Sociedade Independente de Comunicação
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De SIC, siglas de Sociedade
Independente de Comunicação (en español,
Sociedad Independiente de Comunicación) es un canal de televisión
de Portugal.
Comenzó sus emisiones el 6 de octubre de 1992 como la primera
cadena privada del país, rompiendo con el monopolio que hasta la fecha
ostentaba Rádio e Televisão de Portugal.
El canal está controlado por el grupo Impresa, un
conglomerado de medios de comunicación liderado por Francisco Pinto Balsemão. SIC fue líder en
audiencias de la televisión portuguesa desde 1995 hasta 2004, cuando su
principal competidora TVI asumió el liderazgo
FW: Exposición del Presidente Evo
Morales ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea
(30-06-2013) *
“Con lenguaje simple, que era
transmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea,
el Presidente Evo Morales logró inquietar a su audiencia cuando dijo:
“Aquí pues yo, Evo Morales, he
venido a encontrar a los que celebran el encuentro”.
Aquí pues yo, descendiente de los
que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que
la encontraron hace solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos.
Sabemos los que somos, y es bastante.
Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me
pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que la descubrieron.
El hermano usurero europeo me
pide pago de una deuda contraída con Judas a quién nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me
explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos
y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo. También
yo puedo reclamar pagos y también reclamar intereses. Consta en el Archivo de
las Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que
solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil
kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo!
Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo
Mandamiento.
¿Expoliación? ¿Guardarme Tanatzin
de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su
hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito
a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro
como destrucción de las indias, o
ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del
capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de
metales preciosos.
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y
16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos
préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo
contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría
derecho no sólo exigir la devolución
inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Evo Morales, prefiero pensar
en la menos ofensiva de la hipótesis.
Tan fabulosa exportación de
capitales no fueron más que el inicio de un plan “MARSHALLTESUMA”, para garantizar la reconstrucción de la bárbara
Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes,
creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros
superiores de la civilización.
Por eso, a celebrar el Quito
Centenario del Empréstito, podemos preguntarnos. ¿Han hecho los hermanos
europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos
tan generosamente adelantado por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo depilaron
en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras
formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por tropas
gringas de la OTAN, como Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido
incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y
sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias
primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora
la afirmación de Milton Friedman
según la cual una economía subsidiada
jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien,
el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos
estos siglos en cobrar.
Al decir esto, aclaramos que no
nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y
sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos
europeos les cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la
devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del
10 por ciento, acumulado sólo durante
los últimos 300 años, con 200 años de gracia.
Sobre esta base, y aplicando la
fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos
deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16
millones de kilos de plata, ambas cifras elevadas a la potencia 300.
Es decir, un número cuya
expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que superan ampliamente
el peso total del planeta Tierra.
Muy pesadas son esas moles de oro
y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio
milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico
interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la
demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas,
desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero si exigimos la firma de una
Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo continente,
y que les obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o
reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago
de la deuda histórica…”
* Esta meritoria y genial exposición de Evo Morales, no la he visto publicada en
ningún periódico español o yo no tuve la habilidad de haberla hallado ninguna
parte, o se me pasó desapercibida. Me he
enterado de la misma por la Sociedade Independiente de Comuniçâo, que me fue enviada por Internet. Es
evidente que para los que no quieren que se les diga las verdades, los poderes fácticos
y los fachas de este país de la piel de toro, todos argumentarán que el genial
discurso el discurso es pura falacia demagógica. (A.R.P.)
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