jueves, 24 de diciembre de 2015

MATERIALISMO DIALECTICO CAPITULO I



MANUAL DE MATERIALISMO DIALECTICO


Prólogo


Con objeto dar a conocer a todos aquellos que quieran adquirir conocimientos  sobre el materialismo dialéctico, voy a transcribir  el Manual de Filosofía de Víctor Afanasiev *, marxista soviético, en lo relativo a la 1ª parte de su manual que trata sobre la Dialéctica materialista. La segunda del mencionado Manual trata del Materialismo histórico, que si tengo  fuerza y tiempo, tataré también de transcribirlo.

Como el Manual de Filosofía de Víctor Afanasiev es algo profuso, se irá transcribiendo y pasando al Blogger por capítulos, al objeto de leerlo minuciosamente y, a la vez, sea atrayente para todos aquellos lectores que deseen adquirir conocimiento sobre la filosofía del materialismo dialéctico.

A.R.P.

*Víctor Afanasiev, nació el 18 de noviembre de 1922, en la Unión Soviética y falleció el 10 de abril de 1994, en Moscú (Rusia) doctor en filosofía de la Academia de Ciencias de la URSS, se hizo conocido en occidente por este manual, considero es útil por su sintético y entendible desarrollo que ayuda a comprender la filosofía del socialismo científico. El autor desarrolla ordenada y correctamente, la definición de materia, sus formas de existencia, las leyes de la dialéctica y la teoría del conocimiento según el marxismo.

 
Introducción

Capítulo I

LA FILOSOFIA COMO CIENCIA

La filosofía marxista como cualquiera otra ciencia, tiene su objeto de estudio. Pero antes de hablar de esta materia examinemos que cuestiones debe resolver no sólo la filosofía marxista, sino cualquier otra: La principal es el problema fundamental de la filosofía.

 
    1.      EL PROBLEMA FUNDAMENTAL DE LA FILOSOFIA.
                     OPOSICIÓN DEL MATERIALISMO Y EL IDEALISMO


La filosofía es la ciencia más antigua. La historia conoce numerosos sistemas filosóficos, que surgieron en diversas condiciones históricas y países y fueron creados por representantes de las clases y grupos sociales más diversos. ¿Cómo orientarse en medio de esa variedad de sistemas, cómo aclarar su valor científico y determinar en lugar de cada uno en la historia del pensamiento filosófico? Para ello es necesario, ante todo, ver de qué  modo uno u otro sistema filosófico, uno u otro filósofo, resuelven del problema fundamental de la filosofía.

Si observamos atentamente el mundo que nos rodea, podremos notar que todos sus objetos y fenómenos son materiales o ideales, espirituales. Lo que existe objetivamente, o sea, lo que existe fuera de la conciencia del hombre e independientemente de él (los objetos y los fenómenos que se producen en la tierra, los innumerables cuerpos del universo, etc.) son fenómenos materiales. Lo que existe en la conciencia del hombre constituye el dominio de su actividad psíquica (pensamientos, emociones, sentimientos, etc.), y tienen relación con la esfera de lo ideal, de lo espiritual.

¿Qué conexión existe lo material y lo espiritual? ¿Es lo ideal producto de lo material o al contrario? El carácter de esta conexión, de la relación existente entre el pensar y el ser 1, entre lo espiritual y lo material, constituye el problema fundamental de la filosofía.
 
1 El ser es un concepto filosófico que significa la naturaleza, el mundo externo, la realidad. (Ed.)

Esa relación es el problema fundamental de a filosofía porque de la repuesta que se le dé depende la solución de todos los demás problemas filosóficos; el de la unidad del mundo, el del carácter de las leyes de su desarrollo, el de la esencia y, las vías de conocimiento del mundo, etc. Es imposible crear un sistema filosófico y esbozar un cuadro delmundo en su conjunto si resolver el problema fundamental de la filosofía, puesto que nada hay en el mundo fuera de lo material y lo espiritual.

El problema presenta dos aspectos. El primero trata de resolver si la materia es lo primario, o lo es la conciencia, es decir, si es la materia lo que engendra la conciencia o al contrario. El segundo aspecto da repuesta a la cuestión  de si el mundo es cognoscible, si la razón humana es capaz de penetrar en los misterios de la naturaleza, de conocer las leyes de su desarrollo. Si recapacitamos en el contenido de esta cuestión, no es difícil de comprender que sólo se pueden dar dos soluciones diametralmente  opuestas: reconocer como primaria a la materia o bien a la conciencia. Por eso en la filosofía se formaron desde la antigüedad dos tendencias fundamentales: el materialismo y el idealismo.

Los filósofos que consideran que la materia es la primaria y la conciencia secundaria, producto de la materia, se sitúan en el campo del materialismo (de la locución latina materiales). Para ello, la materia es eterna, jamás la ha creado nadie, en el mundo no existen fuerzas sobrenaturales; y la conciencia es producto del desarrollo histórico de la materia, una propiedad de un cuerpo material extraordinariamente complejo: el cerebro humano.

Se sitúan en el campo del idealismo los filósofos que consideran que lo primario es el “espíritu”, la conciencia. Según ellos, la conciencia ha existido antes que la materia y la engendrado, es decir, es la base primaria de todo lo existente. Las opiniones de los idealistas se dividieron ante la cuestión de resolver qué conciencia es la que “crea” el mundo. Los llamados idealistas subjetivos, afirman que el mundo es “creado” por cierta conciencia objetiva (existente fuera del hombre). Aunque en los distintos sistemas filosóficos esta conciencia creadora como “idea absoluta”, como “voluntad universal” etc., no es difícil ver a Dios en ellas.

Las opiniones de los filósofos  se dividieron también al resolver el segundo aspecto del problema fundamental de la filosofía.

El mundo es cognoscible, afirman los materialistas. Los conocimientos del hombre sobre el mundo son fidedignos, su razón es capaz de penetrar en la naturaleza interna de las cosas, conocer su esencia.

Muchos idealistas niegan la cognoscibilidad del mundo. Han recibido en nombre de agnósticos 2. Otros, aunque consideran que el mundo es cognoscible, tergiversan en los hechos la esencia de la cognición. Afirman que el hombre no conoce el mundo objetivo, la naturaleza, sino que sus propias ideas y sentimientos (idealistas subjetivos) o una “idea”, “el espíritu universal” (idealistas objetivos).

2 Del griego α,  no y gnosis, conocimiento (Ed.)

 
A quiénes sirven el materialismo y el idealismo

 
El materialismo moderno es una concepción verdaderamente científica. Ofrece un cuadro verdadero del mundo, presentándolo tal como es en realidad, y por eso es un fiel aliado de la ciencia y de la actividad práctica del hombre, a base de las cuales él mismo ha surgido y se desarrolla. El materialismo es un enemigo inconciliable de la religión: en el mundo donde no existe sino materia en movimiento, no queda lugar para Dios. No es casual que los eclesiásticos hayan perseguido siempre la doctrina materialista y sus adeptos.

El materialismo ha sido y sigue siendo la concepción del mundo de las clases avanzadas de la sociedad, las que se preocupan del progreso de la humanidad y del desarrollo de su economía y su cultura. En la sociedad esclavista las capas democráticas aprovechaban el materialismo para luchar contra la aristocracia, cúspide reaccionaria de la clase esclavista. En el período de establecimiento del capitalismo sirvió de arma ideológica a la burguesía en sus batallas contra los señores feudales y la iglesia. En nuestros días es un poderoso medio de lucha de la parte progresista de la sociedad contra las fuerzas de la reacción imperialista.

El idealismo contradice a la ciencia y está ligado a la religión. Lo mismo que esta, presenta falsamente al mundo, declarándolo irreal e ilusorio. Según Lenín es una vía incubierta y sutil que conduce al oscurantismo clerical. Y es comprensible: el idealismo recubre con enrevesada fraseología  filosófica el mito religioso de la creación del mundo por Dios. Un peligro singular del idealismo consiste en que se disfraza con ropajes científicos y procura apoyarse en la razón del hombre, sin limitarse a la fe ciega como lo hace la religión.

Las conquistas de la ciencia y la práctica ha demostrado hace mucho la inconsistencia del idealismo. Sin embargo, las opiniones idealistas aún encuentran cierta difusión, lo que se explica principalmente por los intereses clasistas de los explotadores.

Las clases dominantes la necesitan como medio de lucha contra el materialismo, como instrumento de los trabajadores. Por eso la apoyan y difunden por todos los medios.

En la sociedad socialista 3 no hay explotadores, por eso no existe gente interesada en el idealismo, y éste no encuentra difusión. La concepción del mundo dominante en el socialismo es la científica, materialista.

En resumen, según el modo de encarar el problema fundamental de la filosofía, los filósofos se dividen en materialistas e idealistas. No obstante, al presentar un cuadro del mundo, cada uno aplica necesariamente un método determinado de conocimiento. Qué es, pues, método?

3. La mayoría de los politólogos  derivan la política a juicios  de  politicones y politiqueros, así como los revisionistas, tienden a confundir la sociedad socialista con los partidos socialistas de la socialdemocracia. La socialdemocracia tiende a ser una  sociedad basada casi al 100% exclusivamente idealista, y se van más al centro derecha, que al centro izquierda y poco o nada tienen que ver con el socialismo materialista, que pertenecen a la izquierda. (A.R.P.)


2.        CONCEPTO DE METODO. DIALECTICA Y METAFISICA
 

El proceso del conocimiento y de la actividad práctica, los hombres se propone determinados fines, se plantean diversas tareas. Pero proponerse un fin o formular una tarea no significa aún alcanzar lo concebido. Es muy importante hallar las vías que conducen mejor al fin propuesto, los modos eficientes de resolver las tareas planteadas. Estas vías, el conjunto de principios y procedimientos de investigación teórica y de actividad práctica, constituyen el método.

Sin aplicar un método determinado es imposible resolver ninguna tarea cinética o práctica. Si queremos, por ejemplo, averiguar la composición química de cualquier sustancia, es necesario, ante todo, conocer el método del análisis químico, es decir, saber aplicar a esas sustancia los reactivos químicos precisos, descomponerla en sus partes integrantes, determinar sus propidades químicas, determinar sus propiedades químicas, etc. Si necesitamos fundir un metal, debemos conocer la tecnología de la fundición, o sea, los procedimientos prácticos que los hombres han elaborado en el proceso de la producción metalúrgica.

La misma necesidad se siente al investigar los fenómenos físicos, ilógicos, etc. Por eso los hombres dedican tanta atención a crear y dominar los métodos de la labor teórica y práctica.

El método no es una suma mecánica de diversos procedimientos de investigación elegidos por los hombres a su antojo, sin relación alguna con los propios fenómenos investigados, sino que está condicionado en gran medida por la naturaleza de esos fenómenos y las leyes que los rigen. Por eso cada campo de la ciencia o de la práctica elabora sus métodos particulares. Los de la física, por ejemplo, se distinguen de los de la química, y estos últimos se distinguen de los métodos de la biología, etc., etc.

Al sintetizar las conquistas de las distintas ciencias y de la práctica de la humanidad, la filosofía científica ha elaborado un método de conocimiento: la dialéctica materialista. Este método de distingue del de las ciencias concretas en que da la clave para comprender no sólo aspectos aislados de la realidad, sino todos los dominios de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, para comprender el mundo en su totalidad.

La palabra “dialéctica” es de origen griego. En la antigüedad entendíase por dialéctica en el arte de averiguar la verdad  en discusión, poniéndoos de manifiesto las  contradicciones implícitas en la argumentación del adversario y superándolas. Posteriormente se entendió como método de conocimiento de la realidad. La dialéctica concibe el mundo en movimiento y desarrollo continuo, es decir, lo ve tal como es, por eso el único método científico. Apoyándose en las conquista de la ciencia y de la historia de la humanidad, la dialéctica afirma que el mundo es un proceso infinito de movimiento, renovación, muerte de lo viejo y nacimiento de lo nuevo. “Ante esta filosofía -escribió F. Engels-, no existe nada definitivo, absoluto, consagrado… En todo pone de relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del devenir y del parecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior” 4, viendo la dialéctica la fuente del movimiento y el desarrollo en las contradicciones internas, inherentes a los propios objetos y fenómenos.

4 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas 1957, páginas 687 (Ed.)

Al explicar el proceso del desarrollo, la lucha de lo nuevo contra lo viejo y la inevitabilidad de la victoria de lo nuevo, la dialéctica sirve a las fueras sociales de vanguardia en su lucha contra los regimenes caducos, contra las fuerzas de la clases reaccionarias. En manos de la clase obrero y de sus partidos marxistas la dialéctica es en nuestros días un instrumento de conociendo y transformación revolucionaria del mundo. 5

5 Los fundamentos de la dialéctica materialista se exponen en los capítulos VI, VII y VIII de este manual.

El método diametralmente opuesto a la dialéctica materialista, es la metafísica. 6

 6 Metafísica (del griego meta, más allá y physica, física) se llamaba un apartado un apartado de la obra filosófica de Aristóteles consagrada al análisis de los fenómenos de carácter especulativos, que en su obra estaba colocada después de la física. Posteriormente se dio por llamar metafísica al método de conocimiento opuesto al dialéctico (Ed.)

El método del pensamiento metafísico surgió primero en las ciencias naturales, y en los siglos XVII y XVIII se difundió también en la filosofía. La metafísica de entonces negaba el desarrollo, el nacimiento de lo nuevo, y entendía el movimiento como un simple desplazamiento de los cuerpos en el espacio. “Para el metafísico –decía Engels- los objetos y sus imágenes en el pensamiento los conceptos, son objetos  de investigación aislados, fijos, inmóviles, enfocando uno tras otro, como algo dado y perenne”. 7Así, por ejemplo, el célebre naturalista sueco Linneo (1717-1778) consideraba que el número de especies vegetales era permanente desde el día de su “creación”, y que desde entonces permanecían inmutables. De ahí dedujo Linneo misión de los naturalistas consistía  únicamente en descubrir el orden establecido en la naturaleza por el “Creador”.

7 F. Engels, Anti-Düring. (Ed). Hemisferio Hs. As. 1956, pág. 24.

La metafísica afirmaba que el movimiento se reducía a simples desplazamientos mecánicos, lo que les indujo a negar todo campo cualitativo en la naturaleza y a conceptuar el desarrollo como un aumento o disminución de lo existente. El filósofo francés Robinet (1735-1820), por ejemplo, consideraba que el hombre adulto no se diferenciaba en nada de su embrión que, según él, contiene ya en proporciones ínfimas todos los órganos y partes del organismo maduro. Por eso entendía el desarrollo del hombre como un simple desenvolvimiento y acrecentamiento de esos órganos y partes embrionarias. La negación de los cambios cualitativos, la comprensión del desarrollo sólo como aumento de disminución  cuantitativa, como una simple repetición de lo ya existente, sin nacimiento de algo nuevo, la renuncia a reconocer las contradicciones internas como fuente del desarrollo, son también aspectos característicos de la metafísica de nuestros días.

Al reconocer el carácter  progresivo del desarrollo, la lucha de lo nuevo contra lo viejo y la victoria inevitable de lo nuevo, la metafísica moderna refleja los intereses de las fuerzas reaccionarias, que la utilizan en la lucha contra todo lo progresista. Se apoyan en la metafísica, por ejemplo, los revisionistas, que renuncian a la lucha de clases, a la revolución socialista y a la dictadura del proletariado, propagan la paz entre explotadores y explotados y la idea de la “integración” pacífica del capitalismo en el socialismo.

La vida cotidiana, la ciencia y la práctica confirman la veracidad de la dialéctica. Su fuerza vital está demostrada de manera particularmente persuasiva por el desarrollo moderno de la sociedad. La victoria completa y definitiva del socialismo en la URSS 8 y su paso al período de construcción del comunismo en todos los frentes, la formación del sistema socialista mundial y del incremento de las fuerzas de la democracia, de la paz y del socialismo son pruebas convincentes del triunfo de la dialéctica marxista.

Obtenida una noción general de lo que es el materialismo y dialéctica, podemos pasar ahora a definir el objeto de la filosofía marxista: el materialismo dialéctico e histórico. 9

8 Lamentablemente el socialismo marxista que después de la revolución rusa se empezó a gestar en la URRS, no se consolidó ni se pudo desarrollar el paso del socialismo al comunismo, debido sobre todo, a factores internos (los contrarrevolucionarios como enemigos internos, seguían estando al acecho); los factores internos no tan fuertes como los internos, y sobre todo, los errores cometidos por el partido socialista de la URRS. (ARP).
9 En este caso sólo se desarrollará la primera parte del Manual de filosofía del académico Víctor Afanasiev: El materialismo dialéctico. (ARP).

 

3.        OBJETO DE LA FILOSOFIA MARXISTA

 
Definir el objeto marxista significa delimitar el círculo de problemas que estudia y aclara en qué se distingue de otras ciencias.

Durante el largo proceso del desarrollo de la filosofía como ciencia su objeto se ha modificado constantemente. En un principio la filosofía incluía todos los conocimientos existentes a la sazón: el mundo en su totalidad, cosas y fenómenos aislados de este mundo, como la tierra, el hombre, los animales, los minerales, etc. Luego, a medida que se desarrollaba la producción y se acumulaban conocimientos científicos, algunas ciencias concretas, particulares, como la mecánica, la física, la química, la geología, la historia, etc.., se fueron desgajando. En la actualidad hay muchas ciencias que estudian los campos más diversos de la realidad.

¿Qué estudia, pues la filosofía marxista?

Su principal objeto es la solución del problema fundamental sobre la relación de pensar y el ser. Ya sabemos que cualquier sistema filosófico resuelve esta cuestión, pero sólo la filosofía marxista ofrece una solución científica, la única acertada y consecuente.

La filosofía del marxismo es el materialismo dialéctico. Es materialista porque considera que la materia, el ser, es lo primario y la conciencia los secundario. Reconoce la materialidad y cognoscibilidad del  mundo, concibe el mundo tal como es la realidad. Es dialéctica porque considera el mundo material en movimiento, desarrollo y renovación constante.

Resuelto así, acertadamente, el problema fundamental de la filosofía, el materialismo dialéctico descubre las leyes más generales del desarrollo del mundo material, leyes que también son objeto de su estudio.

Es sabido que otras ciencias también estudian las leyes del desarrollo del mundo material, pero cada una de ellas abarca un campo de la realidad: la física estudia el calor; la electricidad el magnetismo y otros fenómenos físicos;  la química, los procesos de transformación química de las sustancias; la biología, los procesos que se operan en las plantas y en los animales, etc., etc. Las leyes de estas ciencias caracterizan únicamente el desarrollo de un determinado campo de la realidad y no pueden explicar otros. Tomemos por ejemplo, las leyes de la mecánica. Descubren únicamente la esencia la esencia del movimiento mecánico, del simple desplazamiento de los cuerpos en el espacio. No pueden explicar los procesos químicos, ni los biológicos y otros: Pese en que actúan  en todo los procesos enumerado, no aparecen en ellos con carácter independiente  y están supeditadas a otras leyes que descubren la esencia de dichos procesos (en loo procesos químicos, a las leyes de la química; en los biológicos, a las leyes de la biología).

A diferencia de las ciencias particulares, el materialismo dialéctico estudia las leyes generales a las que se supeditan todas las esferas de la realidad. Así, todos los objetos de la naturaleza inanimada y viva, los fenómenos de la vida social y la conciencia se desarrollan de acuerdo con la ley de la unidad y lucha de contrarios, según la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cambios cualitativo etc. Más adelante examinaremos detenidamente estas y otras leyes.

Forman también parte del objeto de materialismo dialéctico las leyes del proceso de cognición, que son un reflejo de las leyes del mundo objetivo. Al armar al hombre con el conocimiento de la leyes de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, el materialismo dialéctico le señala no sólo los cambios de la cognición, sino también de los de la transformación revolucionaria del mundo.

Así, pues, el materialismo dialéctico es una ciencia que descubre, sobre la base de una acertada solución del problema fundamental de la filosofía, las leyes dialécticas más generales del desarrollo del mundo material, las vías de conocimiento y de la transformación revolucionarias del mismo.

Antes de Marx, los filósofos intentaron asimismo descubrir las leyes generales del desarrollo, esbozar un cuadro único y completo del mundo, y muchos alcanzaron algunos éxitos. Pero no estuvieron de ofrecer un cuadro verdaderamente científico del  mundo. A unos se lo impidieron sus concepciones idealista; as otros, lo limitado del método metafísico. Además (y esto es lo más importante), todos estaban lejos de la lucha contrarrevolucionaria, de los intereses del pueblo trabajador.

La participación activa de Marx y Engels en la lucha revolucionaria de la clase obrera, su servicio abnegado al pueblo y su gran conocimiento de la ciencia y de la filosofía les permitieron descubrir esas leyes generales y la esencia dialéctica de la realidad.

Es importante recalcar que Marx y Engels descubrieron el carácter materialista del desarrollo de la vida social. Crearon el materialismo histórico, teoría científica del desarrollo social, método del conocimiento y transformación revolucionaria de la sociedad. El materialismo histórico, que representa la ciencia de las leyes más generales del desarrollo de la sociedad, es parte integrante de la filosofía marxista.

 
La filosofía marxista y las otras ciencias

 
Como sabemos actualmente, las leyes del materialismo dialéctico presentan un carácter general, universal. Actúan en todas partes, tanto en la naturaleza inanimada como en los organismos vivos, en el hombre y en su pensamiento.  Este carácter universal de las leyes de la filosofía marxista tiene una importancia excepcional; se pueden aprovechar con éxito par conocer los fenómenos más diversos del  mundo. De ahí la inmensa importancia del materialismo dialéctico para el desarrollo de las otras ciencias. Puesto que ha surgido en base a los adelantos de la práctica y los éxitos de las ciencias concretas, particulares, y en la generación de dichos adelantos, el materialismo dialéctico contribuye al desarrollo de esas ciencia y pertrecha al investigador con un método científico sin eximirlo de la necesidad de estudiar profundamente las ciencias concretas de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

Algunos representantes de la moderna filosofía burguesa (los llamados positivistas) niegan la importancia que tiene la filosofía, la concepción científica del mundo, para el desarrollo de la ciencia y tergiversan la esencia de la interdependencia de la ciencia y la filosofía. Partidarios del saber científico “positivo” (aplicado), apartan la filosofía de la ciencia, procurando demostrar  que ésta no necesita de ninguna filosofía en general, que “a ciencia es por sí filosofía”.

La historia de la filosofía y de la ciencia refuta las opiniones positivistas. Demuestra que una y otra son inseparables. El pensador ruso Herzen comparó  la filosofía con el grueso tronco de un árbol; y la ciencia con sus numerosas ramas. Del mismo modo que el árbol no existe sin tronco ni ramas, no se puede concebir la ciencia sin filosofía y viceversa. “Si quitáis las ramas –decía- , no quedará más que unn tronco muerto; si quitáis el tronco, las ramas caerán.  10

10 A. Herzen, Obras filosóficas escogidas, ed., en español, Moscú 1956, pág. 108.

A medida que se desarrollan las ciencias naturales, se van estrechando cada vez más su nexo e interdependencia con la filosofía. Este nexo es particularmente vigoroso en nuestros días, cuando la ciencia resuelve problemas tan complejos como el de la naturaleza de las partículas “elementos” de la materia, del origen de la vida, del desarrollo de los cuerpos cósmicos y muchos otros. En el siglo de las conquistas científicas más grades, es imposible eludir las generalizaciones filosóficas; el enorme progreso de las ciencias naturales y la profunda trasformación revolucionaria que están experimentado, exigen una estrecha unión de la filosofía y la ciencia. En estas condiciones el naturalista debe ser materialista dialéctico.

No es casual, pues, que cada vez más naturallistas se hagan partidarios concientes de la filosofía marxista. Esta los ayuda a orientarse en el mundo objetivo, a ver constantemente un carácter material y a tener en cuenta la dialéctica de la naturaleza en las búsquedas científicas concretas.
 

4.        ARMA TEORICA DE PROLETARIADO

 
El materialismo dialéctico surgió y se desarrolla como un arma teórica, ideológica, del proletariado en su lucha contra el capitalismo, por el socialismo y el comunismo. La filosofía del marxismo es revolucionaria por esencia.  Puesto que no reconoce como inalterables los órdenes sociales, ni eternos los pilares de la propiedad privada, fundamenta teóricamente la muerte inevitable del capitalismo y la victoria del nuevo sistema, el socialismo; señalando las vías   y medios para construir el socialismo y el comunismo.

En esta época de la revolución social, del tránsito del capitalismo al socialismo, es particularmente necesario dominar la filosofía del marxismo. Ayuda a los “partidos marxistas” a orientarse en la complicadísima existente, a analizar científicamente  y, de acuerdo con ello, a enunciar las tareas más importantes  y buscar los caminos más eficaces para resolverlos.

La filosofía del marxismo puede ser un instrumento  de conocimiento y transformación del mundo, únicamente si se enfoca de un modo creador, si se tiene rigurosamente en cuenta las condiciones históricas concretas en que se manifiestan sus leyes y principios. Dominarla no significa aprenderse simplemente sus tesis y conclusiones, sino comprender su esencia, saber aplicarla en la práctica.

La actividad del partido comunista en la Unión Soviética es un modelote atinada aplicación de la filosofía revolucionaria del marxismo-leninismo. Su capacidad  para considerar sensatamente las condiciones históricas y la correlación de fuerzas de las clases, saber variar la estrategia y la técnica conforme se operan cambios objetivos. y fundir orgánicamente los principios del marxismo leninismo con la práctica revolucionaria concreta, han asegurado la victoria  del alcance histórico universal del socialismo en URSS  y creado las condiciones innecesarias para entrar en un nuevo periodo de desarrollo: el de la edificación del comunismo en todos los frentes. 11

11 Su falta de capacidad en la última década del partido de la URSS  para considerar sensatamente las condiciones  históricas y  saber variar la estrategia y la técnica conforme se  operan cambios objetivos, fue uno de los factores principales de la caída del heroico pueblo de la Unión Soviética. (ARP) .
 
FECHA: 21 de diciembre de 2015

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