MANUAL DE MATERIALISMO DIALECTICO
Prólogo
Con objeto dar a conocer a todos
aquellos que quieran adquirir conocimientos
sobre el materialismo dialéctico, voy a transcribir el Manual de Filosofía de Víctor Afanasiev *, marxista soviético, en lo relativo a la 1ª
parte de su manual que trata sobre la Dialéctica materialista. La segunda del
mencionado Manual trata del Materialismo histórico, que si tengo fuerza y tiempo, tataré también de
transcribirlo.
Como el Manual de Filosofía de Víctor
Afanasiev es algo profuso, se irá transcribiendo y pasando al Blogger por
capítulos, al objeto de leerlo minuciosamente y, a la vez, sea atrayente para
todos aquellos lectores que deseen adquirir conocimiento sobre la filosofía del
materialismo dialéctico.
A.R.P.
*Víctor
Afanasiev, nació el 18 de noviembre de 1922, en la Unión Soviética y falleció el
10 de abril de 1994, en Moscú (Rusia) doctor en filosofía de la Academia de Ciencias de la URSS , se hizo conocido en
occidente por este manual, considero es útil por su sintético y entendible
desarrollo que ayuda a comprender la filosofía del socialismo científico. El
autor desarrolla ordenada y correctamente, la definición de materia, sus formas
de existencia, las leyes de la dialéctica y la teoría del conocimiento según el
marxismo.
Introducción
Capítulo I
La filosofía marxista como cualquiera otra ciencia, tiene su
objeto de estudio. Pero antes de hablar de esta materia examinemos que
cuestiones debe resolver no sólo la filosofía marxista, sino cualquier otra: La
principal es el problema fundamental de
la filosofía.
1.
EL PROBLEMA FUNDAMENTAL DE LA FILOSOFIA.
OPOSICIÓN DEL MATERIALISMO Y EL
IDEALISMO
La
filosofía es la ciencia más antigua. La historia conoce numerosos sistemas
filosóficos, que surgieron en diversas condiciones históricas y países y fueron
creados por representantes de las clases y grupos sociales más diversos. ¿Cómo
orientarse en medio de esa variedad de sistemas, cómo aclarar su valor
científico y determinar en lugar de cada uno en la historia del pensamiento
filosófico? Para ello es necesario, ante todo, ver de qué modo uno u otro sistema filosófico, uno u
otro filósofo, resuelven del problema fundamental de la filosofía.
Si
observamos atentamente el mundo que nos rodea, podremos notar que todos sus
objetos y fenómenos son materiales o
ideales, espirituales. Lo que existe
objetivamente, o sea, lo que existe fuera de la conciencia del hombre e
independientemente de él (los objetos y los fenómenos que se producen en la
tierra, los innumerables cuerpos del universo, etc.) son fenómenos materiales. Lo que existe en la conciencia del hombre constituye el dominio de su actividad
psíquica (pensamientos, emociones, sentimientos, etc.), y tienen relación con
la esfera de lo ideal, de lo espiritual.
¿Qué
conexión existe lo material y lo espiritual? ¿Es lo ideal producto de lo
material o al contrario? El carácter de
esta conexión, de la relación existente entre el pensar y el ser 1, entre
lo espiritual y lo material, constituye el problema fundamental de la
filosofía.
1
El
ser es un concepto filosófico que significa la naturaleza, el mundo externo, la
realidad. (Ed.)
Esa
relación es el problema fundamental de a filosofía porque de la repuesta que se
le dé depende la solución de todos los demás problemas filosóficos; el de la
unidad del mundo, el del carácter de las leyes de su desarrollo, el de la
esencia y, las vías de conocimiento del mundo, etc. Es imposible crear un
sistema filosófico y esbozar un cuadro delmundo en su conjunto si resolver el
problema fundamental de la filosofía, puesto que nada hay en el mundo fuera de
lo material y lo espiritual.
El
problema presenta dos aspectos. El primero trata de resolver si la materia es lo
primario, o lo es la conciencia, es
decir, si es la materia lo que engendra la conciencia o al contrario. El
segundo aspecto da repuesta a la cuestión de si el
mundo es cognoscible, si la razón humana es capaz de penetrar en los
misterios de la naturaleza, de conocer las leyes de su desarrollo. Si
recapacitamos en el contenido de esta cuestión, no es difícil de comprender que
sólo se pueden dar dos soluciones diametralmente opuestas: reconocer
como primaria a la materia o bien a la conciencia. Por eso en la filosofía
se formaron desde la antigüedad dos tendencias fundamentales: el materialismo y el idealismo.
Los
filósofos que consideran que la materia
es la primaria y la conciencia secundaria, producto de la materia, se
sitúan en el campo del materialismo (de la locución latina materiales). Para ello, la materia
es eterna, jamás la ha creado nadie, en el mundo no existen fuerzas
sobrenaturales; y la conciencia es
producto del desarrollo histórico de la materia, una propiedad de un cuerpo
material extraordinariamente complejo: el
cerebro humano.
Se
sitúan en el campo del idealismo los filósofos que consideran que lo primario
es el “espíritu”, la conciencia.
Según ellos, la conciencia ha existido antes que la materia y la engendrado, es
decir, es la base primaria de todo lo existente. Las opiniones de los
idealistas se dividieron ante la cuestión de resolver qué conciencia es la que
“crea” el mundo. Los llamados idealistas
subjetivos, afirman que el mundo es “creado” por cierta conciencia objetiva
(existente fuera del hombre). Aunque en los distintos sistemas filosóficos esta
conciencia creadora como “idea absoluta”, como “voluntad universal” etc., no es
difícil ver a Dios en ellas.
Las
opiniones de los filósofos se dividieron
también al resolver el segundo aspecto del problema fundamental de la
filosofía.
El mundo es cognoscible, afirman los materialistas. Los conocimientos del
hombre sobre el mundo son fidedignos, su razón es capaz de penetrar en la
naturaleza interna de las cosas, conocer su esencia.
Muchos
idealistas niegan la cognoscibilidad del
mundo. Han recibido en nombre de agnósticos 2. Otros, aunque
consideran que el mundo es cognoscible, tergiversan en los hechos la esencia de
la cognición. Afirman que el hombre no conoce el mundo objetivo, la naturaleza,
sino que sus propias ideas y sentimientos (idealistas subjetivos) o una “idea”,
“el espíritu universal” (idealistas objetivos).
2 Del griego α, no y gnosis, conocimiento (Ed.)
A quiénes sirven el materialismo y el
idealismo
El
materialismo moderno es una concepción verdaderamente científica. Ofrece un
cuadro verdadero del mundo, presentándolo tal como es en realidad, y por eso es
un fiel aliado de la ciencia y de la actividad práctica del hombre, a base de
las cuales él mismo ha surgido y se desarrolla. El materialismo es un enemigo
inconciliable de la religión: en el mundo donde no existe sino materia en
movimiento, no queda lugar para Dios. No es casual que los eclesiásticos hayan
perseguido siempre la doctrina materialista y sus adeptos.
El
materialismo ha sido y sigue siendo la concepción del mundo de las clases
avanzadas de la sociedad, las que se preocupan del progreso de la humanidad y
del desarrollo de su economía y su cultura. En la sociedad esclavista las capas
democráticas aprovechaban el materialismo para luchar contra la aristocracia,
cúspide reaccionaria de la clase esclavista. En el período de establecimiento
del capitalismo sirvió de arma ideológica a la burguesía en sus batallas contra
los señores feudales y la iglesia. En nuestros días es un poderoso medio de
lucha de la parte progresista de la sociedad contra las fuerzas de la reacción
imperialista.
El
idealismo contradice a la ciencia y está ligado a la religión. Lo mismo que
esta, presenta falsamente al mundo, declarándolo irreal e ilusorio. Según Lenín
es una vía incubierta y sutil que conduce
al oscurantismo clerical. Y es comprensible: el idealismo recubre con
enrevesada fraseología filosófica el
mito religioso de la creación del mundo por Dios. Un peligro singular del
idealismo consiste en que se disfraza con ropajes científicos y procura apoyarse en la razón del hombre, sin
limitarse a la fe ciega como lo hace la religión.
Las
conquistas de la ciencia y la práctica ha demostrado hace mucho la
inconsistencia del idealismo. Sin embargo, las opiniones idealistas aún
encuentran cierta difusión, lo que se explica principalmente por los intereses
clasistas de los explotadores.
Las
clases dominantes la necesitan como medio de lucha contra el materialismo, como
instrumento de los trabajadores. Por eso la apoyan y difunden por todos los
medios.
En
la sociedad socialista 3 no hay explotadores, por eso no existe
gente interesada en el idealismo, y éste no encuentra difusión. La concepción
del mundo dominante en el socialismo es la científica, materialista.
En
resumen, según el modo de encarar el problema fundamental de la filosofía, los
filósofos se dividen en materialistas e idealistas. No obstante, al presentar
un cuadro del mundo, cada uno aplica necesariamente un método determinado de conocimiento. Qué es, pues, método?
3. La mayoría de los politólogos derivan la política a juicios de
politicones y politiqueros, así como los revisionistas, tienden a confundir
la sociedad socialista con los partidos socialistas de la socialdemocracia. La
socialdemocracia tiende a ser una
sociedad basada casi al 100% exclusivamente idealista, y se van más al
centro derecha, que al centro izquierda y poco o nada tienen que ver con el socialismo
materialista, que pertenecen a la izquierda. (A.R.P.)
2.
CONCEPTO DE
METODO. DIALECTICA Y METAFISICA
El
proceso del conocimiento y de la actividad práctica, los hombres se propone
determinados fines, se plantean diversas tareas. Pero proponerse un fin o
formular una tarea no significa aún alcanzar lo concebido. Es muy importante
hallar las vías que conducen mejor al fin propuesto, los modos eficientes de
resolver las tareas planteadas. Estas vías, el conjunto de principios y
procedimientos de investigación teórica y de actividad práctica, constituyen el
método.
Sin
aplicar un método determinado es imposible resolver ninguna tarea cinética o
práctica. Si queremos, por ejemplo, averiguar la composición química de
cualquier sustancia, es necesario, ante todo, conocer el método del análisis
químico, es decir, saber aplicar a esas sustancia los reactivos químicos
precisos, descomponerla en sus partes integrantes, determinar sus propidades
químicas, determinar sus propiedades químicas, etc. Si necesitamos fundir un
metal, debemos conocer la tecnología de la fundición, o sea, los procedimientos
prácticos que los hombres han elaborado en el proceso de la producción
metalúrgica.
La
misma necesidad se siente al investigar los fenómenos físicos, ilógicos, etc.
Por eso los hombres dedican tanta atención a crear y dominar los métodos de la
labor teórica y práctica.
El
método no es una suma mecánica de diversos procedimientos de investigación
elegidos por los hombres a su antojo, sin relación alguna con los propios
fenómenos investigados, sino que está condicionado en gran medida por la
naturaleza de esos fenómenos y las leyes que los rigen. Por eso cada campo de
la ciencia o de la práctica elabora sus métodos particulares. Los de la física,
por ejemplo, se distinguen de los de la química, y estos últimos se distinguen
de los métodos de la biología, etc., etc.
Al
sintetizar las conquistas de las distintas ciencias y de la práctica de la
humanidad, la filosofía científica ha elaborado un método de conocimiento: la dialéctica materialista. Este método de
distingue del de las ciencias concretas en que da la clave para comprender no
sólo aspectos aislados de la realidad, sino todos los dominios de la
naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, para comprender el mundo en su
totalidad.
La
palabra “dialéctica” es de origen griego. En la antigüedad entendíase por
dialéctica en el arte de averiguar la
verdad en discusión, poniéndoos de
manifiesto las contradicciones
implícitas en la argumentación del adversario y superándolas. Posteriormente se
entendió como método de conocimiento de la realidad. La dialéctica concibe el
mundo en movimiento y desarrollo continuo, es decir, lo ve tal como es, por eso
el único método científico. Apoyándose en las conquista de la ciencia y de la
historia de la humanidad, la dialéctica afirma que el mundo es un proceso
infinito de movimiento, renovación, muerte de lo viejo y nacimiento de lo
nuevo. “Ante esta filosofía -escribió F. Engels-, no existe nada definitivo, absoluto, consagrado… En todo pone de
relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el proceso
ininterrumpido del devenir y del parecer, un ascenso sin fin de lo inferior a
lo superior” 4, viendo
la dialéctica la fuente del movimiento y el desarrollo en las contradicciones
internas, inherentes a los propios objetos y fenómenos.
4 C. Marx y F.
Engels, Obras escogidas 1957, páginas 687 (Ed.)
Al
explicar el proceso del desarrollo, la lucha de lo nuevo contra lo viejo y la
inevitabilidad de la victoria de lo nuevo, la dialéctica sirve a las fueras
sociales de vanguardia en su lucha contra los regimenes caducos, contra las
fuerzas de la clases reaccionarias. En manos de la clase obrero y de sus
partidos marxistas la dialéctica es en nuestros días un instrumento de
conociendo y transformación revolucionaria del mundo. 5
5 Los fundamentos
de la dialéctica materialista se exponen en los capítulos VI, VII y VIII de
este manual.
El
método diametralmente opuesto a la dialéctica materialista, es la metafísica. 6
6
Metafísica
(del griego meta, más allá y physica, física) se llamaba un apartado un
apartado de la obra filosófica de Aristóteles consagrada al análisis de los
fenómenos de carácter especulativos, que en su obra estaba colocada después de
la física. Posteriormente se dio por llamar metafísica al método de conocimiento
opuesto al dialéctico (Ed.)
El
método del pensamiento metafísico surgió primero en las ciencias naturales, y
en los siglos XVII y XVIII se difundió también en la filosofía. La metafísica
de entonces negaba el desarrollo, el nacimiento de lo nuevo, y entendía el
movimiento como un simple desplazamiento de los cuerpos en el espacio. “Para el metafísico –decía Engels- los
objetos y sus imágenes en el pensamiento los conceptos, son objetos de investigación aislados, fijos, inmóviles,
enfocando uno tras otro, como algo dado y perenne”. 7Así, por
ejemplo, el célebre naturalista sueco Linneo
(1717-1778) consideraba que el número de especies vegetales era permanente
desde el día de su “creación”, y que desde entonces permanecían inmutables. De
ahí dedujo Linneo misión de los
naturalistas consistía únicamente en
descubrir el orden establecido en la naturaleza por el “Creador”.
7 F. Engels, Anti-Düring. (Ed). Hemisferio Hs. As.
1956, pág. 24.
La
metafísica afirmaba que el movimiento se reducía a simples desplazamientos
mecánicos, lo que les indujo a negar todo campo cualitativo en la naturaleza y
a conceptuar el desarrollo como un aumento o disminución de lo existente. El
filósofo francés Robinet (1735-1820),
por ejemplo, consideraba que el hombre adulto no se diferenciaba en nada de su
embrión que, según él, contiene ya en proporciones ínfimas todos los órganos y partes
del organismo maduro. Por eso entendía el desarrollo del hombre como un simple
desenvolvimiento y acrecentamiento de esos órganos y partes embrionarias. La
negación de los cambios cualitativos, la comprensión del desarrollo sólo como
aumento de disminución cuantitativa,
como una simple repetición de lo ya existente, sin nacimiento de algo nuevo, la
renuncia a reconocer las contradicciones internas como fuente del desarrollo,
son también aspectos característicos de la metafísica de nuestros días.
Al
reconocer el carácter progresivo del
desarrollo, la lucha de lo nuevo contra lo viejo y la victoria inevitable de lo
nuevo, la metafísica moderna refleja los intereses de las fuerzas
reaccionarias, que la utilizan en la lucha contra todo lo progresista. Se
apoyan en la metafísica, por ejemplo, los
revisionistas, que renuncian a la lucha de clases, a la revolución
socialista y a la dictadura del proletariado, propagan la paz entre
explotadores y explotados y la idea de la “integración” pacífica del
capitalismo en el socialismo.
La
vida cotidiana, la ciencia y la práctica confirman la veracidad de la
dialéctica. Su fuerza vital está demostrada de manera particularmente
persuasiva por el desarrollo moderno de la sociedad. La victoria completa y
definitiva del socialismo en la
URSS 8 y su paso al período de construcción del
comunismo en todos los frentes, la formación del sistema socialista mundial y
del incremento de las fuerzas de la democracia, de la paz y del socialismo son
pruebas convincentes del triunfo de la dialéctica marxista.
Obtenida
una noción general de lo que es el materialismo y dialéctica, podemos pasar
ahora a definir el objeto de la filosofía marxista: el materialismo dialéctico
e histórico. 9
8 Lamentablemente
el socialismo marxista que después de la revolución rusa se empezó a gestar en la URRS , no se consolidó ni se
pudo desarrollar el paso del socialismo al comunismo, debido sobre todo, a
factores internos (los contrarrevolucionarios como enemigos internos, seguían
estando al acecho); los factores internos no tan fuertes como los internos, y
sobre todo, los errores cometidos por el partido socialista de la URRS. (ARP).
9 En este caso sólo
se desarrollará la primera parte del Manual de filosofía del académico Víctor
Afanasiev: El materialismo dialéctico. (ARP).
3.
OBJETO DE LA FILOSOFIA MARXISTA
Definir
el objeto marxista significa delimitar el círculo de problemas que estudia y
aclara en qué se distingue de otras ciencias.
Durante
el largo proceso del desarrollo de la filosofía como ciencia su objeto se ha
modificado constantemente. En un principio la filosofía incluía todos los
conocimientos existentes a la sazón: el mundo en su totalidad, cosas y
fenómenos aislados de este mundo, como la tierra, el hombre, los animales, los
minerales, etc. Luego, a medida que se desarrollaba la producción y se
acumulaban conocimientos científicos, algunas ciencias concretas, particulares,
como la mecánica, la física, la química, la geología, la historia, etc.., se
fueron desgajando. En la actualidad hay muchas ciencias que estudian los campos
más diversos de la realidad.
¿Qué
estudia, pues la filosofía marxista?
Su
principal objeto es la solución del problema fundamental sobre la relación de
pensar y el ser. Ya sabemos que cualquier sistema filosófico resuelve esta
cuestión, pero sólo la filosofía marxista ofrece una solución científica, la
única acertada y consecuente.
La
filosofía del marxismo es el materialismo
dialéctico. Es materialista porque
considera que la materia, el ser, es lo primario
y la conciencia los secundario.
Reconoce la materialidad y cognoscibilidad del
mundo, concibe el mundo tal como es la realidad. Es dialéctica porque considera el mundo material en movimiento,
desarrollo y renovación constante.
Resuelto
así, acertadamente, el problema fundamental de la filosofía, el materialismo
dialéctico descubre las leyes más
generales del desarrollo del mundo material, leyes que también son objeto
de su estudio.
Es
sabido que otras ciencias también estudian las leyes del desarrollo del mundo
material, pero cada una de ellas abarca un campo de la realidad: la física
estudia el calor; la electricidad el magnetismo y otros fenómenos físicos; la química, los procesos de transformación
química de las sustancias; la biología, los procesos que se operan en las
plantas y en los animales, etc., etc. Las leyes de estas ciencias caracterizan
únicamente el desarrollo de un determinado campo de la realidad y no pueden
explicar otros. Tomemos por ejemplo, las leyes de la mecánica. Descubren
únicamente la esencia la esencia del movimiento mecánico, del simple
desplazamiento de los cuerpos en el espacio. No pueden explicar los procesos
químicos, ni los biológicos y otros: Pese en que actúan en todo los procesos enumerado, no aparecen
en ellos con carácter independiente y
están supeditadas a otras leyes que descubren la esencia de dichos procesos (en
loo procesos químicos, a las leyes de la química; en los biológicos, a las
leyes de la biología).
A
diferencia de las ciencias particulares, el materialismo dialéctico estudia las
leyes generales a las que se
supeditan todas las esferas de la realidad. Así, todos los objetos de la
naturaleza inanimada y viva, los fenómenos de la vida social y la conciencia se
desarrollan de acuerdo con la ley de la unidad y lucha de contrarios,
según la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cambios cualitativo
etc. Más adelante examinaremos detenidamente estas y otras leyes.
Forman
también parte del objeto de materialismo dialéctico las leyes del proceso de
cognición, que son un reflejo de las leyes del mundo objetivo. Al armar al
hombre con el conocimiento de la leyes de la naturaleza, de la sociedad y del
pensamiento, el materialismo dialéctico le señala no sólo los cambios de la
cognición, sino también de los de la transformación
revolucionaria del mundo.
Así,
pues, el materialismo dialéctico es una ciencia que descubre, sobre la base de
una acertada solución del problema fundamental de la filosofía, las leyes
dialécticas más generales del desarrollo del mundo material, las vías de conocimiento
y de la transformación revolucionarias del mismo.
Antes
de Marx, los filósofos intentaron asimismo descubrir las leyes generales del
desarrollo, esbozar un cuadro único y completo del mundo, y muchos alcanzaron
algunos éxitos. Pero no estuvieron de ofrecer un cuadro verdaderamente
científico del mundo. A unos se lo
impidieron sus concepciones idealista; as otros, lo limitado del método
metafísico. Además (y esto es lo más importante), todos estaban lejos de la
lucha contrarrevolucionaria, de los intereses del pueblo trabajador.
La
participación activa de Marx y Engels en la lucha revolucionaria de la
clase obrera, su servicio abnegado al pueblo y su gran conocimiento de la
ciencia y de la filosofía les permitieron descubrir esas leyes generales y la
esencia dialéctica de la realidad.
Es
importante recalcar que Marx y Engels descubrieron el carácter materialista del
desarrollo de la vida social. Crearon el materialismo
histórico, teoría científica del desarrollo social, método del conocimiento
y transformación revolucionaria de la sociedad. El materialismo histórico, que
representa la ciencia de las leyes más
generales del desarrollo de la sociedad, es parte integrante de la
filosofía marxista.
La filosofía marxista y las otras
ciencias
Como
sabemos actualmente, las leyes del materialismo dialéctico presentan un
carácter general, universal. Actúan en todas partes, tanto en la naturaleza
inanimada como en los organismos vivos, en el hombre y en su pensamiento. Este carácter universal de las leyes de la
filosofía marxista tiene una importancia excepcional; se pueden aprovechar con
éxito par conocer los fenómenos más diversos del mundo. De ahí la inmensa importancia del
materialismo dialéctico para el desarrollo de las otras ciencias. Puesto que ha
surgido en base a los adelantos de la práctica y los éxitos de las ciencias
concretas, particulares, y en la generación de dichos adelantos, el
materialismo dialéctico contribuye al desarrollo de esas ciencia y pertrecha al
investigador con un método científico sin eximirlo de la necesidad de estudiar
profundamente las ciencias concretas de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.
Algunos
representantes de la moderna filosofía burguesa (los llamados positivistas) niegan la importancia que
tiene la filosofía, la concepción científica del mundo, para el desarrollo de
la ciencia y tergiversan la esencia de la interdependencia de la ciencia y la
filosofía. Partidarios del saber científico “positivo” (aplicado), apartan la filosofía de la ciencia,
procurando demostrar que ésta no
necesita de ninguna filosofía en general, que “a ciencia es por sí filosofía”.
La
historia de la filosofía y de la ciencia refuta las opiniones positivistas.
Demuestra que una y otra son inseparables. El pensador ruso Herzen comparó la filosofía con el grueso tronco de un
árbol; y la ciencia con sus numerosas ramas. Del mismo modo que el árbol no
existe sin tronco ni ramas, no se puede concebir la ciencia sin filosofía y
viceversa. “Si quitáis las ramas –decía- , no quedará más que unn tronco
muerto; si quitáis el tronco, las ramas caerán. 10
10
A. Herzen, Obras filosóficas escogidas, ed., en
español, Moscú 1956, pág. 108.
A
medida que se desarrollan las ciencias naturales, se van estrechando cada vez
más su nexo e interdependencia con la filosofía. Este nexo es particularmente
vigoroso en nuestros días, cuando la ciencia resuelve problemas tan complejos
como el de la naturaleza de las partículas “elementos”
de la materia, del origen de la vida, del desarrollo de los cuerpos cósmicos y
muchos otros. En el siglo de las conquistas científicas más grades, es
imposible eludir las generalizaciones filosóficas; el enorme progreso de las
ciencias naturales y la profunda trasformación revolucionaria que están
experimentado, exigen una estrecha unión de la filosofía y la ciencia. En estas
condiciones el naturalista debe ser materialista dialéctico.
No
es casual, pues, que cada vez más naturallistas se hagan partidarios concientes
de la filosofía marxista. Esta los ayuda a orientarse en el mundo objetivo, a
ver constantemente un carácter material y a tener en cuenta la dialéctica de la
naturaleza en las búsquedas científicas concretas.
4.
ARMA TEORICA DE
PROLETARIADO
El
materialismo dialéctico surgió y se desarrolla como un arma teórica,
ideológica, del proletariado en su lucha contra el capitalismo, por el
socialismo y el comunismo. La filosofía del marxismo es revolucionaria por esencia.
Puesto que no reconoce como inalterables los órdenes sociales, ni
eternos los pilares de la propiedad privada, fundamenta teóricamente la muerte
inevitable del capitalismo y la victoria del nuevo sistema, el socialismo;
señalando las vías y medios para
construir el socialismo y el comunismo.
En
esta época de la revolución social, del tránsito del capitalismo al socialismo,
es particularmente necesario dominar la filosofía del marxismo. Ayuda a los
“partidos marxistas” a orientarse en la complicadísima existente, a analizar
científicamente y, de acuerdo con ello,
a enunciar las tareas más importantes y
buscar los caminos más eficaces para resolverlos.
La
filosofía del marxismo puede ser un instrumento
de conocimiento y transformación del mundo, únicamente si se enfoca de un modo creador, si se tiene rigurosamente en cuenta las
condiciones históricas
concretas en que se manifiestan sus leyes y principios. Dominarla no
significa aprenderse simplemente sus tesis y conclusiones, sino comprender su
esencia, saber aplicarla en la práctica.
La
actividad del partido comunista en la Unión Soviética es
un modelote atinada aplicación de la filosofía revolucionaria del
marxismo-leninismo. Su capacidad para considerar sensatamente las condiciones
históricas y la correlación de fuerzas de las clases, saber variar la
estrategia y la técnica conforme se operan cambios objetivos. y fundir
orgánicamente los principios del marxismo leninismo con la práctica
revolucionaria concreta, han asegurado la victoria del alcance histórico universal del
socialismo en URSS y creado las
condiciones innecesarias para entrar en un nuevo periodo de desarrollo: el de
la edificación del comunismo en todos los frentes. 11
11 Su falta de capacidad en la última década
del partido de la URSS para considerar sensatamente las
condiciones históricas y saber variar la estrategia y la técnica
conforme se operan cambios objetivos,
fue uno de los factores principales de la caída del heroico pueblo de la Unión Soviética. (ARP) .
FECHA: 21 de diciembre de 2015
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