la vida social y por eso, naturalmente, no puede determinar el desarrollo social. Las condiciones naturales de la Unión Soviética apenas ha variado en los últimos años, pero en ese tiempo el feudalismo fueron sustituido por el capitalismo, éste por el socialismo, y actualmente se está construyendo el comunismo 2.

2 Ni en Checoslovaquia (hoy en día República Checa y República Eslovaquia), no se llegó a construir el totalmente el socialismo debido a la disolución de la URSS, entre marzo de 1990 y diciembre de 1991.  En la URSS, sí se había construido el socialismo, pero no el comunismo, fase superior del socialismo. (ARP)

 
El medio geográfico no es la causa determinante del desarrollo de la sociedad, pese a que constituye una condición necesaria de la sociedad. Puede contribuir a este desarrollo o frenarlo

 
La población y la sociedad

 
Otra condición necesaria de la vida material de la sociedad es la población. La producción es imposible sin hombres cuyo trabajo es, precisamente, la poderosa fuerza que domina la naturaleza y la obliga a servir a sus intereses. Por eso en determinadas condiciones, el número de habitantes y el ritmo de su crecimiento pueden acelerar o disminuir el desarrollo de un país. Es indudable, por ejemplo, que la existencia de grandes recursos humano y el porcentaje elevado de incremento demográfico son un factor de considerable importancia en los inmensos éxitos alcanzados por la Unión Soviética.

¿Desempeña el número de habitantes el papel determinante en el desarrollo de la sociedad? Sí, la repuesta es afirmativa, ¿por qué, entonces el Pakistán, cuya densidad de población asciende a más de 90 de personas por kilómetro cuadrado, se ha quedado económicamente muy atrás de los EE.UU., cuya densidad no es más que de unas 23 personas por kilómetro cuadrado? ¿Y cómo explicar entonces que la Unión Soviética, cuya densidad es menor que la de EE.UU., ha adelantado considerablemente  ha dicho país en cuanto al desarrollo social y político?

Evidentemente, la densidad y el crecimiento de la población no determinan la vida de la sociedad. Por el contrario, una y otro dependen del carácter del régimen social. En la URSS, por ejemplo, existe un incremento demográfico muy elevado y la mortalidad más baja del mundo, lo que dimana de la esencia del socialismo y es resultado de la preocupación de la sociedad socialista por el hombre.

Sin embargo, los representantes del maltusianismo, tendencia reaccionaria de la sociología burguesa, afirma que del aumento de la población depende la marcha del desarrollo social. El fundador de esta tendencia, el economista y sacerdote inglés Malthus 3, anunció a fines del siglo XVIII que había “descubierto” la “ley universal” de la falta de correspondencia entre el crecimiento de la población y la producción de medios de subsistencia. La población, afirmó Malthus, crece mucho más rápidamente que la producción de medios de vida. Por eso existen la miseria, el hambre, el paro y otras calamidades que padecen los trabajadores 4. Malthus propuso también la “manera” de librarse de esas calamidades: abstenerse del matrimonio y de la procreación 5.

3 Thomas Robert Malthus fue un clérigo anglicano y erudito británico con gran influencia en la economía política y la demografía. Nació el 13 de febrero de 1766, Westcott (Reino Unido), falleció el 29 de diciembre de 1834, Bath (Reino Unido). (ARP)

4 En esencia,  su ceguera reaccionaria, subjetiva e idealista, la culpa de la miseria, el hambre y el paro, eran exclusivamente del proletariado. (ARP)

5 Esto que expone Malthus, contradice el versículo 1.28 del Génesis, que exterioriza: “creceos y multiplicaos, llenar la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven por la tierra”. Como se puede deducir, el ortodoxo fundamentalista y  reaccionario Malthus, pedía para el proletariado la abstención y la no procreación, mientras para él, como burgués,  esa máxima posiblemente se la pasara por el arco del triunfo. (ARP)

 
La “teoría” seudocientífica de la población le sirvió a Malthus para blanquear la fachada del capitalismo y justificar las calamidades que éste acarrea al pueblo trabajador. No es, por eso, casual que la burguesía imperialista aproveche el maltusianismo, intentando explicar mediante las conjeturas del sacerdote inglés las contradicciones más profundas del imperialismo y justificar su propia política exterior de rapiña. El maltusianismo contemporáneo formas abiertamente antropófagas. Ya no se limita a aconsejar que la gente se abstenga del matrimonio y la procreación, sino que propone emplear la bomba atómica, las armas bacteriológicas y otros monstruosos medios de exterminio en masa para eliminar las bocas “sobrantes”

Hace mucho que la ciencia y la práctica han refutado al maltusianismo. Marx demostró ya que la causa de la miseria y el hambre  de los trabajadores en el capitalismo no estriban en las leyes naturales del movimiento de la población, sino en la propia esencia del sistema capitalista,  en la distribución  6 sumamente injusta de los bienes materiales. El prodigioso desarrollo económico de la Unión Soviética, así como la de los otros del sistema, demuestra de manera particularmente convincente la inconsistencia del maltusianismo, ya que ellos, con el derrocamiento del capitalismo, se han desterrado para siempre el hambre, la miseria y el paro y la vida se vuelve más cómoda y próspera 7.

En resumen, ni el medio geográfico ni la densidad de la población son la causa determinante del desarrollo social. Esta causa es el modo de producción de los bienes materiales, que pasamos a examinar.

 
6 En el período de tránsito del socialismo al comunismo, uno de los errores cometidos en la Unión Soviética, fue la pésima distribución de los bienes  de consumo, entre los ciudadanos soviéticos. (ARP)

7 Este hecho acaeció durante la construcción del socialismo en la URSS; una  vez disuelto la Unión Soviética, y abrazar  de nuevo la economía capitalista, heredó también, si se exceptúa el hambre,  la miseria y el paro, lacras consolidadas en el capitalismo.
 

1.      MODO DE PRODUCCIÓN, FUERZAS PRODUCTIVAS
                          Y RELACIONES DE PRODUCIÓN
 

El hombre no puede existir sin alimentos, vestidos, vivienda y otros bienes materiales. Para obtenerlos, debe trabajar, puesto que la naturaleza no se los brinda ya preparados. El trabajo es la base de la vida social, una necesidad natural del hombre. Sin la actividad laboral sería imposible la propia vida humana. Por eso la causa principal y determinante del desarrollo social es la producción de bienes materiales.

Fuerzas productivas
 

En el proceso del trabajo los hombres trasforman lo objetos materiales con el fin de satisfacer sus necesidades. Para construir una maquina extraen mineral de hierro, lo funden y lo convierten en acero, que luego elaboran adecuadamente.

El proceso de la producción material es inconcebible sin objeto de trabajo y medios de trabajo.

Objeto de trabajo, son las cosas a que se aplica el trabajo humano. Medios de trabajo son las máquinas, las instalaciones, las herramientas, los edificios fabriles, los diversos tipos de transporte, etc. Los objetos y medios de trabajo constituyen los medios de producción.

Los medios de trabajo más importantes son los instrumentos de producción, con ayuda de los cuales el hombre actúa sobre los objetos de trabajo y los trasforma. La producción es inconcebible sin herramientas: la naturaleza no cede fácilmente sus riquezas y para arrancárselas, no es suficiente la fuerza muscular del hombre. Sólo con herramientas se puede conseguir medios de subsistencia, éstos aumentan cuanto más perfectas y productivas son aquéllas.

Sin embargo, las herramientas por sí solas no proporcionan bienes materiales. No sólo hay que fabricarlas, sino manejarlas, emplearlas. La máquina más perfecta se puede convertir con el tiempo en un montón informe de metal si la toca la mano del hombre. Sólo éste es capaz de poner en movimiento las herramientas, de organizar la producción. Por eso, el hombre es un elemento inseparable de la producción 8.

8 Aunque la cibernética y la robótica alcanzará insospechados medios de producción, el hombre nunca sería imprescindible, por dos motivos: el primero, para seguir inventado más máquinas bajo el prisma de la cibernética y la robótica para producción de bienes de todo tipo y, el segundo, el más importante, para que los hombres consumieran lo producido por la maquinaria robotizada y  cibernetizada. Sin el hombre no podría consumir la ingente producción de mercancías basada en estas ciencias, entonces tendría  poco o ningún sentido la producción masiva de objetos de consumo.  Se podría dar la paradoja  que parte de las producciones fueran consumidas por los que tuviesen medios de adquirirlas; el resto de la producción no consumida, se las tendrían que  consumir las máquinas, comiéndolas como chatarra.

Fuerzas productivas son los medios de producción creados por la sociedad y, ante todo, las herramientas de trabajo, así como los hombres que producen los bienes materiales. Las fuerzas productivas determinan la relación del hombre con la naturaleza, su poder sobre ella. Los hombres, las masas trabajadoras, son el elemento más importante las fuerzas productivas. El trabajador creador de los hombres da vida a las herramientas que producen, obligándolas a proporcionarles todas las cosas que necesita.

 
Relación de producción
 

Las fuerzas productivas no son todo en la producción material. Los hombres no pueden producir aisladamente, sino sólo en común, organizándose en sociedad, por eso el trabajo  ha sido y es social. En el proceso del trabajo los hombres entablan inevitablemente determinadas relaciones entre ellos. “Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones –dice Marx- , y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se efectúa la producción” 8.

8 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, ed. cit., pág. 54. (Ed.)

Las relaciones establecidas entre los hombres es el proceso productivo constituyen en las relaciones de producción, que son parte inseparable de la producción material. De esta suerte, un modo de producción históricamente determinado se manifiesta como una unidad inseparable de las fuerzas productivas y las relaciones de producción correspondiente a ellas.

En los albores de la sociedad primitiva existieron ya vinculaciones mutuas de trabajo. En las tribus nómadas de cazadores eran vínculos entre compañeros de caza. A medida que crecían las fuerzas productivas y aumentaba la división del trabajo, los nexos se fueron diversificando cada vez más. Establecíanse vínculos entre agricultores y ganaderos, entre agricultores y artesanos, entre artesanos y mercaderes, etc. Con el desarrollo de la industria mecánica los vínculos entre productores se diversificaron y enriquecieron notablemente.

La base de las relaciones de producción  son las formas de propiedad, es decir, la relación que tienen los hombres con los medios de producción: la tierra, el subsuelo, lo  bosques, las aguas, las materias primas, los edificios fabriles, los instrumentos de trabajo, etc. De las formas de propiedad dimana la posición de dominio o sometimiento de distintos grupos sociales en la producción, sus relaciones en el proceso productivo, o, como dijo Marx, su intercambio mutuo de actividades. Si la propiedad es social (los medios de producción pertenecen a los trabajares), las relaciones de producción adquieren carácter de colaboración amistosa y ayuda mutua de los trabajadores. Si la producción es privada (los medios de producción pertenecen a un puñado de explotadores), las relaciones de producción de producción son relaciones de dominio y sometimiento, lo que es característico, por ejemplo, para el capitalismo. En la sociedad dividida en clases antagónicas los trabajadores están privados de medios de producción 9, y por eso se ven obligados a someterse a los explotadores, que poseen esos medios, y a trabajar para ellos.

9 No sólo están privados de medios de producción, sino, que en algunos casos, y dirigiendo el centro de trabajo del que era responsable, he sido testigo de que los albañiles que venía a trabajar por el contrato de obras que hacíamos a otra empresa, las herramientas ligeras como paletas, martillos, cinceles, metros, niveles etc., se los hacían comprar a sus trabajadores; alegando que así, tendrían más cuidado de no extraviar  los medios de producción pagado por los obreros. Esto es sencillamente la desfachatez explotadora,  elevada al cuadrado. (ARP)

Del carácter de la propiedad de los medios de producción dependen también las formas de distribución. La propiedad privada capitalista proporciona una distribución extremadamente injusta de los bienes materiales. El propietario de los medios de producción recibe la mayor parte de los valores producidos, a pesar que no participa directamente en la producción. La propiedad social en la sociedad socialista garantiza un principio que corresponde a los intereses de los trabajadores: el de distribución según el trabajo realizado. Todos los bienes materiales producidos pertenecen en esta sociead a los propios trabajadores.

Así, pues, la forma de propiedad de los medios de producción, la posición de los grupos sociales en la producción y lasa formas de distribución de los bienes materiales, que dimana de la propiedad, constituye el campo de las relaciones de producción.

Las relaciones de producción se contraen objetivamente, son independientes de la voluntad y deseos de los hombres. Las diversas vinculaciones establecidas en el proceso de producción surgen únicamente cuando maduran las fuerzas productivas a las que corresponden dichas relaciones.

El modo de producción se desarrolla en virtud de sus propias causas, de la dialéctica intrínseca que le es inherente. Veamos ahora cuáles son estas causas y cuál es la dialéctica interna del desenvolvimiento de la producción.

 

 

3. DIALECTICA DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS
           Y DE LAS RELACIONES DE PRODUCCION
 

La producción no se mantiene siempre a un mismo nivel. Crece, se desarrolla y perfecciona constantemente. Esto explica, ante todo,  porque aumenta constantemente el número de habitantes de nuestro planeta y con ello sus demandas. El hombre primitivo necesitaba muy pocas cosas: una alimentación basta, una piel de fiera en vez de vestido, un techo y un hogar encendido. En cambio, ¡cuán grandes son las demandas materiales y culturales del hombre moderno!

Existe un solo cambio para satisfacer las crecientes demandas del número, cada vez mayor, de seres humanos desarrollar y perfeccionar continuamente la producción. El desarrollo de la producción es una necesidad objetiva, una ley de la vida social. La historia de la sociedad no es sino el desarrollo lógico de la producción social, el proceso necesario de la sustitución de un modo de producción inferior por otro superior.

El desarrollo de la producción empieza por el cambio de las fuerzas productivas. Pero éstas, como sabemos, son los instrumentos de producción y los hombres que los manejan. ¿Cuál de estos elementos se desarrolla primero? La experiencia de la historia dice que el marco de las propias fuerzas productivas se desarrolla primero los instrumentos de trabajo. Para facilitar su labor y obtener el mayor número posible de valores materiales con el mínimo trabajo, los hombres perfeccionan continuamente los instrumentos que poseen y crean otros nuevos, de mayor rendimiento.

El desarrollo y perfeccionamiento de los instrumentos de producción y el progreso técnico son resultado del trabajo de los hombres. De los obreros de la producción. Pero a la par que se perfeccionan los instrumentos, se desarrollan también los propios hombres. Aumenta su experiencia, se eleva su calificación y surgen más y más profesionales. Con el cambio de los instrumentos de trabajo y de los trabajadores cambian también en última instancia las vinculaciones contraídas entre los hombres en el proceso de producción: las relaciones de producción 10.

10 Véase, mas  detalle en el subsiguiente punto 4 (Ed.)

Así, pues, las fuerzas productivas originan las relaciones de producción y las determinan. No obstante, se debe tener en cuenta que las fuerzas productivas existentes en un momento dado no originan cualesquiera relaciones de producción, sino las que corresponden a la naturaleza interna de esas fuerzas productivas, a su carácter. La manufactura capitalista, que apareció en el seno del feudalismo, originó las relaciones de producción capitalista y no otras.

Las relaciones de producción surgen de las fuerzas productivas, pero no se quedan pasivas. Influyen activamente en aquéllas, acelerando o amortiguando se desarrollo. Se debe tener en cuenta que las relaciones de producción nuevas, avanzadas, que corresponden al carácter de las fuerzas productivas, aceleran el progreso de la producción social y son el principal motor del desarrollo de las fuerzas productivas. Por su parte, las viejas producciones de producción quedan rezagadas y entorpecen el movimiento de avance.

La correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas es una condición indispensable del desarrollo de la producción. Ocurre de una u otra manera en todas las formaciones económico-sociales, pero en las prosocialistas,  basados en la propiedad privada y en la explotación, las relaciones de producción no puede corresponder continuamente a las fuerzas productivas en desarrollo. Esta correspondencia y, por consiguiente, el papel de las relaciones de producción desempeñan como motor principal del desarrollo de la producción, se manifiesta en esos casos únicamente en la etapa inicial de existencia de ese modo de producción. Luego las relaciones de producción empiezan a envejecer, quedan rezagadas, y surge así una contradicción entre las nuevas fuerzas productivas y, las viejas relaciones de producción.

Esta contradicción no es casual, sino que dimana de la naturaleza interna de diversos aspectos de la producción social. Las fuerzas productivas son el elemento más dinamico de la producción. Cambian incesantemente, con la particularidad de que dentro de un mismo modo de producción estos cambios pueden ser muy sustanciales. En cambio en las relaciones de producción, a pesar de que sufren ciertos cambios, queda, dentro del modo de producción dado, sin modificar su base. En lo que el capitalismo lleva de existencia, por ejemplo, sus fuerzas productivas han experimentado profundos cambios, al paso que la relacione de producción se basan hoy, igual que ayer, en la propiedad privada capitalista 11.

11 La propiedad privada capitalista, se refiere solo a la propiedad privada de los medios de producción, como: herramientas, maquinarías, naves, transporte, etc., etc. La  propiedad privada individual de cada uno, como: su vivienda, su coche particulares, sus fincas, etc., etc., no se considera propiedad privada de medios de producción, sino que es propiedad de cada cual.

En virtud de cierto conservadurismo y estabilidad, las relaciones de producción no dan alcance a las fuerzas productivas en desarrollo y, al quedar rezagadas, empiezan a frenar al de dichas fuerzas y entran en contradicción con ellas. A medida que siguen desenvolviéndose las fuerzas productivas, el papel refrendador de las relaciones de producción es cada vez más sensible y la contradicción abierta entre ambas va adquiriendo un carácter más profundo y agudo, trasformándose al fin en un conflicto. Madura entonces la necesidad de la revolución social, que destruya las viejas relaciones de producción y consolida atrás nuevas.

Tal es la dialéctica objetiva de las fuerzas productivas y las relaciones de producción en la sociedad dividida en clases antagónicas. Veamos ahora cómo se manifiesta esta dialéctica en el desarrollo concreto de la sociedad humana.

 
4. LA HISTORIA DE LA SOCIEDAD COMO DESARROLLO Y
SUCESION, SUJETA A LEYES, DE LOS MODOS DE PRODUCCÓN

Puesto que el modo de producción se presenta como la base material de la vida social, que determina todos sus aspectos restantes, la historia de la sociedad debe ser estudiada ante todo, como la historia del desarrollo y sucesión sujeta a leyes, de los modos de producción.

La historia conoce cinco modos de producción, que sucedieron consecutivamente: el de comunidad primitiva, el esclavista, el feudalista, el capitalista y el socialista. Examinémoslos en este orden.

La sociedad primitiva
 

La historia de la sociedad comienza con la aparición del hombre, cuya particularidad, que los distingue de los animales, es su capacidad para fabricar y emplear instrumentos de trabajo. El trabajo ocupa un importantísimo lugar en la formación y desarrollo del hombre. En el proceso del trabajo se formó el propio hombre y surgieron y se desarrollaron las formas de su organización social.

La forma de organización inferior, la primera en la historia, fue el régimen de la comunidad primitiva. Existió durante varios milenios. En ese largo período supo pasar el empleo de objetos naturales –palos, piedra- a la preparación de los primeros instrumentos rudimentario de producción. En un principio fueron toscos utensilios de piedra, madera, cuero y huso (hachas, cuchillos, cinceles, raspadores, tragacetes, lanzas, anzuelos, etc.), que luego se fueron perfeccionando y elaborando minuciosamente. Surgieron también nuevos utensilios y medios de trabajo: el arco y las flechas, barcas, trineos, etc. El hombre aprendió a obtener el fuego, hecho que tuvo particular importancia en el desarrollo de la humanidad.

Junto al perfeccionamiento de los utensilios de trabajo se desarrolló y perfeccionó la actividad productiva de los hombres. De la recolección de productos naturales (Frutas, baya, hierbas comestibles) pasó a cultivo de plantas a la agricultura; y de la caza de animales salvajes pasó a domarlos y domesticarlos, a la ganadería.

El nivel, sumamente bajo, de las fuerzas productivas en el régimen de la comunidad primitiva dio lugar al establecimiento de las correspondientes relaciones de producción. Constituían su base la propiedad comunal de los medios de productivos de aquel tiempo y las relaciones de colaboración amistosa y ayuda mutua establecida entre los hombres ligadas con dicha propiedad. Estas relaciones se debían a la necesidad de contrarrestar colectivamente la poderosa fuerza de la naturaleza, dados los rudimentarios instrumentos de producción de que disponían. En la sociedad primitiva los hombres vivían en comunidades gentilicias, en las que se agrupaban por parentescos. Trabajaban juntos la tierra comunal con utensilios comunes y tenían una vivienda en común, en la que se resguardaban de la intemperie y de las fieras salvajes. Los productos obtenidos se repartían por igual.

No obstante, en esta sociedad primitiva las fuerzas productivas también  se desarrollan ininterrumpidamente, aunque con extrema lentitud. Se perfeccionan los instrumentos de trabajo, se enriquecía la experiencia laboral de los hombres. El cambio de los utensilios de piedra por herramientas de metal constituyó un salto gigantesco en el desarrollo de la proeducción. Los nuevos instrumentos –el arado con reja  metálica, el hacha de bronce o hiero, etc.- volvieron más productivo el trabajo. Fue posible en dedicarse a mayor escala a la agricultura  y ganadería. Sobrevino la primera gran división de trabajo: la ganadería se separó de la agricultura. Algo más tarde también se separó la artesanía (fabricación de herramientas, armas, vestidos, calzado, etc.), formando una rama independiente de producción. Surgió y empezó a desenvolverse el intercambio de los productos del trabajo.

Con el aumento de la productividad la comunidad gentilicia empezó a disgregarse en familias. Apareció la propiedad privada. La familia se convirtió en propietaria de los medios de producción, concentrándose éstos preferentemente en las de la antigua nobleza gentilicia. Como el trabajador empezó a producir más de lo que necesitaba para su propia subsistencia, apareció la posibilidad de apropiarse del producto excedente y, por lo tanto, de la explotación, del enriquecimiento de unos miembros de las propiedad privada y el intercambio, el proceso de la comunidad gentilicia trascurría con mayor intensidad. La igualdad primitiva cedió el sitio a la desigualdad social. Aparecieron las primeras clases hostiles: esclavos y esclavistas.

Así, el desarrollo de las fuerzas productivas condujo a sustituir la sociedad primitiva por la sociedad esclavista.

La sociedad esclavista

Las fuerzas productivas heredadas de la sociedad primitiva siguieron desenvolviéndose en la sociedad esclavista. Los utensilios de madera y piedra fueron reemplazados definitivamente por los de metal: primero de los de bronce, y luego los de hierro. El arado con reja metálica y luego el arado de hierro, la hoz de metal y otros aperos permitieron elevar el rendimiento del trabajo de la agricultura. Junto al cultivo de cereales aparecieron la fruticultura y la horticultura. Se construyeron canales, presas, elevadoras de aguas y otras obras para regar las tierras y molinos para moler el grano. Se desarrolló la minería, en que se empleó el trabajo manual con las herramientas más simples: punterolas y martillos para arrancar el mineral, el molino o morteros para triturarla y hornos para fundir metal.

Prosiguió el proceso de la división del trabajo. En la producción artesanal se fueron separando diversas ramas: la elaboración de metales y armas, la confección de vestidos y calzado, las herrerías, las alfarerías, los talleres textiles, las tenerías, etc. Los artesanos utilizaron instrumentos especializados más diversos cada vez; aparecieron el torno simple, y el fuelle de fragua.

Se desarrolló vastamente la construcción de la arquitectura naval y la técnica militar surgieron las sociedades y se desplegó el comercio.

El desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad esclavista correspondía a las nuevas relaciones de producción. La base de éstas era la propiedad completa del esclavista tanto sobre los medios de producción como sobre el propio esclavo y cuanto a éste produjera. El esclavista dejaba escasamente al esclavo lo que éste necesitaba para no morir de hambre 12.

12 El esclavista los dejaría morir de cualquier forma, pero nunca de hambre, puesto que si así lo hiciera, el esclavo dejaría de producir riqueza para el  esclavista. Esto, salvando la distancia entre ambas formaciones sociales, tiene cierta similitud, evidentemente más de forma  que de fondo, con el proletariado en la sociedad capitalista.  (ARP)

 

 

Así, pues, las relaciones establecidas en la sociedad esclavista eran de dominio y sometimiento. Un puñado de amos explotaba cruelmente a las masas de esclavos, desprovistos por completo de derechos 13. Estas relaciones correspondieron hasta cierto tiempo al desarrollo de las fuerzas productivas, pero luego agotaron sus posibilidades y se convirtieron en un serio obstáculo. La producción requería que se perfeccionaran constantemente las herramientas y se elevara el rendimiento del trabajo, cosa que no interesaba al esclavo, puesto que con ello no mejoraba su situación. Y aun el propio esclavo, principalmente fuerza productiva, se degradaba físicamente y mentalmente en esas condiciones de explotación inhumana.

 
13 Afortunadamente, en la sociedad capitalista, no sólo existen derechos, sino que también existen obligaciones. Pero estos últimos, los cumplen la mayoría de los ciudadanos, mientras que los derechos no son reales o están limitados,  favoreciendo en su mayor  parte  a los ciudadanos privilegiados que, a su vez, evitan o sortean las obligaciones; ejemplo, los Papeles de Panamá. (ARP)

Conforme fue pasando el tiempo, la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción de la sociedad esclavista se agudizó hasta el límite. Esta contradicción se manifestó en las sublevaciones de los esclavos. Despiadadamente explotados y llevados al último grado de la desesperación, los esclavos se revelaban contra los opresores. Sus luchas y las correrías de las tribus vecinas socavaron los cimientos del régimen esclavista y sobre sus ruinas surgió otra sociedad: la feudal.

La sociedad feudal
 

El desarrollo progresivo de las fuerzas productivas prosiguió bajo el feudalismo En esta época se comenzó a emplear la energía del agua y del aire y aparecieron los molinos de agua y viento, los barco de vela, etc. El hombre aprendió a obtener hierro dulce del colado, inventó el papel, la pólvora, la imprenta y realizó una serie de descubrimientos que desempeñaron un gran papel en la historia de la humanidad.

La artesanía siguió su desarrollo, se crearon nuevos instrumentos y mecanismos y se perfeccionaron los antiguos. Fue particularmente notable el progreso en  la producción textil, en la que aparecieron el torno de hilar, el telar de cintas, la máquina  torcedora y otras innovaciones técnicas. Aumento la especialización del trabajo artesanal, razón por la cual se elevó considerablemente su vencimiento. Con el aumento de la artesanía y del comercio crecieron las ciudades. Algunas de ellas se convirtieron en importantes centros mundiales.

Se desarrolló también la agricultura. Aumentó el cultivo de nuevas variedades y hortalizas, se empezaron a utilizar  y a trabajar con más esmero los campos. Se extendió la ganadería y el empleo cada vez mayor de ganado de labor y de carne, leche y lana en las haciendas.

El desarrollo de las fuerzas productivas en el feudalismo se debió a las nuevas relaciones  de producción. Las bases de estas relaciones era la propiedad feudal de los medios de producción y, ante todo, sobre la tierra, y la propiedad incompleta sobre el trabajador: el campesino siervo. El señor feudal podía obligarlo a trabajar para él, imponerle prestaciones de distinto género, podía venderlo y comprarlo, pero su vida ya no le pertenecía 14.

14 El paso de la sociedad esclavita a la sociedad feudalista fue un cambio humano cualitativamente nuevo, se dulcificó la forma; pero el fondo, siguió siendo el mismo: la explotación de los campesinos siervos. (ARP)

 
Lo mismo que en régimen esclavista, las relaciones de producción del feudalismo fueron el dominio y sometimiento, explotación de los campesinos siervos por parte de los señores feudales. No obstante eran más progresistas que la de la sociedad esclavista, ya que despertaron cierto interés de los trabajadores por el trabajo. Los campesinos y los artesanos sellan su hacienda propia (el campesino tenía una porción de terreno, caballo y otros animales domésticos, además de aperos: El artesano, herramientas y mecanismos de los más simple), en la cual trabajaban para ellos después de haber cumplido todas obligaciones feudales. Estaban interesados en perfeccionar los instrumentos y mejorar los métodos de trabajo en la agricultura y la artesanía.

Trascurrió el tiempo, y las fuerzas productivas siguieron desarrollándose. Les dieron un impulso singularmente poderoso los grandes descubrimientos geográficos de fines del siglo XV y comienzos del XVI (el de América, en de la ruta marítima a la india, etc.). Se formó el mercado internacional. Aumentó la demanda de diversas mercancías, demanda que la producción artesanal ya no estaba en condiciones de satisfacer. La manufactura sustituyó el taller del artesano.

La manufactura concentró bajo un mismo techo a un número considerable de operarios, llevó a cabo entre ello una vasta distribución del trabajo y elevó extraordinariamente su rendimiento. Su aparición implicó el nacimiento de otro modo de producción, el capitalista, en el seno del feudalismo, y de las clases contrapuestas que le son inherentes: la burguesía y el proletariado.

Sin embargo, el desarrollo posterior de las fuerzas productivas, ligado con la aparición de la manufactura, puso en contradicción a estas fuerzas productivas con relaciones feudales de producción. La manufactura requería que el operario estuviese libre, y el feudalismo adscribía el siervo a la tierra; la manufactura necesitaba un amplio mercado internacional, y el exclusivismo y aislamiento feudales. Así como el carácter internacional de la economía frenaban su formación. Esta sustitución se produjo través de numerosas revoluciones burguesas cuyas principales fuerzas combativas estaba formadas por los campesinos siervos y la gente del estado llano de las ciudades, dirigidos por la burguesía.

La sociedad capitalista

 
Las fuerzas productivas del capitalismo se caracterizan por la gran industria mecánica. Al taller del artesano y a la manufactura suceden grandes fábricas y minas. En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels caracterizaron así las fuerzas productivas del capitalismo: “El sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de las máquinas, la aflicción de la química a la industria y a la agricultura, la navegación de vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la adaptación para el cultivo de continentes enteros, la apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras surgieron por encanto, como si salieran de la tierra.” En los albores de su existencia, y en uno o dos siglos el capitalismo desarrolló las fuerzas productivas mucho más que todas las épocas precedentes de la humanidad.

El crecimiento tan rápido de las fuerzas productivas se debió a las nuevas relaciones capitalistas de producción. Su base es la propiedad privada burguesa, que desplazó gradualmente e ineludiblemente a la propiedad feudal. Bajo el capitalismo el trabajador –el proletario- es jurídicamente libre, no está adscrito a la tierra ni  ninguna empresa. Es libre en el sentido de que puede ir a trabajar a la fábrica de cualquier capitalista, pero no lo es de la clase burguesa en su conjunto. Privado de medios de producción, se ve obligado a vender su fuerza de trabajo y llevar, con ello, el yugo de la explotación.
 
Las relaciones capitalistas de producción suscitaron un estímulo para el desarrollo económico como es la ganancia capitalista. En su afán de lucro el burgués amplía la producción, perfecciona la maquinaría y mejora la tecnología en la industria y en la agricultura. Estas relaciones, sin embargo, no sólo dieron motivo a que alcanzara un nivel de desarrollo económico sin par en las sociedades anteriores, sino que también dieron vida a una fuerza productiva de tal magnitud, la que condujeron al sistema capitalista en su conjunto, al borde de la tumba. Marx y Engels compararon el capital con un mago cuyos conjuros habían puesto en movimiento fuerzas tan poderosas  que él mismo ya no podía dominar.

Debido al gigantesco crecimiento de las fuerzas productivas, las relaciones capitalistas de producción se convirtieron en un freno de su desarrollo. Se manifestó la contradicción más profunda del modo de producción capitalista: la que existe entre el carácter social del proceso de producción y la forma privada de expropiación. En la sociedad burguesa la producción presenta un carácter social muy acusado. Participan en ella millones de trabajadores concentrados en grandes empresas, pero los frutos de su trabajo se lo apropia un reducido de propietarios de los medios de producción. Esta es la contradicción fundamental del capitalismo.

En el último cuarto de siglo XIX el capitalismo se trasformó en imperialismo, su fase superior y última 15. El rasgo principal del imperialismo es el dominio de los monopolios, sucesores de la libre competencia, grandes agrupaciones de capitalistas que concentran en sus manos la producción y venta de la mayor parte de las mercancías. El objetivo de lo monopolios es obtener ganancias máximas.

15. Irrefutablemente  el imperialismo es la fase superior del capitalismo. Esto viene transcurriendo desde el último cuarto del siglo XIX, pero todavía sigue subsistiendo en los primeros lustros del siglo XXI. Paradójicamente el imperialismo cuanto más tiempo transcurre, más acentúan la explotación a todos los niveles. ¿Será qué cada vez intuyen su fase final y aplican del adagio de: “Después de mí, el diluvio”? (ARP)

Con su ansia de ganancias, los imperialitas acentúan la explotación de los trabajadores de su país y de los pueblos coloniales y dependientes. Después de haberse repartido el mundo entre ellos, continúan luchando tenazmente para volvérselo a repartir 16.

16 La forma de repartirse el mundo en siglo XIX y parte de siglo XX, que fue prácticamente en base a anexionar los territorios por la fuerza de las armas, no es coincidente con el siglo XXI pues  el mundo actualmente es anexionado y repartido  económicamente. (ARP)

Todas las contradicciones de la sociedad capitalista se agudizan de modo extremo en el imperialismo, sobre todo, la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma privada de apropiación. Esta contradicción origina la crisis y el paro, promueve la cruenta lucha de clases entre la burguesía y el proletariado y constituye la base económica de la revolución socialista. El triunfo de la revolución socialista destruye las relaciones capitalistas de producción e instaura el modo socialista de producción.

 
Vigo, 19 de junio de 2016

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