MANUAL
DE MATERIALISMO DIALÉCTICO
Introducción
CAPITULO III
La filosofía del marxismo fue
obra de dos grandes dirigentes de la clase obrera: Carlos Marx (1818-1883 y Federico
Engels (1820-1895). ¿Fue únicamente fruto de la mente genial de sus
creadores o producto de la época, un signo del tiempo? ¿Cuáles fueron las
causas de su nacimiento?
La
filosofía marxista surgió como resultado natural del desarrollo histórico.
Estuvo motivada por las condiciones económicas sociales de la época y contó
determinadas anticipaciones de la filosofía y de las ciencias sociales.
1.
CONDICIONES Y ANTECEDENTES DEL SURGIMIENTO
DE LA FILOSFÍA
MARXISTA
Mediado
el siglo XIX, el capitalismo había sustituido ya al feudalismo en numerosos países. Su establecimiento provocó
un ascenso considerable de la producían y un impetuoso desarrollo de la
técnica, la ciencia y la cultura.
El
capitalismo significó también el nacimiento de una clase llamada a destruir el
régimen capitalista y realizar las transformaciones socialistas. Esa clase fue
el proletariado. Explotado por la burguesía y desprovisto de los derechos
humanos elementales, el proletariado entabló unza enconada lucha contra los
opresores. Las contradicciones de clase se exacerbaron extraordinariamente con
el capitalismo, lo que se manifestó en la multiplicación de las acciones
violentas del proletariado contra la burguesía. En Francia se sublevaron los
obreros lioneses. En Alemania, los tejedores silesianos; en Inglaterra se
propagó el movimiento cartista. Los obreros exigían mejora en las condiciones
de trabajo, aumento de salarios, reducción de la jornada laboral, etc. Pero su
lucha era entonces desorganizada, espontánea. No tenían aún noción clara de los
objetivos finales de su acción, desconocían los caminos y medios verdaderos y
eficaces de lucha contra sus enemigos de clase. Todo eso entorpecía el
movimiento proletario y le impedía tener éxito. Surgió así la apremiante
necesidad de una teoría científica que le permitiera conocer las leyes del
desarrollo de la sociedad, comprender la inevitable muerte del capitalismo y
adquirir conciencia de su papel como enterrador de la burguesía y creador del
nuevo régimen socialista.
Así,
pues, el propio desarrollo del movimiento proletario exigió a la ciencia la importante mision de crear
una teoría revolucionaria y forjar para el proletariado un arma ideológica que
le sirviera en su lucha contra la burguesía, por el socialismo. Y la ciencia,
en las personas de Marx y Engels, cumplió esa vital exigencia de
la historia: apareció el marxismo, cuya base teórica es la filosofía marxista, el materialismo dialéctico e histórico.
Antecedentes científicos y fuentes teóricas
El
surgimiento de la filosofía marxista estuvo preparado por el proceso del
pensamiento científico y filosófico. Las ciencias naturales se desarrollaron
con inusitada rapidez en el siglo XIX. Dejaron de recopilar datos e investigar
cosas aisladas, para convertirse en ciencias naturales sucedieron las ideas
dialécticas de la unidad y desarrollo histórico del mundo.
La
primera brecha en la concepción metafísica de la naturaleza la abrió Kant al demostrar con sus hipótesis
cosmogónica que la tierra y el sistema solar no son eternos, sino producto de
un largo proceso de la materia. Posteriormente surgió la geología, que
desentrañó la historia de la corteza terrestre, y se desarrollaron
impetuosamente la física, la química, la biología y otras ciencias.
Tres
grandes descubrimientos de las ciencias naturales: la ley de la conservación y
transformación de la energía, la constitución celular de los organismos vivos y
la teoría evolutiva de Darwin,
tuvieron una importancia de singular magnitud en la formación de los puntos de
vista de los materialistas dialécticos sobre la naturaleza.
La
ley de la conservación y transformación de la energía, cuyo descubimiento se debe a los esfuerzos de Lomonósov, del sabio alemán Mayer y del físico inglés Joule, es un testimonio convincente de
la unidad material del mundo, de la eternidad e indestructibilidad de la
materia y el movimiento.. Al mismo tiempo demuestra que la materia y el
movimiento son cualitativamente multiformes, mutables y susceptibles de
conversión de unas formas en otras.
La
teoría de la estructura celular de los tejidos vivos, elaborada por el botánico ruso Gorianínov, el biólogo checo Purkinje y los sabios alemanes Schleiden
y Schuwann, demostró que la base
de todo más o menos complejo es el elemento natural conocido como célula y que
ésta es susceptible de transformaciones. Así quedó abierto el camino de la
comprensión adecuada del desarrollo de los organismos.
El
naturalista inglés Charles Darwin
puso fin, con la teoría evolutiva, a la concepción de que las plantas y
animales son especies casuales, sin vinculación alguna, creadas por Dios e
inmutables. Demostró científicamente que los organismos complejos, superiores,
se formaron de organismos simples, inferiores y no por la voluntad de Dios,
sino en virtud de las leyes de la selección natural inherentes a la propia
naturaleza, resultado de una larga evolución de la metería viva. Se confirmó
así la tesis fundamental de la dialéctica, la
idea del desarrollo, del paso de lo inferior a lo superior, de lo simple a lo
complejo.
Junto
a las conquista de las ciencias naturales, los éxitos del pensamiento
filosófico de aquel tiempo tuvieron asimismo gran importancia en la formación
de la concepción marxista del mundo. Marx y Engels estudiaron profundamente la
historia de la filosofía y aprovecharon lo mejor del pensamiento filosófico
anterior a ellos. Laa fuente teórica inmediata
del marxismo fue la filosofía clásica amena del siglo XIX y, ante todo,,
la de Hegel y Feuerbach.
Marx
y Engels recorrieron un intricado camino en su propio desarrollo filosófico y
político. No adoptaron enseguida las posiciones del materialismo dialéctico. En
su juventud se sintieron atraídos por la filosofía idealista de Hegel, muy
extendido entonces en Alemania. Igual que Hegel, consideraban que la historia
es un desarrollo de la conciencia del hombre.
Por
sus convicciones políticas. Marx y Engels eran en aquel momento demócratas
revolucionarios, defensores de los intereses de todos los trabajadores. En su
dura crítica del Estado terrateniente prusiano llegaron a la conclusión de que
únicamente un Estado del pueblo podría expresar los intereses de la mayoría
trabajadora.
Gran
influencia ejerció sobre ellos el materialismo de Feuerbach, que los ayudó a
desembarazarse del idealismo de Hegel. No obstante los fundadores del marxismo
no quedaron satisfechos con el carácter contemplativo de Feuerbach, su
alejamiento de la vida y de la lucha
emancipadora del pueblo. Marx y Engels estaban firmemente convencidos de que
las tareas filosóficas y sociales más importantes no se debían de resolver en
la quietud de los despachos, sino en la práctica, en la lucha política
revolucionaria.
La
participación en la lucha político-social al lado de los trabajadores, el
profundo estudio de las ciencias naturales, de la filosofía y la historia,
persuadieron a Marx y Engels de la inconsistencia del idealismo y fueron la causa
que pasaran resueltamente a las
posiciones de la clase obrera. En el aspecto filosófico ese paso significó la
creación de una filosofía cualitativamente nueva: el materialismo dialéctico e histórico.
Así,
pues, para la base de su filosofía, Marx y Engels aprovecharon la dialéctica de
Hegel y el materialismo de Feuerbach, que elaboraron con un criterio crítico,
los depuraron de todo rasgo anticientífico y los enriquecieron con la enorme experiencia
de la lucha revolucionaria de la clase obrera y de las novísimas conquistas
científicas.
Con la
creación del materialismo dialéctico e histórico Marx y Engels provocaron una
revolución en la filosofía.
2. QUE
CONSISTE LA ESENCIA DE
LA REVOLUCIÓN
FILOSOFICA DE MARX Y ENGELS
Aclarar
la esencia de esta revolución significa establecer qué novedad aportaron Marx y
Engels a la filosofía, encontrar lo que distingue cualitativamente a la filosofía marxista de los sistemas que la
precedieron.
¿En
qué consiste, pues, la novedad esencial de la filosofía del marxismo
Ante
todo n que se distingue de los sistemas filosóficos del pasado por su naturaleza de clase y por el papel que desempeña en la
vida social.
Antes
Marx, salvo raras excepciones, los filósofos expresaban los intereses de los
explotadores, y por eso no se proponían transformar el mundo a favor de los
trabajadores.
La
filosofía marxista es otra cosa. Expresa los intereses de la clase más
progresistas: el proletariado. Expresa los intereses de las masas populares.
Sus fundadores no sólo crearon una nueva filosofía, sino que fueron los jefes del creciente movimiento revolucionario del proletariado. Ellos
enseñaron que el único caminote la emancipación de los trabajadores pasa por la
revolución socialista y la dictadura del proletariado. Entregaron toda su
genial inteligencia, su vigorosa energía creadora y su relevante capacidad de
organizadores a la noble causa de la instauración del socialismo.
De
ese modo. Marx y Engels crearon una filosofía que es el arma ideológica de esa
clase en la lucha contra el capitalismo, un poderoso medio para transformar la
realidad. El papel de la filosofía en el desarrollo social ha cobrado enorme
importancia. Su arraigo en las masas, la ha convertido en una inmensa fuerza
material. “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es
de transformarlo”. 1; así
caracterizó Marx esta importantísima particularidad del materialismo dialéctico
e histórico. La fuerza de la filosofía marxista reside en su ligazón orgánica con la práctica, en que está al
servicio de la lucha de la clase obrera contra el capitalismo, por el
socialismo y el comunismo.
1 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, ed. cit, pág. 714 (Ed.)
La
expresión más importante de la
revolución operada por el marxismo en la filosofía es haber logrado la unidad orgánica del materialismo y la dialéctica.
La
dialéctica y el materialismo surgieron mucho antes de que apareciera el
marxismo. Sin embargo, el mal de la vieja filosofía consiste en que ambos
estaban a menudo separados. Hegel fue dialéctico, pero no materialista.
Feuerbach fue materialista, mas no dialéctico. Marx y Engels terminaron con el
divorcio de la dialéctica y el materialismo y consiguieron unirlos en una
concepción materialista dialéctica del mundo.
El marxismo implicó también un cambio revolucionario en las opiniones sobre la
sociedad.
Antes
de Marx los filósofos interpretaban el desarrollo social de manera idealista:
veían las fuerzas motrices de ese desarrollo sólo en las ideas de los hombres,
en su conciencia. Marx y Engels opusieron a estas concepciones materialistas de
la historia. Fueron los primeros en plantear y resolver acertadamente el
problema fundamental de la filosofía, la relación entre el pensar y el ser,
aplicada a la sociedad. Demostraron que no es la conciencia social de los
hombres la que determina su existencia, sino, por el contrario, la existencia
social y, ante todo, la producción de los
bienes materiales, la que determina la conciencia social; que el desarrollo de
la sociedad depende de causas materiales y no de las ideas, deseos o propósitos
de los hombres. En consecuencia, la
historia de la sociedad dejó de ser una acumulación caótica de fenómenos, para
ser considerada como un proceso sujeto a leyes, natural y necesario, durante el
cual ciertos modos de producción inferiores son sustituidos por otros
superiores, demostrándose además que esta sustitución no ocurre por casualidad, sino en virtud de
las leyes objetivas, independientes de la voluntad y la conciencia del hombre. 2
2 La teoría
marxista del desarrollo social está expuesta en
la segunda parte, correspondiente al “Materialismo histórico”, que
intentaré transcribir al finalizar la
primera parte, correspondiente al “Materialismo dialéctico” (ARP)
Espíritu
de partido de la filosofía marxista
Los
filósofos burgueses dicen menudo que su filosofía “no toma partido”, que expresa los intereses de todos los
individuos, independientemente de la clase a que pertenezcan. ¿Cómo se explica
entonces que durante los conflictos sociales muchos de esos filósofos se ponen
al lado de los capitalistas, defienden la propiedad privada y justifican la
explotación y las guerras? Sencillamente, porque tras la careta de la
imparcialidad se oculta el carácter de clase, de partido, de la filosofía
burguesa.
A
diferencia de los ideólogos de la burguesía, los fundadores del
marxismo-leninismo proclamaron abiertamente que la filosofía está
indisolublemente ligad con la política y con los intereses de determinadas
clases sociales y partidos. La filosofía es producto de una época concreta, de
una clase determinada, y por eso siempre expresa las exigencias de la época,
defiende los intereses de esa clase. El espíritu del partido significa
precisamente que sirve a determinadas fuerzas sociales. Por supuesto, esto no
quiere decir que el filósofo marxista deba militar en el Partido Comunista,
pero sí está obligado a defender los intereses de la clase obrera y de todos
los trabajadores.
La
filosofía marxista surgió como arma ideológica de la clase obrera en su lucha
contra la burguesía. Su espíritu proletario de partido se manifiesta ante todo
en que sirve a la clase obrera, al pueblo trabajador, y es inconciliable con la
burguesía reaccionaria. El principio del espíritu de partido en la filosofía requiere,
como escribió Lenin, “…Saber seguir una línea propia y luchar contra toda
la línea de las fuerzas y clases que no son enemigas” 3
3 V.I. Lenin “Materialismo y empirocriticismo”, Obras
completas, t. XIV, Ed. Cartago, Bs. Aires, 1950, pág. 339. (Ed.)
Tener
espíritu de partido significa ocupar determinada posición en la lucha que el
materialismo y el idealismo sostienen desde más de dos milenios y que aún no ha
cesado; por el contrario, se ha acentuado extraordinariamente. El espíritu de
partido de la filosofía marxista-leninista exige que en esa lucha se ocupen con
firmeza posiciones materialistas consecuentes, se defienda y desarrolle en
todos los aspectos el materialismo dialéctico e histórico y se combata
infatigablemente la ideología hostil al
marxismo y todas las manifestaciones de idealismo y superchería religiosa. Esta
exigencia singular actualidad en
nuestros días. El mundo asiste hoy a una enconada lucha entre dos ideologías:
la socialista y la burguesa, y ella la burguesía emplea
contra el marxismo las formas más refinadas de idealismo y oscurantismo
clerical.
Los
revisionistas modernos, siguiendo a
los ideólogos de la burguesía,
tergiversan el principio marxista-leninista del espíritu de partido en la
filosofía y afirman que éste y la objetividad científica son objetos
incompatibles, presentando la ideología burguesa como si estuviera por encima
de las clases y, por tanto, como la única científica. Insisten en que no se
debe contra ella porque encierra conocimientos comunes a toda la humanidad, útiles
y necesarios para todas las clases sociales.
En
realidad, la burguesía falsea
constantemente las leyes del desarrollo social con el fin de perpetuar el
capitalismo, condenado a muerte por la historia. En cambio, el proletariado
transforma el mundo, y para eso necesita conocer las leyes objetivas. Es
partidario de la ciencia, pues únicamente una concepción científica el mundo le
puede servir de guía segura para la acción.
El
objetivo final es la victoria del comunismo. Al propio tiempo, el movimiento
hacia el comunismo constituye el contenido objetivo del desarrollo de la
sociead moderna. Por lo tanto, el curso objetivo de la historia y los intereses
de clase del proletariado coinciden totalmente. Por eso, la particularidad más importante del espíritu de partido de la
filosofía marxista-leninista, es conjugar la defensa consecuente de los
intereses del proletariado con la objetividad científica.
3. CARÁCTER CREADOR DEL MARXISMO-LENINISMO
El
marxismo no es un conjunto de principios inmutables y rígidos impuestos por la
fe, sino una ciencia creadora, que se desarrolla. No es estático, sino
que avanza al paso con la vida, está en
constante movimiento, enriqueciéndose
diariamente con las últimas conquistas de la práctica histórico-social y
de las ciencias naturales.
La
filosofía marxista apareció en la época del capitalismo ascendente, en
crecimiento, cuando el desarrollo social transcurría con relativa lentitud y
calma. A fines del siglo XIX y comienzos del XX cambió radicalmente la situación
histórica. El capitalismo entró en su última fase, el imperialismo. Las contradicciones económicas y políticas
alcanzaron entonces una agudeza sin precedentes. La época del desarrollo
relativamente pacífico fue seguida de un período de conmociones sociales y
revoluciones.
Esta
época coincidió con la revolución operada en las ciencias naturales. El
descubrimiento del electrón y el fenómeno de radiactividad, así como otras
conquistas importantísimas de la ciencia dieron el golpe de gracia a las viejas
ideas metafísicas sobre la materia y sus propiedades.
Es
natural que las nuevas circunstancias exigieran un desarrollo creador de la
filosofía marxista. Era preciso generalizar la nueva experiencia de la lucha
revolucionaria del proletariado y los últimos descubrimientos de las ciencias
naturales. Esta exigencia se imponía además porque en las nuevas condiciones se
habían reanimado las fuerzas hostiles al marxismo, vigorizándose especialmente
sus ataques al materialismo dialéctico e histórico.
A
finales del siglo XIX el centro del movimiento obrero internacional empezó a
desplazarse hacia Rusia, donde maduraba la revolución socialista. Rusia se
convirtió en la patria del leninismo. El
leninismo y el marxismo de una nueva época histórica, la del imperialismo y las
revoluciones proletarias, del tránsito del capitalismo al socialismo y de la
edificación de la sociedad comunista. No mes pues, casual, el
subsiguiente desarrollo creador de la filosofía marxista estuviese
indisolublemente ligado con el nombre del jefe del proletariado ruso e
internacional Vladimir Lenin
(1870-1924). Su actividad en el dominio de la filosofía es tan grande y
diversa, que constituye toda unas etapa del
pensamiento filosófico.
La etapa
leninista del desarrollo de la filosofía
La
etapa leninista de la desarrollo de la
filosofía se extiende desde fines del
siglo XIX hasta nuestros días. 4
4 Esta etapa ha
perdurado también en el siglo XX, y continua viva y vigente en el actual siglo XXI; máxime cuando la fase superior del capitalismo, es decir el
imperialismo, intenta vigorizarse a pesar que está dando sus últimos coletazos. (ARP)
El mérito histórico de Lenin consiste en que supo defender y desarrollar el materialismo
dialéctico e histórico en las nuevas condiciones. Su labor teórica estuvo
directamente ligada con la lucha revolucionaria del proletariado y la práctica
de la edificación socialista en la URSS.
Lenin no sólo enriqueció la filosofía del marxismo, sino que
dirigió la aplicación de sus principios en la vida. Creó el Partido Comunista,
que es una organización revolucionaria de nuevo tipo. Dirigidos por ese
partido, los obreros y los campesinos de Rusia destruyeron el capitalismo y
crearon el primer Estado socialista del mundo. Lenin elaboró el plan de la
construcción del socialismo y encabezó hasta los últimos días de su vida al
pueblo y al partido, que plasmaban ese plan en la realidad. 5
5 Gastón Leval
anarcosindicalista francés (1895-1978), escribió un ensayo titulado “Lenin,
sepulturero de la revolución rusa”, examen a todas luces revisionista e idealista que
nada tiene que ver con el materialismo dialéctico e histórico.
El anarquismo es una filosofía política
y social que
llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y, por
extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al
individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas.
Esté principio del anarquismo fue combatido
con toda contundencia, por el gran Lenin,
en muchos de sus escritos por considerarlos pretextos contrarrevolucionarios y nefastos para la revolución rusa.
Así que no es de extrañar que Gastón Lavel anarcosindicalista francés, haya
escrito este ensayo reaccionario, revisionista y antirrevolucionario. (ARP)
La
nueva época histórica planteó a la clase obrera y a su partido marxista la
misión de transformar la sociedad de manera revolucionaria, destruir el
capitalismo y construir el capitalismo. Por eso Lenin dedicó tanta atención a
analizar las leyes rectoras del desarrollo social y, ante todo, a definir la esencia del imperialismo.
Teniendo en cuenta los cambios operados en las condiciones históricas,
desarrolló la teoría marxista de la revolución
socialista, que ejerció enorme influencia en la marcha posterior del
proceso social.
Lenin
enriqueció además la teoría acerca de las clases y la lucha de clase, de la
dictadura del proletariado y sus formas, del papel de las masas populares en la
historia, de la función del partido de la clase obrera, de las ideas de
vanguardia, etc.
Es
grande su aporte a la elaboración de los problemas dialécticos. Supo defender y
desarrollar, en célebres polémicas con metafísicos de todo género, la teoría de
las leyes y categorías de la dialéctica materialistas, a cuya cuestión medular:
la ley de la unidad y lucha de contrarios,
dedicó singular atención.
Desarrolló
además la teoría materialista dialéctica del conocimiento. Analizó con profundidad y en todos sus aspectos la
crisis del siglo XIX y comienzos del XX a causa de los nuevos descubrimientos
científicos, y afirmó que se podía resolver únicamente sobre la base de los
principios de la dialéctica materialista.
Lenin
luchó consecuentemente contra la ideología burguesa, el revisionismo y el
dogmatismo, poniendo al desnudo sus rasgos esenciales y señalando las
tendencias de su desarrollo. De este modo pertrechó a los marxistas para luchar
contra el revisionistas y dogmáticos
modernos.
La aportación de Lenin a la filosofía marxista se
estudiará más detenidamente en otros capítulos de esta manual.
Después
de Lenin, sus colaboradores y discípulos destacados dirigentes del Partido
Comunista de la Unión Soviética
y de los partidos comunistas y obreros hermanos han continuado y siguen
desarrollando la filosofía del marxismo. 6
6 No se transcribe los dos últimos párrafo de la página 47, así como el primer y
segundo párrafo de la página 48 del Manual de materialismo dialéctico, por
carecer de relevancia sobre el conocimiento del materialismo dialéctico. (ARP)
La
filosofía del marxismo leninismo se desenvuelve en base a una lucha tenaz
contra la ideología burguesa reaccionaria, el idealismo y el oscurantismo
clerical. La historia no ha suprimido la división de los filósofos en dos
campos opuestos: materialistas e idealistas.
La pugna entre estas dos tendencias sigue siendo hasta hoy un reflejo de la
lucha de las fuerzas de la clase progresista contra las reaccionarias.
Como
concepción del mundo del proletariado revolucionario y de todos los
trabajadores, la filosofía materialista marxista-leninista es un arma temible
en la lucha contra la reacción imperialista, por el socialismo y el progreso.
Se enfrenta a la filosofía idealista de la burguesía imperialista, cuyo papel
reaccionario es defender el capitalismo, mantener a millones de trabajadores
prisioneros del idealismo, rebatir el marxismo-leninismo e impedir la
influencia de las ideas materialistas y el comunismo científico en las amplias
capas del pueblo.
En
la filosofía burguesa contemporánea existen numerosas tendencias y escuelas,
pero sus diferencias son de poca importancia. En lo principal –en su esencia idealista y en su servicio a
la reacción imperialista- son todas
iguales. Unas propagan abiertamente el idealismo, el misticismo y el odio a la
ciencia. Otros lo hacen con mayor sutileza para este fin las últimas conquistas
de la ciencia y amoldarse a las exigencias de la vida social. Y otras resucitan
abiertamente el “escolasticismo” 7medieval y se apoyan en los
dogmas religiosos.
7 Escuela religiosa predominante en la
Edad Media , que reinó como sistema
exclusivo en la enseñanza de aquella época. (Ed.)
Sin
embargo, a pesar de los esfuerzos que realizan los ideólogos de la burguesía
contemporánea, no lograrán refutar el marxismo-leninismo.
La
filosofía marxista es hoy la concepción del mundo predominante en los países
socialistas, poblados por más de mil millones de habitantes. El materialismo
dialéctico va conquistando gradualmente la mente y el corazón de los hombres en
los países capitalistas. Cada vez son más las personas honradas que se
convencen de la inconsistencia del idealismo y de su incompatibilidad con el
progreso de la vida social y de la ciencia, y adoptan el materialismo
dialéctico. Es singularmente significativo a este respecto el caso del ilustre
filósofo japonés Kenjuro Yanagida,
quien tras muchos años de dudas y búsqueda, abandono el idealismo, que había
profesado durante largo tiempo, y adoptó el materialismo dialéctico.
El
materialismo dialéctico también va conquistando un lugar cada vez más firme en
las ciencias naturales modernas. Domina entre los naturalistas de los países
socialistas y ha ganado ya muchos adeptos entre los científicos de los países
capitalistas. Tal es el caso del eminente sabio francés Fréderic Joliot-Curie, el sabio inglés Jhon Bernal y otros. Son numerosos los naturalistas que abandonan
paulatinamente las ilusiones idealistas.
Esta
es la época del triunfo del materialismo, y de la crisis y decadencia del
idealismo. Y aunque éste todavía se debate contra la filosofía materialista, el
resultado de la contienda no deja lugar a dudas: el futuro pertenece a la
concepción científica, marxista-leninista.
Vigo,
17 de enero de 2016
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