jueves, 11 de abril de 2013

FORMACION SOCIECONOMICA FEUDALISTA


 FORMACION SOCIOECONOMICA FEUDALISTA  *

 

Modo de producción de la comunidad feudalista: surgió después de la caída del Imperio Romano, entre los siglos VII-VIII d.d.n.e., hasta el siglo XVI-XVII d.d.n.e. Fue el período más largo después de la comunidad primitiva y de la comunidad esclavista.

El modo feudal de producción fue una fase necesaria del progreso de la sociedad humana. Las formas del tránsito al feudalismo no fueron iguales en todas las partes, y su diversidad se debía a distintas condiciones históricas concretas.

Entre muchos pueblos, los elementos del feudalismo surgieron en la entrañas del modo esclavista de producción. El  prototipo más vivo del feudalismo en la sociedad esclavista fue el sistema del colonato en el Imperio Romano, que obtuvo especial difusión en el período de la desintegración  de la esclavitud. El nacimiento de las nuevas relaciones de producción, las feudales, se produjo también bajo la forma de paso forzado de los campesinos libres bajo la protección de los grandes propietarios de tierras. El crecimiento de los impuestos del Estado esclavista, la arbitrariedad de los grandes poseedores de tierras y, con tal motivo, el peligro de ruina completa llevaba a la pérdida de la propiedad de los campesinos sobre la tierra y a su transformación en población dependiente de los propietarios de la tierra.

La liquidación de las caducas relaciones de producción del esclavismo y la transformación del nuevo tipo socioeconómico  en forma dominante de relaciones de producción en la sociedad fueron aceleradas cuando las tribus germanas, eslavas y de otros pueblos se apoderaron del Imperio Romano. Surgió el sistema de la gran posesión de tierra, que se conjugaba con los pequeñas haciendas de los campesinos, dotados de tierra y dependientes de propietario de las mismas.

Hora bien, no todos los pueblos llegaron al feudalismo a través del régimen esclavista. Muchos realizaron ese tránsito partiendo directamente del régimen de la comunidad primitiva, soslyando el esclavista. Las peculiaridades de esta vía se manifestaron más claramente en Rusia y en los países eslavos de Europa Central y Oriental.

Pese a toda la diversidad de las vías que llevaron a los pueblos al feudalismo, pese a todas las peculiaridades  del proceso del devenir de la sociedad feudal, dependiente de unas u otras condiciones históricas  concretas, el contenido fundamental de dicho proceso era el mismo: el surgimiento de la clase de los campesinos, dependientes y explotados, carentes de tierra y forzados a mantener sus pequeñas haciendas individuales en la tierras de esos señores.

Bajo el feudalismo, la importancia decisiva en la economía correspondía a la producción agropecuaria. En la agricultura de las primeras fases del feudalismo predominaba el sistema de cultivo de dos hojas, en algunos lugares existía también el sistema de barbechos. Con el curso del tiempo comenzó a usarse el sistema de tres hojas, es decir, un sistema en el que un campo se dedica a cultivos otoñales, otro, a cultivos primaverales y un tercero queda en barbecho. El sistema de tres hojas pasó a ser el prevaleciente a lo largo de todo el período del feudalismo desarrollado. La propagación paulatina del arado, la grada de hiero y de otros aperos metálicos elevaba el de la técnica agrícola. Atributo típico de la economía feudal, que persinifi8caba sus adelantos técnicos eran los molinos de viento y, luego, los de agua.

En el período del feudalismo siguieron progresando la horticultura, la avicultura y otras ramas agrícolas. Creció la importancia de la ganadería, sobre todo la cría de caballos, lo que venía predeterminado por el carácter agrario de la economía y la necesidad militares de los señores feudales.

El perfeccionamiento de los instrumentos de producción agropecuaria y el mejoramiento de los métodos de fundición y tratamiento de metales contribuyeron al renacimiento de los oficios artesanos. El progreso de éstos y su especialización llevaron, en última instancia, a su transformación en esfera especial de actividad productiva y condicionaron el surgimiento y el desarrollo de las ciudades feudales.

Las fuerzas productivas de la sociedad feudal, en comparación con las de la época de la esclvitud, suponían una fase superior del progreso económico. No obstante, los cambios en la técnica se operaban muy lentamente. La producción feudal considerada en conjunto, se asentaba en el trabajo manual de los campesinos y artesanos.

Al carácter de las fuerzas productivas plasmado bajo el feudalismo y al nivel de su desarrollo correspondían determinadas relaciones de producción: el sistema de la relaciones de propiedad, el modo de asociación de los medios de producción a los productores directos, las relaciones de distribución, etc.

La forma feudal de propiedad se distingue de la esclavista porque no todos los medios de producción se hallan separados de los trabajadores. Sin embargo, el medio fundamental de producción –la tierra— no pertenecía a los trabajadores. Era propiedad de la clase de los señores feudales. La propiedad de los señores feudales sobre la tierra era la base de la sociedad feudal y determinaba la situación de los hombres en el proceso de la producción social, lo mismo que la estructura de la clase de la sociedad feudal y la forma de la distribución de los productos obtenidos.

En la época del feudalismo, la propiedad campesina sobre la tierra era un fenómeno raro. Era común el principio “no hay tierra sin señor”, es decir, no hay tierra que no pertenezca a un señor feudal. La tierra pertenecía a señores feudales seculares y a la Iglesia. En los países de Europa Occidental, una parte considerable de toda la tierra pertenecía a la Iglesia.

En el aspecto jurídico era típica de a `propiedad feudal sobre la tierra en los países de Europa unja rigurosa jerarquía: la escala de los señorees feudales dependientes los unos de los otros. Cada señor feudal recibía la tierra del señor superior a condición de cumplir ciertos deberes (serle fiel, cumplir el servicio militar para  él, ayudar con consejos y, en ciertos casos, con subsidios, y así sucesivamente).

La propia palabra “feudalismo” procede de propiedad sobre la tierra típica de dicho régimen. El feudo era tierra que un señor feudal entregaba a otros (vasallo) en posesión hereditaria a condición de que éste cumpliera ciertas obligaciones. El régimen social, cuya base era la propiedad sobre la tierra, bajo la forma de feudo, pasó a denominarse feudalismo.

La propiedad feudal sobre la tierra poseía peculiaridades sustanciales en los países orientales, donde obtuvo gran propagación e importancia la propiedad estatal sobre la tierra. El desarrollo del sistema económico feudal no siguió aquí la vía del fraccionamiento de la posesión de tierras entre los señores feudales, sino, más que nada, la del fortalecimiento de la propiedad feudal estatal obre la tierra y las aguas. Ello venía condicionado, en primer término, por la necesidad de practicar en gran escala la agricultura de regadío, que tenía un significación económica decisiva, pero resultaba extraordinariamente difícil al fraccionarse la propiedad. Además, en los inmensos imperios feudales (por ejemplo, en el Califato Árabe y el imperio Mongol), la explotación de los pueblos sojuzgados surtía gran efecto económico precisamente al centralizarse el medio principal de producción -–la tierra— en manos del Estado absolutista feudal. En dichos imperios, la centralización política iba acompañado de la económica, es decir, de la concentración de la tierra en propiedad del Estado feudal. Finalmente, tampoco cabe olvidar que aquí la propiedad estatal sobre la tierra había sido heredada en una medida u otra del modo esclavista de producción y se multiplicaba a cuenta de las innumerables conquistas de tierras de los pueblos vecinos por los Estados feudales.

De suyo entiende que la propiedad feudal bajo la forma estatal significa el monopolio de una minoría de la sociedad –-los señores feudales— sobre la tierra. Lo prueba con toda elocuencia el hecho de que, en el período de feudalismo temprano, el Estado entregaba en concepto de sueldo a los señores feudales la mayor parte de los recursos recaudatorios entre los campesinos.

El monopolio sobre la tierra era también la base del llamado feudalismo nómada, en que el tipo fundamental no era la agricultura, sino la ganadería nómada. La tierra se aprovechaba principalmente como pastizales y el ganado solía desempeñar el mismo papel económico que la tierra, siendo una condición natural de producción, en cierta medida un don de la naturaleza.

La esencia de la forma feudal de propiedad sobre los medios de producción consiste en que los productores directos –-los campesinos— no la tierra, o drea, el principal medio de producción agropecuaria. La reciben del propietario del seño feudal en usufructo, y no en propiedad. Por el usufructo de la tierra, los campesinos debían siempre cumplir toda clase de prestaciones feudales. La propiedad de los señores feudales sobre la tierra era la base económica de la explotación de los campesinos, de su dominación sobre los campesinos.

Era típica de la época feudal la división de la tierra pereciente a la clase de los señores feudales en tierra señorial y tierra campesina. Los campesinos recibían para su hacienda terreno del señor feudal, y las proporciones del terreno determinaban el volumen de las prestaciones que el campesino debía satisfacer. Dicho sistema de usufructo de la tierra correspondía al carácter de la explotación feudal de los campesinos y era una de las principales formas de  relaciones agrarias al feudalismo.

Por cuanto la tierra era propiedad de los señores feudales, éstos formalme3nmte podían expulsar en cualquier momento al campesino de la tierra que usufructuaba. Sin embargo, tales casos eran raros, siendo más usual el procedimiento contrario: la sujeción de los campesinos a la tierra. “En la edad Media, la fuente de explotación feudal no consistía que el pueblo se liberaba de la tierra, sino, al contrario, en que se sujetaba a ella 1.

1. F. Engels. El movimiento obrero en América. C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 21, página 349.

 
Los terrenos en usufructo de los campesinos eran un medio que les aseguraban mano de obra gratuita a los señores feudales. El usufructo de la tierra por los campesinos era, por lo común, hereditario.

También existía el usufructo campesino vitalicio de la tierra sin derecho de venta o herencia. Después de la muerte del campesino, sus descendentes u otros que querían conseguir  el terreno en usufructo entregaban al señor feudal cierta cantidad de productos o dinero o le prestaban servicios. Esa forma de susfructo campesino de la tierra apareció en una fase ya más avanzada del modo feudal de producción y le ofrecía al señor feudal un medio para estrujar  los campesinos y sacar ingresos suplementarios.

A la par que la propiedad de los señores feudales, existía la propiedad individual de los productores directos: los campesinos y los artesanos. Por ejemplo, el campesino poseía en propiedad sus aperos agrícolas, ganado de labor y de renta, aves de corral, utensilios domésticos , semillas, dependencias, casa de vivienda, utensilios domésticos, medios de transporte, etc. También los artesanos poseían en propiedad ciertos medios de producción. El rasgo cardinal de la propiedad de los pequeños productores –campesinos y artesanos— consistía en que tenía por base el trabajo personal, por cuya razón no podía servir de medio de explotación.

En virtud del monopolio de los señores feudales sobre la tierra, el principal medio de producción, los campesinos dependían económicamente del señor feudal. Al propio tiempo es típica del feudalismo, además, la coerción extraeconómica, sin la cual sería imposible la producción feudal. Lenin escribía que si el terrateniente “…no tuviese un poder directo sobre la persona del campesino no podría obligar a trabajar para sí al hombre que posee tierra de nadie y que tiene hacienda propia. Se requiere, pues, una coerción extra económica”, como dice Marx, al definir ese régimen económico… las formas y el grado de esa coerción pueden ser los más distintos, comenzando por el estado  y terminando con la restricción estamental de los derechos del campesino  2. Por lo tanto, la coerción extraeconómica es un rasgo inalienable  del feudalismo, que se desprende el hecho de que los campesinos poseen en propiedad personal casi todos los elementos necesarios para la hacienda menos la tierra, monopolizada por los señores feudales.


2.  V. I.  Lenin. El desarrollo del capitalismo en Rusia. Obras completas, tomo 3 página 185.


La incompleta separación entre los productores y los medios de producción condicionaba precisamente la sujeción de los campesinos a la tierra, sus derechos restringidos, manteniéndose muchas veces el derecho del señor feudal de venta de los campesinos. La dependencia personal de los campesinos respecto a los señores feudales revestía las más distintas formas en la diversas fases del desarrollo del feudalismo.

Una peculiaridad  sustancial de la economía feudal consistía en la dominación de la economía natural.  Cada propiedad feudal llevaba su vida económica sin mantener contacto con los demás. Durante mucho tiempo, las necesidades del señor feudal, de su familia y domésticos se satisfacían a cuenta de los productos que se obtenían de la hacienda del señor o  le suministraban los campesinos pecheros. En la finca del señor feudal, los oficios se sumaban a la agricultura, de modo que los señores feudales se aseguraban los diversos productos y resolvían los problemas de la reproducción sobre la base de la economía natural.

La hacienda campesina también era del tipo natural. Los campesinos no se dedicaban sólo a la agricultura, sino también a la transformación de las materias primas que producían, a la hilandería, la tejeduría, la producción de calzado, de objetos de uso productivo y doméstico, etc.

Era, general, típica de la economía feudal la conjugación de la agricultura, rama fundamental de la economía, con los oficios domésticos, de significado auxiliar. La producción  tenía, durante mucho tiempo, un carácter estanco, universal y autárquico. Solo unos cuantos productos vitales e imprescindibles, como, digamos, la sal y los artículos de hierro, los solían suministrar los mercaderes ambulantes.

Las causas de la dominación de la economía natural y la limitada esfera de las relaciones monetaria-mercantiles residían en las peculiaridades del modo feudal de producción: el nivel relativamente bajo del desarrollo de las fuerzas productivas y de la divino social del trabajo, la dominación de la agricultura y el carácter directamente consuntivo de la producción.

El tiempo de trabajo del campesino, dependiente en el período inicial de desarrollo de feudalismo se dividía sensible y visiblemente en tiempo necesario y tiempo adicional de trabajo (plusproducto). Durante el tiempo necesario de trabajo, el campesino creaba en su hacienda el producto que necesitaba patas su propia existencia y la de su familia. Durante el tiempo adicional (plustiempo), el campesino creaba, principalmente en la tierra del señor feudal el plusproducto, del que se apropiaba gratuitamente el señor.

En el régimen esclavista, la clase explotadora se apropiaba todo el producto del esclavo y luego le devolvía loa parte indispensable para sostener su existencia.  En cambio, en la sociedad feudal, el campesino pechero reproducía toda la fuerza de trabajo con ayuda del producto que obtenía en la tierra en usufructo. Por consiguiente, la preocupación  por la reproducción de la fuerza de trabajo la hacía recaer el señor feudal sobre el propio campesino. Precisamente en eso consiste la peculiaridad del modo de reproducción de la fuerza de trabajo en la economía feudal.

El plusproducto, creado por el plustrabajo de los productores directos, se lo apropiaba el señor feudal bajo la forma de renta feudal del suelo, la cual era la forma económica de realización de la propiedad de los señores feudales sobre la tierra. Un rasgo distintivo de la rente feudal del suelo consiste en que ésta incluye todo el plusproducto creado por el campesino y, con frecuencia, una parte del producto necesario. Por tanto, la ley económica fundamental del feudalismo consiste en la producción del plusproducto, creado mendicante la explotación de los campesinos dependientes y apropiado por el señor feudal bajo la forma de renta feudal del suelo.

A la par que el modo feudal de reproducción, se desarrollaba y cambiaba de forma la renta del suelo.

La forma inicial de renta feudal del suelo fue la renta en trabajo. Este pago de la renta se denominaba prestación personal. Al regir la renta en trabajo, el plustrabajo estaba separado, tanto en el tiempo como en el espacio, del trabajo necesario. Una parte de la semana –-tres días y más—  el campesino trabajaba en la finca del señor, y los días restante, en su hacienda. Debí trabajar la tierra del señor feudal con sus propios aperos y animales de labor, cumplir trabajos de construcción ** y satisfacer otras prestaciones. Claro que el campesino  no estaba interesado en elevar loa productivita y la intensidad del trabajo en la hacienda del amo. Por eso, el plustrabajo del campesino revestía la burda de trabajo coercitivo para el señor feudal y se realizaba bajo la vigilancia directa del propietario de la tierra o de su representa: el capataz.

La coerción extraeconómica del campesino adquiría aquí formas por demás concretas. El campesino estaba interesado en elevar la productividad del trabajo sólo en su propia hacienda, ya que ésta le daba los medios necesarios de subsistencia. La posibilidad de producir cierto remanente por encima del producto necesario y mejorar de este modo su situación económica brindaba cierta perspectiva de fomento de las fuerzas productivas en la sociedad feudal.

La segunda forma de renta feudal –-el ceso en frutos, la renta en especie (el censo en especie) — es una modalidad de la primera, aunque la esencia económica es la misma. El censo de frutos es una forma más desarrollada de renta feudal del suelo. En la mayoría de los casos se conjugaba con la forma inicial, la renta en trabajo.

El censo en frutos apareció en una fase más avanzada del desarrollo del feudalismo, cuando ya se había alcanzado un nivel más alto de productividad del trabajo en los productores directos. Al instaurarse esta forma de renta, la mayor parte de la tierra de los feudos se entregaba en usufructo a los campesinos. El censo en frutos se diferencia de la renta en trabajo por el hecho que el campesino cumple el plustrabajo no y como trabajo especial en la finca del señor, sino, a la vez que el trabajo necesario, en su propia hacienda. El campesino pechero debía entregar al señor feudal una parte de los productos alimenticios, las materias primas derivadas de éstas, etc. El campesino y no trabajaba bajo la vigilancia directa del propietario de la tierra o de su representante, sino con responsabilidad propia, disponiendo más o menos por su cuenta de todo el tiempo de trabajo. El trabajo para sí y el trabajo para el señor feudal ya no se separaba en el tiempo y en el espacio. El campesino pechero ***, producía tanto el producto necesario como el plusproducto en su hacienda en su hacienda y entregaba luego éste último, bajo la forma de censo en frutos, al señor feudal.

El sistema de censo en frutos reforzaba rn cierta medida el interés del campesino por los resultados de su trabajo e impulsaba la iniciativa económica de los pr4oductores directos.

La tercera forma de renta feudal el censo en metálico, renta del dinero. Era una forma metamorfoseada del censo en frutos y significó un mayor desarrollo de las relaciones económicas del feudalismo. La renta en metálico que se diferenciaba del censo en frutos porque el campesino entregaba al señor feudal el plusproducto en metálico, y no en especie. El campesino ya sólo tenía que obtener el plusproducto en su hacienda, sino, además, venderlo, convertido en dinero.

La base de la renta feudal en dinero era la misma que la del censo en frutos. El productor directo, el campesino, seguía siendo el cultivador hereditario de la tierra y debía entregar al propietario de ésta el plusproducto, es decir, el trabajo  no retribuido. el trabajo ejecutado sin equivalente, en forma de plusproducto convertido en dinero. La transformación del censo en frutos en censo en metálico fue condicionada por el progreso de la división del trabajo, la continua separación entre los oficios y la agricultura y el avance de las relaciones monetario-mercantiles.

El censo en metálico fue la última forma de renta feudal del suelo. Fue típico del período de la desintegración del feudalismo y del desarrollo paulatino del tipo económico capitalista en sus entrañas. Al regur esta forma de renta, el campesino económicamente capaz podía adquirir más medios de producción. Su propiedad sobre los medios de producción fue ampliándose. Las relaciones entre el señor feudal y el campesino dependiente se convirtieron paulatinamente en relaciones contractuales   y de censo en metálico. La situación del campesino pechero –cultivador de la tierra-- se fue acercando a la de simple arrendatario. Y eso, a su vez, llevaba a que el campesino adquiría  la posibilidad de rescatar su compromiso de d pagar el censo y la de convertirse en campesino independiente con plena propiedad sobre la tierra que trabajaba. La tierra comenzaba a incorporarse a la circulación comercial, convirtiéndose en objeto de compra y venta. No sólo ya los anteriores campesinos pecheros, sino incluso gentes de la ciudad podían comprar tierras. El desarrollo de las relaciones monetarias-mercantiles profundiza el proceso de los campesinos: aparecen campesinos arruinados que se contratan a trabajar a cambio de dinero.

El tránsito de una forma de renta a otra, siendo reflejo del crecimiento de las fuerzas productivas, se efectuaba en  medio de choques y luchas entro los intereses de los campesinos y los señores feudales, haciendo más hondo el carácter antagónico de las relaciones de la sociedad feudal. Interesados en el aumento del plusproducto los señores feudales aumentaban constantemente la explotación de los productos directos.

El sistema socioeconómico del feudalismo era más progresista que el esclavista. La explotación rapaz de los esclavos llevaba a la rápida extinción de éstos, y las filas de los trabajadores se engrosaba principalmente de cuenta de la guerra. Bajo el feudalismo, el sistema de concesión de tierras en usufructo a los campesinos era una forma que le aseguraba al señor feudal permanente fuerza de trabajo. El propio campesino se preocupa de los medios de subsistencia indispensable para la producción de la fuerza de trabajo y de los instrumentos de producción.

El sistema esclavista ahogaba en el productor directo, carente de familia y hacienda, todo estímulo de producción y de la elevación de la productividad del trabajo, mientras que el sistema feudal de explotación fomentaba en el campesino pechero cierto interés por la elevación de la productividad del trabajo en su propia hacienda. En la posibilidad que tenía el campesino de trabajar una parte del tiempo con más rendimiento en la tierra que usufructuaba residía precisamente la mayor ventaja del feudalismo frente a la esclavitud.

La falta de interés, propia de los productores directos de la sociedad esclavista, de utilizar mejor los instrumentos de producción fue superada en cierta medida bajo el feudalismo. A diferencia del esclavo, el campesino feudal cuidaba de los aperos, el ganado y otros instrumentos de trabajo por la simple razón de que le pertenecían a él. Es más, el campesino procuraba mejorar y perfeccionar los medios de producción que le pertenecían. Gracias a ello, las fuerzas productivas de la sociedad feudal siguieron avanzando.

El sistema de las relaciones de producción del feudalismo no comprende sólo las relaciones entre los campesinos y los señores feudales, sino igualmente las relaciones entre los hombres, que se plasmaban en el proceso de la producción artesana en la ciudad.

Primeramente, los oficios se desarrollaban dentro de los límites de la finca feudal. De entre los campesinos se destacaban artesanos que prestaban sus servicios al señor feudal y la población de la aldea.

Con el tiempo se fueron  perfeccionando más y más la técnica manual de los oficios y la maestría de los artesanos. El progreso de los oficios halló su expresión en el aumento del número de especialidades artesanas, la segregación de nuevas ramas de oficios y el perfeccionamiento de los métodos de producción de artículos de artesanía. Los artesanos comenzaron a producir muchas más artículos  que lo necesario al señor feudal y a los campesino del pueblo propio.

Con el permiso del señor feudal, los artesanos se instalaban alrededor del castillo   feudal o de los muros del monasterio, cuando el señor feudal era la Iglesia. Estas poblaciones fueron extendiéndose y convirtiéndose en ciudades. Sin embargo, la población urbana no rompía definitivamente durante mucho tiempo sus vínculos con la agricultura y se hallaba “bajo la tutela” de los señores feudales.

Progresando, la artesanía se convirtió en producción para el mercado. Los oficios más desarrollados se separaron definitivamente de la agricultura.

La producción artesana de las ciudades, tenía su estructura especial. Los artesanos se agrupaban en gremios. El gremio era una unión en la que entraban los maestros artesanos de una misma o varias profesiones afines. Quienes no formaba parte del gremio no podían dedicarse a dicho oficio. Cada gremio poseía su administración  electiva (los síndicos) y sus Estatutos. A fin de adaptarse a las demandas del limitado mercado local, así como para acabar con la competencia entre los maestros gremiales y su diferencia patrimonial, el gremio reglamentaba rigurosamente la tecnologías y el volumen de la producción, fijaba el número de trabajadores par cada taller, el precio y la calidad de cada mercancía y la duración de la jornada laboral. La estructura gremial de los oficios permitía practicar, por lo común, nada más que la reproducción simple, es decir, la repetición de la producción en proporciones invariables. La producción artesana era una producción pequeña.

El maestro gremial tenía su propio taller y trabajaba, más que nada, para cumplir encargos o para el mercado local. La propiedad del maestro sobre los medios de producción se asentaba en su trabajo personal. Sin embargo, el maestro obtenía cierto ingresi del trabajo de los oficiales y aprendices de su taller. La superioridad del maestro respecto de sus oficiales y aprendices no dependía tanto de la propiedad sobre los medios de producción cuanto de la maestría profesional. En el taller apenas había división del trabajo. En tales condiciones, el dominar ka maestría profesional requería mucho tiempo, y la maestría del artesano tenía importancia primordial.

La finalidad de la labor económica del maestro no era tanto  el dinero y el enriquecimiento cuanto el logro de una actuación “decente” fijada por su gremio. Para los aprendices y oficiales, el trabajo en el taller del maestro era una escuela de formación profesional. Tras trabajar varios años, el aprendiz pasaba a la categoría de oficial y, luego, se necesitaba varios años más para que se le permitiera abrir un taller p4ropio. En las etapas tempranas del desarrollo de la artesanía urbana, , aunque ya existía la explotación de los aprendices y los oficiales. Las relaciones entre el maestro y sus subalternos eran patriarcales en considerable medida. Con el avance de las relaciones monetario-mercantiles aumentaba la diferencia de situación patrimonial y productiva del maestro gremial, por una parte, y la de los aprendices y oficiales , por otra. Los primeros se enriquecen a cuenta de la explotación de los segundos. Estos se veían forzados a pasar a la categoría de obreros asalariados. Las contradicciones entre los maestros y los aprendices y oficiales  se volvieron irreductibles, antagónicas.

En la época feudal, las ciudades no eran sólo centros de artesanía, sino también de comercio. La parte más rica de la población humana eran los comerciales y los usureros. A la organización gremial de los artesanos correspondía la organización de corporaciones en el comercio. Las corporaciones de los comerciantes existían casi en todas partes. La misión  fundamental de las corporaciones eran la lucha contra la competencia de otros comerciantes, la ordenación de los pesos y medidas, la reglamentación de los precios y la calidad de las mercancías y la protección de los derechos de los mercaderes contra los atentados de los señores feudales.

Bajo el feudalismo, el capital comercial servía de intermediario en el cambio del plusproducto, apropiado por los señores feudales, por objeto de lujo y otros artículos raros de uso y consumo, así como en el cambio de productos del campesino feudal y del artesano gremial. La ganancia comercial surgía como resultado del cambio no equivalente, es decir, de la compra de mercancías a precios superiores a su valor y la venta de dichas mercancías a precios superiores a su valor. La fuente de la ganancia comercial era una parte del plusproducto creado por los productores directos, los campesinos y los artesanos, y, a veces, una parte del producto necesario. Los comerciantes, usureros y maestros ricos constituían la cumbre hacendada de la población urbana,

 Paulatinamente, debido al desarrollo de la división social del trabajo  y al crecimiento de las fuerzas productivas, la sociedad feudal pasó a constar de la ciudad artesana y comercial y del campo agrícola. La formación de las ciudades y el continuo progreso de la artesanía y del comercio contribuyeron directamente a la ampliación de la producción mercantil. El papel rector en el avance de las fuerzas productivas ib pasando a las ciudades.

La peculiaridad de las relaciones que iban cristalizando entre la ciudad y el campo bajo el feudalismo consistía en que el campo dominaba políticamente sobre la ciudad, ya que el poder estatal pertenecía a los terratenientes. Pero económicamente, la ciudad explotaba el campo. “Sí en la Edad Media –escribía Marx—el campo explota políticamente a la ciudad, salvo en lo sitios en que el feudalismo se roto por el desarrollo excepcional de las ciudades, como en Italia, a cambio de ello la ciudad explota económicamente en todas las partes y sin excepción al campo, con sus precios de monopolio, su sistema de impuesto, su régimen gremial, su estafa mercantil y su usura 3.

 
3. C. Marx El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 25, parte II, página 365.


El que la ciudad se separase del campo, lo mismo que la propagación y el crecimiento de las ciudades ocasionaron el continuo progreso del comercio en la sociedad feudal. Se amplio el comercio entre los artesanos y los campesinos, entre los artesanos y los señores feudales. Surgieron mercados interiores locales, que extendieron sus vínculos comerciales a las fincas, los pueblos y las ciudades. Mediante el comercio se fueron estableciendo nexos regulares entre la agricultura y la artesanía urbana. 

Los oficios artesanos y el comercio ejercían una gran influencia en el campo feudal. La hacienda de los señores feudales  se incorporaba más y más al mercado. Los señores feudales necesitaban dinero para adquirir objetos de lujo y artículos de los artesanos urbanos. El paso de los campesinos de la pre3stación personal y del censo en frutos al censo en metálico incorporaba también la hacienda campesina a las relaciones del mercado.

Contribuyó igualmente al progreso de las relaciones monetario-mercantiles en las entrañas de la economía feudal el comercio exterior.

Merced a las ventajas  del sistema económico del feudalismo ante el régimen esclavista surgieron nuevas fuerzas productivas, más desarrolladas. En la agricultura obtuvieron vasta aplicación los aperos de metal (el arado, la grada, etc.). Con el progreso de  los aperos agrícolas se elevó el nivel agrotécnico de la producción agropecuaria. Surgieron nuevas ramas de cultivo de los campos. Se acrecentó la importancia de la ganadería. Mejoraron y se perfeccionaron la praticultura y los pastizales.

La producción artesana experimentó también cambios sustanciales. Para el perfeccionamiento de los instrumentos de trabajo tuvo primordial importancia  el mejoramiento de los procesos de fundición y tratamiento de los metales. Aparecieron los primeros bancos de estirado y trenes de laminación para la producción de alambre y de planchas de hierro. Ya en el siglo XV se empleaban tornos, rectificadores y terrajas, aunque muy primitivos., Aparecieron los primeros taladros accionados por la rueda de agua o noria. La rueda de agua se empleaba como fuente de energía minería y aserradero de madera, la fabricación de papel y de pólvora. Progresó en ramo de la construcción.

Se registraron asimismo ciertos cambios técnicos en la producción textil. Se extendieron los telares, en los siglos XIV y XV se pasó a los telares horizontales. En 1600 se inventó el telar de cinta. , a fines del siglo XVI, la rueca. En la fabricación de paños comienzan a usarse los tambores urdidores y los molinos para fieltro.

En la época del feudalismo se inventaron el reloj, el papel y la imprenta. La invención de la brújula contribuyó al mayor progreso de la navegación. Se creó un nuevo tipo de barco marítimo (la carabela), que se distinguía por una gran capacidad de maniobra.

El progreso logrado en la técnica de la producción y la elevación de la maestría profesional probaban el crecimiento de las fuerzas productivas de la sociedad feudal, el considerable avance de la división social del trabajo. Al propio tiempo,  el desarrollo de la producción se sentía frenado por el estrecho marco de las relaciones feudales de producción, que entorpecía su continuo ascenso. La falta de correspondencia entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción llevaba objetivamente a la agravación de todas las contradicciones del feudalismo: entre los trabajadores (campesinos y artesanos) y la burguesía naciente en las entrañas del feudalismo, por una parte, por una parte, y los señores feudales y el régimen feudal, por otra; entre la ciudad y el campo; entre el trabajo intelectual y el físico; entre el carácter natural de la producción feudal y la creciente economía mercantil, y así sucesivamente.  Esta es la razón  de que el progreso de las fuerzas productivas exigiese implacablemente nuevas relaciones de producción, capaces de contribuir al crecimiento y perfeccionamiento de la producción.

La producción de los artesanos y los campesinos en la parte que se destinaba a la venta era una producción de mercancía. La economía mercantil simple de los artesanos y los campesinos constituía en las entrañas del feudalismo la base sobre la que, en ciertas condiciones, brotaban las relaciones capitalistas de producción.

Durante mucho tiempo, el proceso de diferenciación económica de los productores de mercancías en las entrañas del feudalismo era lento. Ello se debía a la dominación de la hacienda natural en la economía feudal y a la insignificante proporción de la producción de mercancías. El crecimiento de las fuerzas productivas de la agricultura  y la artesanía y la profundización  de la división social del trabajo entre la ciudad y el campo ocasionaron el reforzamiento de los nexos de mercados entre las distintas haciendas y la formación de mercados locales, lo que condujo luego a animados vínculos económicos mercantiles entre las zonas económicas y las ciudades del país y a la formación del mercado nacional.

Al profundizarse el proceso de la división social del trabajo y ampliarse las relaciones monetario-mercantile3s, la producción fue adquiriendo un carácter cada vez más social. Los distinto s productores de mercancías invertían distinta cantidad de tiempo para la p4roducción de artículos iguales. Aquellos, cuya inversión de trabajo, debido a condiciones peores de producción, era superior, sólo lograban reponerla en parte al vender la mercancía y, en fin de cuentas, se arruinaban. El enriquecimiento de otros se lograba a cuenta de condiciones mejores de su trabajo y de la apropiación de productos del trabajo ajeno. El continuo desarrollo de las relaciones monetario-mercantiles aceleró el proceso de diferenciación económica de los productores de mercancías. Por una parte, se segregaba gran número de hombres privados de los medios de producción y de subsistencia y, por otra, se formaba un escaso grupo de ricachones.

Para el surgimiento del tipo económico capitalista tuvo mucha importancia la ampliación de mercado más allá del marco nacional. El naciente mercado mundial presentaba una gran demanda de mercancías. Mientras tanto, la artesanía gremial las producía en cantidades bastante limitadas. La contradicción entre las posibilidades limitadas de la pequeña producción artesana y las acrecidas demandas del mercado exigía que se pasase a la gran producción masiva.

La ampliación del comercio interior y el crecimiento de los vínculos comerciales con el exterior requerían nuevas formas de organización de la producción y cambios en las relaciones sociales. El régimen gremial con su encerramiento, rutina, rigorosa reglamentación  de la tecnología y del volumen  de la producción y la actitud hostil ante las innovaciones técnicas entró en contradicción con las demandas del desarrollo económico de la sociedad. En tales condiciones, algunos maestros gremiales, eludiendo los Estatutos del gremio, comenzaron a ampliar la producción y aumentar el número de trabajadores y la duración de la jornada laboral. Algunos maestros llevaban la producción al campo, donde no había control gremial y distribuían los encargos entre los oficiales a domicilio. Se minaba el monopolio de los gremios. Bajo la influencia de las nuevas demandas económicas se inició un intenso proceso de diferenciación patrimonial y social de los artesanos. Los maestros artesanos más ricos se convertían paulatinamente en capitalistas que explotaban a obreros asalariados, y el grueso de los oficiales y aprendices, agobiados por la necesidad, se convirtieron en proletarios, carentes de medios de producción y forzados a vender su fuerza de trabajo.

En el nacimiento de la forma burguesa de economía correspondió un gran papel el capital comercial, que creció con el progreso de las relaciones monetario-mercantiles. El papel del capital comercial fue de doble carácter. Por una parte, el mercader podía someter el pequeño productor de mercancías (artesanos o campesinos) y obligarlo a trabajar para él. El mercader no llevaba a la producción innovaciones técnicas ni de organización, pero transformaba al pequeño productor de mercancías, de hecho, en obrero asalariado, aunque mantenía la independencia exterior de éste. Por otra parte, el propio productor directo de mercancías se convertía, a veces, en capitalista industrial y mercader.  Así el capital comercial aceleraba el proceso de proletarización de los artesanos, contribuía a la acumulación de los necesarios recursos monetarios que podían emplearse para organizar empresas capitalistas.

El proceso de la desintegración de la relaciones feudales y el devenir de los capitalista no se verificaba sólo en la ciudad, sino también en el campo. El medievo temprano, al predominar la economía natural, todas las necesidades del señor feudal se satisfacían a cuenta de los productos de su finca. El dinero desempeñaba un papel insignificante. En lo sucesivo, la difusión de la producción mercantil contribuyó al progreso de la circulación monetaria-mercantil y al crecimiento del papel social de dinero. “Ya mucho tiempo antes –escribía Engels—de que los muros de los castillos de los caballeros fuesen atravesados por los proyectiles de los nuevos cañones, sus cimientos habían sido minados por el dinero. Prácticamente, la pólvora fue, válgase la expresión, un simple ejecutor judicial al servicio, del dinero” 4.

 
4. F. Engels. La desintegración del feudalismo y el surgimiento de los Estados nacionales. C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 21, página 408.

 

La hacienda del señor feudal se incorporaba más y más al mercado y caía bajo el poder del dinero. Cambiaba el carácter de las relaciones entre los señores feudales y los campesinos pecheros. Antes, las proporciones de la prestación personal y el censo en frutos se limitaban a las necesidades del señor feudal y sus domésticos, mientras que ahora, con el paso de la renta a dinero, el volumen de la prestaciones de los campesinos crecía. Los campesinos a sentir constante necesidad de dinero. Los mercaderes mediante el cambio no equivalente, y los usureros, mediante la otorgación de préstamos en condiciones leoninas, agravaban aún más la explotación de los campesinos en distintos grupos sociales. Mientras la mayoría se arruinaba agobiada por el trabajo superior a sus fuerzas, crecía la burguesía rural, que se redimía de los señores feudales y, a su vez, se convertía en explotadora de los campesinos pobres.

El devenir del modo capitalista de producción se vio por el empleo de los más burdos métodos de coerción por parte de los propietarios aburguesados de tierra, la burguesía urbana y el pode estatal. La violencia, escribía Marx, desempeñó el papel de comadrona que aceleró el nacimiento de capitalista de producción.

El contenido del proceso de la acumulación originaria  del capital consiste en que los productores directos se vieron apartados violentamente de los medios de producción, los cuales se concentraron en manos de unos cuantos transformándose en capital. Dicha acumulación se llama originaria porque significó la acumulación de condiciones necesarias para el surgimiento del modo capitalista de producción. El análisis de todos los aspectos de este proceso lo ofrece Marx en el capitulo 24 del I tomo de El Capital.

 Los propietarios de tierras ocupaban  (ponían cercados) las tierras de los campesinos y desahuciaban por la violencia a estos últimos. El Estado promulgaba las llamadas leyes de los cercos de tierras, en la que se sancionaban la expoliación abierta de los campesinos.

La expropiación violenta de las haciendas campesinas por los propietarios de la tierra aburguesados condujo a la aparición de la clase de hombres libres de las obligaciones feudales, pero también despojados de los medios de producción y de la subsistencia. Arruinados y expoliados, éstos formaban grandes masas humanas que no poseían nada más que su fuerza de trabajo. Tal es uno de los aspectos de la acumulación originaria del capital.

Otro aspecto de proceso de acumulación originaria de capital, acusando unas u otras peculiaridades, se produjo, además, en otros países. En Rusia, que entró por el camino del desarrollo capitalista más tarde que varios países europeos, el proceso del divorcio entre los productore3s y los medios de producción alcanzó la mayor intensidad de después de la abolirse el régimen de la servidumbre. La reforma de 1861 fue una grandiosa  expoliación de los campesinos. Las tierras más cómodas que se hallaban en usufructo de los campesinos pasaron a manos de los terratenientes. Una vez en poder de éstos las tierras arrebatadas, los “recortes” se convirtieron en medio de avasallamiento de los campesinos, obligados a tomarlas en arriendo en las más duras condiciones. A la vez que se liberaba a los campesinos de la dependencia feudal, las reformas conservaban, de hecho, para mucho tiempo la prestación personal y el censo en frutos. Por la tierra recibida, el campesino tenía que satisfacer prestaciones al terrateniente hasta que ésta quedase completamente rescatada. Al caracterizar la “reforma campesina” de 1861, Lenin escribía…” “Es la violencia ejercida por primera vez en masa contra los campesinos, a favor del capitalismo naciente en la agricultura. Es la “limpiezas de la tierra” por los terratenientes para el capitalismo”  5.


5. V.I. Lenin. El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa de 105-1907. Obras completas, tomo 16, página 254.

 
Las empresas capitalista que surgían ya bajo el feudalismo se distinguían inicialmente de los talleres artesanos sólo por el número de trabajadores. La técnica de producción seguía siendo manual, primitiva. Pero, ya el que los patronos capitalistas, movidos por el afán de ganancia, empleasen mayor número de obreros creaba ciertas peculiaridades cualitativas de sus empresas y permitía organizar el proceso de producción de manera más racional y lograr condiciones para su gradual transformación. Ya la cooperación capitalista simple, es decir, la participación conjunta de muchos obreros asalariados en el proceso de trabajo todavía no dividido en operaciones concatenadas, ofrecía muchas ventajas frente al taller artesano. Significaba la información de una fuerza productiva social que aseguraba considerable elevación de la productividad del trabajo, correspondiendo gratuitamente todas las ventajas de dicha elevación  a los capitalistas.

Poco a poco, la experiencia práctica fue mostrando que se obtenía el mayor efecto económico cuando el trabajo conjunto de muchos obreros se dividía en varias operaciones productivas. Surge la manufactura, empresa que emplea el trabajo de los obreros  que cumple operaciones manuales sobre la base de la división del trabajo. Es una cooperación asentada en la división del trabajo.

La manufactura surgió en los países de Europa Occidental en lo siglos XIV y XV, pero llegó a ser la forma típica de producción capitalista a mediados del siglo XVI yu dominó durante un período bastante largo. Así se explica que la época de la desintegración del feudalismo se denomina también periodo manufacturero del desarrollo del capitalismo.

En los sucesivo, la manufactura se transforma en la gran producción maquinizada capitalista, merced a la cual el capitalismo se construye la correspondiente base material y técnica, vence definitivamente al feudalismo y se erige en modo dominante de producción.

El tránsito del feudalismo al capitalismo se produjo a través de las revoluciones burguesas. Estas concluyeron el hundimiento del régimen feudal y afianzaron la dominación capitalista.

Las relaciones feudales fueron liquidadas enteramente en el proceso de las revoluciones burguesas . Supervivencias del feudalismo persisten hoy en día en muchos países, incluso muy desarrollados económicamente, del mundo capitalista. Por ejemplo, en Italia, pese a la dominación del capitalismo en la ciudad y en el campo, a la par con el considerable desarrollo del capitalismo monopolista de Estado, en el sur de país se han conservado supervivencias sustanciales del feudalismo.  Está bastante difundido el sistema de aparcería, es decir un tipo de arriendo con arreglo al cual se entrega al propietarios de la tierra una parte de la cosecha en concepto de renta del suelo. La base de la existencia de los elementos feudales en las relaciones agrarias es la posesión de la tierra en manos  de la nobleza.

Considerables supervivencias del feudalismo en la economía agropecuaria se registran asimismo en otros países capitalistas de Europa, como, por ejemplo, en España y Grecia.

Son particularmente grandes las supervivencias de las relaciones feudales en los países poco desarrollados económicamente y en los dependientes, sobre todo los de Asia, África y América Latina. Así en los pauses de América Latina, a los grandes propietarios de tierra, los latifundistas, les corresponden casi 9/10 de la tierras. La forma dominante del arriendo campesino es la aparecería semifeudal. Están muy extendidas las prestaciones personales, que se cumple no sólo por el usufructo de tierras de labor, sino también por el de los pastizales, aperos, ganado de labor, etc., pertenecientes a los terratenientes.

Las supervivencias de las relaciones feudales impiden el progreso de los países en desarrollo, dificultan su lucha por el resurgimiento nacional y la independencia económica. Las supervivencias del feudalismo m existente en los países en desarrollo, las colonias y semicolonias pueden superarse mediante radicales transformaciones socioeconómicas al triunfar el movimiento de liberación nacional. Por cuanto el yugo feudal en dichos países se entrelaza estrechamente con el yugo imperialista, la lucha de los pueblos de los países económicamente poco desarrollados contra el orden feudal se funda inevitablemente con la lucha contra el imperialismo, por la liquidación del sistema de opresión y explotación.

Los economistas burgueses definen el progreso y los fenómenos fundamentales del “sombrío medievo” como anomalía y fracaso en el desarrollo histórico de la sociedad humana. Y el capitalismo lo califican de régimen social natural, propios de la naturaleza del hombre. La idea de la eternidad del capitalismo  lleva a los economistas  burgueses a borrar todas las diferencias registradas en el desarrollo de la sociedad humana y les permite ver sólo las formas capitalistas de relaciones. Las leyes y categorías propias del capitalismo las extiende mecánicamente la Economía política burguesa a la época feudal y atribuye artificialmente al feudalismo una esencia capitalista.

Ejemplo típico de semejantes esquemas en el pensamiento económico burgués  ha sido la doctrina del “capitalismo patrimonial” del economista austriaco  A. Dopsch. El autor expone más circunstancialmente dicha doctrina en el libro “La economía natural y la monetaria en la historia mundial” 1.930. La esencia de la doctrina se reduce a la siguiente tesis: el capitalismo es eterno, no se le puede eliminar y no es sólo un fenómeno de los siglos XVI a XX. El capitalismo patrimonial, a juicio de Dopsch, era ya típico de la economía medieval. Ya en los primeros tiempos del medievo en Europa (el período merovingio) existía según Dopsch, una próspera economía capitalista. Por lo que se refiera al período posterior (carolingio) Dopsch estima absolutamente indiscutible  su carácter capitalista.

En realidad, el autor de esta teoría confunde la producción mercantil simple (es decir, la de los pequeños productores independientes) con la capitalista (o sea, la que se efectúa sobre la base del la explotación del trabajo asalariado), sin advertir diferencia de peso entre ellas. Para Dopsch, lo mismo que para muchos economistas burgueses, los mínimos brotes de la producción mercantil simple son capitalismo, y las formas “antidiluvianas” del capitalismo –el usurario y el comercial, que existieron  inevitablemente tano en la época de la esclavitud como en la del feudalismo --  son auténtico capitalismo floreciente. La doctrina de Dopsch se ha extendido bastante en la ciencia burguesa.

Hicieron igualmente prédicas de modernización capitalista de la antigüedad y del medievo A. Pirenne, A. Ause y muchos más hombres de ciencia burgueses.

Los ideólogos burgueses tergiversan la esencia del feudalismo. Como rasgos característicos del feudalismo se toman sus caracteres superficiales, secundarios. Así lo economistas e historiadores burgueses estiman que son rasgos distintivos del feudalismo, por ejemplo, la posesión convencional de la tierra en lugar de la propiedad sobre ella, la sujeción de los hombres al señor, en lugar de su sumisión al rey, la jerarquía entre los señores y el fraccionamiento político. A su juicio el feudalismo es un sistema  de subordinación de estamentos, Po otra parte, buscan intencionadamente en la época medieval tantos “gérmenes” y “embriones” del capitalismo, que el propio concepto”feudalismo”, tras deducirse aquéllos, pierdan todo contenido. Mientras tanto de hecho,  los verdaderos gérmenes del capitalismo sólo se manifestaron en Europa en la época de la desintegración del feudalismo, comenzando en las postrimerías del siglo XV y los albores del XVI (salvo pocas excepciones, en los siglos XIV y XV en forma de trabajo capitalista a domicilio, de cooperación y manufactura capitalistas.

Al parecer las investigaciones marxistas del modo feudal de producción, los hombres de ciencia burgueses se alzan abiertamente contra el marxismo o se disfrazan de marxistas falsificándolo y tratando de probar la eternmi8dad del capitalismo.

Muchos oportunistas contemporáneos de distinto pelaje defienden francamente la misma idea de la eternidad del capitalismo y tratan de borrar deliberadamente  la profunda  diferencia entre la producción mercantil simple y la producción capitalista.

 

*  Bibliografía.

Compendio del Manual de Economía política de un grupo de autores de dirigidos por el académico A. Rumiántsev de la AC de la URSS, traducido por el ruso I. Vládov.


 10-04-2013

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario