domingo, 17 de enero de 2016

MATERIALISMO DIALÉCTICO CAPITULO III


MANUAL DE MATERIALISMO DIALÉCTICO

 
Introducción

 
CAPITULO III

 

La filosofía del marxismo fue obra de dos grandes dirigentes de la clase obrera: Carlos Marx (1818-1883 y Federico Engels (1820-1895). ¿Fue únicamente fruto de la mente genial de sus creadores o producto de la época, un signo del tiempo? ¿Cuáles fueron las causas de su nacimiento?

La filosofía marxista surgió como resultado natural del desarrollo histórico. Estuvo motivada por las condiciones económicas sociales de la época y contó determinadas anticipaciones de la filosofía y de las ciencias sociales.
 

1.  CONDICIONES  Y  ANTECEDENTES DEL SURGIMIENTO
DE LA FILOSFÍA MARXISTA

 
Mediado el siglo XIX, el capitalismo había sustituido ya al feudalismo en  numerosos países. Su establecimiento provocó un ascenso considerable de la producían y un impetuoso desarrollo de la técnica, la ciencia y la cultura.

El capitalismo significó también el nacimiento de una clase llamada a destruir el régimen capitalista y realizar las transformaciones socialistas. Esa clase fue el proletariado. Explotado por la burguesía y desprovisto de los derechos humanos elementales, el proletariado entabló unza enconada lucha contra los opresores. Las contradicciones de clase se exacerbaron extraordinariamente con el capitalismo, lo que se manifestó en la multiplicación de las acciones violentas del proletariado contra la burguesía. En Francia se sublevaron los obreros lioneses. En Alemania, los tejedores silesianos; en Inglaterra se propagó el movimiento cartista. Los obreros exigían mejora en las condiciones de trabajo, aumento de salarios, reducción de la jornada laboral, etc. Pero su lucha era entonces desorganizada, espontánea. No tenían aún noción clara de los objetivos finales de su acción, desconocían los caminos y medios verdaderos y eficaces de lucha contra sus enemigos de clase. Todo eso entorpecía el movimiento proletario y le impedía tener éxito. Surgió así la apremiante necesidad de una teoría científica que le permitiera conocer las leyes del desarrollo de la sociedad, comprender la inevitable muerte del capitalismo y adquirir conciencia de su papel como enterrador de la burguesía y creador del nuevo régimen socialista.

Así, pues, el propio desarrollo del movimiento proletario exigió  a la ciencia la importante mision de crear una teoría revolucionaria y forjar para el proletariado un arma ideológica que le sirviera en su lucha contra la burguesía, por el socialismo. Y la ciencia, en las personas de Marx y Engels, cumplió esa vital exigencia de la historia: apareció el marxismo, cuya base teórica es la filosofía marxista, el materialismo dialéctico e histórico.


Antecedentes científicos y fuentes teóricas
 

El surgimiento de la filosofía marxista estuvo preparado por el proceso del pensamiento científico y filosófico. Las ciencias naturales se desarrollaron con inusitada rapidez en el siglo XIX. Dejaron de recopilar datos e investigar cosas aisladas, para convertirse en ciencias naturales sucedieron las ideas dialécticas de la unidad y desarrollo histórico del mundo.

La primera brecha en la concepción metafísica de la naturaleza la abrió Kant al demostrar con sus hipótesis cosmogónica que la tierra y el sistema solar no son eternos, sino producto de un largo proceso de la materia. Posteriormente surgió la geología, que desentrañó la historia de la corteza terrestre, y se desarrollaron impetuosamente la física, la química, la biología y otras ciencias.

Tres grandes descubrimientos de las ciencias naturales: la ley de la conservación y transformación de la energía, la constitución celular de los organismos vivos y la teoría evolutiva de Darwin, tuvieron una importancia de singular magnitud en la formación de los puntos de vista de los materialistas dialécticos sobre la naturaleza.

La ley de la conservación y transformación de la energía, cuyo descubimiento se debe a los esfuerzos de Lomonósov, del sabio alemán Mayer y del físico inglés Joule, es un testimonio convincente de la unidad material del mundo, de la eternidad e indestructibilidad de la materia y el movimiento.. Al mismo tiempo demuestra que la materia y el movimiento son cualitativamente multiformes, mutables y susceptibles de conversión de unas formas en otras.

La teoría de la estructura celular de los tejidos vivos, elaborada por el botánico ruso Gorianínov, el biólogo checo Purkinje y los sabios alemanes  Schleiden y Schuwann, demostró que la base de todo más o menos complejo es el elemento natural conocido como célula y que ésta es susceptible de transformaciones. Así quedó abierto el camino de la comprensión adecuada del desarrollo de los organismos.

El naturalista inglés Charles Darwin puso fin, con la teoría evolutiva, a la concepción de que las plantas y animales son especies casuales, sin vinculación alguna, creadas por Dios e inmutables. Demostró científicamente que los organismos complejos, superiores, se formaron de organismos simples, inferiores y no por la voluntad de Dios, sino en virtud de las leyes de la selección natural inherentes a la propia naturaleza, resultado de una larga evolución de la metería viva. Se confirmó así la tesis fundamental de la dialéctica, la idea del desarrollo, del paso de lo inferior a lo superior, de lo simple a lo complejo.

Junto a las conquista de las ciencias naturales, los éxitos del pensamiento filosófico de aquel tiempo tuvieron asimismo gran importancia en la formación de la concepción marxista del mundo. Marx y Engels estudiaron profundamente la historia de la filosofía y aprovecharon lo mejor del pensamiento filosófico anterior a ellos. Laa fuente teórica inmediata  del marxismo fue la filosofía clásica amena del siglo XIX y, ante todo,, la de Hegel y Feuerbach.

Marx y Engels recorrieron un intricado camino en su propio desarrollo filosófico y político. No adoptaron enseguida las posiciones del materialismo dialéctico. En su juventud se sintieron atraídos por la filosofía idealista de Hegel, muy extendido entonces en Alemania. Igual que Hegel, consideraban que la historia es un desarrollo de la conciencia del hombre.

Por sus convicciones políticas. Marx y Engels eran en aquel momento demócratas revolucionarios, defensores de los intereses de todos los trabajadores. En su dura crítica del Estado terrateniente prusiano llegaron a la conclusión de que únicamente un Estado del pueblo podría expresar los intereses de la mayoría trabajadora.

Gran influencia ejerció sobre ellos el materialismo de Feuerbach, que los ayudó a desembarazarse del idealismo de Hegel. No obstante los fundadores del marxismo no quedaron satisfechos con el carácter contemplativo de Feuerbach, su alejamiento de la vida  y de la lucha emancipadora del pueblo. Marx y Engels estaban firmemente convencidos de que las tareas filosóficas y sociales más importantes no se debían de resolver en la quietud de los despachos, sino en la práctica, en la lucha política revolucionaria.

La participación en la lucha político-social al lado de los trabajadores, el profundo estudio de las ciencias naturales, de la filosofía y la historia, persuadieron a Marx y Engels de la inconsistencia del idealismo y fueron la causa que pasaran resueltamente  a las posiciones de la clase obrera. En el aspecto filosófico ese paso significó la creación de una filosofía cualitativamente nueva: el materialismo dialéctico e histórico.

Así, pues, para la base de su filosofía, Marx y Engels aprovecharon la dialéctica de Hegel y el materialismo de Feuerbach, que elaboraron con un criterio crítico, los depuraron de todo rasgo anticientífico y los enriquecieron con la enorme experiencia de la lucha revolucionaria de la clase obrera y de las novísimas conquistas científicas.

Con la creación del materialismo dialéctico e histórico Marx y Engels provocaron una revolución en la filosofía.

 
2.  QUE CONSISTE LA ESENCIA DE LA REVOLUCIÓN
FILOSOFICA DE MARX Y ENGELS
 

Aclarar la esencia de esta revolución significa establecer qué novedad aportaron Marx y Engels a la filosofía, encontrar lo que distingue cualitativamente a la filosofía marxista de los sistemas que la precedieron.

¿En qué consiste, pues, la novedad esencial de la filosofía del marxismo

Ante todo n que se distingue de los sistemas filosóficos del pasado por su naturaleza  de clase y por el papel que desempeña en la vida social.

Antes Marx, salvo raras excepciones, los filósofos expresaban los intereses de los explotadores, y por eso no se proponían transformar el mundo a favor de los trabajadores.

La filosofía marxista es otra cosa. Expresa los intereses de la clase más progresistas: el proletariado. Expresa los intereses de las masas populares. Sus fundadores no sólo crearon una nueva filosofía, sino que fueron los jefes del creciente movimiento revolucionario del proletariado. Ellos enseñaron que el único caminote la emancipación de los trabajadores pasa por la revolución socialista y la dictadura del proletariado. Entregaron toda su genial inteligencia, su vigorosa energía creadora y su relevante capacidad de organizadores a la noble causa de la instauración del socialismo.

De ese modo. Marx y Engels crearon una filosofía que es el arma ideológica de esa clase en la lucha contra el capitalismo, un poderoso medio para transformar la realidad. El papel de la filosofía en el desarrollo social ha cobrado enorme importancia. Su arraigo en las masas, la ha convertido en una inmensa fuerza material. “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. 1; así caracterizó Marx esta importantísima particularidad del materialismo dialéctico e histórico. La fuerza de la filosofía marxista reside en su ligazón  orgánica con la práctica, en que está al servicio de la lucha de la clase obrera contra el capitalismo, por el socialismo y el comunismo.

1 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, ed. cit, pág. 714 (Ed.)


La expresión más importante  de la revolución operada por el marxismo en la filosofía es haber logrado la unidad orgánica del materialismo y la dialéctica.

La dialéctica y el materialismo surgieron mucho antes de que apareciera el marxismo. Sin embargo, el mal de la vieja filosofía consiste en que ambos estaban a menudo separados. Hegel fue dialéctico, pero no materialista. Feuerbach fue materialista, mas no dialéctico. Marx y Engels terminaron con el divorcio de la dialéctica y el materialismo y consiguieron unirlos en una concepción materialista dialéctica del mundo.

El marxismo implicó también un cambio revolucionario en las opiniones sobre la sociedad.

Antes de Marx los filósofos interpretaban el desarrollo social de manera idealista: veían las fuerzas motrices de ese desarrollo sólo en las ideas de los hombres, en su conciencia. Marx y Engels opusieron a estas concepciones materialistas de la historia. Fueron los primeros en plantear y resolver acertadamente el problema fundamental de la filosofía, la relación entre el pensar y el ser, aplicada a la sociedad. Demostraron que no es la conciencia social de los hombres la que determina su existencia, sino, por el contrario, la existencia social y, ante todo, la producción de los bienes materiales, la que determina la conciencia social; que el desarrollo de la sociedad depende de causas materiales y no de las ideas, deseos o propósitos de los hombres.  En consecuencia, la historia de la sociedad dejó de ser una acumulación caótica de fenómenos, para ser considerada como un proceso sujeto a leyes, natural y necesario, durante el cual ciertos modos de producción inferiores son sustituidos por otros superiores, demostrándose además que esta sustitución  no ocurre por casualidad, sino en virtud de las leyes objetivas, independientes de la voluntad y la conciencia del hombre. 2

2 La teoría marxista del desarrollo social está expuesta en  la segunda parte, correspondiente al “Materialismo histórico”, que intentaré transcribir al finalizar  la primera parte, correspondiente al “Materialismo dialéctico” (ARP)

 

Espíritu de partido de la filosofía marxista

 
Los filósofos burgueses dicen menudo que su filosofía “no toma partido”, que expresa los intereses de todos los individuos, independientemente de la clase a que pertenezcan. ¿Cómo se explica entonces que durante los conflictos sociales muchos de esos filósofos se ponen al lado de los capitalistas, defienden la propiedad privada y justifican la explotación y las guerras? Sencillamente, porque tras la careta de la imparcialidad se oculta el carácter de clase, de partido, de la filosofía burguesa.

A diferencia de los ideólogos de la burguesía, los fundadores del marxismo-leninismo proclamaron abiertamente que la filosofía está indisolublemente ligad con la política y con los intereses de determinadas clases sociales y partidos. La filosofía es producto de una época concreta, de una clase determinada, y por eso siempre expresa las exigencias de la época, defiende los intereses de esa clase. El espíritu del partido significa precisamente que sirve a determinadas fuerzas sociales. Por supuesto, esto no quiere decir que el filósofo marxista deba militar en el Partido Comunista, pero sí está obligado a defender los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores.

La filosofía marxista surgió como arma ideológica de la clase obrera en su lucha contra la burguesía. Su espíritu proletario de partido se manifiesta ante todo en que sirve a la clase obrera, al pueblo trabajador, y es inconciliable con la burguesía reaccionaria. El principio del espíritu de partido en la filosofía requiere, como escribió Lenin, “…Saber seguir una línea propia y luchar contra toda la línea de las fuerzas y clases que no son enemigas” 3 

3 V.I. Lenin “Materialismo y empirocriticismo”, Obras completas, t. XIV, Ed. Cartago, Bs. Aires, 1950, pág. 339. (Ed.)

 
Tener espíritu de partido significa ocupar determinada posición en la lucha que el materialismo y el idealismo sostienen desde más de dos milenios y que aún no ha cesado; por el contrario, se ha acentuado extraordinariamente. El espíritu de partido de la filosofía marxista-leninista exige que en esa lucha se ocupen con firmeza posiciones materialistas consecuentes, se defienda y desarrolle en todos los aspectos el materialismo dialéctico e histórico y se combata infatigablemente  la ideología hostil al marxismo y todas las manifestaciones de idealismo y superchería religiosa. Esta exigencia  singular actualidad en nuestros días. El mundo asiste hoy a una enconada lucha entre dos ideologías: la socialista y la burguesa, y ella la burguesía emplea contra el marxismo las formas más refinadas de idealismo y oscurantismo clerical.

Los revisionistas modernos, siguiendo a los ideólogos de la  burguesía, tergiversan el principio marxista-leninista del espíritu de partido en la filosofía y afirman que éste y la objetividad científica son objetos incompatibles, presentando la ideología burguesa como si estuviera por encima de las clases y, por tanto, como la única científica. Insisten en que no se debe contra ella porque encierra conocimientos comunes a toda la humanidad, útiles y necesarios para todas las clases sociales.

En realidad, la burguesía  falsea constantemente las leyes del desarrollo social con el fin de perpetuar el capitalismo, condenado a muerte por la historia. En cambio, el proletariado transforma el mundo, y para eso necesita conocer las leyes objetivas. Es partidario de la ciencia, pues únicamente una concepción científica el mundo le puede servir de guía segura para la acción.

El objetivo final es la victoria del comunismo. Al propio tiempo, el movimiento hacia el comunismo constituye el contenido objetivo del desarrollo de la sociead moderna. Por lo tanto, el curso objetivo de la historia y los intereses de clase del proletariado coinciden totalmente. Por eso, la particularidad más importante del espíritu de partido de la filosofía marxista-leninista, es conjugar la defensa consecuente de los intereses del proletariado con la objetividad científica.


3. CARÁCTER CREADOR DEL MARXISMO-LENINISMO

 
El marxismo no es un conjunto de principios inmutables y rígidos impuestos por la fe, sino una ciencia creadora, que se desarrolla. No es estático, sino que avanza al paso con la vida,  está en constante movimiento, enriqueciéndose  diariamente con las últimas conquistas de la práctica histórico-social y de las ciencias naturales.

La filosofía marxista apareció en la época del capitalismo ascendente, en crecimiento, cuando el desarrollo social transcurría con relativa lentitud y calma. A fines del siglo XIX y comienzos del XX cambió radicalmente la situación histórica. El capitalismo entró en su última fase, el imperialismo. Las contradicciones económicas y políticas alcanzaron entonces una agudeza sin precedentes. La época del desarrollo relativamente pacífico fue seguida de un período de conmociones sociales y revoluciones.

Esta época coincidió con la revolución operada en las ciencias naturales. El descubrimiento del electrón y el fenómeno de radiactividad, así como otras conquistas importantísimas de la ciencia dieron el golpe de gracia a las viejas ideas metafísicas sobre la materia y sus propiedades.

Es natural que las nuevas circunstancias exigieran un desarrollo creador de la filosofía marxista. Era preciso generalizar la nueva experiencia de la lucha revolucionaria del proletariado y los últimos descubrimientos de las ciencias naturales. Esta exigencia se imponía además porque en las nuevas condiciones se habían reanimado las fuerzas hostiles al marxismo, vigorizándose especialmente sus ataques al materialismo dialéctico e histórico.

A finales del siglo XIX el centro del movimiento obrero internacional empezó a desplazarse hacia Rusia, donde maduraba la revolución socialista. Rusia se convirtió en la patria del leninismo. El leninismo y el marxismo de una nueva época histórica, la del imperialismo y las revoluciones proletarias, del tránsito del capitalismo al socialismo y de la edificación de la sociedad comunista. No mes pues, casual,  el subsiguiente desarrollo creador de la filosofía marxista estuviese indisolublemente ligado con el nombre del jefe del proletariado ruso e internacional Vladimir Lenin (1870-1924). Su actividad en el dominio de la filosofía es tan grande y diversa, que constituye toda unas etapa del pensamiento filosófico.

 

La etapa leninista del desarrollo de la filosofía

 
La etapa leninista de la  desarrollo de la filosofía se extiende desde  fines del siglo XIX hasta nuestros días. 4


4 Esta etapa ha perdurado también en el siglo XX, y continua viva y  vigente en el actual siglo XXI; máxime cuando  la fase superior del capitalismo, es decir el imperialismo, intenta vigorizarse a pesar  que está dando  sus últimos coletazos. (ARP)

 
El mérito histórico de Lenin  consiste en que  supo defender y desarrollar el materialismo dialéctico e histórico en las nuevas condiciones. Su labor teórica estuvo directamente ligada con la lucha revolucionaria del proletariado y la práctica de la edificación socialista en la URSS. Lenin no sólo enriqueció la filosofía del marxismo, sino que dirigió la aplicación de sus principios en la vida. Creó el Partido Comunista, que es una organización revolucionaria de nuevo tipo. Dirigidos por ese partido, los obreros y los campesinos de Rusia destruyeron el capitalismo y crearon el primer Estado socialista del mundo. Lenin elaboró el plan de la construcción del socialismo y encabezó hasta los últimos días de su vida al pueblo y al partido, que plasmaban ese plan en la realidad. 5

5 Gastón Leval anarcosindicalista francés (1895-1978), escribió un ensayo titulado “Lenin, sepulturero de la revolución rusa”, examen  a todas luces revisionista e idealista que nada tiene que ver con el materialismo dialéctico e histórico.

El anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y, por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas.

Esté principio del anarquismo fue combatido  con toda contundencia, por el gran Lenin, en muchos de sus escritos por considerarlos pretextos  contrarrevolucionarios y nefastos para la revolución rusa. Así que no es de extrañar que Gastón Lavel anarcosindicalista francés, haya escrito este ensayo reaccionario, revisionista  y antirrevolucionario. (ARP)


La nueva época histórica planteó a la clase obrera y a su partido marxista la misión de transformar la sociedad de manera revolucionaria, destruir el capitalismo y construir el capitalismo. Por eso Lenin dedicó tanta atención a analizar las leyes rectoras del desarrollo social y, ante todo,  a definir la esencia del imperialismo. Teniendo en cuenta los cambios operados en las condiciones históricas, desarrolló la teoría marxista de la revolución  socialista, que ejerció enorme influencia en la marcha posterior del proceso social.

Lenin enriqueció además la teoría acerca de las clases y la lucha de clase, de la dictadura del proletariado y sus formas, del papel de las masas populares en la historia, de la función del partido de la clase obrera, de las ideas de vanguardia, etc.

Es grande su aporte a la elaboración de los problemas dialécticos. Supo defender y desarrollar, en célebres polémicas con metafísicos de todo género, la teoría de las leyes y categorías de la dialéctica materialistas, a cuya cuestión medular: la ley de la unidad y lucha de contrarios, dedicó singular atención.

Desarrolló además la teoría materialista dialéctica del conocimiento. Analizó con profundidad y en todos sus aspectos la crisis del siglo XIX y comienzos del XX a causa de los nuevos descubrimientos científicos, y afirmó que se podía resolver únicamente sobre la base de los principios de la dialéctica materialista.

Lenin luchó consecuentemente contra la ideología burguesa, el revisionismo y el dogmatismo, poniendo al desnudo sus rasgos esenciales y señalando las tendencias de su desarrollo. De este modo pertrechó a los marxistas para luchar contra el revisionistas y dogmáticos  modernos.

La aportación de Lenin a la filosofía marxista se estudiará más detenidamente en otros capítulos de esta manual.

Después de Lenin, sus colaboradores y discípulos destacados dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética y de los partidos comunistas y obreros hermanos han continuado y siguen desarrollando la filosofía del marxismo. 6

6 No se transcribe los dos últimos  párrafo de la página 47, así como el primer y segundo párrafo de la página 48 del Manual de materialismo dialéctico, por carecer de relevancia sobre el conocimiento del materialismo dialéctico. (ARP)

La filosofía del marxismo leninismo se desenvuelve en base a una lucha tenaz contra la ideología burguesa reaccionaria, el idealismo y el oscurantismo clerical. La historia no ha suprimido la división de los filósofos en dos campos opuestos: materialistas e idealistas. La pugna entre estas dos tendencias sigue siendo hasta hoy un reflejo de la lucha de las fuerzas de la clase progresista contra las reaccionarias.

Como concepción del mundo del proletariado revolucionario y de todos los trabajadores, la filosofía materialista marxista-leninista es un arma temible en la lucha contra la reacción imperialista, por el socialismo y el progreso. Se enfrenta a la filosofía idealista de la burguesía imperialista, cuyo papel reaccionario es defender el capitalismo, mantener a millones de trabajadores prisioneros del idealismo, rebatir el marxismo-leninismo e impedir la influencia de las ideas materialistas y el comunismo científico en las amplias capas del pueblo.

En la filosofía burguesa contemporánea existen numerosas tendencias y escuelas, pero sus diferencias son de poca importancia. En lo principal –en su esencia idealista y en su servicio a la reacción  imperialista- son todas iguales. Unas propagan abiertamente el idealismo, el misticismo y el odio a la ciencia. Otros lo hacen con mayor sutileza para este fin las últimas conquistas de la ciencia y amoldarse a las exigencias de la vida social. Y otras resucitan abiertamente el “escolasticismo” 7medieval y se apoyan en los dogmas religiosos.

7 Escuela religiosa predominante en la Edad Media, que reinó como sistema exclusivo en la enseñanza de aquella época. (Ed.)

 
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que realizan los ideólogos de la burguesía contemporánea, no lograrán refutar el marxismo-leninismo.

La filosofía marxista es hoy la concepción del mundo predominante en los países socialistas, poblados por más de mil millones de habitantes. El materialismo dialéctico va conquistando gradualmente la mente y el corazón de los hombres en los países capitalistas. Cada vez son más las personas honradas que se convencen de la inconsistencia del idealismo y de su incompatibilidad con el progreso de la vida social y de la ciencia, y adoptan el materialismo dialéctico. Es singularmente significativo a este respecto el caso del ilustre filósofo japonés Kenjuro Yanagida, quien tras muchos años de dudas y búsqueda, abandono el idealismo, que había profesado durante largo tiempo, y adoptó el materialismo dialéctico.

El materialismo dialéctico también va conquistando un lugar cada vez más firme en las ciencias naturales modernas. Domina entre los naturalistas de los países socialistas y ha ganado ya muchos adeptos entre los científicos de los países capitalistas. Tal es el caso del eminente sabio francés Fréderic Joliot-Curie, el sabio inglés Jhon Bernal y otros. Son numerosos los naturalistas que abandonan paulatinamente las ilusiones idealistas.

Esta es la época del triunfo del materialismo, y de la crisis y decadencia del idealismo. Y aunque éste todavía se debate contra la filosofía materialista, el resultado de la contienda no deja lugar a dudas: el futuro pertenece a la concepción científica, marxista-leninista.


Vigo, 17 de enero de 2016

 

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