FORMACION SOCIOECONOMICA
FEUDALISTA *
Modo de producción
de la comunidad feudalista: surgió después de la caída del Imperio Romano, entre
los siglos VII-VIII d.d.n.e., hasta el siglo XVI-XVII d.d.n.e. Fue el período
más largo después de la comunidad primitiva y de la comunidad esclavista.
El modo feudal de producción fue una fase
necesaria del progreso de la sociedad humana. Las formas del tránsito al
feudalismo no fueron iguales en todas las partes, y su diversidad se debía a
distintas condiciones históricas concretas.
Entre muchos pueblos, los elementos del feudalismo surgieron en la
entrañas del modo esclavista de producción. El
prototipo más vivo del feudalismo en la sociedad esclavista fue el
sistema del colonato en el Imperio Romano, que obtuvo especial difusión en el
período de la desintegración de la
esclavitud. El nacimiento de las nuevas relaciones de producción, las feudales,
se produjo también bajo la forma de paso forzado de los campesinos libres bajo
la protección de los grandes propietarios de tierras. El crecimiento de los
impuestos del Estado esclavista, la arbitrariedad de los grandes poseedores de
tierras y, con tal motivo, el peligro de ruina completa llevaba a la pérdida de
la propiedad de los campesinos sobre la tierra y a su transformación en
población dependiente de los propietarios de la tierra.
La liquidación de las caducas relaciones de
producción del esclavismo y la transformación del nuevo tipo
socioeconómico en forma dominante de
relaciones de producción en la sociedad fueron aceleradas cuando las tribus
germanas, eslavas y de otros pueblos se apoderaron del Imperio Romano. Surgió
el sistema de la gran posesión de tierra, que se conjugaba con los pequeñas
haciendas de los campesinos, dotados de tierra y dependientes de propietario de
las mismas.
Hora bien, no todos los pueblos llegaron al
feudalismo a través del régimen esclavista. Muchos realizaron ese tránsito
partiendo directamente del régimen de la comunidad primitiva, soslyando el
esclavista. Las peculiaridades de esta vía se manifestaron más claramente en
Rusia y en los países eslavos de Europa Central y Oriental.
Pese a toda la diversidad de las vías que
llevaron a los pueblos al feudalismo, pese a todas las peculiaridades del proceso del devenir de la sociedad feudal,
dependiente de unas u otras condiciones históricas concretas, el contenido fundamental de dicho
proceso era el mismo: el surgimiento de
la clase de los campesinos, dependientes y explotados, carentes de tierra y
forzados a mantener sus pequeñas haciendas individuales en la tierras de esos
señores.
Bajo el feudalismo, la importancia decisiva en la
economía correspondía a la producción agropecuaria. En la agricultura de las
primeras fases del feudalismo predominaba el sistema de cultivo de dos hojas, en
algunos lugares existía también el sistema de barbechos. Con el curso del
tiempo comenzó a usarse el sistema de tres hojas, es decir, un sistema en el
que un campo se dedica a cultivos otoñales, otro, a cultivos primaverales y un
tercero queda en barbecho. El sistema de tres hojas pasó a ser el prevaleciente
a lo largo de todo el período del feudalismo desarrollado. La propagación
paulatina del arado, la grada de hiero y de otros aperos metálicos elevaba el
de la técnica agrícola. Atributo típico de la economía feudal, que
persinifi8caba sus adelantos técnicos eran los molinos de viento y, luego, los
de agua.
En el período del feudalismo siguieron
progresando la horticultura, la avicultura y otras ramas agrícolas. Creció la
importancia de la ganadería, sobre todo la cría de caballos, lo que venía
predeterminado por el carácter agrario de la economía y la necesidad militares
de los señores feudales.
El perfeccionamiento de los instrumentos de
producción agropecuaria y el mejoramiento de los métodos de fundición y
tratamiento de metales contribuyeron al renacimiento de los oficios artesanos.
El progreso de éstos y su especialización llevaron, en última instancia, a su
transformación en esfera especial de actividad productiva y condicionaron el
surgimiento y el desarrollo de las ciudades feudales.
Las fuerzas productivas de la sociedad feudal,
en comparación con las de la época de la esclvitud, suponían una fase superior
del progreso económico. No obstante, los cambios en la técnica se operaban muy
lentamente. La producción feudal considerada en conjunto, se asentaba en el
trabajo manual de los campesinos y artesanos.
Al carácter de las fuerzas productivas
plasmado bajo el feudalismo y al nivel de su desarrollo correspondían
determinadas relaciones de producción: el
sistema de la relaciones de propiedad, el modo de asociación de los medios de
producción a los productores directos, las relaciones de distribución, etc.
La forma feudal de propiedad se distingue de la
esclavista porque no todos los medios de producción se hallan separados de los
trabajadores. Sin embargo, el medio fundamental de producción –la tierra— no pertenecía a los
trabajadores. Era propiedad de la clase de los señores feudales. La propiedad
de los señores feudales sobre la tierra era la base de la sociedad feudal y
determinaba la situación de los hombres en el proceso de la producción social,
lo mismo que la estructura de la clase de la sociedad feudal y la forma de la
distribución de los productos obtenidos.
En la época del feudalismo, la propiedad
campesina sobre la tierra era un fenómeno raro. Era común el principio “no hay tierra sin señor”, es decir, no
hay tierra que no pertenezca a un señor feudal. La tierra pertenecía a señores
feudales seculares y a la Iglesia. En los países de Europa Occidental, una
parte considerable de toda la tierra pertenecía a la Iglesia.
En el aspecto jurídico era típica de a
`propiedad feudal sobre la tierra en los países de Europa unja rigurosa
jerarquía: la escala de los señorees feudales dependientes los unos de los
otros. Cada señor feudal recibía la tierra del señor superior a condición de
cumplir ciertos deberes (serle fiel, cumplir el servicio militar para él, ayudar con consejos y, en ciertos casos,
con subsidios, y así sucesivamente).
La propia palabra “feudalismo” procede de propiedad sobre
la tierra típica de dicho régimen. El feudo era tierra que un señor feudal
entregaba a otros (vasallo) en
posesión hereditaria a condición de que éste cumpliera ciertas obligaciones. El régimen social, cuya base era la
propiedad sobre la tierra, bajo la forma de feudo, pasó a denominarse
feudalismo.
La propiedad feudal sobre la
tierra poseía
peculiaridades sustanciales en los países orientales, donde obtuvo gran
propagación e importancia la propiedad estatal sobre la tierra. El desarrollo
del sistema económico feudal no siguió aquí la vía del fraccionamiento de la
posesión de tierras entre los señores feudales, sino, más que nada, la del
fortalecimiento de la propiedad feudal estatal obre la tierra y las aguas. Ello
venía condicionado, en primer término, por la necesidad de practicar en gran
escala la agricultura de regadío, que tenía un significación económica
decisiva, pero resultaba extraordinariamente difícil al fraccionarse la
propiedad. Además, en los inmensos imperios feudales (por ejemplo, en el
Califato Árabe y el imperio Mongol), la explotación de los pueblos sojuzgados
surtía gran efecto económico precisamente al centralizarse el medio principal
de producción -–la tierra— en manos
del Estado absolutista feudal. En dichos imperios, la centralización política
iba acompañado de la económica, es decir, de la concentración de la tierra en
propiedad del Estado feudal. Finalmente, tampoco cabe olvidar que aquí la
propiedad estatal sobre la tierra había sido heredada en una medida u otra del
modo esclavista de producción y se multiplicaba a cuenta de las innumerables
conquistas de tierras de los pueblos vecinos por los Estados feudales.
De suyo entiende que la propiedad
feudal bajo la forma estatal significa el monopolio de una minoría de la
sociedad –-los señores feudales— sobre
la tierra. Lo prueba con toda elocuencia el hecho de que, en el período de
feudalismo temprano, el Estado entregaba en concepto de sueldo a los señores
feudales la mayor parte de los recursos recaudatorios entre los campesinos.
El monopolio sobre la tierra era
también la base del llamado feudalismo nómada, en que el tipo fundamental no
era la agricultura, sino la ganadería nómada. La tierra se aprovechaba
principalmente como pastizales y el ganado solía desempeñar el mismo papel
económico que la tierra, siendo una condición natural de producción, en cierta
medida un don de la naturaleza.
La esencia de la forma feudal de
propiedad sobre los medios de producción consiste en que los productores
directos –-los campesinos— no la
tierra, o drea, el principal medio de producción agropecuaria. La reciben del
propietario del seño feudal en usufructo, y no en propiedad. Por el usufructo
de la tierra, los campesinos debían siempre cumplir toda clase de prestaciones
feudales. La propiedad de los señores feudales sobre la tierra era la base
económica de la explotación de los campesinos, de su dominación sobre los
campesinos.
Era típica de la época feudal
la división de la tierra pereciente a la clase de los señores feudales en
tierra señorial y tierra campesina. Los campesinos recibían para su hacienda
terreno del señor feudal, y las proporciones del terreno determinaban el
volumen de las prestaciones que el campesino debía satisfacer. Dicho sistema de
usufructo de la tierra correspondía al carácter de la explotación feudal de los
campesinos y era una de las principales formas de relaciones agrarias al feudalismo.
Por cuanto la tierra era
propiedad de los señores feudales, éstos formalme3nmte podían expulsar en
cualquier momento al campesino de la tierra que usufructuaba. Sin embargo,
tales casos eran raros, siendo más usual el procedimiento contrario: la sujeción
de los campesinos a la tierra. “En la edad Media, la fuente de explotación
feudal no consistía que el pueblo se liberaba de la tierra, sino, al contrario,
en que se sujetaba a ella” 1.
1.
F. Engels. El
movimiento obrero en América. C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 21, página 349.
Los terrenos en usufructo de los
campesinos eran un medio que les aseguraban mano de obra gratuita a los señores
feudales. El usufructo de la tierra por los campesinos era, por lo común,
hereditario.
También existía el usufructo
campesino vitalicio de la tierra sin derecho de venta o herencia. Después de la
muerte del campesino, sus descendentes u otros que querían conseguir el terreno en usufructo entregaban al señor
feudal cierta cantidad de productos o dinero o le prestaban servicios. Esa
forma de susfructo campesino de la tierra apareció en una fase ya más avanzada
del modo feudal de producción y le ofrecía al señor feudal un medio para
estrujar los campesinos y sacar ingresos
suplementarios.
A la par que la propiedad de los
señores feudales, existía la propiedad individual de los productores directos: los campesinos y los artesanos. Por
ejemplo, el campesino poseía en propiedad sus aperos agrícolas, ganado de labor
y de renta, aves de corral, utensilios domésticos , semillas, dependencias,
casa de vivienda, utensilios domésticos, medios de transporte, etc. También los
artesanos poseían en propiedad ciertos medios de producción. El rasgo cardinal
de la propiedad de los pequeños productores –campesinos y artesanos— consistía
en que tenía por base el trabajo personal, por cuya razón no podía servir de
medio de explotación.
En virtud del monopolio de los
señores feudales sobre la tierra, el principal medio de producción, los
campesinos dependían económicamente del señor feudal. Al propio tiempo es
típica del feudalismo, además, la coerción extraeconómica, sin la cual sería
imposible la producción feudal. Lenin escribía que si el terrateniente “…no tuviese un poder directo sobre la persona
del campesino no podría obligar a trabajar para sí al hombre que posee tierra
de nadie y que tiene hacienda propia. Se requiere, pues, una coerción extra económica”, como dice
Marx, al definir ese régimen económico… las
formas y el grado de esa coerción pueden ser los más distintos, comenzando por
el estado y terminando con la
restricción estamental de los derechos del campesino” 2.
Por lo tanto, la coerción extraeconómica es un rasgo inalienable del feudalismo, que se desprende el hecho de
que los campesinos poseen en propiedad personal casi todos los elementos
necesarios para la hacienda menos la tierra, monopolizada por los señores
feudales.
2. V. I.
Lenin. El desarrollo del capitalismo en Rusia. Obras completas, tomo 3
página 185.
La incompleta separación entre
los productores y los medios de producción condicionaba precisamente la
sujeción de los campesinos a la tierra, sus derechos restringidos,
manteniéndose muchas veces el derecho del señor feudal de venta de los
campesinos. La dependencia personal de los campesinos respecto a los señores
feudales revestía las más distintas formas en la diversas fases del desarrollo
del feudalismo.
Una peculiaridad sustancial de la economía feudal consistía en
la dominación de la economía natural. Cada
propiedad feudal llevaba su vida económica sin mantener contacto con los demás.
Durante mucho tiempo, las necesidades del señor feudal, de su familia y
domésticos se satisfacían a cuenta de los productos que se obtenían de la
hacienda del señor o le suministraban
los campesinos pecheros. En la finca del señor feudal, los oficios se sumaban a
la agricultura, de modo que los señores feudales se aseguraban los diversos
productos y resolvían los problemas de la reproducción sobre la base de la
economía natural.
La hacienda campesina también era
del tipo natural. Los campesinos no se dedicaban sólo a la agricultura, sino
también a la transformación de las materias primas que producían, a la
hilandería, la tejeduría, la producción de calzado, de objetos de uso
productivo y doméstico, etc.
Era, general, típica de la
economía feudal la conjugación de la agricultura, rama fundamental de la economía,
con los oficios domésticos, de significado auxiliar. La producción tenía, durante mucho tiempo, un carácter
estanco, universal y autárquico. Solo unos cuantos productos vitales e
imprescindibles, como, digamos, la sal y los artículos de hierro, los solían
suministrar los mercaderes ambulantes.
Las causas de la dominación de la
economía natural y la limitada esfera de las relaciones monetaria-mercantiles
residían en las peculiaridades del modo feudal de producción: el nivel
relativamente bajo del desarrollo de las fuerzas productivas y de la divino
social del trabajo, la dominación de la agricultura y el carácter directamente
consuntivo de la producción.
El tiempo de trabajo del
campesino, dependiente en el período inicial de desarrollo de feudalismo se
dividía sensible y visiblemente en
tiempo necesario y tiempo adicional de trabajo
(plusproducto). Durante el tiempo
necesario de trabajo, el campesino creaba en su hacienda el producto que
necesitaba patas su propia existencia y la de su familia. Durante el tiempo
adicional (plustiempo), el campesino
creaba, principalmente en la tierra del señor feudal el plusproducto, del que
se apropiaba gratuitamente el señor.
En el régimen esclavista, la
clase explotadora se apropiaba todo el producto del esclavo y luego le devolvía
loa parte indispensable para sostener su existencia. En cambio, en la sociedad feudal, el
campesino pechero reproducía toda la fuerza de trabajo con ayuda del producto
que obtenía en la tierra en usufructo. Por consiguiente, la preocupación por la reproducción de la fuerza de trabajo
la hacía recaer el señor feudal sobre el propio campesino. Precisamente en eso
consiste la peculiaridad del modo de reproducción de la fuerza de trabajo en la
economía feudal.
El plusproducto, creado por el
plustrabajo de los productores directos, se lo apropiaba el señor feudal bajo
la forma de renta feudal del suelo, la cual era la forma económica de
realización de la propiedad de los señores feudales sobre la tierra. Un rasgo
distintivo de la rente feudal del suelo consiste en que ésta incluye todo el
plusproducto creado por el campesino y, con frecuencia, una parte del producto
necesario. Por tanto, la ley económica
fundamental del feudalismo consiste en la producción del plusproducto, creado
mendicante la explotación de los campesinos dependientes y apropiado por el
señor feudal bajo la forma de renta feudal del suelo.
A la par que el modo feudal de
reproducción, se desarrollaba y cambiaba de forma la renta del suelo.
La forma inicial de renta feudal
del suelo fue la renta en trabajo. Este pago de la renta se denominaba
prestación personal. Al regir la renta en trabajo, el plustrabajo estaba
separado, tanto en el tiempo como en el espacio, del trabajo necesario. Una
parte de la semana –-tres días y más— el
campesino trabajaba en la finca del señor, y los días restante, en su hacienda.
Debí trabajar la tierra del señor feudal con sus propios aperos y animales de
labor, cumplir trabajos de construcción **
y satisfacer otras prestaciones. Claro que el campesino no estaba interesado en elevar loa
productivita y la intensidad del trabajo en la hacienda del amo. Por eso, el
plustrabajo del campesino revestía la burda de trabajo coercitivo para el señor
feudal y se realizaba bajo la vigilancia directa del propietario de la tierra o
de su representa: el capataz.
La coerción extraeconómica del
campesino adquiría aquí formas por demás concretas. El campesino estaba
interesado en elevar la productividad del trabajo sólo en su propia hacienda,
ya que ésta le daba los medios necesarios de subsistencia. La posibilidad de
producir cierto remanente por encima del producto necesario y mejorar de este
modo su situación económica brindaba cierta perspectiva de fomento de las
fuerzas productivas en la sociedad feudal.
La segunda forma de renta feudal
–-el ceso en frutos, la renta en especie
(el censo en especie) — es una modalidad de la primera, aunque la esencia
económica es la misma. El censo de frutos es una forma más desarrollada de
renta feudal del suelo. En la mayoría de los casos se conjugaba con la forma
inicial, la renta en trabajo.
El censo en frutos apareció en
una fase más avanzada del desarrollo del feudalismo, cuando ya se había
alcanzado un nivel más alto de productividad del trabajo en los productores directos.
Al instaurarse esta forma de renta, la mayor parte de la tierra de los feudos
se entregaba en usufructo a los campesinos. El censo en frutos se diferencia de
la renta en trabajo por el hecho que el campesino cumple el plustrabajo no y
como trabajo especial en la finca del señor, sino, a la vez que el trabajo
necesario, en su propia hacienda. El campesino pechero debía entregar al señor
feudal una parte de los productos alimenticios, las materias primas derivadas
de éstas, etc. El campesino y no trabajaba bajo la vigilancia directa del
propietario de la tierra o de su representante, sino con responsabilidad
propia, disponiendo más o menos por su cuenta de todo el tiempo de trabajo. El
trabajo para sí y el trabajo para el señor feudal ya no se separaba en el
tiempo y en el espacio. El campesino pechero ***, producía tanto el producto necesario como el plusproducto en
su hacienda en su hacienda y entregaba luego éste último, bajo la forma de
censo en frutos, al señor feudal.
El sistema de censo en frutos
reforzaba rn cierta medida el interés del campesino por los resultados de su
trabajo e impulsaba la iniciativa económica de los pr4oductores directos.
La tercera forma de renta feudal
el censo en metálico, renta del
dinero. Era una forma metamorfoseada del censo en frutos y significó un mayor
desarrollo de las relaciones económicas del feudalismo. La renta en metálico
que se diferenciaba del censo en frutos porque el campesino entregaba al señor
feudal el plusproducto en metálico, y no en especie. El campesino ya sólo tenía
que obtener el plusproducto en su hacienda, sino, además, venderlo, convertido
en dinero.
La base de la renta feudal en
dinero era la misma que la del censo en frutos. El productor directo, el
campesino, seguía siendo el cultivador hereditario de la tierra y debía
entregar al propietario de ésta el plusproducto, es decir, el trabajo no retribuido. el trabajo ejecutado sin
equivalente, en forma de plusproducto convertido en dinero. La transformación
del censo en frutos en censo en metálico fue condicionada por el progreso de la
división del trabajo, la continua separación entre los oficios y la agricultura
y el avance de las relaciones monetario-mercantiles.
El censo en metálico fue la
última forma de renta feudal del suelo. Fue típico del período de la
desintegración del feudalismo y del desarrollo paulatino del tipo económico
capitalista en sus entrañas. Al regur esta forma de renta, el campesino
económicamente capaz podía adquirir más medios de producción. Su propiedad
sobre los medios de producción fue ampliándose. Las relaciones entre el señor
feudal y el campesino dependiente se convirtieron paulatinamente en relaciones
contractuales y de censo en metálico.
La situación del campesino pechero –cultivador de la tierra-- se fue acercando
a la de simple arrendatario. Y eso, a su vez, llevaba a que el campesino
adquiría la posibilidad de rescatar su
compromiso de d pagar el censo y la de convertirse en campesino independiente
con plena propiedad sobre la tierra que trabajaba. La tierra comenzaba a
incorporarse a la circulación comercial, convirtiéndose en objeto de compra y
venta. No sólo ya los anteriores campesinos pecheros, sino incluso gentes de la
ciudad podían comprar tierras. El desarrollo de las relaciones
monetarias-mercantiles profundiza el proceso de los campesinos: aparecen
campesinos arruinados que se contratan a trabajar a cambio de dinero.
El tránsito de una forma de renta
a otra, siendo reflejo del crecimiento de las fuerzas productivas, se efectuaba
en medio de choques y luchas entro los
intereses de los campesinos y los señores feudales, haciendo más hondo el
carácter antagónico de las relaciones de la sociedad feudal. Interesados en el
aumento del plusproducto los señores feudales aumentaban constantemente la explotación
de los productos directos.
El sistema socioeconómico del feudalismo era
más progresista que el esclavista. La explotación rapaz de los esclavos llevaba
a la rápida extinción de éstos, y las filas de los trabajadores se engrosaba
principalmente de cuenta de la guerra. Bajo el feudalismo, el sistema de
concesión de tierras en usufructo a los campesinos era una forma que le
aseguraba al señor feudal permanente fuerza de trabajo. El propio campesino se
preocupa de los medios de subsistencia indispensable para la producción de la
fuerza de trabajo y de los instrumentos de producción.
El sistema esclavista ahogaba en
el productor directo, carente de familia y hacienda, todo estímulo de
producción y de la elevación de la productividad del trabajo, mientras que el
sistema feudal de explotación fomentaba en el campesino pechero cierto interés
por la elevación de la productividad del trabajo en su propia hacienda. En la
posibilidad que tenía el campesino de trabajar una parte del tiempo con más
rendimiento en la tierra que usufructuaba residía precisamente la mayor ventaja
del feudalismo frente a la esclavitud.
La falta de interés, propia de
los productores directos de la sociedad esclavista, de utilizar mejor los
instrumentos de producción fue superada en cierta medida bajo el feudalismo. A
diferencia del esclavo, el campesino feudal cuidaba de los aperos, el ganado y
otros instrumentos de trabajo por la simple razón de que le pertenecían a él.
Es más, el campesino procuraba mejorar y perfeccionar los medios de producción
que le pertenecían. Gracias a ello, las fuerzas productivas de la sociedad
feudal siguieron avanzando.
El sistema de las relaciones de
producción del feudalismo no comprende sólo las relaciones entre los campesinos
y los señores feudales, sino igualmente las relaciones entre los hombres, que
se plasmaban en el proceso de la producción artesana en la ciudad.
Primeramente, los oficios se
desarrollaban dentro de los límites de la finca feudal. De entre los campesinos
se destacaban artesanos que prestaban sus servicios al señor feudal y la
población de la aldea.
Con el tiempo se fueron perfeccionando más y más la técnica manual de
los oficios y la maestría de los artesanos. El progreso de los oficios halló su
expresión en el aumento del número de especialidades artesanas, la segregación
de nuevas ramas de oficios y el perfeccionamiento de los métodos de producción
de artículos de artesanía. Los artesanos comenzaron a producir muchas más
artículos que lo necesario al señor
feudal y a los campesino del pueblo propio.
Con el permiso del señor feudal,
los artesanos se instalaban alrededor del castillo feudal o de los muros del monasterio, cuando
el señor feudal era la Iglesia. Estas poblaciones fueron extendiéndose y
convirtiéndose en ciudades. Sin embargo, la población urbana no rompía
definitivamente durante mucho tiempo sus vínculos con la agricultura y se
hallaba “bajo la tutela” de los
señores feudales.
Progresando, la artesanía se
convirtió en producción para el mercado. Los oficios más desarrollados se
separaron definitivamente de la agricultura.
La producción artesana de las
ciudades, tenía su estructura especial. Los artesanos se agrupaban en gremios.
El gremio era una unión en la que entraban los maestros artesanos de una misma
o varias profesiones afines. Quienes no formaba parte del gremio no podían
dedicarse a dicho oficio. Cada gremio poseía su administración electiva (los síndicos) y sus Estatutos. A
fin de adaptarse a las demandas del limitado mercado local, así como para
acabar con la competencia entre los maestros gremiales y su diferencia
patrimonial, el gremio reglamentaba rigurosamente la tecnologías y el volumen
de la producción, fijaba el número de trabajadores par cada taller, el precio y
la calidad de cada mercancía y la duración de la jornada laboral. La estructura
gremial de los oficios permitía practicar, por lo común, nada más que la
reproducción simple, es decir, la repetición de la producción en proporciones
invariables. La producción artesana era una producción pequeña.
El maestro gremial tenía su
propio taller y trabajaba, más que nada, para cumplir encargos o para el
mercado local. La propiedad del maestro sobre los medios de producción se
asentaba en su trabajo personal. Sin embargo, el maestro obtenía cierto ingresi
del trabajo de los oficiales y aprendices de su taller. La superioridad del
maestro respecto de sus oficiales y aprendices no dependía tanto de la
propiedad sobre los medios de producción cuanto de la maestría profesional. En
el taller apenas había división del trabajo. En tales condiciones, el dominar
ka maestría profesional requería mucho tiempo, y la maestría del artesano tenía
importancia primordial.
La finalidad de la labor
económica
del
maestro no era tanto el dinero y el
enriquecimiento cuanto el logro de una actuación “decente” fijada por su
gremio. Para los aprendices y oficiales, el trabajo en el taller del maestro
era una escuela de formación profesional. Tras trabajar varios años, el
aprendiz pasaba a la categoría de oficial y, luego, se necesitaba varios años
más para que se le permitiera abrir un taller p4ropio. En las etapas tempranas
del desarrollo de la artesanía urbana, , aunque ya existía la explotación de
los aprendices y los oficiales. Las relaciones entre el maestro y sus subalternos
eran patriarcales en considerable medida. Con el avance de las relaciones
monetario-mercantiles aumentaba la diferencia de situación patrimonial y
productiva del maestro gremial, por una parte, y la de los aprendices y
oficiales , por otra. Los primeros se enriquecen a cuenta de la explotación de
los segundos. Estos se veían forzados a pasar a la categoría de obreros
asalariados. Las contradicciones entre los maestros y los aprendices y
oficiales se volvieron irreductibles,
antagónicas.
En la época feudal, las ciudades
no eran sólo centros de artesanía, sino también de comercio. La parte más rica
de la población humana eran los comerciales y los usureros. A la organización
gremial de los artesanos correspondía la organización de corporaciones en el
comercio. Las corporaciones de los comerciantes existían casi en todas partes.
La misión fundamental de las
corporaciones eran la lucha contra la competencia de otros comerciantes, la
ordenación de los pesos y medidas, la reglamentación de los precios y la calidad
de las mercancías y la protección de los derechos de los mercaderes contra los
atentados de los señores feudales.
Bajo el feudalismo, el capital
comercial servía de intermediario en el cambio del plusproducto, apropiado por
los señores feudales, por objeto de lujo y otros artículos raros de uso y
consumo, así como en el cambio de productos del campesino feudal y del artesano
gremial. La ganancia comercial surgía como resultado del cambio no equivalente,
es decir, de la compra de mercancías a precios superiores a su valor y la venta
de dichas mercancías a precios superiores a su valor. La fuente de la ganancia
comercial era una parte del plusproducto creado por los productores directos,
los campesinos y los artesanos, y, a veces, una parte del producto necesario.
Los comerciantes, usureros y maestros ricos constituían la cumbre hacendada de
la población urbana,
Paulatinamente, debido al desarrollo de la
división social del trabajo y al
crecimiento de las fuerzas productivas, la sociedad feudal pasó a constar de la
ciudad artesana y comercial y del campo agrícola. La formación de las ciudades
y el continuo progreso de la artesanía y del comercio contribuyeron
directamente a la ampliación de la producción mercantil. El papel rector en el
avance de las fuerzas productivas ib pasando a las ciudades.
La peculiaridad de las relaciones
que iban cristalizando entre la ciudad y el campo bajo el feudalismo consistía
en que el campo dominaba políticamente sobre la ciudad, ya que el poder estatal
pertenecía a los terratenientes. Pero económicamente, la ciudad explotaba el
campo. “Sí en la Edad Media –escribía
Marx—el campo explota políticamente a la ciudad, salvo en lo sitios en que el
feudalismo se roto por el desarrollo excepcional de las ciudades, como en Italia,
a cambio de ello la ciudad explota económicamente en todas las partes y sin
excepción al campo, con sus precios de monopolio, su sistema de impuesto, su
régimen gremial, su estafa mercantil y su usura 3.
3. C.
Marx El Capital. C. Marx y F. Engels.
Obras, tomo 25, parte II, página 365.
El que la ciudad se separase del
campo, lo mismo que la propagación y el crecimiento de las ciudades ocasionaron
el continuo progreso del comercio en la sociedad feudal. Se amplio el comercio
entre los artesanos y los campesinos, entre los artesanos y los señores
feudales. Surgieron mercados interiores locales, que extendieron sus vínculos
comerciales a las fincas, los pueblos y las ciudades. Mediante el comercio se
fueron estableciendo nexos regulares entre la agricultura y la artesanía
urbana.
Los oficios artesanos y el
comercio ejercían una gran influencia en el campo feudal. La hacienda de los
señores feudales se incorporaba más y
más al mercado. Los señores feudales necesitaban dinero para adquirir objetos
de lujo y artículos de los artesanos urbanos. El paso de los campesinos de la
pre3stación personal y del censo en frutos al censo en metálico incorporaba
también la hacienda campesina a las relaciones del mercado.
Contribuyó igualmente al progreso
de las relaciones monetario-mercantiles en las entrañas de la economía feudal
el comercio exterior.
Merced a las ventajas del sistema económico del feudalismo ante el
régimen esclavista surgieron nuevas fuerzas productivas, más desarrolladas. En
la agricultura obtuvieron vasta aplicación los aperos de metal (el arado, la
grada, etc.). Con el progreso de los
aperos agrícolas se elevó el nivel agrotécnico de la producción agropecuaria.
Surgieron nuevas ramas de cultivo de los campos. Se acrecentó la importancia de
la ganadería. Mejoraron y se perfeccionaron la praticultura y los pastizales.
La producción artesana
experimentó también cambios sustanciales. Para el perfeccionamiento de los
instrumentos de trabajo tuvo primordial importancia el mejoramiento de los procesos de fundición
y tratamiento de los metales. Aparecieron los primeros bancos de estirado y
trenes de laminación para la producción de alambre y de planchas de hierro. Ya
en el siglo XV se empleaban tornos, rectificadores y terrajas, aunque muy
primitivos., Aparecieron los primeros taladros accionados por la rueda de agua
o noria. La rueda de agua se empleaba como fuente de energía minería y
aserradero de madera, la fabricación de papel y de pólvora. Progresó en ramo de
la construcción.
Se registraron asimismo ciertos cambios técnicos en la producción
textil. Se extendieron los telares, en los siglos XIV y XV se pasó a los
telares horizontales. En 1600 se inventó el telar de cinta. , a fines del siglo
XVI, la rueca. En la fabricación de paños comienzan a usarse los tambores
urdidores y los molinos para fieltro.
En la época del feudalismo se inventaron el reloj, el papel y la
imprenta. La invención de la brújula contribuyó al mayor progreso de la
navegación. Se creó un nuevo tipo de barco marítimo (la carabela), que se
distinguía por una gran capacidad de maniobra.
El progreso logrado en la técnica
de la producción y la elevación de la maestría profesional probaban el
crecimiento de las fuerzas productivas de la sociedad feudal, el considerable
avance de la división social del trabajo. Al propio tiempo, el desarrollo de la producción se sentía
frenado por el estrecho marco de las relaciones feudales de producción, que
entorpecía su continuo ascenso. La falta de correspondencia entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción llevaba objetivamente a la
agravación de todas las contradicciones del feudalismo: entre los trabajadores (campesinos y artesanos) y la burguesía naciente
en las entrañas del feudalismo, por una parte, por una parte, y los señores
feudales y el régimen feudal, por otra; entre la ciudad y el campo; entre el
trabajo intelectual y el físico; entre el carácter natural de la producción feudal y la creciente economía
mercantil, y así sucesivamente. Esta
es la razón de que el progreso de las
fuerzas productivas exigiese implacablemente nuevas relaciones de producción,
capaces de contribuir al crecimiento y perfeccionamiento de la producción.
La producción de los artesanos y
los campesinos en la parte que se destinaba a la venta era una producción de
mercancía. La economía mercantil simple de los artesanos y los campesinos
constituía en las entrañas del feudalismo la base sobre la que, en ciertas
condiciones, brotaban las relaciones capitalistas de producción.
Durante mucho tiempo, el proceso
de diferenciación económica de los productores de mercancías en las entrañas
del feudalismo era lento. Ello se debía a la dominación de la hacienda natural
en la economía feudal y a la insignificante proporción de la producción de
mercancías. El crecimiento de las fuerzas productivas de la agricultura y la artesanía y la profundización de la división social del trabajo entre la
ciudad y el campo ocasionaron el reforzamiento de los nexos de mercados entre
las distintas haciendas y la formación de mercados locales, lo que condujo
luego a animados vínculos económicos mercantiles entre las zonas económicas y
las ciudades del país y a la formación del mercado nacional.
Al profundizarse el proceso de la
división social del trabajo y ampliarse las relaciones monetario-mercantile3s,
la producción fue adquiriendo un carácter cada vez más social. Los distinto s
productores de mercancías invertían distinta cantidad de tiempo para la
p4roducción de artículos iguales. Aquellos, cuya inversión de trabajo, debido a
condiciones peores de producción, era superior, sólo lograban reponerla en
parte al vender la mercancía y, en fin de cuentas, se arruinaban. El
enriquecimiento de otros se lograba a cuenta de condiciones mejores de su
trabajo y de la apropiación de productos del trabajo ajeno. El continuo
desarrollo de las relaciones monetario-mercantiles aceleró el proceso de
diferenciación económica de los productores de mercancías. Por una parte, se
segregaba gran número de hombres privados de los medios de producción y de
subsistencia y, por otra, se formaba un escaso grupo de ricachones.
Para el surgimiento del tipo
económico capitalista tuvo mucha importancia la ampliación de mercado más allá
del marco nacional. El naciente mercado mundial presentaba una gran demanda de
mercancías. Mientras tanto, la artesanía gremial las producía en cantidades
bastante limitadas. La contradicción entre las posibilidades limitadas de la
pequeña producción artesana y las acrecidas demandas del mercado exigía que se
pasase a la gran producción masiva.
La ampliación del comercio
interior y el crecimiento de los vínculos comerciales con el exterior requerían
nuevas formas de organización de la producción y cambios en las relaciones
sociales. El régimen gremial con su encerramiento, rutina, rigorosa
reglamentación de la tecnología y del
volumen de la producción y la actitud
hostil ante las innovaciones técnicas entró en contradicción con las demandas
del desarrollo económico de la sociedad. En tales condiciones, algunos maestros
gremiales, eludiendo los Estatutos del gremio, comenzaron a ampliar la
producción y aumentar el número de trabajadores y la duración de la jornada
laboral. Algunos maestros llevaban la producción al campo, donde no había
control gremial y distribuían los encargos entre los oficiales a domicilio. Se
minaba el monopolio de los gremios. Bajo la influencia de las nuevas demandas
económicas se inició un intenso proceso de diferenciación patrimonial y social
de los artesanos. Los maestros artesanos más ricos se convertían paulatinamente
en capitalistas que explotaban a obreros asalariados, y el grueso de los
oficiales y aprendices, agobiados por la necesidad, se convirtieron en
proletarios, carentes de medios de producción y forzados a vender su fuerza de
trabajo.
En el nacimiento de la forma
burguesa de economía correspondió un gran papel el capital comercial, que
creció con el progreso de las relaciones monetario-mercantiles. El papel del
capital comercial fue de doble carácter. Por una parte, el mercader podía
someter el pequeño productor de mercancías (artesanos o campesinos) y obligarlo
a trabajar para él. El mercader no llevaba a la producción innovaciones
técnicas ni de organización, pero transformaba al pequeño productor de
mercancías, de hecho, en obrero asalariado, aunque mantenía la independencia
exterior de éste. Por otra parte, el propio productor directo de mercancías se
convertía, a veces, en capitalista industrial y mercader. Así el
capital comercial aceleraba el proceso de proletarización de los artesanos,
contribuía a la acumulación de los necesarios recursos monetarios que podían
emplearse para organizar empresas capitalistas.
El proceso de la desintegración
de la relaciones feudales y el devenir de los capitalista no se verificaba sólo
en la ciudad, sino también en el campo. El medievo temprano, al predominar la
economía natural, todas las necesidades del señor feudal se satisfacían a
cuenta de los productos de su finca. El dinero desempeñaba un papel
insignificante. En lo sucesivo, la difusión de la producción mercantil
contribuyó al progreso de la circulación monetaria-mercantil y al crecimiento
del papel social de dinero. “Ya mucho tiempo antes –escribía Engels—de que los
muros de los castillos de los caballeros fuesen atravesados por los proyectiles
de los nuevos cañones, sus cimientos habían sido minados por el dinero.
Prácticamente, la pólvora fue, válgase la expresión, un simple ejecutor
judicial al servicio, del dinero” 4.
4. F.
Engels. La desintegración del feudalismo
y el surgimiento de los Estados nacionales.
C. Marx y F. Engels. Obras, tomo 21,
página 408.
La hacienda del señor feudal se
incorporaba más y más al mercado y caía bajo el poder del dinero. Cambiaba el
carácter de las relaciones entre los señores feudales y los campesinos pecheros.
Antes, las proporciones de la prestación personal y el censo en frutos se
limitaban a las necesidades del señor feudal y sus domésticos, mientras que
ahora, con el paso de la renta a dinero, el volumen de la prestaciones de los
campesinos crecía. Los campesinos a sentir constante necesidad de dinero. Los
mercaderes mediante el cambio no equivalente, y los usureros, mediante la
otorgación de préstamos en condiciones leoninas, agravaban aún más la
explotación de los campesinos en distintos grupos sociales. Mientras la mayoría
se arruinaba agobiada por el trabajo superior a sus fuerzas, crecía la
burguesía rural, que se redimía de los señores feudales y, a su vez, se
convertía en explotadora de los campesinos pobres.
El devenir del modo capitalista
de producción se vio por el empleo de los más burdos métodos de coerción por
parte de los propietarios aburguesados de tierra, la burguesía urbana y el pode
estatal. La violencia, escribía Marx, desempeñó
el papel de comadrona que aceleró el nacimiento de capitalista de producción.
El contenido del proceso de la
acumulación originaria del capital
consiste en que los productores directos se vieron
apartados violentamente de los medios de producción, los cuales se
concentraron en manos de unos cuantos transformándose en capital. Dicha
acumulación se llama originaria porque significó la acumulación de condiciones
necesarias para el surgimiento del modo capitalista de producción. El análisis
de todos los aspectos de este proceso lo ofrece Marx en el capitulo 24 del I
tomo de El Capital.
Los propietarios de tierras ocupaban (ponían cercados) las tierras de los
campesinos y desahuciaban por la violencia a estos últimos. El Estado
promulgaba las llamadas leyes de los cercos de tierras, en la que se
sancionaban la expoliación abierta de los campesinos.
La expropiación violenta de las
haciendas campesinas por los propietarios de la tierra aburguesados condujo a
la aparición de la clase de hombres libres de las obligaciones feudales, pero
también despojados de los medios de
producción y de la subsistencia. Arruinados y expoliados, éstos formaban
grandes masas humanas que no poseían nada más que su fuerza de trabajo. Tal es
uno de los aspectos de la acumulación originaria del capital.
Otro aspecto de proceso de
acumulación originaria de capital, acusando unas u otras peculiaridades, se
produjo, además, en otros países. En Rusia, que entró por el camino del
desarrollo capitalista más tarde que varios países europeos, el proceso del
divorcio entre los productore3s y los medios de producción alcanzó la mayor
intensidad de después de la abolirse el régimen de la servidumbre. La reforma
de 1861 fue una grandiosa expoliación de
los campesinos. Las tierras más cómodas que se hallaban en usufructo de los
campesinos pasaron a manos de los terratenientes. Una vez en poder de éstos las
tierras arrebatadas, los “recortes”
se convirtieron en medio de avasallamiento de los campesinos, obligados a
tomarlas en arriendo en las más duras condiciones. A la vez que se liberaba a
los campesinos de la dependencia feudal, las reformas conservaban, de hecho,
para mucho tiempo la prestación personal y el censo en frutos. Por la tierra
recibida, el campesino tenía que satisfacer prestaciones al terrateniente hasta
que ésta quedase completamente rescatada. Al caracterizar la “reforma
campesina” de 1861, Lenin escribía…” “Es
la violencia ejercida por primera vez en masa contra los campesinos, a favor
del capitalismo naciente en la agricultura. Es la “limpiezas de la tierra” por los
terratenientes para el capitalismo” 5.
5. V.I. Lenin. El programa agrario
de la socialdemocracia en la primera revolución rusa de 105-1907. Obras
completas, tomo 16, página 254.
Las empresas capitalista que
surgían ya bajo el feudalismo se distinguían inicialmente de los talleres
artesanos sólo por el número de trabajadores. La técnica de producción seguía
siendo manual, primitiva. Pero, ya el que los patronos capitalistas, movidos
por el afán de ganancia, empleasen mayor número de obreros creaba ciertas
peculiaridades cualitativas de sus empresas y permitía organizar el proceso de
producción de manera más racional y lograr condiciones para su gradual
transformación. Ya la cooperación capitalista simple, es decir, la
participación conjunta de muchos obreros asalariados en el proceso de trabajo
todavía no dividido en operaciones concatenadas, ofrecía muchas ventajas frente
al taller artesano. Significaba la información de una fuerza productiva social
que aseguraba considerable elevación de la productividad del trabajo, correspondiendo
gratuitamente todas las ventajas de dicha elevación a los capitalistas.
Poco a poco, la experiencia
práctica fue mostrando que se obtenía el mayor efecto económico cuando el
trabajo conjunto de muchos obreros se dividía en varias operaciones
productivas. Surge la manufactura, empresa que emplea el trabajo de los
obreros que cumple operaciones manuales
sobre la base de la división del trabajo. Es una cooperación asentada en la
división del trabajo.
La manufactura surgió en los
países de Europa Occidental en lo siglos XIV y XV, pero llegó a ser la forma
típica de producción capitalista a mediados del siglo XVI yu dominó durante un
período bastante largo. Así se explica que la época de la desintegración del
feudalismo se denomina también periodo manufacturero del desarrollo del
capitalismo.
En los sucesivo, la manufactura
se transforma en la gran producción maquinizada capitalista, merced a la cual
el capitalismo se construye la correspondiente base material y técnica, vence
definitivamente al feudalismo y se erige en modo dominante de producción.
El tránsito del feudalismo al
capitalismo se produjo a través de las revoluciones burguesas. Estas
concluyeron el hundimiento del régimen feudal y afianzaron la dominación
capitalista.
Las relaciones feudales fueron
liquidadas enteramente en el proceso de las revoluciones burguesas .
Supervivencias del feudalismo persisten hoy en día en muchos países, incluso
muy desarrollados económicamente, del mundo capitalista. Por ejemplo, en
Italia, pese a la dominación del capitalismo en la ciudad y en el campo, a la
par con el considerable desarrollo del capitalismo monopolista de Estado, en el
sur de país se han conservado supervivencias sustanciales del feudalismo. Está bastante difundido el sistema de aparcería,
es decir un tipo de arriendo con arreglo al cual se entrega al propietarios de
la tierra una parte de la cosecha en concepto de renta del suelo. La base de la
existencia de los elementos feudales en las relaciones agrarias es la posesión
de la tierra en manos de la nobleza.
Considerables supervivencias del
feudalismo en la economía agropecuaria se registran asimismo en otros países
capitalistas de Europa, como, por ejemplo, en España y Grecia.
Son particularmente grandes las
supervivencias de las relaciones feudales en los países poco desarrollados
económicamente y en los dependientes, sobre todo los de Asia, África y América
Latina. Así en los pauses de América Latina, a los grandes propietarios de
tierra, los latifundistas, les corresponden casi 9/10 de la tierras. La forma
dominante del arriendo campesino es la aparecería semifeudal. Están muy
extendidas las prestaciones personales, que se cumple no sólo por el usufructo
de tierras de labor, sino también por el de los pastizales, aperos, ganado de
labor, etc., pertenecientes a los terratenientes.
Las supervivencias de las
relaciones feudales impiden el progreso de los países en desarrollo, dificultan
su lucha por el resurgimiento nacional y la independencia económica. Las
supervivencias del feudalismo m existente en los países en desarrollo, las
colonias y semicolonias pueden superarse mediante radicales transformaciones
socioeconómicas al triunfar el movimiento de liberación nacional. Por cuanto el
yugo feudal en dichos países se entrelaza estrechamente con el yugo
imperialista, la lucha de los pueblos de los países económicamente poco
desarrollados contra el orden feudal se funda inevitablemente con la lucha
contra el imperialismo, por la liquidación del sistema de opresión y
explotación.
Los economistas burgueses definen
el progreso y los fenómenos fundamentales del “sombrío medievo” como anomalía y
fracaso en el desarrollo histórico de la sociedad humana. Y el capitalismo lo
califican de régimen social natural, propios de la naturaleza del hombre. La
idea de la eternidad del capitalismo
lleva a los economistas burgueses
a borrar todas las diferencias registradas en el desarrollo de la sociedad
humana y les permite ver sólo las formas capitalistas de relaciones. Las leyes
y categorías propias del capitalismo las extiende mecánicamente la Economía
política burguesa a la época feudal y atribuye artificialmente al feudalismo
una esencia capitalista.
Ejemplo típico de semejantes
esquemas en el pensamiento económico burgués
ha sido la doctrina del “capitalismo
patrimonial” del economista austriaco
A. Dopsch. El autor expone más
circunstancialmente dicha doctrina en el libro “La economía natural y la
monetaria en la historia mundial” 1.930. La esencia de la doctrina se reduce a
la siguiente tesis: el capitalismo es eterno, no se le puede eliminar y no es
sólo un fenómeno de los siglos XVI a XX. El capitalismo patrimonial, a juicio
de Dopsch, era ya típico de la economía medieval. Ya en los primeros tiempos
del medievo en Europa (el período merovingio) existía según Dopsch, una
próspera economía capitalista. Por lo que se refiera al período posterior
(carolingio) Dopsch estima absolutamente indiscutible su carácter
capitalista.
En realidad, el autor de esta
teoría confunde la producción mercantil simple (es decir, la de los pequeños
productores independientes) con la capitalista (o sea, la que se efectúa sobre
la base del la explotación del trabajo asalariado), sin advertir diferencia de
peso entre ellas. Para Dopsch, lo mismo que para muchos economistas burgueses,
los mínimos brotes de la producción mercantil simple son capitalismo, y las
formas “antidiluvianas” del
capitalismo –el usurario y el comercial, que existieron inevitablemente tano en la época de la
esclavitud como en la del feudalismo -- son auténtico capitalismo floreciente. La
doctrina de Dopsch se ha extendido bastante en la ciencia burguesa.
Hicieron igualmente prédicas de
modernización capitalista de la antigüedad y del medievo A. Pirenne, A. Ause y
muchos más hombres de ciencia burgueses.
Los ideólogos burgueses
tergiversan la esencia del feudalismo. Como rasgos característicos del
feudalismo se toman sus caracteres superficiales, secundarios. Así lo
economistas e historiadores burgueses estiman que son rasgos distintivos del
feudalismo, por ejemplo, la posesión convencional de la tierra en lugar de la
propiedad sobre ella, la sujeción de los hombres al señor, en lugar de su
sumisión al rey, la jerarquía entre los señores y el fraccionamiento político.
A su juicio el feudalismo es un sistema
de subordinación de estamentos, Po otra parte, buscan intencionadamente
en la época medieval tantos “gérmenes”
y “embriones” del capitalismo, que el
propio concepto”feudalismo”, tras
deducirse aquéllos, pierdan todo contenido. Mientras tanto de hecho, los verdaderos gérmenes del capitalismo sólo
se manifestaron en Europa en la época de la desintegración del feudalismo,
comenzando en las postrimerías del siglo XV y los albores del XVI (salvo pocas
excepciones, en los siglos XIV y XV en forma de trabajo capitalista a
domicilio, de cooperación y manufactura capitalistas.
Al parecer las investigaciones
marxistas del modo feudal de producción, los hombres de ciencia burgueses se
alzan abiertamente contra el marxismo o se disfrazan de marxistas falsificándolo
y tratando de probar la eternmi8dad del capitalismo.
Muchos oportunistas
contemporáneos de distinto pelaje defienden francamente la misma idea de la
eternidad del capitalismo y tratan de borrar deliberadamente la profunda
diferencia entre la producción mercantil simple y la producción
capitalista.
* Bibliografía.
Compendio del Manual de Economía
política de un grupo de autores de dirigidos por el académico A. Rumiántsev de la AC de la URSS, traducido por el ruso I. Vládov.
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