miércoles, 16 de julio de 2014

FORMACION SOCIOECONOMICA CAPITALISTA



FORMACION SOCIECONOMICA CAPITALISTA   *


La formación socioeconómica capitalista empezó a surgir en los últimos estertores del hundimiento de la formación socioeconómica feudalcita. Algunas excepciones surgieron el siglo XVI y XV d.d.n.e En los albores del siglo XVI d.d.n.e fue cuando verdaderamente surgió el modo de producción capitalista, hasta el siglo XX I d.d.n.e.


MODO CAPITALISTA  DE PRODUCCION




Fundamentos generales  del modo capitalista de producción. El capitalismo es un régimen socioeconómico que se basa en el continuo desarrollo de la propiedad privada sobre la base de un  nivel nuevo y más elevado (en comparación con el feudalismo) de las fuerzas productivas. La esencia de las relaciones capitalistas consiste en que los medios decisivos de producción pertenecen a los capitalistas, mientras que los obreros están privados de los medios de producción y son libres jurídicamente. A fin de procurarse sus medios de subsistencia, lo obreros tienen que vender a los capitalistas su fuerza de trabajo. Por tanto, el capitalismo es un régimen económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado.

En su desarrollo, el capitalismo pasa por una serie de fases consecutivas. Partiendo de la profunda investigación científica, Marx llego a la conclusión de que el capitalismo es un régimen social históricamente pasajero. Lo mismo que las formaciones socioeconómicas  precedentes, el capitalismo surge, se desarrolla y perece. La previsión de Marx acerca de la inevitable sustitución del capitalismo con el socialismo, expresada ya en el período de la prosperidad de lasa relaciones capitalistas, se vio confirmada enteramente en el curso del desarrollo histórico. Se han visto confirmadas asimismo las tesis formuladas por Lenin acerca de que el capitalismo monopolista es la última fase del capitalismo, la víspera de la revolución socialista.

El capitalismo contemporáneo es el capitalismo  monopolista del período de la crisis general  del capitalismo, existente  en la época de la lucha entre los dos sistemas mundiales. Sus fundamentos son los mismos de antes: las relaciones de propiedad capitalista privada y la explotación del trabajo asalariado siguen siendo las dominantes y adquieren formas que responden a una fase superior del desarrollo del carácter social del proceso de producción.

La teoría de las leyes económicas a que obedece el capitalismo fue fundad por Marx y Engels, y en lo sucesivo desarrollada por Lenin. A  la investigación de las leyes del desarrollo  del modo capitalista de producción está consagrad el principal trabajo de Marx: El Capital. El análisis de la fase superior y última del capitalismo –el imperialismo lo ofreció Lenin en su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo y otros trabajos. Las peculiaridades de la etapa contemporánea  del desarrollo de capitalismo se exponen en los documentos de Partido Comunista de la Unión Soviética ** y de los partidos marxistas-leninistas de otros países.

Pese a todos lodos los cambios que ha experimentado el capitalismo, las leyes objetivas que expresan sus fundamentos generales y caracterizan la esencia de las relaciones capitalistas de producción se mantienen. Para comprender las leyes objetivas a que obedece el capitalismo es preciso, apoyándose en la doctrina de Marx, analizar, en primer término los fundamentos generales del modo capitalista de producción formadnos en la época de la libre competencia, es decir, del capitalismo premonopolista. A tal fin es preciso poner al descubierto las peculiaridades principales del proceso capitalista de producción, pasar luego a la investigación  de las leyes objetivas del proceso de la circulación del capital y, por fin, examinar los procesos de la producción y la circulación de capitalistas en conjunto, en su unidad, revelar las formas concretas del movimiento del capital y comprender el nacimiento y el desarrollo de la etapa siguiente del capitalismo, su fase imperialista, que posee sus leyes objetivas propias, surgidas al cambiar sustancialmente de la sociedad capitalista.


El carácter general de la producción mercantil bajo el capitalismo. Bajo el capitalismo, la producción de mercancías  adquiere un carácter general. Se convierte en mercancía no ya sólo el artículo hechor por el hombre, sino la propia fuerza de trabajo del hombre. La riqueza de la sociedad capitalista consta de multitud de diversas mercancías. Cada mercancía representa una partícula de dicha riqueza

Las relaciones mercantiles, la compra y la venta, imponen su impronta a toda la vida de la sociedad burguesa. Todo se compra y se vende. El poder del dinero encarna la dominación de las relaciones mercantiles, basadas en la propiedad privada.

Los gérmenes de la producción mercantil, como hemos señalado ya , surgieron en la fase de la desintegración del régimen de la comunidad primitiva. En las formaciones precapitalistas, aun adquiriendo cierta propagación, la producción mercantil no era la forma fundamental de los nexos económicos entre los hombres. En esas condiciones predominaba la economía natural. La división social del trabajo estaba poco desarrollada, los productos se conseguían para el consumo dentro de cada hacienda y se distribuían directamente en consonancia con las formas vigentes de propiedad. Tales formas de nexos sociales eran típicas de la comunidad primitiva y prevalecían en las economías esclavista y feudal.

La economía mercantil, a diferencia de la natural, implica la división social del trabajo, nexos entre los productores y los consumidores de productos a través del mercado, de la compra y la venta de mercancías.

Los nexos económicos entre los propietarios privados, curando ya existe la división social del trabajo, se hacen realidad por vía del intercambio de mercancías. Cada propietario privado persigue sus intereses propios, por cuya razón el proceso de producción, cambio y distribución en la sociedad basada en la propiedad privada adquiere un carácter espontáneo, anárquico.

Lenin escribía que la producción mercantil es un sistema de economía en el que “…los productos son elaborados por productores particulares, aislados, y cada productor se especializa en la elaboración de un producto cualquiera, de forma que, para la satisfacción de las necesidades sociales, es imprescindible la compra venta de los productos (que, a consecuencia de ellos, se convierte en mercancía) en el mercado” 1.


1 V.I. Lenin. Acerca de la llamada cuestión de los mercados. Obras completas, tomo               I, páginas 86-87

El surgimiento del capitalismo requiere una fase relativamente avanzada del desarrollo  de la división social del trabajo y de la circulación  mercantil.

El progreso de la división social del trabajo se refuerza sobremanera al aparecer la producción maquinizada. Bajo el efecto de ésta se profundiza la división del trabajo entre la industria agropecuaria y surgen nuevas ramas de la producción industrial. A la par con ello, una parte cada vez mayor de los trabajadores se ve privada de los medios de producción, los cuales se concentran en manos de un grupo insignificante de propietarios capitalista privados. La fuerza de trabajo de las capas de la población que se proletarizan se convierte en mercancía.

La compraventa de la fuerza de trabajo del hombre fue el momento de partida del desarrollo que transformó la producción mercantil de los propietarios privados en forma dominante de relaciones económicas. Bajo el capitalismo, por vez primera en la historia de la sociedad, inmensas capas de la población, privadas de medios de subsistencia, convertidas en obreros asalariados, se ven forzadas a comprar todos los artículos de uso y consumo en el mercado a cuenta de los recursos que les proporciona la venta de su mercancía: Su fuerza de trabajo. La continua profundización de la división social del trabajo lleva igualmente a la ampliación del mercado de medios de producción. En este sentido reviste mucha importancia la propagación  de la producción maquinizada, que presenta una demanda una demanda creciente de los equipos, materias primas y materiales. De resultas de la formación de un vasto mercado interior de medios de producción y artículos de uso y consumo, así como del mercado de fuerza de trabajó, la forma mercantil de conexión entre los hombres se erige en forma general.

La producción mercantil capitalista se distingue sustancialmente de la producción mercantil de las formaciones precapitalistas. La típica de estas últimas es la producción mercantil simple. La diferencia entre la economía mercantil simple y la economía mercantil capitalista consiste en lo siguiente:

1. Los productos simples de mercancías –los pequeños propietarios privados emplean medios de producción que les pertenece personalmente. En las empresas capitalistas, los medios de producción pertenecen a los capitalistas, mientras que los obreros están privados de los medios de producción.

2. Los productores simples de mercancías trabajan en su propia hacienda, y el producto de su trabajo les pertenece a ellos. El capitalista explota el trabajo asalariado y se apropia gratuitamente una parte considerable del producto de trabajo ajeno.

3. La producción mercantil simple es una producción individual de los artesanos y campesinos con fines de satisfacer sus propias necesidades. En la empresa capitalista, el trabajo conjuntad de muchos obreros al mando del capitalista se emplea para que éste obtenga ganancia.

Así entre la producción mercantil simple y la producción mercantil capitalista existen diferencias sustanciales. Y lo que hay de común consiste en que la una y la otra se asientan en la propiedad privada  sobre de los medios de producción. Dicho en otras palabras, en su base, son del mismo tipo. La propiedad privada fracciona la economía en distintas células, aísla a los productores. Por eso, la única forma económica de conexión entre los productores aislados por la propiedad privada son las relaciones mercantiles, la producción de mercancías y su cambio mediante la compra y la venta.

La doble naturaleza del productor simple de mercancías. Los productores simples de mercancías son, ante todo, trabajadores, que se procuran con su trabajo personal los medios de subsistencia. Empero, a la vez, los productores simples de mercancías son propietarios privados que venden los productos de su trabajo en el mercado y tratan de hacerlo con la mayor ventaja para sí a cuenta de los demás vendedores y compradores de mercancías. Sus intereses se manifiestan a diario como intereses de pequeños propietarios privados. En el proceso de la competencia de mercado se realiza la diferenciación de los productos simples de mercancías. Una pequeña parte de ellos se convierten en capitalistas, mientras que la masa predominante, victima de diversas formas de explotación, se arruina y pasa  las filas del proletariado. La producción mercantil simple engendra constantemente relaciones capitalistas.

Los productores simples de mercancías, en tanto que trabajadores, víctimas de la explotación en la mayoría de los casos, poseen intereses comunes con los obreros asalariados  en la lucha contra los explotadores. La mayor parte de los productores simples de mercancías son los campesinos trabajadores. Estos, en alianza con la clase obrera y bajo la dirección de ésta luchan contra el régimen capitalista.

La mercancía y sus cualidades. Marx comienza por la mercancía el análisis de las relaciones capitalistas.   En tercer lugar, bajo el capitalismo, es también mercancía la fuerza de trabajo, lo que imprime a las relaciones mercantiles un carácter universal. La relaciones mercantiles son el punto de partida y el rasgo común del capitalismo.

¿Qué es, pues, la mercancía? La mercancía es el producto del trabajo que se destina al cambio mediante la compra-venta. La mercancía posee dos cualidades: en primer lugar, satisface alguna necesidad humana y, en segundo lugar, es una cosa que se puede cambiar por otra cosa. Dicho en otros términos, la mercancía posee valor de uso y valor de cambio.

Valor de uso de la mercancía. El valor de uso de la mercancía consiste en que ésta el útil para los hombres, satisface unas u otras necesidades suyas como objeto de consumo personal o como medio de producción. La misión de producción es crear valores de uso. De abstraernos de las formas económicas concretas que en determinadas ocasiones  sociales adquieren los productos del trabajo, veríamos que la riqueza de la sociedad consta siempre de valores de uso. El valor de uso de un producto de un trabajo no expresa directamente las relaciones sociales, pero posee un carácter histórico, por cuanto su papel y significación varían con los cambios de las condiciones sociales. Si el producto se elabora para el consumo  de uno mismo es valor de uso para el propio productor.  Pero cuando en virtud de la división social del trabajo, el producto no se destina al consumo propio del productor, sino de otras personas, se convierte en valor de uso social, valor de uso  para otros. En la producción mercantil, el valor de uso debe satisfacer no ya las necesidades del propio productor, sino de quienes compran la mercancía. Por consiguiente,   en el proceso de la producción de la mercancía debe crearse un valor de uso social. Sin embargo, no todo valor de uso social es mercancía, por cuanto ésta, como  hemos dicho ya, debe poseer otra cualidad más: la de ser cambiada por otra mercancía. Por tanto, la peculiaridad histórica del valor de uso de las mercancías consiste en que es portadora del valor del cambio.  

El valor de uso de las cosas, su utilidad para los hombres se pone al descubierto históricamente con el progreso de la ciencia y la técnica. Así la utilidad del hierro sólo se llegó a conocer cuando los hombres aprendieron a fundir del hierro a partir de la mena y a hacer instrumentos y aperos de hierro. Con la continuación del progreso científico-técnico y la aplicación de los adelantos de la ciencia y la técnica en la producción se revelan más y más posibilidades de empleo del hierro y otros metales, se revelan sus nuevas cualidades útiles para la sociedad.

A las propiedades físicas y químicas de las cosas como valores de uso son objeto de estudio de otras ciencias, y no de la Economía política. Esta última estudia el papel del valor de uso en el sistema de las relaciones sociales que se plasman en el proceso de la producción, la distribución, el cambio y el consumo.

Valor de cambio y valor de la mercancía. El valor de cambio es la cualidad que posee la mercancía de cambiarse en determinadas proporciones por otra mercancía. Aunque en ciertos actos de cambio esas proporciones pueden tener un carácter fortuito, suelen obedecer, consideradas en conjunto, a determinadas leyes  objetivas. La ciencia económica ha investigado y sinterizado la multisecular experiencia del desarrollo del cambio en la teoría del valor por el trabajo.

El cambio de las mercancías quiere decir que se equiparan la una por la otra. Ahora bien, esa equiparación sólo puede tener lugar porque las mercancías que se cambian poseen en unas cualidades comunes, objetivamente iguales, encerradas en ellas ya antes de entrar en el proceso de cambio. ¿Qué cualidades son esas? Es evidente que las mercancías que se cambian como valores de uso se distinguen la una de la otra, ya que, de lo contrario, carecería de sentido, sería inútil el proceso de cambio. La cualidad objetiva común de dichas mercancías cosiste sólo en que se ha invertido en ellas trabajo social. En tanto  que valores de uso, las mercancías son distintas, pero en tanto que encarnación del trabajo social, son homogéneas.   

El trabajo social encarnado en la mercancía constituye el valor de ésta. El valor es la expresión concentrada del trabajo encerado en la mercancía. El valor de cambio de las mercancías, o sea, la proporción en la que una mercancía se cambia por otra, viene determinado por el valor. El valor de cambio es la forma del valor, es su manifestación externa el acto del cambio.    

Dieron comienzo a la teoría del valor por el trabajo los representantes de l Economía política burguesa clásica (W. Petty. A. Smith y D. Ricardo). Pero fue Marx quien la elaboró de modo consecuente, en todos sus aspectos, con todas las conclusiones sociales y de clase que se desprenden de ella.     

La Economía política burguesa vulgar ha tratado de refutar la teoría del valor por el trabajo, oponiéndole enunciados carentes de cualquier fundamento científico. Así, por ejemplo, adquirió gran difusión en la ciencia burguesa la interpretación del valor de cambio como expresión del valor de uso. Con arreglo a dicha “teoría”, las proporciones de cambio, no dependen  del trabajo social invertido, sino del valor de uso de la mercancía. Empero, las mercancías, en tato que valores de uso, son incomparables, se cambian las unas por las otras sólo porque poseen distinto valor de uso. Precisamente el valor de uso es lo que distingue una mercancía de otra. Por consiguiente, el trabajo social determina el valor de la mercancía y las proporciones en que una mercancía se cambie por otra.

El  trabajo es la base de la vida de la sociedad, y esa circunstancia no puede menos de manifestarse en los nexos económicos entre los hombres, incluso cuando dichos nexos revisten la forma de relaciones mercantiles. La propia división social del trabajo, cuando los productores son distintos propietarios, no podrá desarrollarse si las proporciones de cambio no se viesen determinadas por la inversión de trabajo, es decir, si el valor de cambio no viniese determinadas por el valor.

Sólo puede poseer valor una cosa que sea valor de uso. Por otra, no toda cosa útil, no todo valor de uso posee valor: los objetos a los que no se puede aplicar trabajo humano no poseen valor (por ejemplo, en la tierra sin labrar, el agua en los ríos y los mares, los frutos silvestres, etc.). Al propio tiempo, las inversiones de trabajo, de por sí, no convierten el producto el producto en valor. Por ejemplo, en la hacienda natural campesina, los productos destinados al consumo propio no adquieren la cualidad del valor. El producto del trabajo llega a ser valor sólo en determinadas condiciones sociales: cuando existe la producción mercantil. El valor es una categoría histórica. Para comprenderla es preciso analizar el carácter del trabajo materializado en la mercancía.


Doble carácter del trabajo materializado en la mercancía. El trabajo concreto y el abstracto. En el proceso de trabajo, el productor de mercancías crea valor de uso y valor. Esta circunstancia se debe a que el trabajo del productor de mercancías reviste doble carácter. Por una parte, es trabajo útil, que crea cosas que satisfacen unas u otras necesidades de los hombres. Determinado trabajo útil es una necesidad eterna y natural de la existencia del hombre independientemente de las condiciones sociales. Por otra parte, el trabajo de cada productor de mercancías es una partícula de todo el trabajo social, una inversión de fuerza de trabajo humano en general, independientemente de sus formas concretas. El primer tipo de trabajo se denomina trabajo concreto, y el segundo, trabajo abstracto.

El concreto, el que se invierte en una determinada forma útil, crea determinado valor de uso (carbón, metal, pan, etc.). La diferencia entre los valores de uso se debe a que vienen a ser productos de diferentes tipos de trabajo concreto (el trabajo del minero, del fundidor de alto horno, del panadero, del tejedor, etc.). Precisamente el carácter específico del trabajo concreto de cada productor de mercancía engendra lo que lo diferencia de otro productor de mercancías. Esta diferencia procede inevitablemente de la diferencia entre los objetos sobre los que recae el trabajo, los instrumentos del trabajo, el carácter de las operaciones  y el resultado final del trabajo. Cabe tener presente que el trabajo concreto no es la única fuente de valores de uso que se producen, de la riqueza material. El hombre no hace más que transformar el substrato material que ya existe en la naturaleza. El valor de uso es el resultado de la asociación de dos elementos: La materia de la naturaleza y el trabajo.

Ahora bien, cualquiera que sea el tipo del trabajo concreto que tomemos será siempre también una inversion de energía humana (de los músculos, del cerebro, de los nervios, etc.), una partícula de los gastos globales del trabajo social de toda la humanidad. El que  la mercancía posee no sólo valor de uso, sino también valor quiere decir que existe algo común en el trabajo de los distintos hombres en la producción mercantil: el trabajo social en general, independientemente de sus formas concretas, el trabajo abstracto.

El trabajo abstracto es una peculiaridad característica de la producción mercantil. Expresa las relaciones de los productores de mercancías, por cuya razón es una categoría histórica. Por supuesto, también la economía natural había cierto elemento común en el trabajo humano. Empero, este aspecto común en la economía natural se exteriorizaba directamente, y no mediante al equiparación de las cosas en el proceso del cambio.

Por ejemplo, en la comunidad primitiva, cuando no había surgido aún la producción de mercancías, el trabajo de cada productor era trabajo directamente social, ya que cada productor cumplía por indicación de la comunidad una u otra función útil en el proceso de la producción  de bienes materiales. Su trabajo concreto personal era directamente una partícula del trabajo global de la comunidad.

Cuando la propiedad privada llevó al aislamiento de los productores, cada uno de ellos pasó a dedicarse a un determinado tipo de trabajo como asunto privado suyo. El trabajo dejó de ser directamente social, su naturaleza social resultó oculta. Sólo el cambio de mercancías permitía establecer que el trabajo de cada productor concreto era necesario a la sociedad y era una partícula del trabajo social. Al equiparar los unos a los otros los productos de su trabajo, los hombres equiparan el proceso de cambio el trabajo invertido en la producción de los mismos. El cálculo de las inversiones sociales de trabajo de los productores de mercancías, al reinar la propiedad privada, se efectúa a través del cambio espontáneo.

La categoría del trabajo abstracto expresa el proceso real objetivo de la equiparación mediante el intercambio de distintos tipos de trabajo, de abstracción de sus formas concretas; expresas lo que hay de común  en el trabajo de los productores de mercancías en la realidad objetiva. Cuanto más diversas son las formas concretas de trabajo, es decir, cuanto más desarrollada es la división social del trabajo, más se manifiesta la comunidad de los tipos más diversos del trabajo, mayor significación adquiere el proceso de su equiparación y más desarrollada resulta la categoría del trabajo abstracto.

Por consiguiente, el trabajo abstracto es el trabajo humano en general, cuyo carácter social se manifiesta en el proceso de intercambio de mercancías. Y el valor es el trabajo abstracto cristalizado en la mercancía. El trabajo abstracto expresa determinadas relaciones de producción: las relaciones entre los productores de mercancías. Eso quiere decir que también el valor no es una cualidad de la cosa, sino expresión de las relaciones de producción entre los productores de mercancías.

El doble carácter del trabajo, que produce mercancías fue descubierto por Marx. Este descubrimiento tuvo excepcional importancia para la elaboración científica de la Economía política del capitalismo, por cuanto permitió crear la teoría auténticamente científica del valor por el trabajo, así como poner al descubierto las contradicciones de la economía  mercantil y, luego, las contradicciones de la producción capitalista, las leyes objetivas de su desarrollo y la inevitabilidad de su hundimiento. ***

La contradicción entre el trabajo privado y el social. La producción de  mercancías es asunto personal de cada productor. La propiedad privada divide a los productores de mercancías. Al propio tiempo, la división social del trabajo le imprime a éste un carácter social, une a los productores privados independientemente. En consecuencia surge y se desarrolla la profunda contradicción entre el trabajo privado y social. La propiedad privada. La propiedad privada origina inevitablemente el desarrollo espontáneo de la producción mercantil y engendra la competencia entre los productores de mercancías. Y sólo en el mercado, en el proceso espontáneo de cambio de mercancías y de la competencia de mercado se manifiestan el carácter social del trabajo de los productores y la dependencia recíproca de estos últimos. Sólo el cambio establece hasta qué punto es necesaria cada mercancía concreta a la sociedad. Si la sociedad no necesita el producto de un tipo dado de trabajo concreto, tampoco lo reconocerá como partícula del trabajo social.

Por cuantos los productos se elaboran como mercancías, resulta necesario hacer realidad su valor, obtener otro producto a cambio de ellas. Sin embargo, si se ha producido un valor de uso que no responde a la necesidad de la sociedad, a la demanda solvente, la mercancía no será vendida, y el trabajo invertido en su producción no será reconocido por la sociedad. En el mercado se produce espontáneamente el proceso de cálculo  social del trabajo. La venta feliz de las mercancías por unos productores suelen lesionar los intereses de otros, que se han adaptado deficientemente a las demandas de la sociedad y las condiciones del mercado. En el proceso de la competencia, unos productores se enriquecen mientras que otros se arruinan y perecen.

La contradicción entre el trabajo privado y el social se refleja en la contradicción entre el trabajo concreto y el abstracto. La mercancía en tanto que unidad de valor de uso y del valor, encierra igualmente la contradicción entre ellos. Esta contradicción entre el trabajo privado y el social es antagónica. Es la contradicción fundamental de la economía mercantil simple. Bajo el capitalismo, esta contradicción se vuelve todavía más aguda y se desarrolla hasta convertirse en contradicción entre el carácter social de la producción  y la forma capitalista privada de apropiación, de la que se tratará más adelante.

La contradicción entre el carácter privado y el social del trabajo es el elemento de partida de todas las contradicciones de la producción mercantil privada. La Economía política vulgar presenta la economía mercantil de la propiedad privada como una economía armónica, en la que los productores, como se pretende, intercambian simplemente servicio. Empero, en realidad, desgarran la economía mercantil de la propiedad privada contradicciones antagónicas irreductibles que, en las condiciones del desarrollo espontáneo y de la competencia, llevan el enriquecimiento de un contado número de propietarios a cuenta de la ruina y el hundimiento de inmensas masas de productores simples de mercancías.

La magnitud del valor de la mercancía. La magnitud del valor de la mercancía viene determinada por cantidad de trabajo socialmente necesario para su producción y se mide por el tiempo de trabajo. Los distintos productores inadvierten distinta cantidad de trabajo en la producción de una misma mercancía, debido a lo cual las mercancías poseen distinto valor individual. Por cuanto el valor encarna el trabajo social, la magnitud del valor social no puede ser determinada por las inversiones de trabajo individual. El valor social de la mercancía es el valor que se determina por el tiempo dócilmente necesario para su producción. El tiempo socialmente necesario de trabajo es el que se invierte para producir una mercancía en unas condiciones concretas socialmente normales y a un nivel medio en la sociedad concreta de maestría e intensidad del trabajo.

Al reinar la propiedad privada, las proporciones de cambio de mercancías se regulan espontáneamente mediante la inversión socialmente necesaria de trabajo, de tiempo de trabajo. El papel regulador de las inversiones socialmente necesarias de trabajo se manifiesta vivamente en la competencia entre los productos. El que invierte en la unidad de producto menos tiempo de trabajo que los otros se ve en una situación ventajosa. Las grandes empresas, dotadas de equipos más perfectos y con una organización mejor de la producción y del trabajo invierten en la producción de una mercancía concretas menos tiempo de trabajo que las empresas desprovistas de dichas ventajas. Precisamente estas últimas condicionan el desplazamiento de las pequeñas y medianas empresas por  las grandes.

Los productores privados tienen en el mercado una situación formalmente igual, ya que venden las mercancías con arreglo a un mismo valor social. Pero, en realidad, tras esa igualdad formal, se oculta la desigualdad efectiva de los productores privados. El problema es que los grandes y los pequeños productores de mercancías invierten cantidades distintas de trabajo en la producción de unas mismas mercancías, mientras que éstas se venden a un valor igual.


La productividad y la intensidad del trabajo. El trabajo simple y el complejo. La magnitud del valor de las mercancías cambia con arreglo a la productividad del trabajo. La productividad el trabajo viene determinada por la cantidad de productos que se obtienen en la unidad del tiempo de trabajo. El cambio de la productividad del trabajo origina cambios de valor de la unidad de mercancía. Con el crecimiento de la productividad del trabajo disminuye el valor de la unidad de mercancía.

La productividad del trabajo depende de varios factores y, ante todo, del nivel de desarrollo de los instrumentos de trabajo, de su eficacia. Tienen inmensa importancia el grado de calificación del obrero, el nivel de desarrollo de la ciencia y la técnica y de empleo de los adelantos de las mismas en la producción, el grado de concentración de l producción y las condiciones naturales.

La productividad del trabajo se expresa en la mayor o menor cantidad de valores de uso que se producen en la unidad del tiempo de trabajo concreto. Marx escribía que en el trabajo concreto puede ser una fuente más rica o más pobre de creación de productos. En cambio, el trabajo abstracto (de igual complejidad e intensidad) produce en la unidad de tiempo el mismo valor.

Si en 8 horas de trabajo en lugar de 100 metros de tejido se producen 200 metros, el valor de estos 200 metros se calcularán a base de las mismas 8 horas, la productividad del trabajo se habrá duplicado, y el valor de cada metro de tejido disminuirá correlativamente.

El trabajo puede ser más o menos intenso. Por intensidad del trabajo se entiende la inversión de fuerzas de trabajo en la unidad de tiempo. El trabajo más intenso crea en el mismo tiempo mayor valor que el  menos intenso.

Por tanto, el aumento de la producción del mencionado tejido se debe a la elevación de la intensidad de trabajo al doble en comparación con el término medio, las 8 horas serán iguales, prácticamente, a 16 horas de trabajo y el valor de cada metro de tejido no cambiará (siendo iguales las demás condiciones.

Por tanto, la magnitud del valor de una mercancía cambia en razón directa a la cantidad y en razón inversa a la capacidad productiva del trabajo que en ella se invierte”  2.

2. C. Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 23, página 49.

El trabajo que produce mercancías es simple, si no requiere especial aprendizaje, es complejo si requiere preparación y aprendizaje especial. El trabajo simple es el no calificado, el complejo. Todo trabajo complejo es un trabajo simple multiplicado.

El valor en una cualidad social de la cosa. No se puede descubrirlo directamente en la mercancía con ayuda de ningún análisis físico o químico. El valor sólo se manifiesta en las relaciones entre los productores, cuando equiparan una mercancía concreta a otras en el proceso del cambio.


Desarrollo de la forma del valor. Forma simple o fortuita del valor. Marx fue el primero en proceder a la investigación del desarrollo de la forma del valor. Tras sintetizar inmenso material histórico, Marx probó que el cambio de mercancías en la fase inicial del desarrollo tenía un carácter fortuito. A esa fase del cambio correspondía la forma simple o fortuita del valor. ¿Qué era, pues, esa forma?

En el régimen de la comunidad primitiva, cada comunidad producía todo lo necesario para su consumo con sus propias fuerzas. Los productos del trabajo se intercambiaban entre las comunidades sólo en casos excepcionales. El valor de unas mercancías se expresaba sólo fortuitamente en alguna otra mercancía. Por eso dicha forma, simple o fortuita, es la más elemental del valor. Por ejemplo, el propietario del hacha de piedra la cambia por una oveja:

1 hacha  =  1 oveja

En esta igualad, una mercancía (el hacha) expresa su valor en otra mercancía (la oveja). Y la segunda mercancía (la oveja) es la expresión del valor de la primera y sirve de material de expresión de su valor. La mercancía que expresa su valor en otra se halla en la forma  relativa del valor. La mercancía que expresa el val9r de otra se halla en la forma equivalente del valor, es su equivalencia.

La forma relativa y equivalente del valor va ligadas la una a la otra inseparablemente y son los aspectos opuestos de una misma expresión del valor. La forma relativa del valor expresa, ante todo, la homogeneidad cualitativa  de las mercancías que se intercambian, que son producto del trabajo en general. En nuestro ejemplo, el cambio del hacha por la oveja significa que el productor del hacha y el ganadero invirtieron trabajo en la producci8ón de sus respectivas mercancías, y esa circunstancia permite equipararlas. Ahora bien, el proceso del cambio, los productores de mercancías deben tener también en cuenta la cantidad de trabajo que han invertido. Nadie va a cambiar un producto hecho en 10 horas por otro que se puede hacer en 5 horas 3. Por consiguiente, la forma relativa del valor posee una determinación cuantitativa.


3.Engels escribía: el campesino medieval sabía con bastante precisión qué cantidad de tiempo de trabajo se necesitaba para hacer artículos que recibían a cambio de sus producto. El forjador rural y el carretero trabajaban delante de él, lo  miso que el sastre o el zapatero” (F. Engels. Adiciones al tercer tomo del “El Capital”. C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 25, parte II, página 472.


Al examinar la forma equivalente la forma equivalente del valor hay que tener presente las siguientes peculiaridades suyas. El valor de uso de la mercancía equivalente sirve para expresar el valor de otra mercancía. Si un hacha de equipara a una oveja, quiere decir que el valor del hacha encuentra su expresión a través de otro valor de uso –la oveja--, es decir, a través de una mercancía que hace las veces de equivalente. La oveja puede servir de equivalente porque es un valor de uso distinto. En este intercambio de mercancías, el valor de uso –la oveja--, en tanto equivalente, prueba que el hacha es portadora de valor. Por tanto, el valor de la mercancía sólo puede expresarse en el valo9r de uso de otra mercancía. En la fase de cambio fortuito, el papel equivalente no pertenece siempre a una misma mercancía. Lo desempeña fortuitamente distintas mercancías.

Ya el análisis de la forma simple del valor, típica del cambio fortuito, muestra que los nexos entre los distintos propietarios, los productores aislados, se manifiestan sólo en el proceso de cambio. Su trabajo no puede ser expresado de otra manera, sólo por vía de equiparación de una mercancía a otra. El trabajo concreto se convierte en el proceso del cambio en una forma de manifestación del trabajo abstracto. En nuestro ejemplo, el trabajo concreto del ganadero sirve de medio de expresión del trabajo humano abstracto en general.

El trabajo del productor del hacha y el del gnadeero son herbajo de productores privados, de propietarios aislados. Sin embargo, en el proceso del cambio, el producto del trabajo privado del ganadero ha desempeñado el papel de equivalente, es decir, hizo las veces de producto del trabajo social. Por cuánto el cambio sea ha efectuado, por tanto el trabajo privado del ganadero. “a certificado” que en la producción del trabajo social del hacha se ha invertido trabajo social. Por consiguiente, el trabajo privado se presenta en el proceso del cambio, como encarnación del trabajo social.

Así, las contradicciones internas que encierran la mercancía y el trabajo que la produce hallan en el proceso de cambio su expresión exterior. En este proceso, dos cualidades distintas de la mercancía y del trabajo que la produce se separan la una de la otra y se sitúan en distintos polos. La mercancía que desempeña el papel equivalente, como expresión de valor, del trabajo abstracto, como encarnación de trabajo social.


Forma total o desplegada del valor. El progreso de la división social del trabajo y el continuo crecimiento de la producción condicionaron el avance del cambio. Cada vez más productos se fueron incorporando al proceso del cambio. Este se hizo más regular. Como resultado de la primera gran división  social del trabajo (cuando al ganadería se separó de la agricultura), el ganado empezó a cambiarse ya sistemáticamente, y no de tarde en tarde, por otras mercancías. Las demás mercancías (grano, hachas, etc.) comenzaron a hacer las veces de equivalentes del ganado, y éste se hallaba más que nada en la forma relativa desvalor.

Por cuanto del dejó de revestir un carácter accidental, todas las mercancías que cumplían la función de equivalentes no eran equivalentes fortuitos, sino especiales. Cada una de ellas es uno de tantos equivalentes a que se equipara el ganado. El cambio reviste ahora la siguiente forma:


1 oveja = 4 sacos de grano, ó = 1 hacha,
ó = otras mercancías

Forma universal del valor. Esta forma de cambio, que expresa una nueva fase de su desarrollo se denomina forma total desplegada del valor. Caracteriza la ampliación y el afianzamiento de los nexos de producción. En esas condiciones crece también la importancia de la exactitud de las proporciones cuantitativas entre las mercancías que se intercambian, por cuanto el cambio comienza a desempeñar un papel cada vez mayor en la reposición del trabajo invertido en su producción.

Como resultado del crecimiento del cambio de la producción mercantil, del avance del proceso de cambio y de la profundización de la división social del trabajo se desglosa del mundo mercantil una mercancía que se erige en el equivalente de todas las demás mercancía, en equivalente universal. La forma desplegada del valor se convierte paulatinamente en forma universal del valor:


4 sacos   de grano  =
                    1 hacha                  =        1 oveja
Otras mercancías   =


En las fases anteriores del desarrollo del cambio cualquier mercancía podía cumplir la función de equivalente. Y el papel de equivalente  universal lo desempeña sólo una mercancía. Ahora el valor de todas las mercancías en una sola, la cual hace las veces de encarnación del trabajo social. A cambio la mercancía que desempeña el papel de equivalente universal se puede obtener cualquier mercancía. El equivalente universal posee la cualidad de cambio universal.

La necesidad de un equivalente universal estuvo ligada a que, en una determinada del desarrollo de las fuerzas productivas, el cambio llegó a ser fenómeno regular y adquirió importancia vital, comenzó a determinarlas condiciones de vida de cierta parte de los productores. El avance espontáneo de la producción de mercancías agrava las contradicciones entre el trabajo privado y el social, lo que origina la necesidad de aparición de un equivalente universal.

En los casos de las formas simples y desplegada del valor, el cambio directo de mercancías encerraba también ciertas dificultades, aunque éstas no tenían mucha importancia, puesto que el cambio no era regular. Con progreso de la producción fueron creciendo las dificultades del cambio directo de una merecía por otra. Visto que el cambio se convirtió en una necesidad constante y vital, las dificultades de su realización repercutían directamente en los destinos de los productores de mercancías. Para poder vivir, éstos tenían que cambiar su mercancía por otra que necesitaban o recibir a cambio de ella una mercancía que se podía cambiar por otras mercancías. Surgió la necesidad de un equivalente universal.

La aparición del equivalente universal es resultado del proceso espontáneo del desarrollo de la producción mercantil y del cambio. No es consecuencia de algún acuerdo consciente entre los hombres. El producto que era más que nada mercancía, o sea, que se elaboraba principalmente para el cambio, pasó a desempeñar el papel equivalente universal. La función de equivalencia universal, de conformidad con las condiciones concretas de producción, la han desempeñado distintas mercancías: el ganado, las pieles de animales salvajes, el pescado, las conchas, etc.

La forma dinero del valor. Cuando el cambio se amplió y rebaso el marco del mercado local surgió la necesidad de que las funciones de equivalente universal las cumpliese una sola mercancía, la cual pasó a ser dinero. El dinero constituye la forma acabada de equivalente universal, una mercancía especial, con cuyo valor de uso se ha fundido firmemente la forma equivalente del valor.

El análisis del desarrollo del cambio y la forma del valor permite poner en claro la esencia del dinero. La sucesión lógica de las fases del desarrollo de la forma de la forma del valor corresponde al proceso histórico del desarrollo del cambio. Refleja el desarrollo de las contradicciones reales del cambio y la producción mercantil, de las que hemos hablado ya.

Distintas mercancías han cumplido el papel de dinero. Pero, paulatinamente, el proceso de desarrollo de la producción, dicha función pasó a pertenecer al oro. Inicialmente la moneda se acuñaba de cobre, bronce  y plata, y sólo más tarde se pasó a emplear el oro para tales fines.

Por sus cualidades naturales (homogeneidad, divisibilidad y capacidad de conservarse), los metales nobles son los más adecuados para cumplir el papel social del dinero. El hombre conoció el oro antes de lo demás metales. No obstante, la extracción de dicho metal requería mucho trabajo. Así se explica la cantidad de tiempo que hubo de transcurrir antes que las funcione del dinero pasasen a pertenecer firmemente al oro. Este metal adquirió el poder absoluto del dinero sólo en siglo XIX, al descubrirse grandes yacimientos del mismo y al desarrollarse el mercado mundial.


Valor y precio. El surgimiento del dinero conduce a un mayor desarrollo de las formas de cambio mercantil. Con la aparición del dinero, todas las mercancías se equiparan al dinero, y el valor de cualquier mercancía se  expresa n dinero. De esta manera, las mercancías adquieren precio. El precio es la expresión en dinero del valor de la mercancía.

Por cuanto el valor de la mercancía se expresa a través de la equiparación en el proceso del cambio, la modificación de las proporciones del cambio en todas sus fases del desarrollo de la forma del valor puede ser causa de desviaciones respecto del auténtico movimiento del valor las mercancías. Las proporciones del cambio dependen tanto del valor de las mercancías que se hallan en la forma relativa del valor de la mercancía equivalente. La aparición del precio refleja el continuo desarrollo de las contradicciones relacionados con ello.

Antes de surgir el equivalente universal, las condiciones de cambio de cada mercancía dependían enteramente de las circunstancias que determinaban la transacción mercantil.
Al aparecer el dinero y los precios comenzaron en el valor de cambio de las mercancías no ya sólo las circunstancias  que deban lugar a la transacción concreta, sino también el estado general de la producción y del mercado. Bajo el efecto de la correlación entre la demanda y la oferta, la desviación de los precios de las mercancías  que se cambiaban con respecto de su valor adquiere carácter general y nos se manifiesta sólo en cada acto concreto de compraventa, sino en todo el mercado de dichas mercancías.

Puede adquirir precio cosas que no tienen valor, como, digamos, terrenos no trabajados, a los que se han aplicado trabajo humano, o sea, es posible la existencia de precios que no expresan su valor. Por consiguiente, la aparición del precio refleja la profundización de las contradicciones de la economía mercantil.


Unidad y diferencia entre la mercancía y el dinero. El examen de loas leyes objetivas a que obedece el desarrollo de la forma del valor permite sacar la conclusión de que el surgimiento del dinero es un proceso histórico  que tiene por base el desarrollo de la producción y del cambio mercantil. La causa de la aparición del dinero consiste en l agravación de las contradicciones de la producción mercantil. El dinero, como hemos dicho ya, es una mercancía que desempeña el papel especial de equivalente universal. Tanto el dinero como las mercancías, al regir son producto del trabajo social. Sin embargo, todas las mercancías, al regir la propiedad privada sobre los medios de producción, aparecen en el mercado directamente como productos del trabajo privado, y el dinero, como encarnación directa del trabajo social (el equivalente universal). Sólo a través del cambio por dinero se puede establecer que las mercancías son, en realidad, productos del trabajo social. Dicho en otros términos, en el mercado se realiza el cómputo del trabajo social en el sentido cualitativo y cuantitativo a través de dinero. Bajo el dominio de la propiedad privada, este cómputo se efectúa espontáneamente, a espaldas de los productores, por vía de la fluctuación espontánea de los precios.

En el proceso del cambio se hace realidad el nexo entre los productores de mercancías privados, exteriormente independientes. El dinero, a la vez que da solución a las contradicciones del cambio directo de las mercancías, crea condiciones para el continuo desarrollo de las contradicciones de la economía mercantil. La aparición del dinero no crea en absoluto relaciones sociales “armónicas”, como lo presentan los economistas burgueses. Históricamente, el dinero, como equivalente universal, estuvo al servicio del cambio no ligado a la explotación del hombre por el hombre. Pero el funcionamiento del dinero bajo el dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción lo convierte ineludiblemente  en instrumento de explotación.

El dinero como instrumento de explotación. El cambio mercantil simple (M—M), sin la participación del dinero, la compra y la venta coincidían siempre en el tiempo. Al parecer el dinero, el cambio se dividió en dos actos opuestos que se complementan mutuamente: la venta y la compra. Antes de comprar una mercancía, cada productor privado debe vender la mercancía propia. Eso crea las condiciones que permiten al comerciante intermediario incorporarse al cambio. El mercader no comercia con el fin de adquirir directamente un valor de uso, sino con el de aumentar la cantidad de dinero que se halla a su disposición, con el fin de enriquecerse. Dicho en otras palabras, la circulación monetaria crea premisa para la aparición del capital comercial. El crecimiento de las riquezas monetarias en manos de grandes propietarios y la ruina de los pequeños productores de mercancías crearon también condiciones para la aparición del capital usurero.

El progreso de la economía monetaria, monetaria, rigiendo la propiedad privada, refuerza los elementos espontáneos de la sociedad y el poder de los mismos sobre los hombres. Socava gradualmente la economía natural y contribuye a la ruina de unos productores y al enriquecimiento de otros, intensificando de esa manera su diferenciación. El dinero comienza a funcionar, además fuera de la circulación mercantil: surge la renta en dinero y los impuestos en dinero, las prestaciones en frutos o en especie se convierten en prestaciones en dinero.

El desarrollo espontáneo de la producción mercantil y la economía monetaria conduce a que el dinero se materialice más y más el poder de las fuerzas espontáneas de la sociedad. La fuerza social del dinero, por cuanto éste se concentra en manos de los ricos, se erige en fuerza de personal particulares. Lo ricos concentran en sus manos inmensas riquezas pecuniarias, mientras que las masas experimentan creciente necesidad de dinero. Al dominar la propiedad privada, el dinero se erige ineludiblemente en medio de explotación. Los mercaderes y los usureros utilizaron el dinero acumulado en su poder para avasallar a los pequeños productores, apropiándose de una parte considerable de su trabajo. El dinero se fue convirtiendo en medio de explotación ya antes del modo capitalista de producción.

La circulación del dinero no puede de por sí dar lugar al modo capitalista de producción, ya que para ello se requiere cierto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Sin embargo,  el dinero contribuyó en medida extraordinaria al proceso de transformación de la economía mercantil simple en economía capitalista. La circulación monetaria espontánea creaba condiciones para la expropiación de los productores directos, la transformación de su fuerza de trabajo en mercancía y la aparición del sistema del trabajo asalariado. Bajo el capitalismo, el dinero se erige en instrumento general de explotación capitalista, medio de compra de fuerza de trabajo asalariada y de apropiación gratuita de la plusvalía que dicha fuerza crea. El dinero de por sí no es capital. Se convierte sólo cuando se le empeda para la explotación del hombre por el hombre.

Las funciones del dinero. El dinero como medida de valor. La naturaleza del dinero se expresa en las funciones que cumple en el proceso de la producción y la circulación mercantiles. En la economía mercantil desarrollada, el dinero desempeña las siguientes funciones: 1) medida de valor; 2) medio de circulación;3) medio de atesoramiento; 4) medio de pago, y 5) dinero mundial.

El desarrollo de las funciones del dinero se debe al crecimiento de la economía mercantil y de sus contradicciones. Por eso, el grado de desarrollo de una u otra función del dinero refleja distintas etapas de l evolución de la propia producción mercantil.

Antes que una mercancía entre en circulación, su valor debe estar medido ya. Por cuanto el valor de todas las mercancías se mide en dinero, la primera función del dinero es la de medida de valor. El valor de las distintas mercancías es conmensurable, cuantitativamente comparable. Empero, no es el dinero el que hace que las mercancías sean conmensurables, sino que todas ellas,  incluido el oro, son producto del trabajo social. El valor de las mercancías  se mide en oro precisamente porque tanto la producción de las mercancías como en la del oro se ha invertido trabajo social.

Para expresar el valor de una mercancía, para medirlo no hay una necesidad de poseer dinero contante y sonante u oro. El dinero cumple la función de medida de valor como dinero ideal, imaginario. Al fijar a su mercancía un determinado precio, el poseedor expresa el valor de la mercancía en dinero u oro de un modo imaginario  o, como dice Marx, ideal. No obstante, esa medida ideal del valor de la mercancía en oro sólo es posible cuando el dinero existe realmente como equivalente universal. La proporción imaginaria entre el dinero y las mercancías refleja la proporción que existe en realidad entre el valor de la mercancía y el valor del oro.

La medición del valor de una mercancía se efectúa por vía de su equiparación con cierta cantidad de oro como mercancía monetaria. El valor de la mercancía expresado en dinero es el precio de la mercancía. Elo precio de la mercancía significa la equivalencia del valor de cierta cantidad de la mercancía. Pero el precio corresponde a su valor sólo cuando coinciden la demanda y la oferta. Si no se da eso, los precios se apartan inevitablemente del valor. Sí, los precios de la mercancías dependen del valor de éstas, del valor del dinero (del oro) y de la correlación entre la demanda y la oferta.

Los precios de las mercancías se expresan en cierta cantidad de mercancía monetaria, de oro. La cantidad de oro se mide a través de su peso. Determinado peso de oro se adopta como unidad de medida de su masa. Esta unidad, establecida por el Estado como unidad monetaria, se denomina patrón de precios. El patrón de precios sirve para medir la cantidad de oro. Todos los precios de las mercancías se expresan en determinada cantidad de unidades monetarias o, dicho en otros términos, en determinada cantidad de unidades de peso del oro. ****

No cabe confundir la medida del valor como función del dinero con el patrón de precios. El dinero cumple la función de medida de valor porque es una materialización de trabajo social. El dinero hace las veces de patrón de precios como peso establecido de oro y sirve para medir su masa independientemente de la cantidad de trabajo social que se  encierra en un gramo de oro.

Al cambiar el valor del oro y el valor anterior de las mercancías cambian los precios de estas. Sin embargo, la mercancía cuyo  valor supera 10 veces al de otra mercancía será equivalente a una cantidad 10 veces mayor de oro. El patrón de precios no cambiará.

Si cambia el patrón de precios, es decir, la cantidad de oro que constituye la unidad monetaria, cambiarán inevitablemente los precios, sin que varíen los valores de la mercancía y del oro. Estos se establecerán a otro nivel, ya que cada unidad monetaria representará otra cantidad de trabajo social.


El dinero como medio de circulación. La medida del valor, en dinero s puede expresar mentalmente el volumen de la producción de toda la economía, los capitales de las empresas de unas u otras personas. Pero, en el proceso de circulación la mercancía, debe haber obligatoriamente dinero contante, ya que en la compraventa de las mercancías sus precios ideales deben convertirse en dinero efectivo. En ese proceso, el dinero cumple la función de medio de circulación: La transformación de la mercancía en dinero significa que la sociedad ha reconocido que el trabajo invertido por el productor es efectivamente necesario en la sociedad. En la economía asentada en la propiedad privada es particularmente complejo para los productores el acto de transformación de la mercancía en dinero. Aquí se hacen patentes la contradicción entre el trabajo privado y el social y la dependencia en que se hallan los productores privados respecto de las fuerzas ciegas del mercado.

El funcionamiento del dinero como medio de circulación expresa el continuo desarrollo y la complicación de los nexos de producción entre los productores de mercancías. En el cambio mercantil simple, la venta de una mercancía suponía la compra inmediata de otra. Peo, en el proceso de circulación mercantil, la venta de la mercancía de un productor no condiciona aún la simultánea compra de otra mercacía  por el mismo. La compra y la venta de mercancías pueden no coincidir en el tiempo y el espacio. Pero, si un productor vende su mercancía sin comprar otra, algunos productores no podrán vender la suya, por cuya razón se retrasa la venta de estas últimas. Por consiguiente, la circulación monetario-mercantil encierra la posibilidad de separación entre los actos de compra y venta de mercancías y, por tanto, la posibilidad de crisis económicas de su reproducción. No obstante, en la economía mercantil simple, esta posibilidad no se convierte en realidad, por desarrollada, al igual que el carácter social del proceso de producción, mientras que en el mercado es, en lo fundamental, local.

Como medio de circulación, el dinero figuró primeramente en forma de lingotes metálicos. Sin embargo, el cambio de las mercancías por lingotes engendraba  varias dificultades: había que pesar el metal, determinar su ley, fraccionar los lingotes, etc. Surgió objetivamente la necesidad de certificado prestigioso del contenido del metal en el lingote. La moneda viene a ser precisamente el lingote de forma establecida, que contiene conocida cantidad de metal de determinada ley y peso, lo que certifica en la moneda mediante el timbre especial del Estado.

El papel que cumple el dinero como medio de circulación es transitorio, el dinero los presta a otra y así sucesivamente. El carácter transitorio de dicha función permite sustituir el dinero de pleno valor con representantes del mismo: dinero de valor incompleto (por ejemplo, monedas de cobre) o signos de papel con indicación del valor: La experiencia de la circulación de dinero-oro mostró que,  debido a la circulación permanente, las monedas se desgastan, pierden una parte de su masa y se convierten en dinero de valor incompleto. El importe nominal de las monedas y su contenido efectivo no coinciden, y el poder estatal aprovechó esta circunstancia. Como sucedáneos de oro comenzaron a ponerse en circulación signos monetarios de valor incompleto.

El dinero como medio de atesoramiento. En virtud de distintas circunstancias, el proceso de circulación puede interrumpirse, por cuya razón el dinero deja de circular. En este caso pasa a cumplir una función nueva: la de medio de atesoramiento.

El desarrollo espontáneo de la producción mercantil origina la necesidad objetiva de acumular dinero. A fin de asegurarse contra la con vigencia del mercado, cada productor debe procurarse cierta reserva de dinero y tener la posibilidad de comprar otras mercancías sin depender de la venta de las suyas. Poco a poco, al progresar el capital comercial y el usurero, el afán de retener dinero en poder de uno se convierte en cierto grado en un fin en sí.

A medida que se desintegra la economía  natural y avanza el progreso de las relaciones mercantiles, el dinero cumple cada vez más el papel de encarnación de la riqueza social. En la economía natural, la acumulación de riqueza se hacia en forma de productos. El avance de la economía mercantil suscita la acumulación de riquezas en forma de dinero.

Al asumir el papel de tesoro, el dinero funciona como representante de la riqueza en general. No sólo las monedas de oro pueden cumplir la función de tesoro, sino también el material-dinero en su forma directamente natural: barras de oro, artículos de este metal, etc.

En su función de tesoro, el dinero regula espontáneamente la circulación monetaria. Así, cuando disminuye la producción  de mercancías y se reduce el comercio, un aparte del oro sale a la circulación y se convierte en tesoro. Y cuando la producción se amplia y crece el comercio, este oro vuelve a entrar en circulación.

En las fases tempranas del desarrollo de la economía mercantil, la acumulación de dinero se producía mediante su retirada de circulación. Al instaurarse el modo capitalista de producción adquiere valor predominante el afán de ganancia, y, por cuanto el dinero inmóvil no reporta ganancia, los capitalistas procuran ponerlo en circulación y hallarle una aplicación ventajosa. Por eso, bajo el capitalismo, los tesoros suelen depositarse en bancos para su conservación. Los bancos los concentran y, a través del crédito, les encuentran aplicación rentable.

 La crisis general del capitalismo ha llevado la circulación monetaria a un estado caótico. En consecuencia ha vuelto a renacer el afán de los capitalistas  a adquirir oro.

Entre los países capitalistas se libra una lucha por las reservas de oro, que es una parte integrante de las agudas contradicciones imperialistas. Trátase de que las reservas de oro se emplean como uno de los principales instrumentos de lucha  económica entre los estados imperialistas y como medio de explotación usurera de los países poco desarrollados en el aspecto económico.


El dinero como medio de pago. Cuando las mercancías se venden con aplazamiento del pago, el dinero desempeña la función de medio pago. En tales casos, el dinero, al fijarse los precios de las mercancías, funciona en forma ideal, como medida de valor, pero no cumple la función de medio de circulación. Los compradores pagan el dinero por la mercancía sólo cuando llega el palazo de pago. Por consiguiente, el dinero que participa en el proceso de circulación no se opone directamente a las mercancías, sino que entra en circulación sólo pasado cierto tiempo. La función de medio de pago refleja el continuo progreso de los anexos productivos y comerciales entre los hombres.

La función del dinero como medio de pago implica el desarrollo del dinero no sólo como medio de compra, sino igualmente  como materialización de la riqueza social en general, es decir, del tesoro. El funcionamiento del dinero como medio de pagto no se circunscribe a los límites de la esfera de la circulación mercantil. Las relaciones entre acreedor y deudor tienen lugar, por ejemplo, en los casos de préstamo y las transacciones de préstamos. El dinero cumple la función de medio de pago al hacerse efectivos los impuestos y al renta del suelo.

La esfera del empleo del dinero como medio de pago se amplía sustancialmente con motivo del incremento del crédito y el sistema de créditos, que, a  la vez, restringe el uso del dinero como medio de circulación. En la economía capitalista desarrollada, el dinero actúa en las grandes transacciones comerciales, más que nada, como medio de pago. En forma de medio de circulación, el dinero funciona principalmente en la esfera del comercio al por menor.

El progreso de las relaciones de crédito y la función del dinero como medio de pago lleva a la aparición del dinero de crédito. El crédito, que en un capitalista otorga a otro, origina los compromisos de pago: las letras de cambio. Esos compromisos de pago, al participar en la circulación comercial, pasando de unas manos a otras antes de llegar el plazo de pago, desempeñan, en realidad, el papel de dinero. Sin embargo, la esfera de la circulación de las letras de cambio tiene sus límites, ya que se libran bajo garantía de una persona particular. En virtud de ello  surge objetivamente la necesidad de una garantía más segura, lo que da lugar a la aparición de lo billetes de banco. El billete de banco es una letra de cambio que libra el banco den el lugar de la letra de cambio de los particulares. La emisión de billetes de banco se efectúa para atender las necesidades de la circulación de mercancías. De esa manera, el billete de banco brota  de la función del dinero como medio de pago. A la par con los billetes de banco participa en el giro de otro tipo de instrumento de crédito: los cheques. El cheque es una orden al banco librada por el propietario del depósito para que aquél entregue a cargo de su cuenta una cantidad de dinero a la persona señalada en el cheque. Lo cheques posee corto plazo de circulación.

El desarrollo de las relaciones de crédito crea la posibilidad de amortizar las deudas mediante descuento recíproco de compromisos de deuda sin movilizar dinero al contado.

El sistema de liquidación de cuentas recíprocas en la economía basada en la propiedad privada de los medios de producción encierra una contradicción que radica en la naturaleza misma de las relaciones entre los productores privados de mercancías. Si el deudor no puede vender a tiempo sus mercancías o, debido a la disminución de los precios, la vende por una suma inferior a la esperada, no estará en condiciones de pagar la deuda. Eso lleva implícita la imposibilidad de pago no sólo de este deudor, sino de aquel a quien se debe. En virtud de la reacción en cadena, dicha circunstancia afectará a los intereses de un gran número de productores que han vendido sus mercancías z crédito, y repercutirá en sus destinos. Mientras los pagos se amortizan mutuamente no hay necesidad de dinero contante y sonante. Pero, pronto como en la cadena de las deudas recíprocas se deje de amortizar una deuda, la cadena de la liquidación de cuentas se romperá y hará falta dinero ala contado.

Esta contradicción se manifiesta con especial fuerza en el período de las crisis eco nómicas de superproducción. El incumplimiento de los compromisos de pago en varias transacciones socava la confianza recíproca de los productores, y comienza el afán de conseguir dinero al contado. Se descubre que el dinero efectivo en la economías capitalista no son los compromisos de deuda, sino la mercancía monetaria real: el oro. Todos quieren vender sus mercancías para obtener el dinero real, pero no todos, ni mucho menos, pueden comprar la mercancía, ya que en esa situación el dinero contante se emplea para pagar las deudas. Por consiguiente, el desarrollo de la función de dinero como medio de pago, al reinar la propiedad privada sobre los medios de producción, refleja la posibilidad de mayor separación entre los actos de compra y venta y crea nuevas condiciones para el continuo recrudecimiento de las contradicciones de la economía capitalista.


Dinero mundial. A la naturaleza de los pagos internacionales le corresponde el funcionamiento del dinero en su forma natural, en la forma de lingotes de metal o noble. El dinero mundial es el oro, que cumple la fu7nción de medida del v Alor y se utiliza en el mercado mundial como medio universal de pago. En el comercio mundial, las cuentas se liquidan en la mayoría de los casos mediante el descuento de los compromisos de la deuda a través de los bancos. La necesidad de transportar el oro de un país a otro sólo surge cuando los compromisos de la deuda no se amortizan  mediante ajustes recíprocos. En este caso, el dinero funciona como mate en el mercado mundial como medio universal de pago.

Cuando un trastorno de las relaciones económicas o cualquier conmoción económica alteran la marcha normal de los pagos surge la necesidad de pagar cada transacción  mercantil con dinero al contado. Entonces, el dinero mundial desempeña el papel de medio universal de compra.

El traslado del dinero de un país a otro se registra también cuando los capitalistas                      transfieren una parte de sus capitales al extranjero. En este caso, el dinero funciona como “…materialización social absoluta de la riqueza en general…” 3


3. Carlos Marx. El Capital. Carlos Marx y Federico Engels. Obras, tomo 23, página 154.


Con el desarrollo del comercio mundial y las relaciones de  crédito, la moneda del país que tienen gran peso en dicho comercio y que otorga considerables créditos a otos países saca ciertas ventajas, ya que los ajustes entre los países que posee cierto monopolio en los pagos mundiales. Se presupone que dicha unidad monetaria representa determinada cantidad de oro. El desarrollo de los vínculos económicos mundiales origina la aparición de distintos medios internacionales de liquidación de cuentas que sustituyen al oro. Visto que el dinero mundial, por su propia naturaleza, debe funcionar directamente como oro, la divisa, que representa el dinero mundial y los diversos medios de liquidación de cuentas, debe convertirse libremente en oro. La ausencia de esa posibilidad caracteriza la crisis mundial de pagos.   

Cantidad de dinero necesaria para la circulación. La circulación de la mercancía determina la circulación de dinero. Visto que en el dinero que funciona como medio de circulación, se hacen realidad los precios de las mercancías, la cantidad de dinero indispensable para la circulación depende, ante todo, de la suma de los precios de las mercancías. Además hay que tener en cuenta que cada moneda puede pasar varias veces de unas manos a otras  durante un período concreto, cumpliendo varios ciclos de circulación. Cuanto más rápido circula el dinero tanto menos se le necesita para cubrir las demandas de la circulación. De ahí se desprende que la cantidad de dinero necesario para asegurar la circulación equivale a la suma de los precios de las mercancías, dividida por la velocidad ciclo de circulación de una unidad monetaria del mismo signo (rublos, marcos, dólares, etc.). Por tanto, la cantidad de dinero (D) necesario para la circulación  viene determinado por tres factores:  

1)      la cantidad de mercancías (M), 2) sus precios (P) y 3) la velocidad de circulación (VC). Esta dependencia puede expresarse con la ayuda de la siguiente fórmula:


D  =  MP,    o sea:
                                                                 VC


D es igual a la suma de los precios de las mercancías dividida por la velocidad de circulación  del dinero.

El estado de la circulación monetaria refleja la influencia de varios factores condicionados por las circunstancias que se hallan fuera de la circulación  monetaria y que son objetivas para ella. El proceso de compraventa de mercancías, su rapidez, al igual que la rapidez del ciclo de circulación del dinero, depende de las condiciones de producción, del desarrollo del transporte, de los nexos económicos entre la ciudad y el campo, del estado del sistema de crédito, etc.

Cuando funciona como medio de circulación el oro, se encuentra constantemente en circulación la cantidad de dinero que es efectivamente necesaria para tal fin. Por cuanto el dinero de pleno valor, cuando no participa en la circulación, se retira para fines de atesoramiento, la cantidad de dinero en circulación depende enteramente de circunstancias provenientes de las mercancías.

El dinero no cumple sólo funciones de medio de circulación y medio de pago, por cuya razón, el desarrollo de las relaciones de crédito, la fórmula la ley de circulación monetaria adquiere la siguiente significación:


D  =  MP—Cr + Pag – PagR
VC


La cantidad de dinero en circulación será  igual a la suma de los pre3ciso de las mercancías que han de venderse (MP), menos la suma de los precios de las mercancías vendidas a crédito (Cr), más los pagos (Pag), cuyo plazo ha llegado, menos la suma de los pagos recíprocos (PagR), dividido todo ello por el numero de ciclos de circulación (VC) de una unidad monetaria del mismo signo.


Papel moneda. Como hemos dicho ya, el desarrollo de la circulación monetaria revela la posibilidad de sustituir el dinero con signos que no poseen valor propio. Incluso las monedas se desgastan en el proceso de circulación y llegan a ser, en realidad, signos de valor incompleto, símbolos de su valor interior.  De ahí  la aparición de monedas de valor incompleto como sucedáneos  de oro (monedas de plata, de cobre, de níquel, etc.) y, luego, el papel moneda, lo mismo que las monedas de valor incompleto, sustituyen en la circulación la mercancía-dinero: el oro. Sin embargo, al regir la circulación del papel moneda la función de medida del valor la cumple también el oro, por cuanto el papel moneda no posee valor propio y no es más  que signo del oro.

Es el Estado quien pone en circulación el papel moneda y establece su cotización obligatoria. Pero el valor efectivo que representa  el papel moneda depende de la ley objetiva de la circulación monetaria. Cuando el papel moneda se emite en consonancia con la cantidad de dinero oro necesario para la circulación, se mueve de acuerdo con el valor de las monedas de oro que sustituye. Pero cuando la cantidad de papel moneda deja de corresponder a las necesidades de la circulación  mercantil en dinero oro, la cantidad de oro que representa cada unidad de papel monedas se diferenciará del valor nominal señalado en ella. Si se emite, supongamos, el doble de papel moneda que lo necesario para la circulación de las correspondientes monedas de oro, cada unidad del papel moneda representará sólo la mitad del valor correspondiente unidad de oro. Como resultado, la suma de los precios de las mercancías aumentará el doble.

La emisión excesiva de papel moneda y su depreciación  son en el mundo capitalista uno de los medios para incrementar las ganancias de la burguesía y diminuir los ingresos reales de los trabajadores, para hacer recaer sobre éstos la carga del déficit presupuestario generado por la política agresiva de los Estados imperialistas. *****

La teoría nominalista burguesa del dinero, que justifica a menudo  la emisión excesiva de papeo moneda, presenta al dinero como una unidad nomina de cuenta carente de contenido material alguno. Sus adeptos afirman que el dinero no es más que un signo convencional que no tienen valor intrínseco, es  simplemente una unidad de cuenta, que el dinero es creación del pode estatal el cual determina su valor. Pero esta teoría  no puede dar repuesta a la cuestión de cómo se mide el valor de las mercancías y se equipara por medio de objetos que no tienen valor propio. En la práctica, el papel moneda es representante de la mercancía dinero que posee valor. Esta circunstancia se manifiesta en la depreciación del papel moneda cuando se emite en cantidades excesivas.


La ley de valor. La esencia de la ley del valor. Su papel como regalador espontáneo de la producción mercantil. La Ley del valor es una ley económica objetiva del desarrollo de la producción mercantil. Cuando los productos se destinan a la venta, las inversiones del trabajo social adquieren ineludiblemente la forma de valor. La producción de mercancías hace necesario que el cambio de éstas corresponda a la cantidad de trabajo social invertido en su producción, es decir, que corresponda al tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en su producción. Dicho en otros términos, el cambio de mercancías debe efectuarse con arreglo a su valor social. El, proceso de cambio de las mercancías con arreglo al valor social, los productores cuyos gastos individuales de trabajo en la producción de la mercancía dada son inferíos a los socialmente necesarios salen ganando, mientras que los que invierten más trabajo que el socialmente necesario, salen perdiendo. La esencia de la ley del valor consiste en la necesidad de cambiar las mercancías en consonancia con su valor social, lo que obliga a los productores a cuidar de que los gastos de trabajo en la producción no excedan de los socialmente necesarios.

En la economía asentada en la propiedad privada, la ley del valor es un regulador espontáneo de la producción mercantil. En cualesquiera condiciones sociales es indispensable la distribución proporcional del trabajo en las distintas esferas de la producción. Al regir la propiedad privada sobre los medios de producción, los productores de mercancías se guían por sus intereses privados. El proceso de distribución del trabajo entre las ramas de la producción viene regulado por la ley del valor, que rige de manera espontánea.

El mecanismo regulador de la ley del valor se expresa en la fluctuación espontánea de los preciso de mercado, en que se apartan del valor social debido a la competencia. El precio sólo coincide con el valor de la mercancía cuando son iguales la demanda y la oferta, o sea, cuando la producción de una mercancía concreta corresponde a la demanda solvente de la misma. Si tal igualdad no existe, el precio de la mercancía se apartará de su valor, lo que influirá en la alteración de la correlación entre la demanda y la oferta y, por tanto, en la redistribución del trabajo y los medios de producción entre las distintas ramas. Cuando el precio de mercado es superior al valor crece la oferta y la producción de la mercancía. El establecimiento del precio de mercado por debajo del valor lleva a la reducción de la producción de las mercancías.

Las fluctuaciones de los precios alrededor del valor no se deben sólo a las fluctuaciones espontáneas en la esfera de la producción. Los cazmbios que se registran  en la productividad del trabajo y determinan cambios de magnitud del valor de la unidad de producvto originan,  a través de la fluctuación de los precios, una redistribución del trabajo entre las ramas. La disminución del valor de una mercancía concreta puede suscitar la necesidad de disminuir la cantidad de trabajo que se invierte en la respectiva rama. Empero, al propio tiempo, eso de aumentar la demanda solvente de dicha mercancía  o de otras mercancías. Aquí son inevitables las fluctuaciones de precios debidas a la disminución del valor, por una parte, y, por otra al aumento de la demanda. Así, la propia magnitud del valor social del producto influye en la distribución del trabajo entre las distintas ramas de la economía.

Cuando la producción la producción mercantil basada en la propiedad privada de los medios de producción abarca toda la producción social (como ocurre bajo el capitalismo), la ley del valor se convierte en regulador espontáneo de toda la producción social.

Por tanto, los precios de las mercancías no se apartan de sus valores por la voluntad de los productores, sino que por el efecto regulador objetivo de la ley del valor. Las fluctuaciones espontáneas de los precios en torno del valor, al reinar la propiedad privada sobre los medios de producción, son la única forma posible de manifestación de la ley del valor y el único mecanismo posible de regulación de la producción social.


Papel de la ley del valor en el resurgimiento de las relaciones capitalistas de producción. Su influencia en el crecimiento de las fuerzas productivas. La acción de la ley del valor lleva a la profundización y la agravación de las contradicciones entre los productos privas. Los productores ricos poseen una mayor cantidad de medios de producción y, por añadidura, más perfectos. En las empresas que les pertenece, las inversiones de trabajos vivos y materializados en la producción son inferiores a las de otros productores de los mismos artículos. Al fluctuar los precios en torno del valor, los ricos se ven en una situación  ventajosa en comparación con los productores medianos y pequeños. Necesitan mucho menos que estos últimos vender inmediatamente sus productos y, por ende, pueden esperar una coyuntura más propicia en el mercado.

Muy otra es la situación de la infinidad de los productores pequeños y medianos, que ganan mucho menos al vender sus mercancías en condiciones favorables  y salen siempre perdiendo en la competencia con los productores ricos. La fluctuación espontánea de los precios en torno al valor causa necesariamente la ruina del grueso de los productores pequeños y menos, su transformación en proletarios pobres y desprovistos de medios de producción, forzados a buscar trabajo en las empresas pertenecientes a otros. Al propio tiempo, un pequeño número de productores se enriquece y se convierten en cpitalistas, en explotadores de trabajo ajeno. Así, la acción de la ley del valor conduce a la diferenciación de los productores simples de mercancías, al avance de las relaciones capitalistas de producción.

La ley del valor desempeña en la economía mercantil espontánea un gran papel en el crecimiento y el perfeccionamiento de la producción, la elevación de la productividad del trabajo y la disminución del valor de las mercancías, ya que su acción impulsa a los productores a diminuir las inversiones individuales de trabajo en comparación con las socialmente necesarias.

En la lucha por la disminución de las inversiones individuales de trabajo en la producción de mercancías, la cual posee grandes posibilidades para elevar la productividad del trabajo y disminuir el valor de las mercancías. La ley del valor estimula el progreso de las fuerzas productivas, pero, al regir la propiedad privada sobre los medios de producción, eso origina inmenso despilfarro de trabajo social. Las fluctuaciones de los precios en el mercado determinan las proporciones de la producción, las cuales pueden no corresponder a la demanda corriente ni a la de un período más largo.

Por consiguiente, la acción espontánea de la ley del valor, a la vez que regula el despliegue del proceso de producción merantil y estimula la elevación de la productividad del trabajo, llevad a la agravación de las contradicciones antagónicas de la economía mercantil asentada en la propiedad privada de los medios de producción.


El fetichismo de la mercancía. Al dominar la propiedad privada sobre los medios de producción, los nexos entre los productores de mercancías en el propio proceso de producción, condicionados por la división social del trabajo, a través del movimiento de las mercancías. Dicho en otros términos, el movimiento de las mercancías, de las cosas, en el proceso del cambio expresa los nexos de producción, las relaciones de  producción entre los hombres. Sólo en el movimiento de las mercancías se revela la naturaleza social del trabajo privado, ya que el reconocimiento social del mismo sólo tiene lugar en el proceso espontáneo del cambio. Por lo tanto, las relaciones sociales entre los productores de mercancías revisten de manera absolutamente objetiva la forma de relaciones entre cosas y se manifiestan en el movimiento de estas últimas. Dicho en otras palabras, las relaciones de producción se materializan. El carácter espontáneo de las relaciones sociales, que ejerce su dominio entre los hombres, asume exteriormente el aspecto de dominación de determinadas cosas sobre ellos. La dependencia de los productores respecto al mercado se expresa en forma de dominación de cierta fuerza sobrenatural de las cosas (las mercancías y el dinero) sobre ellos. Esta materialización de las relaciones entre los hombres bajo la forma de relaciones entre cosas, la calificó Marx de fetichismo de la mercancía.

En el fetichismo de la mercancía hay que distinguir los aspectos objetivo y subjetivo. Las relaciones monetarias-mercantiles, en tato que forma de expresión de relaciones entre productores, se reflejan subjetivamente en su conciencia en forma de la idea de que las cosas poseen una fuerza sobrenatural. De la misma manera que los religiosos atribuyen una fuerza sobrenatural a las imágenes de Dios que ellos mismo confeccionaron, los productores de mercancías atribuyen, al regir la propiedad privada sobre los medios de producción, unas cualidades sobrenaturales a las mercancías y al dinero. Los nexos objetivos entre los productores que se hacen realidad a través del movimiento de las mercancías, crean la ilusión de que las relaciones entre los hombres son en realidad relaciones entre cosas.

El culto del dinero es la máxima manifestación del fetichismo de la mercancía. La mercancía-dinero –el oro--, lo mismo que todas las demás mercancías, no es más que producto del trabajo humano, pero en tanto que dinero, adquiere bajo el capitalismo una fuerza social, se erige en un instrumento de dominación sobre los hombres. El descubrimiento científico de la naturaleza del fetichismo de la mercancía, de por sí, no lleva y no puede llevar a su destrucción. Mientras exista la propiedad privada obre los medios de producción, los nexos sociales entre los hombres sólo se harán en realidad a través del movimiento de las cosas. El fetichismo de la mercancía de las mercancías es una categoría histórica. Surge con la producción mercantil basada en la propiedad privada.

La teoría de la producción mercantil y la teoría del valor por el trabajo fueron elaboradas por Carlos Marx. Tras descubrir la verdadera naturaleza de las contradicciones de la producción mercantil asentada en la propiedad privada, Marx puso en claro las condiciones de su transformación en producción capitalista y mostró que las relaciones mercantiles son el punto de partida en el desarrollo de la explotación capitalista. Partiendo de la teoría del valor por el trabajo, Marx creó la teoría de la plusvalía, piedra angular de la doctrina económica marxista.

La teoría de la producción mercantil y la ley del valor fueron desarrolladas en las nuevas condiciones históricas  por Lenin. Arrancando de la doctrina económica de Marx, Lenin mostró que la producción mercantil simple es la base más amplia y profunda del capitalismo. El estudio de los procesos de desarrollo de la producción mercantil, las leyes del desarrollo del capitalismo y los procesos de la diferenciación de clase en el campo, la diferenciación de los campesinos ofreció una importante premisa a Lenin para argumentar la necesidad de una firme alianza del proletariado con las grandes masas de campesinos trabajadores en la lucha contra el capitalismo.




Critica de las teorías burguesas del valor. Sentaron el comienzo de la teoría del valor por el trabajo os representantes de la Economía política burguesa clásica (W. Petty, A. Smith y de. Ricardo). Sin embargo, los clásicos de la Economía política burguesa no lograron desarrollar en forma consecuente dicha teoría, puesto que confundían las relaciones sociales entre los hombres con las relaciones de las cosas. En varios casos se apartaban de la teoría del Alor por el trabajo, no eran consecuentes. No consiguieron poner en claro la naturaleza del capitalismo.

Marx desarrolló con espíritu competente la teoría del valor, puso al descubierto el doble carácter del trabajo que produce mercancía y, partiendo de ello, descubrió a auténtica naturaleza de la explotación capitalista, su mecanismo y la ley del desarrollo de la economía capitalista. Marx mostró que la teoría de la mercancía y del valor por trabajo es la clave que permite comprender las leyes del desarrollo del capitalismo. Ya antes de aparecer la teoría del valor por el trabajo, los economistas burgueses querían hallar la leyes a que obedecían el movimiento de los precios, pero no pudieron calar en la profundad de los fenómenos. Por eso explicaban los precios ya bien haciendo alusión a la correlación entre la demanda y la oferta, ya bien a la utilidad de las cosas. En lo sucesivo, se hizo eco a dichas ideas de la Economía política burguesa vulgar, que se propuso la defensa consciente del capitalismo. Los representares de l Economía política vulgar se alzaron en contra la teoría de Marx del valor por el trabajo e intentaron oponerle su propias teoría.

Una de ellas es la teoría de la “demanda y la oferta”, cuyos adeptos suelen negar cualquier contenido interno del valor, lo reducen a una correlación puramente cuantitativa. De conformidad con dicha teoría, el precio coincide, de hecho, con el valor, y el valor se define como resultado de las oscilaciones de la demanda y la oferta. Los representantes de esta concepción no están en condiciones de explicar la esencia del valor, no responden al interrogante de qué es lo que constituye el contenido del precio cuando son iguales la demanda y la oferta. Se mueven en un círculo vicioso, explicando las  fluctuaciones de los precios mediante la fluctuación de la demanda y la oferta, y para explicar las oscilaciones de la demanda y la oferta se valen de las fluctuaciones de los pecios.

Otra teoría vulgar del valor explica los precios de las mercancías con ayuda de los gastos de producción. Empero los gastos de producción en la economía burguesa constituyen cierta suma de precios. Resulta que los precios de las mercancías vienen determinados por los gastos, y estos últimos, por los precios de las mercancías. También esta teoría se ve en un círculo vicioso, al recurrir a los precios para explicar los precios.

Los economistas burgueses contemporáneos hacen mucha propaganda de la teoría, criticada en su tiempo por Marx, según la cual, el valor es resultado de de la acción de tres factores de producción: trabajo, capital (materializados en los medios de producción y tierra. Los representantes de dicha teoría quieren suplantar las relaciones sociales entre los hombres con relaciones entre los factores de producción. Pero el enfoque científico exige que se distinga los aspectos económico y técnico de la producción. Desde luego, en la producción del valor de uso participan los tres factores de producción. Pero en ese caso concreto, no nos interesa el valor de uso de las mercancías de por sí, sino el valor, o sea, las relaciones que plasman entre los hombres 3en el proceso de producción de mercancías. El valor no es un resultado de inversión de  trabajo en general, sino el resultado de la inversión de trabajo social. Unos invierten más trabajo, otros, menos, unos trabajan otros no trabajan en absoluto, mientras que se apropian muchos más productos que los que trabajan. La misión de la Economía política consiste en poner al descubierto la esencia de la relaciones entre los hombres motivados por la producción, la distribución, el cambio y el consumo de las cosas.

La economía política marxista-leninista estima que el valor es la expresión de las relaciones sociales objetivas entre los hombres en el proceso de trabajo. Y la teoría de los “tres factores de producción” se plantea una misión a todas luces apologética y reaccionaria, ya que procura probar la ausencia de explotación bajo el capitalismo. De conformidad con dicha teoría, el obrero percibe el equivalente de su trabajo–el salario-,
y los propietarios de la tierra y del capital, lo producido por el capital y la tierra (la ganancia y la renta). Los representantes de la teoría d los “tres factores de producción” pregonan la armonía de los intereses de clase bajo el capitalismo.

Tiene mucha difusión en la Economía política burguesa contemporánea la teoría de la “utilidad marginal”, que tiene por base la interpretación subjetiva del valor. Con arreglo a dicha corriente de la Economía política vulgar, el valor es un fenómeno puramente psicológico, es una apreciación subjetiva de la mercancía, a su vez, viene determinada por su utilidad. Y el grado de esa última utilidad depende, como se pretende, de la cantidad de las mercancías: cuanto menos son, mayor es su utilidad y, a la inversa, a mayor cantidad corresponde menor utilidad. El valor de las mercancías viene determinado, como afirman los autores de la teoría, por su utilidad marginal (mínima). Dicha teoría hace caso omiso del carácter social de la producción y de las relaciones sociales entre los hombres.

El valor es una relación económica objetiva, y no resultado de apreciaciones psicológicas. Cualesquiera que sean semejantes apreciaciones, por ejemplo, de un corte de tejido, éste costará siempre menos qu3e un automóvil, por cuanto en la producción de este último se invierte mucho más trabajo social. La teoría subjetivista del valor trata de refutar la tesis de la existencia de leyes económicas objetivas que determinan el desarrollo de la producción social. Suplanta el enfoque objetivo del estudio de los fenómenos con el enfoque subjetivo;  la investigación de las relaciones de producción, clon el análisis de la psicología de cada persona, y el planteamiento histórico, con el que cuenta la historia.

La teorías burguesas contemporáneas  del valor suelen ser una mezcla de la ya examinadas: de la “demanda y la oferta”, los “gastos de producción, los “tres factores de producción” y la teoría subjetiva del valor.

Algunos economistas burgueses acusan a Marx de haber enfocado los fenómenos económicos  desde un ángulo de la ética y le reprochan así la imaginaría ausencia de planteamiento objetivo y científico. En realidad, Marx y Engels                          subrayaron reiteradas veces que no partían de razones morales, de apreciaciones morales de la importancia del trabajo, sino del sencillo hecho objetivo de que cualquier nación morirá de hambre si se suspendiese el proceso de producción. Marx y Engels arrancaban siempre de la apreciación objetiva del significado del trabajo en la vida de la sociedad, que se manifiesta en todas las condiciones sociales.

Los reformistas y los revisionistas, siguiendo a la economistas  burgueses, predican asimismo toda clase de teorías anticientíficas del valor y respaldándose en ellas, procuran refutar la teoría del valor por el trabajo elaborada por Marx. Firman que no existe el “valor absoluto” (o sea, la sustancia del valor), que es una “abstracción excesiva” de Marx, que las contradicciones de la mercancía y del trabajo, de las que escribiera Marx, son unas contradicciones puramente lógicas. Mientras tanto, la experiencia diaria muestra que el valor social por el trabajo es una cosa perfectamente real. Es sabido que las empresas que invierten en la producción de la unidad de sus productos más trabajo vivo y materializado que otras perecen en medio de la competencia. Por cuanto existe real y objetivamente la contradicción entre el trabajo concreto y el abstracto, no basta con producir la mercancía sólo como valor de uso, hay que además  venderla como valor. Las observaciones de las leyes objetivas a que obedece el cambio demuestran, y tienen que reconocerlo hasta los economistas burgueses, que las proporciones en el proceso de cambio dependen, en última instancia, de la magnitud de las inversiones de trabajo.


Crítica de las teorías burguesas del dinero. Sin poner al descubierto la auténtica naturaleza de la mercancía y el valor, los economistas burgueses tampoco pudieron llegar a comprender la esencia del dinero. Ya en la fase temprana del capitalismo surgió la llamada teoría metálica del dinero, que comparten ciertos economistas burgueses incluso en nuestra época. Con arreglo a dicha teoría, el oro y la plata son dinero en virtud de su propia naturaleza y sus cualidades naturales. Pero, como se sabe, la naturaleza no crea dinero. Los distintos objetos llegar a ser dinero sólo cuando las relaciones sociales engendran dinero. El oro se convierte en dinero y cumple la función equivalente universal sólo en ciertas condiciones sociales.

Los clásicos de la Economía política burguesa, aun habiendo establecido que el dinero es una mercancía, no llegaron a comprender su esencia de las relaciones sociales que encierran en el dinero. Sin Comprender el doble carácter del trabajo que produce mercancías, no pudieron revelar las contradicciones de la producción mercantil. Así se explica que los economistas burgueses estiman que el dinero sea un medio técnico de cambio. Mientras tanto, el dinero expresa determinadas relci9ones sociales entre los hombres. La circulación monetaria no es un proceso técnico sino social. El dinero es mercancía, pero una mercancía específica, que cumple una función social especial. Sólo se puede comprender la esencia del dinero si se pone al descubierto la naturaleza del equivalente universal y la necesidad del mismo.

Está muy en boga entre los teóricos burgueses, además, otra teoría del dinero –la nominalista-, surgida también en los albores del capitalismo. Para sus representantes, el dinero es un unidad nominal de cuenta, carente de cualquier contenido material. Los adeptos a la teoría nominalista del dinero afirman que éste no es más que signo convencional, desprovisto de valor intrínseco, nada más que una unidad  de cálculo: La teoría nominalista ya al parecer en el siglo XVII, se utilizó para argumentar distintas manipulaciones del Estado con el fin de disminuir el valor de la unidad monetaria. En el presente, sus representantes quieren probar que la circulación de papel moneda bajo el capitalismo puede sustituir perfectamente la circulación del dinero oro y tratan de argumentar así la emisión excesiva de dinero. Los nominalistas afirman que el dinero es obra del poder estatal y que su valor viene determinado enteramente por el Estado. No advierten más que las formas exteriores bajo las que se manifiesta el dinero, confunden el patrón de precios con la medida del valor. El Estado puede fijar cualquier patrón de precios, estableciendo la cantidad de metal que se toma por unidad monetaria. Pero no está en condiciones de establecer el valor de la mercancía-dinero. Por supuesto, también el papel moneda puede satisfacer las necesidades de la circulación monetaria, pero dicho papel moneda no posee valor. Tras el dinero ideal de cuentas oculta el dinero real, efectivo.

Una de las teorías burguesas del dinero más difundid es la teoría cuantitativa del dinero, según la cual, el dinero del valor viene determinado por su la cantidad en circulación. Los adeptos a dicha teoría afirman que las mercancías entran en circulación sin precio, y el dinero, sin valor, que el precio se plasma enteramente sólo en el proceso de circulación. La cantidad de dinero se cambia simplemente por la cantidad de mercancías. En realidad el dinero, la mercancía-dinero, lo mismo que todas las mercancías, poseen su propio valor, el cual se forma ya antes del proceso de circulación, en el proceso de producción. Es más, el valor de cada mercancía se mide en dinero ya antes del proceso de circulación. Por consiguiente, el dinero desempeña su función de medida del valor ya antes del acto de compraventa.

La cantidad de dinero de pleno valor en circulación depende del valor de la mercancía-dinero y de factores que se hallan fuera de la circulación monetaria. Cuando circula dinero de pleno valor, el dinero sobrante se atesora, y cuando crece la necesidad del mismo, vuelve a participar en la circulación. Los precios de la mercancías no varían con arreglo a la cantidad de medios de circulación corresponde siempre a la necesidad de los mismos.

Es igualmente errónea la teoría cuantitativa del dinero en lo tocante a l circulación del papel moneda, puesto que el valor señalado en del papel moneda depende de la correlación entre la cantidad de este último y la cantidad de dinero-oro necesaria para la circulación. Cuando circula el papel moneda, el oro sigue desempeñando la función de medida valor. ******


*  Bibliografía.

Compendio del Manual de Economía política de un grupo de autores de dirigidos por el académico A. Rumiántsev de la AC de la URSS, traducido por el ruso I. Vládov.

** Para el desamparo de la humanidad está noble nación de nuevo cuño, se ha derrumbado internamente  por la pésima política de sus gobernantes, que no han sabido luchar por los intereses generales de sus congéneres. Es decir, se han aburguesado y saqueado el interés general de la mayoría, por interés particular de una minoría. Muchos nos hacen creer que el derrumbe de esta sociedad fue debido a las presiones externas del sistema  capitalista aduciendo que los hombres no eran libres ni respectaban los  derechos humanos y la pobreza existente era infrahumana. Estos mismos que aducían tal cosa nada dicen ahora, que la pobreza está en manos de decenas de millones de seres humanos, y  que la ingente riqueza del país está en manos de unos pocos jerarcas, que han copiado todos los males y vicios del capitalismo. (A.R.P)

Los productores simples de mercancías, en tanto que trabajadores, victimas de la explotación en la mayoría de los casos, poseen intereses comunes con los obreros asalariados en la lucha contra los explotadores. La mayor parte de los productores simples de mercancías son los campesinos trabajadores. Estos, en alianza con la clase obrera y bajo la dirección de ésta, luchan contra el régimen capitalista.

Marx comienza por la mercancía el análisis de las relaciones capitalistas. El apartado I del primer tomo de El Capital se dedica al análisis de la mercancía y del dinero. Ello se debe a las siguientes causas. En primer lugar, históricamente, el capitalismo brota de la economía mercantil simple. En segundo lugar, el conjunto de mercancías constituye l riqueza de la sociedad capitalista, y laz mercancía viene a ser la célula inicial del complejo organismo de la economía capitalista, célula que encierra en germen todas las peculiaridades y contradicciones  y de la que brotan constantemente relaciones capitalistas.

Abstraernos de las formas económicas concretas que en determinadas condiciones sociales adquieren los productos del trabajo, veríamos que la riqueza de la sociedad consta siempre de valores de uso. El valor de uso de un producto del trabajo no expresa directamente las relaciones sociales, pero posee un carácter histórico, por cuanto su papel y significación varía con los cambios de las condiciones sociales. Si el producto se elabora para el consumo de uno mismo es valor de uso para el propio productor. Pero cuando en virtud de la división social del trabajo, el producto no se destina al consumo propio del productor, sino a otra persona, se convierte en valor de uso social, valor de uso para otros. En la producción mercantil, el valor de uso debe satisfacer no ya las necesidades del propio productor, sino de quienes compran la mercancía. Por consiguiente, en el proceso de producción de la mercancía debe crearse un valor de uso social. Sin embargo, no todo valor de uso social es mercancía, por cuanto ésta, como hemos dicho ya, debe poseer otra cualidad más: la de ser cambiable por otra mercancía. Por tanto, la peculiaridad histórica del valor de uso de la mercancía consiste en que es portadora del valor de cambio.

*** Todavía el sistema inhumano del capitalismo esta vivo Sólo es cuestión de tiempo. El penúltimo coletazo de tiburón lo ha creado el neoliberalismo en 2008, con la gran estafa dado por del sector de la ingeniería financiera de las grandes corporaciones bancarias del mundo capitalista. Para comprender mucho mejor lo acaecido, recomiendo a Vladimir I. Lenin leer su inmortal ensayo: el Imperialismo fase superior del capitalismo. (A.R.P.)

**** En la Rusia de fines del siglo XIX, la unidad monetaria era el rublo, equiparado a 0,7742 g de oro puro.

***** Actualmente la políticas agresivas de los Estados imperialistas, se circunscribe esencialmente al imperialismo económico, esclavizando a los países más débiles. A todo esto, hay que añadir el tráfico de armas, el narcotráfico, la prostitución y el supuestamente tráfico de órganos humanos. (A.R.P.)

****** En este compendio del Manual de Economía – Capitalista, sólo se expone el modo capitalista de producción de la formación socioeconómica capitalista, así como el examen de la teoría del valor por el trabajo, que ofrece la clave para descubrir las leyes del modo de producción de dicha formación socioeconómica. (A.R.P.)

Para complementar todos los demás parámetros del ensayo sobre Economía Política – Capitalista, recomiendo la adquisición de dicho Manual, traducido al español por la Editorial Progreso en 1980. (A.R.P.)





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